LII
En un abrir y cerrar de ojos me veo atacado por confeti y brillantina. Jimin, YoonGi y Kim me cantan el Feliz cumpleaños de una manera... Única, por decirlo bonito. La voz grave de Tae choca con la aguda de Park, y ésta con la intermedia de Min. No digo que suena mal, porque sería mentir, sino diferente. Y yo... Bueno, ¿qué cara se supone que debería poner? ¿Alegre? ¿Molesta? ¿Neutra? Siempre ha sido mi conflicto. No es como si me cantaran todos los años por mi nacimiento. Simplemente no es algo a lo que esté acostumbrado.
-Ahm... ¿Gracias?
-vaya si te gustó nuestra sorpresa - se indigna Jimin, dándome la espalda en un acto dramático.
-no, no es eso... Me... Gustó mucho.
-no pues qué bueno, nos hubieras matado de caso contrario - ironiza Kim.
Matar... Gracias, Taehyung, por recordarme de nuevo algo que quiero olvidar.
-no me refiero... Quise decir que... Yo... Ya sabes, Kook, era broma - ríe nervioso al ver mi cara de molestia y tristeza (de cierto modo).
-no me interesa. Largo de aquí, son las siete de la mañana, ¿están locos? Quiero dormir. Sólo es un día más, no hagan tanto drama.
—¡wow! ¡TaeTae, este es el mejor día de mi vida! Nunca volveré a pensar que mi cumpleaños es insignificante si te tengo a mi lado.
Sí, bueno, eso lo dije cuando tenía diez años y Tae me hizo una fiesta sorpresa llena de globos y... Él. A pesar de sólo ser los dos quienes jugamos en ese sótano con confeti y un mal colocado cartel de "¡Un año más viejo!", fue un gran momento. Reímos, lloró porque se dio el golpe de su vida, lo consolé, volvimos a reír y... Y ya... Vaya... Ahora que lo digo en voz alta, no parece algo extraordinario. Simples juegos de niños.
-anda Kookie, haré... Haremos cualquier cosa.
-sí, menos vestirnos de payaso y...
-¡incluyendo! - alza la voz Tae, mirando mal a Park - vestirnos de lo que quieras. Claro, sólo por hoy.
-¿todo lo que quiera? - digo divertido, pasando un dedo por su pecho de manera suave y a la vez firme, provocando en sus mejillas un lindo sonrojo.
-sí, Nochu, todo.
-¿aunque eso incluya lastimar accidentalmente a tu novio?
-sí lo dices así, la cosa ya no sería tan...
-¿sí o no, Kim?
Suspira y se muerde la lengua, pasando su mano por ese perfecto y dorado cabello.
-bien, Kook. He dicho todo lo que quieras y así será.
-¡perfecto!
...
-cuando mencionaste a Bogum, creí que....
-¡calla que le echas la sal!
-y yo que creí que eras un inculto... Me agradas más, Jeon.
-¿en serio? ¿Cómo prefieren ver el béisbol a salir a pasear o algo? ¿No es cierto, Jimin?
-Tae, si no te callas y me dejas ver el partido, te daré una patada y te quedarás sin herederos.
-hazle caso a Minnie y cállate.
-¿perdón? ¡Es mi casa!
-la mitad me pertenece, Kim. ¿Verdad Yoonie?
¿Cómo haces enojar a Kim Taehyung sin usar groserías? Fácil, ignóralo y no lo metas en tu juego. Nunca falla.
-¡¿cómo que "Yoonie"?! Ok, sin problemas. Kookie, ¿serías tan amable de dejar de decirme Kim?
-uhm... No. Cállate ya, Kim.
Me sorprende bastante que no se ponga a gritar a los cuatro vientos, aunque su color delata la molestia. No hay parte de su rostro que se salve de estar pintada de carmesí. Se ve tan pequeño y mortal que da risa.
-Jimin, ¿puedes preparar unas golosinas? YoonGi, ayúdale.
-sólo porque no quiero ver cómo se comen la boca o mancharme de su sangre lo haré - murmura el último, jalando a Park por la manga de su camisa, aunque éste se queja que el partido está demasiado bueno para dejar de verlo.
Taehyung me tapa la vista de la perfecta jugada y el robo de tercera, haciendo que gruña y le pegue con suavidad en la pierna.
-no me dejas ver, Kim. Hazte a un lado.
-bien, me cansé.
El rubio se va, y yo sonrío, satisfecho, porque he ganado la discusión y puedo disfrutar del noveno inning. Hay casa llena, con dos outs, dos strikes y dos bolas. Pase para ponche, aunque tengo fe que los Dodgers lleguen a la final... Y, de repente, cuando el bateador parece escuchar mis deseos, con una jugada limpia y hermosa... ¡pum! La tele se apaga.
-¡Taehyung! ¡Préndela, tonto! ¡Era Home run, era Home run! ¡Con esto pasan a las finales! ¡Dodgers, vida mía! ¡PRÉNDELAA!
Kim no me deja tomar el control remoto, escondiéndolo o alzándolo hasta donde no alcanzo. Me siento como Jimin cada que lo molesto. Juro que si llego a ver el final del partido, no lo vuelvo a hacer y dejaré a Park vivir su vida.
-¡escucha, Jeon! Ven conmigo a un lugar y después me siento contigo a ver todos los partidos de béisbol que quieras. Incluso, si te dejan de buscar, te llevaré a uno.
Me lo pienso un segundo. Aunque suene tentador, tengo mucha flojera. Además, no sé qué es lo que quiera hacer una vez en ese méndigo lugar. Por otra parte, seguramente ya me perdí de la repetición del Home run, y nunca he ido a ese tipo de eventos. En primera, porque tenía mucho trabajo, en segunda, NamJoon y su equipo me habrían rastreado con facilidad, en tercera, fui muy descuidado a veces y llegué a dejar un testigo, y por cosas del azar (que me odia), quizá me lo habría encontrado...
-si te quejas de cómo visten, te cortaré la oreja. No es broma, Kim.
-bien. Ponte decente. Si te colocas tus botas, no te llevo ni a la esquina.
-ya, ¿qué culpa tienen mis timberland? Me tienes descuidado, Kim. Creo que he usado esta ropa por más de una semana. Y eso porque te quité un conjunto de tu armario. La marca Gucci es cómoda.
-sólo... Ponte lo que hay en el clóset. Y no uses tampoco tu chaqueta de cuero, a donde vamos no les gusta eso.
Antes de que pueda gritarle que no pienso renunciar a mi bella caqueta, Kim se va y me deja con la palabra en la boca. Indignado, abro el mentado guardarropa. Grande es mi sorpresa al ver todo tipo de ropa ahí, claramente nueva, de marcas absurdamente costosas. Un traje negro es el que más llama mi atención. Es simplemente espectacular. Kim se merece un buen beso por esto.
-¿aún no sales del baño, Jeon? ¡Llevas media hora allí!
-¡tú llevas toda la vida en el clóset sin salir y no te digo nada!
-¡anda ya, que se hace tarde!
-¡voy! Qué pesado eres - digo entre dientes, abotonando los últimos detalles del traje mientras salgo del baño. No me he querido mirar al espejo por temor a verme como un completo payaso. ¡Es mentira que los sicarios usan ropa tan formal!
-por fin. No iremos a ver al rey ni nada de eso, ¿por qué...? Oh...
Espero que mis mejillas no me traicionen y se pongan de color rojo, la cosa sería más vergonzosa aún. Y que a Kim se le caiga la baba mientras observa con detalle cada parte de mi cuerpo no ayuda en nada. No es que me sea incómodo o ajeno (hemos estado en situaciones más íntimas); sin embargo, sí llega a ser un poco molesto. Sólo el físico importa, ¿no?
-¿nos vamos o te quedarás viendo mis piernas todo el día?
Con un sonrojo cubriendo todo su rostro, comienza a decir que es mentira y que sólo estamos perdiendo el tiempo. Por andar reclamando y negando que se ha quedado como hipnotizado viéndome, el muy tonto se pega contra la puerta de cara. Si no me río es porque este es el único día que me quita las ganas de burlarme de otros.
-¿recuerdas cuál era tu mayor sueño cuando tenías quince? - comienza Kim con una sonrisa.
-depende. Tenía la ilusión de siempre ser mejores amigos (oh, estúpido de mí), de casarme contigo o con Justin bebé, ser un astronauta y... ¡Ah! Jamás dejarte solo aunque en eso se me fuera la vida.
El rubio suspira y toma mi mano con suavidad, acto al que yo respondo alejándome y poniendo mala cara.
-me refería a tu sueño de ser patinador artístico profesional. Me acuerdo que incluso compraste unos patines y les quitaste las llantas para reemplazarlas por cuchillos. No fue la mejor idea. Ese día por poco te cortas un dedo al tratar de deslizarte por el pavimento - dice, riendo de forma cansada.
-ah, sí, patinador artístico como tu novio. Vaya coincidencia. ¿Qué? ¿Ahora Bogum me dará clases sobre patinaje sobre hielo?
Taehyung se detiene abruptamente y me toma por el brazo, obligándome con su otra mano a verlo a la cara. Tiene los ojos llorosos
-escúchame Jeon, y pon mucha atención. No eres el único que sufrió esos ocho años. Te busqué por cielo, tierra y mar, pero desapareciste del sistema. Hice todo, perdí mucho y me maté por arreglar todo. Tenía diecinueve años, por Dios. ¿Sabes cuánto te lloré? ¿Los mil y un días que no comí o dormí por la depresión que me dio? No, no eres consciente de ello. Cada día que pasaba era una tortura. El demonio me dio un hogar en el infierno. ¿Quieres que te cuente la verdad? Elegí a Bogum porque me recordó a ti, le puse "conejito" pensando en ti, lo besaba mientras tú y siempre tú ocupabas mi mente. Ese es mi mayor secreto, Jeon. Nunca fue por Bogum, fue por ti, idiota.
¿Y cómo se supone que responda a una confesión así? ¿Con algo más profundo? Bien, acepto el reto. Será divertido.
-te amo.
....
Dejémosle aquí para causar misterio, osiosi.
Hasta la próxima semana! Traeré unas cuantas sorpresas (si se pueden llamar así), y cambiaré unas cosas en las historias y la cuenta! Nos leemos pronto!
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