La justicia vela por quienes la merecen. Es el último recurso para condenar o salvar, aunque muchos dicen que es el principal... Pero, seamos sinceros, todo es mentira. La justicia no es para los llamados "buenos", o las "víctimas". Es la defensa de los monstruos y los agresores. Por eso es tan tardada. Por eso es tan injusta.

Hay quienes tratan de hacer un mundo mejor con ella... Pero son más los que se aprovechan. Un poco de dinero, y ¡voilá! Todo arreglado.

El dinero es poder. El poder gobierna el mundo. El mundo mata a los débiles. Los débiles son las víctimas.

Una suave risa brota de mis labios.

El abogado al lado mío me da un codazo por haber interrumpido un discurso, y yo tengo que mantenerme a raya para no quebrarle el brazo.

-¿Le parece gracioso algo, señor Jeon?

El juez me mira con repugnancia desde ese lugar tan alto que es el estrado.

Maldito hipócrita.

-en absoluto. Continúe, Señoría - le digo con una sonrisa divertida.

-mh. Continúe, Fiscalía.

-Señoría, han pasado ya cuatro meses desde que este juicio tuvo su primera sesión, y no vemos ningún avance. El acusado ya admitió haber cometido homicidio en primer grado, ¿qué más necesita para dar su veredicto?

-este jurado ha de respetar las reglas. Este juicio llegará a su final cumplido el quinto mes, fecha cada vez más cercana, y hasta entonces mantendré mi imparcialidad. El veredicto se dará en la fecha acordada. Aún faltan pruebas, testigos y declaraciones de ambas partes.

Una sonrisa brota de mis labios, pero tengo que ocultarla.

Monstruos. El mundo está gobernado por monstruos... Y únicamente se puede matar a un monstruo con un demonio.

¿Imparcialidad? Idioteces. Miedo. Esa es la razón tras de todo. Miedo de perder. Miedo de ser descubierto.

Todos tenemos las manos manchadas de sangre. Sea directa o indirectamente.

La diferencia entre monstruos y demonios es simple. Los monstruos pagan. Los demonios ejecutan. Así de simple... Y ese alabado juez, es un monstruo que conozco desde hace mucho tiempo y del que fui su demonio varias decenas de veces.

Sabe que no hablaré, pero eso no evita que tenga miedo... Al final, un demonio encerrado es más peligroso que uno suelto.

Me matará. Lo sé. Pero mientras no se haga el hipócrita conmigo, no lo hundiré.

Es así como mi abogado se la pasa demandando demencia, y apelando cuanto puede.

Yo solamente me quedo en silencio, sintiendo clavada en mi espalda una intensa mirada.

-se levanta la sesión. Nos vemos en dieciocho días para la última sesión de este caso y los alegatos finales.

Instintivamente cierro los ojos.

Última sesión: mi defensa fracasó rotundamente.

Quisiera reclamarle al abogado que está a mi lado, pero está tan asustado y tembloroso que es cómico... Además, realmente no me interesa el resultado. Si termino encerrado de por vida está bien, y si termino condenado a la inyección letal, mejor... Así que simplemente suelto una risa bajita cuando me da el paso.

-señor Jeon....

Miro por encima del hombro al abogado. Su cuerpo se tensa inmediatamente y la mano derecha le empieza a temblar.

-h-hay un hombre que desea hablar con usted...

-apellido.

-¿Disculpe...?

-¿Cuál es el maldito apellido?

-o-oh... Eh... Park...

No quiero verlo, no quiero hacerlo... Lo extraño mucho, quiero abrazarlo, quiero llorar... Pero no lo haré.

-comunícale mi situación de detención al señor Park.

-¿No quiere verlo, señor?...

Si.... Sí quiero... Pero no lo haré.

-no.

Y me voy sin mirar atrás... Sin mirar a esa alma traicionera que sé que me estuvo viendo sin perderse ni un gesto mío.

Da igual. Ese Traidor me da igual.... Aunque siempre sueñe con él, aunque mi corazón se resienta conmigo, no me importará nada de lo que él haga.

Moriré... Pero cuando muera, juro por mi alma condenada que iré a buscarlo y me lo llevaré conmigo.

Lo juro... En serio lo juro.

-volviste demasiado pronto - señala el maldito de Lee Suk -. Creí que harías tiempo para no volver a la celda de castigo.

-creí que dado que es el nuevo rey de este reclusorio tendría más mujeres persiguiéndole... Ambos nos equivocamos. Por idiotas.

-serás...

-¿Y Casco? Lleva tres horas retrasado.

Suk se pone serio de repente.

-lleven al recluso a su celda normal. Cuidado con los dientes.

Curioso... Aún me faltaban unos días en la celda de castigo, ya que me aumentaron cuatro por golpear a HyeSung... Supongo que algo le habrá pasado a Casco que fue grave. Supongo que quiere pensar en una solución sin que un recluso molesto lo interrumpa...

Puedo sacar ventaja de eso.

-lléveme a la celda de Nilsen.

-no.

-supongo que me veré en la obligación de intentar matarle y ganarme otros dos días de castigo.

-empiezo a creer que eres masoquista.

-¿Cumplirá mi fetiche?

-llévenlo cinco minutos con el recluso 1328

-diez.

-¿Para qué mierda querrías tanto tiempo?

-créame, es mejor que no lo sepa, sargento Lee.

-cinco minutos. No está a discusión.

Y se va.

Seungmin me da un toquecito en la espalda para que avance. Últimamente es más cuidadoso de lo normal.

-¿Sabrás algo tú de Casco?

Él suspira, y niega lentamente.

-sólo sé que está de gravedad en el hospital. No sé nada más. El sargento Lee está nervioso. Es su mejor herramienta para este reclusorio.

No digo nada más.

Con sinceridad, el estado de Casco me es sorprendente, pero tampoco era inimaginable. Yo mismo intenté atacarlo en medio de una crisis, pero acabé en el suelo y con los puntos de mis anteriores heridas abiertos.

¿Quién sería lo suficientemente idiota o fuerte como para dañar a Casco?

-Jeon...

-¿Por qué me llamas por mi apellido, Seungmin? ¿Mh?... Todos aquí me llaman "Diablo", "1832"... ¿Por qué tú no?

Un nuevo suspiro sale de sus labios con cansancio. La celda de Dennis está justo a tres pasos de nosotros.

-simplemente... Creo que vi al hombre detrás del Diablo.

Abre la celda, me obliga a meterme, la cierra... Y se va.

No tengo tiempo para cuestionar el significado tras esas palabras, pues en un parpadeo tengo un cuerpo encima de mí, y unos labios besándome con necesidad.

-lo siento... - murmura Dennis, escondiendo su cara en mi cuello -, no cumplí el trato... Actué como víctima y no como asesino...

-Dennis...

-¿Mh?...

-¿Qué edad tienes?

-oh. Uhm, cumplo veintitrés en unos días, ¿por qué preguntas?

-por nada. ¿Has estado bien?

Él se separa de mí, sonriente.

-han dejado de molestarme... Gracias. Después de la escena en el patio, y de que esta vez te encerraran por más tiempo, todos empezaron a tomarse en serio tu amenaza.

Una forzada sonrisa gobierna mis labios.

-mh. Me gustaría quedarme, pero mi tiempo es corto. Pongamos en claro que me perteneces, ¿mh?

Él asiente y me sonríe dulcemente, cerrando los ojos cuando mis dientes se acercan a su cuello y le hago una marca notoria.

El Diablo volvió.

-¿Sabes?... - murmura, acariciando suavemente la marca -, he estado hablando con el oficial Seungmin... ¿Recibiste la comida que te envié?... Sé que no te gusta que lo haga, pero la comida para quien está en la celda de castigo no es muy-

-la recibí. Me impresiona que lo hayas convencido de hacerlo. Generalmente te insulta si lo miras siquiera.

Luego de unos segundos, suelto un profundo suspiro, y permito que un suave y muy pequeño gesto de gratitud se forme en mi boca.

-gracias.

No comí lo que me enviaste, pero gracias.... Gracias por preocuparte por un pobre diablo como yo.

-¿De verdad no puedes quedarte más tiempo?...

-ese imbécil de Lee no lo autorizó...

Y haría prender un infierno si llego a molestarlo.... Justo como me encantaría ver.

-¿Sabes qué? A la mierda.

Me lanzo a sus labios y, aunque mis dientes chocan dolorosamente con los suyos, mis besos llevan tanta desesperación y fuerza que pronto acabamos en el suelo.

-Paradise no me enseñó sobre tipos como tú. Habría sido lindo conocerte antes.

Toda acción se detiene por mi parte, y, sin quererlo realmente, siento el horror plasmarse en mi cara, y envenenar mi corazón.

-¿Qué has dicho?...

-uhm... ¿Que Paradise básicamente jamás tuvo clientes tan atractivos como tú?

Siento que todo el aire en mis pulmones abandona su función, y se me atora en la garganta, dejándome sin respirar.

-¿Jeon...? Jungkook, estás blanco como el papel, ¿te encuentras bien?

-¿Dijiste Paradise?...

-sí. Me arrestaron por un descuido del gerente. Se suponía que íbamos por un cliente VIP, pero terminamos en una esquina cualquiera y nos agarró la policía.

Paradise....

Paradise, él viene de Paradise...

Tiene la misma edad que debería tener ese chico... Si no lo hubiera matado....

-tú... ¿Conociste a Ángel Rosas?... Te... ¿Te instruyó Kim Yugyeom?...

Su rostro pierde todo brillo de alegría, y su cuerpo comienza a temblar ligeramente.

-¿Ángel?... ¿Yugyeom?... Sí... Todos los conocen. Uno, un chico de dieciocho años asesinado por un cliente... Y el otro el dueño más productivo de Paradise... Ángel era un amigo... Y el señor Yugyeom se... Se encargó personalmente de instruirnos a todos... Jamás podría olvidarlo.

Lentamente se va despojando de toda prenda, mientras una mirada casi acusatoria me es dada.

-¿Cómo los conoces tú?... Ángel era poco solicitado. No tenía experiencia alguna... Y el señor Yugyeom siempre fue precavido con quién sabía de su posición...

Mis uñas se clavan fuertemente en mis palmas, mientras trato que no me tiemble el cuerpo en lo que mi ropa va desapareciendo.

-Ángel y yo estuvimos de servicio al mismo tiempo en una ocasión... Yugyeom... Fue quien también me instruyó.

Sí... Es más fácil decir esto a que fui yo quien mató a Rosas y que me casé, divorcié y maté a Yugyeom...

-¿Serviste en Paradise? - exclama sorprendido.

-no fue mucho - murmuro, odiando el nudo en mi garganta que trata de matarme.

Cinco noches.

-sí... Yo tampoco llevaba mucho ahí... Iba a cumplir tres, o cuatro años...

Eso es todo una vida....

-oye, no te pongas celoso - ríe -. Esa cara de celos no te queda. Está bien. No fui tampoco el más solicitado.

¿Celos?...

-¿Fuiste...?

-¡No, no! Yo busqué el trabajo. Necesitaba dinero. Mamá estaba enferma. No me obligaron a nada... Y no fue del todo malo... Tenía mejor comida que en mi casa, y tenía una cama propia... Créeme, compartir una cama con cuatro hermanos es horrible...

¿No era peor compartir cama con cuatro extraños?... Porque para mí lo fue.

-oye - murmura, tomando mi mejilla y juntando nuestros labios -. Está bien. De verdad. Estoy bien. Tú estás bien. Paradise nos ayudó.

¿Ayudar?...

-casi se acaban tus cinco minutos. Rápido.

En todo el rato en que Dennis está bajo mi cuerpo y yo sobre él besándolo... No puedo quitarme de la cabeza ese infierno.

Cinco noches...

Cinco minutos incumplidos. Seungmin trata de sacarme de la celda justo en el momento en que Dennis casi me deja sordo al gritar mi nombre en mi oído.

No me opongo. Me duele demasiado la cabeza para preocuparme o reírme que he salido semidesnudo de la celda de Nilsen.

Mi mente sólo grita dos palabras:

No debí.

No debí hacer enojar a la Organización, no debí dejar que los padres de Taehyung se ahogaran en deudas con el Jefe... No debí tomar el lugar de ese maldito... Tal vez no habría acabado así... Si tan sólo no hubiera aceptado esas cinco noches... Tal vez todo sería diferente...

Ojalá todo fuera diferente.

-espero que estés feliz, el sargento me va a matar cuando se entere que te dejé diez minutos más con Nilsen... ¿Acaso no podrías tener un poco de compasión conmigo? ¡Lo intento! No quiero ser despedido, pero haces que los supervisores empiecen a considerar esa opción.

No me atrevo a reírme ni a burlarme... No me sale.

-¿Jeon?...

-¿Conoces Paradise?... Es un lugar muy famoso y a la vez muy secreto...

-mh... Me suena familiar... Lo habré escuchado entre los reclusos, pero sólo eso. ¿Por qué? ¿Es algún lugar donde se reúnen traficantes, asesinos y demás?

Mi labio empieza a sangrar.

-no. Es un prostíbulo. El más grande del mundo. El más intocable.

-oh... Tú... ¿Ibas mucho ahí?...

Las manos empiezan a temblarme, y mis dedos pican por rascar algo... Pero se queda únicamente en un deseo.

-no... No fui... Sólo... Debí escucharlo por ahí.

-claro...

-si te sirve de algo, aunque el mismo sargento Lee hubiera ido a recogerme no me hubiera podido sacar de encima de Dennis.

-¿Por qué habría de consolarme eso?... Es más preocupante. No tienes ningún respeto a la autoridad.

-dulzura, maté a las mayores figuras de autoridad en mi vida, que eran mi padre y mi jefe, ¿crees que le tengo miedo a un sistema de mierda?...

-¿Y a qué le tienes miedo?

Mi celda es abierta, pero es tanta mi impresión por la pregunta que no me muevo ni un milímetro.

-¿Jeon?...

¿A qué le tienes miedo, Jeon?...

—mocoso.... ¿Esto te da miedo? ¡Ja! Acostúmbrate, porque verás muchos de estos entre tus piernas durante los próximos días.

—¿Qué? ¿Ahora le tienes miedo a un pozo? ¡Por favor! Ni te aventé de uno demasiado profundo. ¡Sé un Jeon! No debes temerle a nada, maricón.

-a nada - murmuro -. No le temo a nada...

-ajá... Entra ya.

La celda se cierra apenas cruzo el umbral. No volteo a ver a Seungmin.

-quisiera que... Intentaras siquiera frenar Paradise... - murmuro, no muy seguro de si me escucha -. Le salvarías la vida a miles de chicas... Y de chicos...

No, Dennis... No te estaban ayudando... No me ayudaron a mí a "saldar" todas nuestras deudas... No ayudan a nadie... Ni siquiera Gyeom.

-descansa, Jeon. Pasaste demasiado en la celda de castigo.

Y se va... Luego de unos minutos las luces se apagan, dando así finalizado el día.

El camastro chirría ante mi peso. Es tan incómodo que en un segundo me encuentro en el suelo, tapándome apenas con un mantel que quieren hacerme creer que es una cobija.

Está ahí. Justo en frente de mí. Esa oscuridad dándome la bienvenida al terror de una pesadilla...

O el dolor de un recuerdo....

Así que, Imbécil Kim.... Quiero que sepas.... Que todo eso fue debido a ti.

...

Duda seria, ¿los capítulos sí son notificados?... porque van varias veces que me marca error al subirlos, pero aparecen como publicados, como el CXIX ;-;

Pero bue! El próximo capítulo se tardará un poco más en subir porque es algo más largo de lo que acostumbro escribir (y aún no lo acabo :'D), así que bueno, eso.

En fin! Bonita semana, tomen agua, cuídense y nos leemos pronto!!

§†Val†§