Capítulo 20- La verdad
(Sin correcciones)
Diana
- ¿Intoxicación alcohólica? -. Con los ojos enrojecidos, presté atención a las palabras del compañero de Araceli. Ella también se encontraba anonadada por lo que había sucedido con su hermano aunque no sabía el verdadero motivo de por qué ambos estábamos en ese estado.- Deberá quedarse hasta mañana ya que queremos hacer un chequeo completo de su organismo.
- ¿Podemos pasar a verlo? -. Preguntó Araceli, sin importarle lo demás.
- Sí, no hay problemas con ello pero, por favor, mantengan la calma.-. Sonriéndonos, se alejó para atender a otra familia que se encontraba a unos pasos de nosotros.
- Entraremos a verlo, ¿vienes? -. Encontrándome con su mirada surcada por la preocupación, negué con la cabeza.
- No creo que sea el mejor momento para que nos veamos nuevamente-. Haciendo una mueca, tomé mi bolso y lo pasé por uno de mis brazos-. Iré a comprar algunas cosas y volveré a casa-. Sin esperar sus respuestas, comencé a alejarme mientras aquella imagen revoloteaba en mi mente y hacía que me sintiera peor.
- ¿Diana? -. Deteniéndome, fui alcanzada por ella-. ¿Estás bien? Porque sino...
- No te preocupes, ahora lo que importa es que él se mejore-. Retomando mi marcha, sentí que bajo mis pies comenzaba a crearse un agujero negro y lleno de dolor en el cual pronto caería si seguía de esta manera. ¿Cuándo tendríamos una vida normal? Me pregunté, antes de subirme al auto en el que se encontraba Marco esperándonos.- Ellos se quedarán por un tiempo más así que iré de compras al Shopping Center-. Anuncié, abrochándome el cinturón.
- ¿Cómo se encuentra? -. Preguntó, una vez que comenzamos a transitar las calles frías y escurridizas de Londres debido a la lluvia que caía sobre la imponente ciudad.
- Creo que bien... No entré a verlo, Marco-. Encogiéndome de hombros, traté de no darle importancia a mis palabras aunque cada uno amenazaba con cortarme las cuerdas vocales.
- Mejorará pronto, no te preocupes-. Sonriéndome, estacionó en uno de los espacios vacíos del estacionamiento y apagó el motor dejándonos sumergidos en un silencio casi incómodo.- ¿Quieres que te acompañe?
- No, estaré bien. En cuanto salga, te aviso-. Abriendo la puerta, sentí que la atmósfera de los ruidos amortiguados comenzaba a envolverme. Poco después, me encontraba observando los distintos locales mientras varias personas se encontraban a mi alrededor con la intención de comprar algo, a diferencia mía.
- ¿Diana? -. Escuchando mi nombre, levanté mi mirada cargada de sufrimiento hacia esa voz.
- Lizzy... -. Susurré, antes de abrazarla con una inmensa necesidad de sentir cariño de su parte.- ¿Qué haces aquí? -. Separándome, traté de calmarme para no alertarla.
- Estoy de compras con...
- Mamá, ¿esto le quedará a Valentina? -. Sin poder creerlo, los miré a ambos antes de que él se percatara de mi presencia.- ¿Quién es ella? -. Con los nervios a flor de piel, me sentí desfallecer delante de sus ojos indagadores. Ahora, ¿qué pasaría con la sorpresiva presencia de mi hermano?
Harry
- Creo que ya se durmieron-. Sentándome de golpe en una de las sillas, suspiré entrecortado.
- Los niños estuvieron un poco revoltosos, ¿no?-. Niall, comiendo las migajas de las últimas galletas de la hija de Jace, me sonrió desde el otro lado de la mesa. Al parecer, no tenía otra cosa que hacer.
- Sí, fue algo cansador y más sin ayuda-. Caminando unos pasos, busqué en la heladera la jarra de jugo de naranja para servir un poco.
- Lamentó no poder ayudarte Harry pero era hacerlo o dejar que los chicos sigan esperándote-. Encogiéndose de hombros, siguió comiendo hasta que mi celular emitió un sonido. Buscándolo en uno de mis bolsillos traseros del pantalón, lo tomé y deslicé la pantalla para encontrarme con un mensaje de Diana.
* Harry, estaré en casa pronto.*
*No hay problema, te espero para que podamos charlar.*
*Gracias por todo.*
*Para eso están los amigos, Diana.* Escribí, sintiendo cómo mi corazón se estrujaba.
- ¿Todo está bien? -. Su pregunta me tomó por sorpresa pero con mi mejor cara, asentí. Cada vez era más difícil ocultar mis emociones y más, con lo que estaba sucediendo. ¿Por qué Jace desaprovechaba la oportunidad de estar al lado de una mujer tan grandiosa como ella? Si tan solo pudiera tener una oportunidad con ella, pensé.
- ¿Preparamos la merienda?-. Pregunté, con pocas ganas.
- Si es lo que quieres, te ayudo-. Buscando el recipiente que contenía el té, comencé a calentar algo de agua en la cocina. Tal vez, algo de esta infusión me haría bien aunque fuese momentáneo.
- Harry, ¿sigues sintiendo algo por Ana?-. Escuchando su pregunta, dejé caer mi cuchara pequeña sobre la mesada de la cocina y miré un poco anonadado a Niall que mantenía sus ojos curiosos sobre mi rostro.
- ¿A qué viene tu pregunta? -. Evitando responder, apagué la hornalla y comencé a servir un poco del agua caliente en uno de los pocillos.
- Lo digo por tu forma de actuar con ella. No cualquiera cuidaría a su hijo y de paso, a la hija de su pareja-. Enarcando sus cejas, metió el dedo sobre la llaga y bien profundo.
- Ella es mi amiga, Niall-. Contesté, sintiendo un rastro de fuego por mi corazón a partir de aquellas palabras. Era casi obvio que mis sentimientos habían cambiado progresivamente pero tampoco podía aceptarlos del todo porque estaba confundido o eso es lo que yo buscaba sentir para evitar la realidad.
- Si tú lo dices... -. Cortando nuestra conversación, comenzó a jugar con su celular. Suspirando pesadamente, bebí con cierta parsimonia mi té.
Lizzy
- ¿Es grandioso no crees? -. Bebiendo algo de mi bebida caliente, sonreí a Diana que se encontraba sentada junto a mi hijo que no dejaba de mirarla. Sí, era compresible que él también encontraba similitudes con ella y su hermana, Ana.
- Sí, espero que todo salga bien ese día-. Sonriéndome, se removió un poco incómoda en su asiento.- ¿Ya has elegido tu vestido de novia?
- No, pero lo haré pronto-. Tomando su mano, la apreté con cariño-. Me gustaría que estés conmigo en ese momento. Soy muy indecisa así que necesitaré ayuda.
- Claro, cuenta conmigo.
- Mamá, ¿no deberíamos volver? -. Matt, rompió ese momento tan especial al tomar a Valentina en brazos-. Tu nieta ya se ha dormido y creo que es mejor volver para que descanse bien.
- Sí, será lo mejor-. Tomando mis cosas, me sentí un poco apenada por no poder pasar un poco más de tiempo con Diana que se encontraba triste aunque ella buscaba ocultarlo. Según lo que había dicho, fue un altercado menor con Jace pero sus ojos rojos demostraban que la situación parecía escapar de sus manos.- Me gustaría que unos de estos días vayas a casa, avísame cuando puedas-. Besando su mejilla, tomé mi bolso y yendo hacia mi hijo, esperé que hiciera lo mismo.
- Claro, te enviaré un mensaje para concretarlo-. Levantándose, se acercó a Matt y lo saludó, causando que se sorprendiera por su cercanía-. Los acompañaré al estacionamiento, yo también me iré a casa. Es hora de que me haga cargo de mi hijo y de Lux.
- ¿Los está cuidando Gemma? -. Ella negando con la cabeza, logró sorprenderme.- ¿Harry? -. Asintiendo con timidez, entendí que Matt le causaba un poco de nerviosismo y más cuando ella hablaba de él con tanta simpatía y cariño. Sin dudas, su relación de amigos podía ser interpretado como la de una pareja para los que no sabían lo que realmente sucedía entre ellos dentro de esas cuatro paredes.- Bueno, este es nuestro auto, nos estamos viendo, Diana-. Acercándome, la abracé aunque no tuviera un motivo específico como para hacerlo-. Si necesitas hablar conmigo, solo llámame.
- Muchas gracias, Lizzy. Lo tendré en cuenta.
- Matt, despídete de ella mientras yo acomodo a Valentina-. Sin esperar su respuesta, lo hice dejándolos un poco a solas. Poco después, ambos nos encontrábamos rumbo a casa y el semblante contrariado de mi hijo, lo decía todo-. ¿Acaso no te ha caído bien Diana?
- No es eso... -. Susurró, haciendo una mueca de disgusto-. Es que se parece mucho a Ana y no sé cómo debería tomarlo. No entiendo cómo puedes tratarla como alguien más cuando es tan parecida a tu hija difunta.
- Es falta de práctica o de convivencia, Matt-. Girando el volante, transité la última calle antes de entrar a nuestra casa-. No fue fácil ya que tuvimos ciertos problemas que resolver con Nick pero es una buena persona y me gusta su compañía así que trata de llevarte bien y deja de lado todo lo que ha sucedido con tu hermana ya que será lo mejor para todos.
- Está bien, mamá-. Suspirando densamente, desabrochó su cinturón para bajar-. Cambiando de tema, ¿Nick dónde está?
- Fue un rato al club de tenis debido a que debía rellenar unos papeles para que Diana estuviera inscripta en los campeonatos regionales de aquí o de Argentina-. Encogiéndome de hombros, le resté importancia aunque me importara y mucho.
- ¿Debería sentirme celoso? Parece que ella fuese su hija-. Sonriéndome pícaramente, me esperó en la puerta de entrada para que la abriera mientras sostenía mi nieta entre sus brazos y a unos bolsos sobre su antebrazo derecho.
- No deberías, Matt-. Riendo, dejé que pasara y minutos después, cuando ambos estuvimos libres de todo, nos sentamos en el sofá para mirar la televisión-. Por cierto, ¿cuándo me presentarás a una mujer como tu pareja?
- No quiero hablar de eso, mamá-. Dijo, rodando los ojos.- Sabes que solo quiero dedicarme a la crianza de mi hija y nada más.
- Siempre es útil contar con otra persona que pueda ser tu apoyo en momentos en los que no sabes que hacer-. Argumenté, pensando en Nick.
- No todos tenemos el privilegio de encontrar a un hombre como Nick. Ojalá, pudiera encontrar a alguien como él... -. Sus últimas palabras las susurró pero logré escucharlas con asombro e incredulidad. ¿Acaso...? El tiempo me daría la respuesta, pensé antes de abrazarlo y así, darle mi apoyo.
Diana
- Ya llegamos a casa, Diana -. Rompiendo mi burbuja de pensamientos perturbadores, asentí con la cabeza. Siendo sincera conmigo misma, no me sentí bien al volver al lugar en el cual, horas atrás, había vivido un momento tan dramático como el que viví con Jace.- Marco, lleva las cosas que compré a la cocina. Yo necesito un poco de aire fresco.
- Está bien pero no te alejes mucho-. Me aconsejó, temiendo por mí y por la reacción de Jace aunque eso era lo de menos ahora.
Caminando unos pasos, sentí que el cúmulo de emociones que tanto había tratado de mantener a raya se desbordaba por cada una de las lágrimas que caían por mi rostro. ¿Era tanto pedir un poco de tranquilidad para mi vida? Pasando mis manos a través de mis brazos casi inertes y fríos, recorrí un sendero hecho de ladrillos rojos que me guiaba hacia unos asientos verdes. Allí, permanecí por un rato, dejando que el viento congelado de Londres meciera mi cabello a su antojo mientras que mis lágrimas se cristalizaban al esperar que mis manos la recogieran para borrar cualquier deje de tristeza o de dolor que ya no buscaba ocultar. ¿Este era el precio que debía pagar por ser sincera?
- ¿Diana? -. Escuchando mi nombre ser pronunciado por sus labios, giré mi rostro para encontrarme con su presencia a unos pasos de distancia. Sin esperar que las palabras desgarraran mi garganta para salir, me levanté del asiento y lo abracé. Necesitaba sentir que en sus brazos podía estar segura antes de que todo se desplomara sobre mi vida falsa.
- ¿Me vas a contar lo que te sucede? -. Acariciando mi espalda, logró que mi llanto fuese disminuyendo lentamente. Poco después, sentándonos en el mismo asiento, con la tibieza de sus manos recorriendo las mías, le conté todo lo que sucedió entre ambos y le mostré la foto.
- No entiendo por qué quiere seguir ocultándote la verdad-. Dijo, mirando minuciosamente cada detalle de la foto en la que se encontraba Jace con una mujer que compartía rasgos similares conmigo.- Es casi una locura pero se parece mucho a ti y a Ana-. Levantando su mirada, reveló que verla también afectó sus sentimientos.
- No lo sé pero espero saberla pronto sino tendré que tomar algunas medidas-. Exhalando un poco de aire, traté de disipar el dolor que se extendía como un fuego abrasador por mi pecho pero era demasiado tarde, mis emociones tempestuosas estaban desatadas.
- No tomes una decisión precipitada todavía -. Me sugirió, con un atisbo de preocupación en sus pupilas-. Dale unos días y luego decide con más calma.
- Tienes razón, Harry-. Sonriéndole por un corto período, me levanté y extendí mi mano hacia él.- Vamos, quiero tomar el té que preparaste para ahogar mis penas.
- Seguramente está frío pero lo volveré a calentar si no es que Niall lo ha tomado todo.
- Pensé que los irlandeses no tomaban tanto té -, Riendo suavemente, dejé que él guiara mis pasos.
- ¿De dónde has leído eso? -. Dibujando una sonrisa en su rostro, me regaló el sonido de su encantadora risa-. La mayoría de ellos comparte gran parte de nuestras tradiciones aunque otras son propias del lugar en donde viven.
- Bueno, yo no lo sabía-. Entrando a la sala, me saqué con su ayuda mi abrigo para colgarlo en el perchero de la puerta de entrada.
- Deberías dejar de leer un poco Wikipedia y preguntarme a mí-. Levantando sus cejas graciosamente, negué con la cabeza antes de tomar asiento en uno de los sillones-. ¿Quieres galletas de chocolate?
- Me encantarían, ¡amo el chocolate! -. Exclamé, mientras acomodaba mi cabello rojizo mezclado con pequeños copos de nieve que cayó de ratos sobre nuestras cabezas.
- Bien, ahora falta una buena película y todo lo que pasó, se borrará aunque sea por esta noche-. Guiñándome un ojo, me ofreció una taza de la infusión caliente y tomando la suya, comenzó a pasar los canales hasta encontrar una que se llamaba "Más extraño que la ficción". Así, las horas de la noche londinense pasaron como si fueran minutos y cuando los chicos llegaron, mi ánimo había mejorado un montón con las ocurrencias de Harry.
- Iré a ver a los niños-. Dije, cuando todos se encontraban en la sala y la conversación parecía subir un poco de tono debido a que Zayn había estado muy ausente en la grabación del disco y pese a ello, no quería dar una explicación de su aptitud un poco irresponsable.
Fue así que al llegar a mi habitación, mi corazón se hinchó de ternura al ver a Edward y a Lux abrazados. Acercándome, me recosté a su lado y poco después, me quedé dormida mientras varios de mis pensamientos volvían a invadir mis sueños para convertirlos en pesadillas.
Zayn
- ¡Déjenme en paz! Ya les dije que pronto estaré bien y escribiré las canciones que faltan para el álbum. Solo necesito un poco de espacio, ¿es tan difícil de entender? -. Levantándome del asiento, me alejé de ellos y simulé ir al baño para dejar que pensaran en mis palabras aunque no había mucho que pensar-. Por la seguridad de mi familia, haría cualquier cosa-. Me dije, antes de sacar los micrófonos inalámbricos y colocarlos en algunos lugares estratégicos de la casa. Poco después, secándome el sudor de la frente, volví con los chicos y les pedí disculpas para luego comenzar a escribir la canción que desde días atrás rondaba por mi cabeza. Sabía que ya nada sería igual pero por lo menos, estaría más tranquilo al saber que toda mi familia no correría riesgo de morir "accidentalmente".
*Unos días después*
Jace
- No necesito de tu ayuda-. Dije, con poca paciencia a Araceli que no dejaba de estar al pendiente de mí, a cada rato.
- ¿No vas a hablar con Diana? -. Preguntó por enésima vez.
- No estoy preparado para ello. No es el momento...
- Entonces, no te quejes luego Jace. -. Sus palabras produjeron que el miedo en mi interior creciera pero no lo suficiente como para darme cuenta de que tenía razón y que la iría perdiendo a medida que los días pasaran ya que su aptitud tan silenciosa en cada una de las comidas dejaba que desear.
- ¿Comerás algo más? -. Pregunté, recibiendo de su parte un negamiento de cabeza-. Bueno, recogeré los platos... ¿Me ayudas?
- No, tengo algunas cosas que hacer-. Levantándose, tomó a Edward de su silla y se retiraron del comedor para ir hacia su habitación. Pasaba gran parte de su tiempo allí, además de estar con Harry en cada una de las prácticas deportivas.
- ¿No es hora de que hables?-. Con su mirada inquisitiva, buscó algo que delatara mis próximos pasos pero era demasiado bueno ocultando ciertas cuestiones de mi vida.
- Ya veremos... -. Fue lo único que dije antes de ir hacia su habitación. Golpeando varias veces la puerta, esperé con cierto nerviosismo.
- No, eso no Harry-. Cuando ella abrió la puerta, dejó a la vista sus maletas casi repletas.- Jace...
- ¿Qué significa esto, Diana? -. Entrando, miré con más detalles lo que estaba sucediendo adentro.
- Harry, ¿puedes llevarte a Edward? -. Sin decir una sola palabra, él se fue junto a su hijo aunque no lo supiera.
- Bien, ahora... ¿me vas a explicar lo que sucede?
- Eso es lo que también estaba esperando de tu parte pero te mantuviste callado así que haré lo mismo-. Sonriéndome sarcásticamente, siguió guardando algunas de sus prendas sin prestarme atención.
- No es lo mismo, Diana. ¿Acaso crees que es fácil para mí?
- Tampoco lo es para mí pero ya no hay vuelta atrás debido a las decisiones que tomé.
- ¿Decisiones? -. Acercándome, tomé una de sus manos.
- Me iré de aquí luego de la boda de Lizzy-. Mirándome a los ojos, supe que no estaba mintiendo.- He hablado con tu jefe y ya hemos conseguido otra persona que se haga cargo de mi seguridad.
- ¿Qué? No puedo creer que...
- No, yo no puedo creer que hayas hecho lo que hiciste. ¡Ya no soporto que sigas ocultándome las cosas! -. Gritó, mientras varias lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Mirándola, vi toda la fragilidad de su interior expresarse a través de ellas.
- ¿Quieres saber quién es ella?
- Sí, ¡si es que se puede!-. Levantando sus brazos, se dio por vencida.
- Ella es... -. Mis manos temblaban y se sentían tan húmedas al sentir que la verdad quería salir de mi lengua.
- Si vas a seguir dando vueltas, mejor vete.
- No, ya no puedo seguir ocultándote algo que cambiará tu vida para siempre-. Una lágrima descendió por mi mejilla y poco después, solté la verdad que había arruinado los años de mi juventud-. Ella fue mi esposa y tu medio hermana.
Nuevo capítulo
Espero que les guste y que puedan dejar su comentario o su voto.
PD: Foto de Jace. Es hermoso, ¿no creen?
PD: Hay anexado un vídeo en el cual aparece la canción con la cual me inspirè para escribir sobre este capítulo.
Por cierto, estoy de vacaciones pero no puede dejar de lado lo que tanto me gusta hacer. Pronto, vendrán nuevos cambios como el título de la novela asì que estén atentos.
Ana
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro