Me alejo del cuerpo sudoroso del pelirrojo, besando su cuello una última vez antes de ponerme mi pantalón y abandonar la celda ajena.

Han pasado ya cuatro meses... Cuatro meses desde que accedí a proteger a Dennis a cambio de sexo.

Sinceramente, pienso que es un trato estúpido. Las palizas que he dado y me han dado no sé si valen esa media hora junto a ese chico... Aunque ver su sonrisa cada que, luego de una pelea, se siente a salvo... No sé.

A pesar de que trato y trato de no meterme en problemas, siempre hay alguien que quiere cruzar la línea.

En este lugar existe lo que se llama "celda de castigo". Es una celda oscura, húmeda, mohosa y asquerosa a la que llevan a los reclusos que incumplen las reglas.

Bueno, realmente deberían cambiar el nombre a "celda de Jeon Jungkook". Más de tres o cuatro veces al mes soy llevado a esa celda por romperle la nariz a alguien.

En esas ocasiones, siempre dejo una gran marca en el cuello de Nilsen. El mensaje es claro: volveré, y quiero lo mío intacto.

Joder, la vez que alguien se atrevió a tocarlo en mi presencia nadie la va a olvidar. Ese día el suelo del patio se inundó de sangre.

Todos lo llamaban el "pequeño" William. Más de dos metros de alto, gringo, y estúpido.

Al principio sólo le di un buen golpe con la charola de la comida que le rompió el pómulo. Lo iba a dejar ahí, pero entonces se burló:

-¡Ja! ¡Proteges a un maricón, Jeon! ¡A una maldita y asquerosa perra! ¡Eso es Dennis Nilsen, una perra!

Oh, y la mirada de ese pelirrojo... ¡Esa mirada! Clavada en el suelo, con las lágrimas retenidas y la pena pintando sus mejillas.

No tuve piedad. Lo golpeé tanto y tan fuerte que incluso mis nudillos se rompieron.

En un parpadeo tenía a cinco guardias separándome de un hombre con la garganta atravesada por la charola de la comida.

Si lo pensamos bien, es culpa de quien hizo las bandejas. ¡La usan criminales, por amor al Diablo!

Era cuestión de tiempo. No sé por qué tanto maldito escándalo.

Muy a mi pesar, Dennis ha sido... Tan dulce. Hay veces que ni siquiera me creo que haya sido un sexoservidor, pero me lo recuerda cada vez que honra el trato.

Ese día terminó temblando y llorando de placer.

Efecto Jeon Jungkook, ¿qué puedo decir?

Lo preocupante... es que también tiene un efecto en mí.

-oye, Jeon.

Pongo los ojos en blanco, volteando a ver al guardia ya-no-tan bonito.

-oh, Seungmin, ¿cómo sigue tu nariz?

Él bufa.

El muy imbécil trató de obligarme a tomar unas medicinas. Sobra decir que, además de terminar con la nariz rota, las pastillas acabaron en su estómago. Cómo no, eran calmantes.

-tienes visita. El señor Kim...

-guárdatelo. Mejor aprovechemos ese tiempo y vamos a mi celda, ¿mh? Todavía me debes un buen orgasmo.

Suelto la carcajada cuando él, alarmado, me cubre la boca.

¿Acaso no aprenden los imbéciles?

-¡Maldita sea, Jeon! ¡Deja de morderme la mano!

-deja de ponerla en mi boca.

-estás...

-¿Loco, enfermo? Sí, me lo han dicho.

-no, Jeon... Estás sangrando.

-es tu sangre, idiota.

-¡Que no, Jungkook, te está sangrando la mano!

Asombrado, desvío mi mirada a donde dice estar la herida.

Tiene razón. Lo estoy. Una buena cantidad de sangre mancha mi mano, y pequeñas gotas caen al suelo.

Mierda, mierda, ¡mierda! ¡Carajo, maldita sea!

-déjalo - le gruño cuando quiere tocar y revisar qué ha pasado.

No debe saber ni sospechar que soy yo.

Soy simplemente yo...

La fricción es un problema cada vez más recurrente y molesto. Cada que me doy cuenta, siempre es tarde.

Nunca había sangrado así... Pero, obviamente, hacer fricción entre la palma de mi mano y una maldita arma improvisada no es lo esencial.

Maldita cuchara con el mango afilado.

-¿No tienes algo mejor que hacer? Vete a golpear a alguien, yo qué sé. Déjame solo.

Seungmin muerde su labio, pero no discute. Se va, como siempre.

Se va, como todos.

En fin, una segunda ronda con Dennis no sería tan malo.

Con un suspiro, regreso a la celda del pelirrojo, quien trabajosamente se pone el uniforme.

-hey, ¿quieres ayuda?

-Dios, sí.

Con una sonrisa me acerco a él y lo ayudo a ponerse el pantalón, aprovechando cada que tengo la oportunidad de darle un beso o tocarlo.

-¿Quieres más? - murmura con una sonrisa cansada.

Mierda, sí...

Sin embargo, su expresión cansada y ligeros rastros de llanto detienen que me abalance, lo bese y lo haga mío otra vez.

-oye, ¿estás bien? Tienes la cara hinchada.

-no tienes que ser amable para que te abra las piernas, y lo sabes... Es cuando tú quieras, así que, si vas a hacerlo, que sea rápido.

En lugar de responder, me siento en su cama, y palmeo el lugar a mi lado. Él suspira, y trata de quitarse nuevamente la camisa, pero lo detengo y lo siento.

-tampoco soy un monstruo, Dennis. ¿Qué pasa?

Él esconde su rostro entre las manos, y empieza a llorar.

-mi mamá vino a visitarme... Me dijo que le doy tanto asco, que me detesta y que no quiere que jamás salga de aquí... Ella... Me llamó zorra, ¿puedes creerlo? - dice con una risa rota y cansada -. Si tantas personas lo dicen, entonces debe ser verdad...

-creo que, mientras la única persona que realmente tiene opinión en esto, considere que no eres una zorra, entonces no es así.

-¿Y quién es esa persona? ¿Tú? - dice riendo, y limpiándose los mocos y las lágrimas con la mano.

-no. Tú.

Él me mira con sorpresa... Y por primera vez en estos infernales meses, le brindo una sonrisa sincera.

-al diablo con las opiniones de los demás. Hagas lo que hagas siempre van a criticarte. Para eso te tienes a ti mismo, para protegerte. Así que deja de llorar, porque mientras tú sepas que no eres una zorra, tu mamá, yo, y todos nos podemos ir a la mierda. ¿Lo has entendido? ¡A la mierda!

-¡A la mierda! - secunda con una sonrisa.

Sin poder evitarlo, le doy un beso en la mejilla.

-a la mierda - finalizo.

Él se abalanza sobre mí para besarme.

Luego de unos segundos besándonos, la reja de su celda se abre, y un guardia nuevo entra. Tose incómodamente al verme sobre el cuerpo de Dennis, y lo hace más fuerte cuando nota que no me alejo de él.

-recluso 1832, tiene visita.

-que ese también se vaya a la mierda - murmuro, sin apartarme de las caricias en el cabello que Dennis me da.

-el visitante dijo que si no va a verlo inmediatamente, vendrá hasta aquí a jalarlo del cabello.

Mis sentidos se agudizan, y le doy una mirada breve al guardia.

-¿Es un enano con cara de imbécil y grandes cachetes?

El contrario frunce el ceño.

-no permitiré que alguien tan miserable y repugnante como lo es un recluso hable así de su visitante, sin importar la cercanía con este.

Me levanto de un salto.

-no tardo - le digo a Dennis, con una sonrisa que se ha escapado de mis labios.

Jimin está aquí.

...

-¡Cubículo 5 abierto!

-¡Entrando recluso 1832!

Los guardias tras de mí se ponen extremadamente tensos cuando pongo un pie dentro del cubículo. Los de adentro sacan sus tasers y rodean a la figura que me espera con impaciencia.

-Jeon.

-Park. Si no traes al cielo en tus manos, preferiría no verte aquí.

Jimin bufa, y llama a un guardia, el cual trae un bulto envuelto en un manto.

Cuando le entregan el bulto a Jimin, él descubre el manto, y la cara adormilada de Haneul queda a la vista.

Sin que nadie pueda detenerme, corro hacia Jimin, hasta que lo tengo fuertemente abrazado y con la cara escondida en su cuello.

-¡Ni se les ocurra usar esas mierdas!

La mano de Jimin me acaricia el cabello, y luego la espalda.

Te extrañé tanto...

-salgan.

-señor Park...

-¡Salgan!

Escucho pasos retirándose tras de mí.

Park Jimin, con influencias o no, da miedo si no lo obedeces.

-Kook...

-perdón, Minnie... Lo siento mucho. No sabía... No sabía que terminaría aquí... No quería que Haneul o tú me vieran aquí... Lo lamento...

No dejo que mis lágrimas caigan.

A pesar de que estamos hablando de Jimin, el chico más dulce y cariñoso, mi soporte, mi casi hermano... No me veré débil.

No más. No importa quién esté ante mí.

Nunca más.

-no, Kook. Yo lo siento... Debí saber que Taehyung haría algo así... Lo lamento tanto... Perdón también por no venir en tu cumpleaños.

Me alejo de su cuerpo, sonriéndole.

-está bien. Todo está bien. Mi cumpleaños también estuvo bien.

No estuve tan solo... Así que está bien. Dennis me regaló una pequeña rebanada de pastel...

Una mueca incómoda pinta su rostro.

-¿Qué? ¿Qué pasa?... ¿Realmente está todo bien?... ¿Tú estás bien?

-me mudé - confiesa con la voz baja -. Me mudé de la casa de Taehyung... Jamás fue mi hogar, de todas formas... Yo sólo vivía ahí de mantenido... Así que no me... No me afectó tanto.

Eres muchas cosas, Jimin. Incluso un buen mentiroso... Pero mi vida se basó en mentiras, así que fácilmente puedo identificarlas.

-¿Te mudaste? ¿Por qué? Jimin, esa sí era tu casa. Todos los días nos hacías de desayunar junto a YoonGi, siempre estabas atento a cualquier enfermedad que nos llegara. Me ayudaste a planear lo de Bogum...

-eso... Fue extremo, y no salió bien...

-¡Shh! Dije que me ayudaste y punto. El resultado no importa.

-no importa porque terminaste en el fondo de-

De un pozo... Sí. Lo sé... Y esa mano que me aventó al vacío fue la misma mano que me entregó.

-lo siento... - murmura cuando nota que mi rostro cambió.

-a la mierda - le sonrío, pensando en Dennis -. Es tu casa, Mochi. Te ganaste ese cuarto, te ganaste ese amor, te ganaste todo. No renuncies a eso, y menos si fue por mí y mi pleito con Judas.

-no puedo volver...

-¡Claro que puedes! Pídemelo y le diré a ese cabrón que te ponga las maletas en donde iban.

-¡No puedo, Jungkook! ¡Me fui hace meses! ¡Renuncié a mi trabajo, renuncié a la casa de Taehyung, renuncié a todo!... Voy una vez al mes por y únicamente por Haneul... A veces te dejo comida, porque me enteré que Taehyung viene a verte de vez en cuando... Pero es muy tarde para volver. Lo es para mí.

Se ve tan débil que tengo que quitarle a la niña de los brazos.

Hannie abre sus ojitos, y se ríe al verme, abrazándome con mucha fuerza.

-¡Baba, baba!

-¿Qué tanto dices, mi pedazo de cielo? - le digo con cariño, acariciando su precioso rostro -. ¿Baba? ¿Tienes babita en la cara? ¿Mh? ¿Quieres que te limpie la cara, mi niña hermosa?

-te dice papá, animal - ríe Jimin -. Lo estuvimos practicando, pero confunde la "p" con la "b".

Pa... ¿Pá?...

-Jimin, tienes que volver.

-Jungkook, ya te dije que...

-Hannie te necesita... Yo necesito que la cuides... No confío en nadie más para esa tarea... Ni en Él, ni... Ni en Gi... Lo quiero, pero sé que me oculta algo. Te necesito, Jimin.

-¿Y Taehyung? Es orgulloso, no me dejará volver...

-lo hará. Eres su mejor amigo.

-lo abofeteé... Mierda, no estoy seguro, pero creo que incluso destrocé la habitación.

-dijiste que renunciaste a tu trabajo... Entiendo lo de Él, pero ¿por qué hacer eso? ¡Tenías una buena paga, grandes metas!...

-admito que... Me excedí... Pero Taehyung me buscaba todos los días las veinticuatro horas del día, y yo... No podía verlo a la cara... No quería... Así que tomé una decisión drástica y me salí... Ahora trabajo en una pequeña clínica... No es lo mejor, pero sobrevivo con eso.

Tu culpa, Jeon Jungkook, ¡es tu maldita culpa!

-Jimin... ¿No extrañas a Gi?... ¿A Él?...

-sí, pero...

-vuelve. No te responsabilices por mis problemas... Vuelve.

-yo... Lo pensaré...

Le sonrío ligeramente, y dedico la próxima hora a hablar con él de cosas comunes. Incluso Jimin se aventura a cantarme el "Cumpleaños feliz" con una sonrisa melancólica, todo mientras sostengo a Haneul entre mis brazos y sus ojos bicolor me miran con dulzura.

A pesar de que ya no es mía, quiero que tenga una buena vida.

No podré estar en ella. No tengo nada qué perder más que el orgullo... Si lo sacrifico, entonces la muerte dejará de asustarme...

¿Verdad?...

-llama al cabrón de Kim - murmuro a un guardia, mientras veo cómo Han y Jimin se alejan.

-se acabó tu hora de visitas.

Toda la impotencia que sentí mientras veía a Jimin reír y hablar mientras contenía las lágrimas hace explosión, y se enfoca en el guardia como algo nuevo: ira. Así que lo aviento contra la pared y golpeo justo al lado de su cabeza, ignorando que mis nudillos duelen y sangran.

Él está aterrado, pero me importa poco.

-¡Llama a ese asqueroso Judas!

...

-¿Disculpa?

-no, no te disculpo, hijo de perra, traidor de mierda.

Él cierra los ojos, y los talla con cansancio.

-no vine aquí para ser insultado. Si es lo único que va a salir de tu boca, entonces no tengo nada más qué escuchar.

Él se levanta, y trata de irse, pero, furioso, aviento la silla en su dirección, evitando así que dé un paso más.

-te vas a sentar y me vas a escuchar, cabrón, aún si te maldigo mil veces en todas las jodidas lenguas existentes porque es lo que te mereces. Me vas a escuchar y vas a hacer lo que te digo.

-¿O qué? ¡No tengo que hacer nada, Jungkook! Te vine a ofrecer ayuda, y salí con el tabique de la nariz casi roto - gruñe, señalando la gasa sobre el puente de su nariz.

-¿Ayuda? ¡¿Ayuda?! ¡Eres un-!

No. No.... Primero es Jimin.... Tiene que volver a casa, tiene que recuperar su empleo... Tiene que vivir bien.

-"¿O qué?"... Mira, Imbécil... Te lo pondré de la manera más sencilla...

Con movimientos lentos voy por mi silla, la recojo, y trabo la puerta con ella. El rostro de este maldito Judas se pone blanco, y tartamudeos rogando por ayuda salen de sus labios.

"Déjenlo suelto", pidió. "Quiero que se exprese libremente"...

Estúpido. Un león no puede andar sin su maldita cadena. Inevitablemente matará a alguien.

Lo empujo fuertemente, haciendo que se tropiece con sus lejos de su propia silla, para luego tomar ésta y trabar la segunda puerta.

-harás lo que te pido - le digo con una leve sonrisa, pateando su pie y haciéndolo caer para ponerme encima de él, con la furia y el odio corrompiendo cada parte de mi cuerpo -, o haré que te maten.

-¿Matarme? - repite con una sonrisa, evitando que le tiemblen los labios con cada palabra que suelta -. Estás en una prisión, Jeon. No podrás matarme.

-¡Ja! ¿Yo matarte?... Nah. Créeme, estoy siendo piadoso con mi oferta. Si te matase yo... Ni siquiera un pelo de tu cabeza de salvaría de una cruel tortura... No. No lo haré yo.

Con una leve risa me separo de él, sintiendo asco por haber tocado su persona, y me pongo de pie, mirándolo en el suelo con una mirada despectiva. Él alza la barbilla, y también se pone de pie, con una postura orgullosa.

-¿Acaso crees que todos esos reclusos que se pasean en el patio no saldrán nunca?... ¿Realmente crees... Que no puedo hacer que te maten?

Doy vueltas a su alrededor, observando, sopesando la idea de mandar a la mierda todo y hacerlo pagar por lo que me hizo en este mismo momento... Pero nuevamente la idea de Jimin necesitando esto me detiene.

-Ji ManHo. Condenado a cinco años por asalto a mano armada. Será liberado el día de mañana, a las nueve en punto de la mañana.

-no me da miedo un asaltante.

-Oh MinJoon. Homicidio en primer grado, pero pudo fingir que fue accidental por una riña en un bar. Cuatro años. Sale el próximo sábado.

-¡Deja de amenazarme, Jeon Jungkook!

-¡Koo JiHu, sicario, condenado únicamente a tres años por sus conexiones con el gobierno, libre el viernes! ¡Choi JinSeok, traficante de drogas, cinco años, sale el martes! ¡Sólo debo pedirlo, y te matarán, todo a cambio drogas, un buen lugar para echarse un polvo diario, o un lugar en la misma Organización!...

-¡¿Qué mierda quieres?!

-¡Jimin regresará a su habitación sin ningún inconveniente, y le darás la custodia de Haneul! ¡Eso es lo que quiero!

-¡Púdrete!

-crees que no puedo matarte... ¿Qué tal si mando a alguien a hacerlo hoy mismo? Haré que tengan que velarte con el ataúd cerrado.

-¡Me pides que renuncie a la custodia de Haneul, Jungkook! ¡Puta madre, soy su maldito tutor legal! ¡¿Sabes cuánto me costó que nadie hiciera preguntas?! ¡Miles de dólares! ¡No voy a renunciar a esa niña, Jeon!

-¡Lo vas a hacer y se la vas a dar legalmente a Jimin! ¡Le vas a devolver su trabajo en el hospital y le vas a dar una jodida habitación en tu casa o le compras un puto departamento!

-¡No tengo ningún problema con Jimin, Jeon, pero Haneul es un tema muy aparte y no voy a dejar que tu mierda la afecte!

-¡¿Yo afectarla?! ¡Cabrón hijo de perra, tú vas a arruinar su vida, se la jodiste desde el momento en que te hiciste pasar como su padre! ¡Esta mierda ya la mancha, me pusiste aquí! ¡Me entregaste, sin importar cómo podría afectar esto a Jimin, a Haneul o a YoonGi! ¡Te importó tu maldito dinero, tu jodida reputación, eres un puto mentiroso! ¿Sabes cómo mi padre me intentó quitar lo mentiroso? ¡Te lo voy a demostrar justo ahora, cabrón!

—¡a la mierda! - le digo con una sonrisa a Dennis.

—¡A la mierda! - secunda él con ese gesto tan radiante.

-¡A la mierda! . grito furioso, y me lanzo en su contra.

Y pierdo el control...

Su cabeza se golpea fuertemente contra la mesa cuando lo tiro, y, ya encima de él, mis puños no se detienen a considerar lo estúpido que estoy siendo.

La puerta tiembla por los guardias que intentan echarla abajo. Todo es un caos.

Mis oídos pitan, mi vista se ennegrece, mis puños duelen y la garganta también.

No lloro. Estoy tan lleno de odio que las lágrimas se quedan heladas, temerosas de salir.

Mis manos están sobre ese cuello color canela que, no mucho tiempo atrás, lucía marcas de mis dientes. Los labios que besé con amor están rotos. La voz que alguna vez amé pide ayuda a gritos... Y las manos que arrebataron mil vidas vuelven a hacer su trabajo una vez más.

Pero varias personas me detienen antes de que cumpla mi meta.

-¡seis días, idiota! - le grito mientras me retuerzo para que los guardias me suelten -, ¡te doy seis jodidos días, o te mataré! ¡Te mataré, maldito, te mataré!

Te lo juro... Te mataré.

...

WENAS WENAAAAAS! Lo sé, es terriblemente tarde. Lo siento. Tuve (tengo) un bloqueo (espantoso y duradero). No recuerdo si lo había mencionado, pero ya es la etapa final de esta historia, y con sinceridad cada vez es más difícil escribir algo que sé que no tardará mucho en acabar.

En fin! Espero que tengan una bonita semana, tomen agua, cuídense y nos leemos pronto!!

§†Val†§

Posdata: si hay algún error ortográfico, háganmelo saber, por favor! No revisé a fondo el capítulo.