༺ veintidós ༻
──¡Todo el mundo a la cama! ──ordené rápidamente, sin siquiera detenerme a mirar si mis hermanos obedecían.
En cuanto Yoongi bajó del carruaje salí corriendo de la casa aún descalzo y con mi cabello suelto, sin importarme el protocolo o cualquier otra cosa que no fuese el alfa. Mi lobo aulló en cuanto sentí el aroma a bosque en el aire, recibiéndome en el exterior como un viejo amigo.
──Majestad ──murmuró mi padre, algo asustado──. ¿A qué debo el honor?
Ni siquiera me detuve a hacer una reverencia como él, solamente corrí en dirección a Yoongi lo más rápido que pude. Sin embargo, pese a que él sonrió al verme y caminó hacia mí, Jinnie se encargó de atraparme en el camino y llevarme de las orejas lejos de él.
──¡¿Cómo se te ocurre salir así ante el rey?! ──Me regañó.
──Pero papá él-
──Señor Park. ──Me cortó Yoongi con un tono calmado y educado pese a todo── el motivo de mi visita es el soldado Park, le ruego que hablemos los tres. ──Carraspeó al ver los cachorros salir al patio──. En privado si es posible.
Jin soltó mis orejas sólo para tomar en brazos a Jisoo y yo a Lisa para evitar que alcanzasen al rey, pero Jungkook se escapó y corrió directo hacia su hanbok, que costaría más que nuestras vidas juntas.
──¡Kookie! ──espetó papá.
Los guardias también se alertaron, corriendo en dirección a Yoongi pero él los detuvo con un ademán de su mano. Yo ni siquiera parpadeé porque confiaba plenamente en él y, aunque no sabía cuándo afín era con los cachorros, no me sorprendí cuando tomó en brazos a Jungkook y lo cargó cómodamente allí.
──¡Majestad! ──Jinnie parecía a punto se sufrir un infarto, así que negué en su dirección para calmarlo.
──No es molestia, ¿puedo pasar? ──comentó Yoongi, aunque sin esperar respuesta atravesó el jardín en dirección a la puerta.
Papá prácticamente corrió para entrar a casa y quizá arreglar algunas cosas, como el desayuno a medio terminar. Mientras, me acerqué al alfa en la puerta de entrada con una risita.
──Dame a mi hermano, debe pesar mucho ahora que come más ──murmuré con el brazo derecho extendido.
Pero Yoongi negó y Jungkook giró la cara para no mirarme, demasiado cómodo con él, lo que me enterneció demasiado.
──Reposa el brazo ──comentó con una mueca──. No me importa cargarlo.
Totalmente anonadado asentí. No me había fijado en lo mucho que lo había extrañado hasta ese momento, donde mi lobo prácticamente saltaba por él.
──¡Maldigo al rey! ──chilló Lisa de pronto.
Yoongi se rió, pero mi cuerpo se enfrió de golpe.
──¡Ni se te ocurra volver a decir eso! ──La regañé, totalmente avergonzado.
──Pero Mimi lo dijo... ──murmuró con un puchero.
Yoongi alzó una ceja mientras me miraba, pero yo evité sus ojos en todo momento para retener la poca dignidad que me quedaba.
──¡Mamdigo al ley! ──repitió Jungkook.
Con un suspiro dejé a Lisa en el suelo, su manita agarrada de la mía y con el otro brazo arranqué a Jungkook de los brazos de Yoongi sin piedad.
──¡Se acabó!, ¡a la habitación los dos! ──gruñí para callarlos, entonces me giré hacia rey──. Que sepas que dije eso antes de conocerte ──aclaré.
Yoongi, completamente divertido por la escena, me siguió con una sonrisa silenciosa cuando entré a casa y los mandé a ambos con un gesto de la mano a la habitación.
Jinnie había preparado té en la cocina en un tiempo récord, sobretodo al ver que Jisoo seguía con él, pero seguía pálido como si hubiese visto un fantasma.
──A la habitación, cuida de tus hermanos un momento ──dije a la mayor de los tres también, para evitar problemas, señalando el pasillo.
──Majestad lo siento mucho ──farfulló papá mientras abría una silla en la mesa central de la cocina para Yoongi──. Siéntese, por favor.
Ante tanto formalismo rodé los ojos, pero el alfa pareció encantado y simplemente se sentó en la silla frente a Jin, esperando. Este último me hizo un ademán que significaba servir el té, y como era el menor de los tres me tocó ponerme de rodillas sin rechistar y repartirlo en dos tazas en medio de un silencio incómodo.
Hacía años que no era excluido de una conversación adulta, y teniendo en cuenta mi estadía en el ejército me hirió un poco en el orgullo. Sin embargo, en cuanto terminé de servir y me levanté para quedarme apartado Yoongi apartó una de las sillas a su lado.
──Señor Park, quisiera que su hijo formase parte de la charla ──comentó.
Por supuesto yo sabía de qué quería hablar, pero Jin al no saberlo me fulminó con la mirada. Nunca habíamos recibido visitas reales así que entendía su preocupación.
──Sírvete té en silencio ──ordenó malhumorado.
Asentí con una mueca, tomando una tacita más pequeña al ser inferior a ellos en la mesa y la llené de té verde. Después me senté con ellos en la mesa, sin atreverme a alzar la mirada y ser regañado de nuevo.
──Si está aquí por la imprudencia de mi hijo al inscribirse al ejército me disculpo por ello ──murmuró papá, inclinándose hasta casi tocar la mesa con la frente.
──Descuide, no es por eso ──negó Yoongi──. Se trata de su mano.
Jin pareció confuso al principio, pero relajó la mueca al ir comprendiendo y yo temblé en contraste.
──Me gustaría cortejar a Jimin, y querría su bendición para ello ──añadió Yoongi.
Noté mis mejillas sonrojarse ante los encantos del rey, incluso mi padre sonrió primeramente pero la expresión se fue apagando gradualmente.
──¿Cómo podría rechazar yo una petición del rey? ──Suspiró──. Pero me temo que mi primogénito ya está siendo cortejado.
Al escuchar eso levanté la cabeza de sopetón, igual que Yoongi me miró extrañado.
──¡¿Qué?! ──Reí nerviosamente y negué hacia el alfa──. Que va, estoy completamente libre, te lo prometo ──farfullé en confianza.
Jin me dio un golpe en la nuca por las informalidades, pero del susto solamente lo miré con molestia.
──Papá estoy libre, Taehyung es el único que se casa ──mascullé, intentando que me entendiese.
Pero él debía pensar algo que no era porque siguió negando.
──Jimin, sé que no podemos negarle nada a Su Majestad, pero estás esperando un cortejo de otra persona y nuestra familia puede sostenerse ahora ──susurró aunque Yoongi estaba ahí mismo.
Reí incrédulo porque entendí que Jin se había confundido completamente y la situación parecía cómica. Mientras, Yoongi nos miraba en silencio con los labios prensados, obviamente escuchando todo y esperando respuestas.
──Papá él es el cortejo que espero, no hago esto por el dinero ──aclaré entre dientes, haciendo señas con los ojos.
──Oh, ¿él es...? ──exclamó sorprendido──. Por la Luna, lo siento muchísimo majestad, jamás pensé que mi Jimin sería tan afortunado. ──Rió.
──Auch ──susurré.
──Si necesita explicaciones puedo dárselas, señor ──murmuró Yoongi, con paciencia.
Jin negó y tomó mi mano izquierda entre las suyas, asegurándose con mi mirada que no era un farol y que de veras el rey era mi destinado. Pensándolo de esa forma parecía una broma de mal gusto, pero yo no podía estar más encantado.
──No las necesito, de veras, si Jimin acepta yo también ──farfulló tras comprender──. Me alegra pensar que mi primogénito tenga un futuro brillante con usted.
Después tomó la mano del rey según la tradición y la juntó con la mía para entregarme a él. Realmente yo tenía un aspecto penoso y la situación no podía ser más bochornosa, pero cuando me giré y enfrenté al fin la mirada de Yoongi me sentí el omega más hermoso y afortunado del mundo.
──Espero que haga feliz a mi Jimin, majestad ──concluyó papá.
Yoongi sostuvo mi mano con relativa fuerza y se la llevó a los labios con cariño, sin apartar sus iris de los míos.
──Créame que no tengo otra intención, señor ──musitó con una sonrisa antes de encararlo de nuevo──. ¿Podría hablar con Jimin a solas?, será solamente un momento.
Jinnie pareció catapultado de la silla, no tardó ni un segundo en recoger su té, hacer una reverencia y marcharse por el pasillo a ver a mis hermanos, que seguramente habrían liado algo en la habitación sin supervisión.
En cuanto dejé de escuchar sus pasos pude relajarme por completo y mirarlo con calma, disfrutando de su compañía tras unos días que se me hicieron eternos.
──Yoongi ──saludé al fin, sin saber qué más decir, con una sonrisa anonadada──. Has venido pronto.
──Pues claro, cumplí los cinco días técnicamente ──replicó con una risita casi traviesa, peinando mi cabello con la otra mano──. Por cierto, estás hermoso vestido de omega, sin el uniforme y la suciedad.
──Eh. ──Me quejé con diversión──. Siempre fui un omega y a mucha honra, no importa mi aspecto.
──Oh, lo sé ──replicó al instante──. Pero con uniforme, heridas y una espada en la mano eres más intimidante. ──Rió un poco──. Ahora sólo eres adorable y hermoso, Hijo de la Luna.
En mi rostro se había formado una sonrisa sonrojada hasta que escuché el apodo, entonces fruncí el ceño y gruñí un poco.
──¿Tú también crees en eso? ──refunfuñé.
Yoongi peinó mi cabello tras la oreja, como de costumbre, y dejó la mano en mi mejilla mientras hablaba.
──No estoy seguro, sólo sé que la Luna unió nuestras almas por algún motivo y te trajo hasta mí, eso es suficiente. ──Se encogió de hombros.
Volví a adquirir la sonrisa, ignorando que había sonado demasiado cursi porque sólo él tenía mi permiso para serlo. Entonces miré hacia atrás al pasillo y, al no ver a Jin por allí, me atreví a tomar el rostro de Yoongi e inclinarme en la silla para besarlo por primera vez en, oficialmente, el periodo de cortejo.
Lo noté sonreír en mitad del beso y sujetarme la nuca para impedirme escapar, pero de todos modos se separó unos segundos después.
──Me encantaría seguir, pero no en presencia de tu padre ──susurró.
Asentí, rozando su nariz consecuentemente, y suspiré.
──Era para celebrarlo ──aclaré.
──Oh, hablando de eso... ──musitó mientras se alejaba de pronto──. Termina el té.
No entendí la urgencia, pero supuse que querría hacer algo para festejar el cortejo, así que terminé la tacita de un trago al igual que él. Entonces se levantó como si buscase algo.
──¿Tienes soju? ──preguntó.
Con una risita traviesa, sabiendo lo que quería hacer, busqué en el armario de madera al costado del estante de los platos. Allí guardaba mi padre todo el alcohol y Jin siguió con la costumbre aún después de perderlo. No teníamos muchas botellas, pero si había alguna para ocasiones especiales y pensé que podría excusarme si era una orden del rey, técnicamente.
──Espero que hayas desayunado. ──Yoongi rió por lo bajo mientras tomaba la botella de cristal tintado con letras chinas.
Entonces vertió el soju en las dos tazas que habíamos dejado allí, que por suerte no eran más grandes que dos de mis dedos, sin importarle ser el mayor en título y edad de la estancia, y a mí tampoco me importó con tal de no encargarme de servir. Después guardé la botella para no levantar sospechas.
──Ven aquí, kisaeng ──musitó con la voz levemente ronca, lo que me erizó la piel al instante.
Estiró de mi mano buena en su dirección y me pegó a su cuerpo bruscamente antes de tomar mi mentón y obligarme a abrir la boca, vertiendo el soju de su taza de una sentada. Lo tragué al instante, haciendo una mueca, y evité decirle que nunca lo había tomado.
Después agarré yo mi taza y me puse de puntillas para poder dársela de beber con éxito, siendo sujetado por la cintura con sus manos.
──Ahora mismo te daría lo que me pidieses ──canturreó con el aliento a alcohol chocando en mis labios.
Tras dejar la taza en la mesa rodeé su cuello con los brazos y, vigilando que mi padre no llegaba aún, me acerqué a dejarle un último beso en los labios.
──En realidad sí que quiero pedirte algo ──susurré contra sus carmines.
Él no dejó de besarme, ni siquiera cuando habló a trompicones.
──Lo que... sea... ──musitó, mordisqueando mi labio inferior.
Siendo consciente del aroma que dejaríamos en la cocina puse final al beso, casi a regañadientes.
──¿Te gustaría ser mi acompañante en la boda de mi hermano y el soldado Jung? ──pedí con una sonrisa.
Él asintió y volvió a besarme con tanto ímpetu que de no haberme sujetado habría perdido el equilibrio. Sin embargo se apartó con un ceño fruncido.
──Espera, ¿el soldado Jung se casa con tu hermano?, ¿cuántos años tiene? ──dijo sorprendido.
──Se llevan menos que tú y yo, no sé de qué hablas. ──Rodé los ojos.
Él soltó una risita irónica y presionó un poco el agarre en mi cintura.
──Pero yo soy irresistiblemente atractivo, no te puedo culpar ──susurró.
Le di un pequeño golpe en el pecho con mi mano mientras reía, pero me salió el tiro por la culata cuando noté sus músculos marcados bajo la tela. Atomáticamente recordé su cuerpo semi desnudo en aquella tienda de la frontera y sentí el calor subir a mis mejillas, pero él no comentó nada sino que besó mi nariz.
──Mi omega ──llamó.
Miré sus iris rojos, sabiendo que mi lobo atento habría puesto los míos celestes, y lo llamé con un quejido dulce.
──¿Vendrías a palacio conmigo? ──susurró.
De veras lo sopesé, sobretodo después de la charla mantenida con papá en el carruaje. Sabía que si había dado su bendición yo era independiente a partir de ese momento, y que él lo quería así, pero seguía queriendo estar con ellos un poco más.
──Alfa ──susurré por primera vez en mi vida, conteniendo el aliento al igual que él──. Quiero ir, pero también quiero estar aquí...
──Unos días a la semana ──farfulló deprisa──. Puedes venir los días que quieras y volver a tu hogar, puedes estar donde desees cuando así lo quieras ──prometió.
Me mordí el labio inferior mientras lo pensaba. Podría ayudar a Taehyung con la boda y estar con los niños entre semana, quizá incluso dormir con ellos, el palacio estaba a dos horas de allí solamente. Y de veras quería dejarme cortejar como es debido, con largos paseos y charlas, miradas furtivas entre la multitud, escapadas a escondidas...
Además, si el cortejo seguía adelante, el rey debía casarse en algún momento, lo que me convertiría en rey consorte y sabía que en palacio me impartirían clases para ayudarme a ser un buen compañero de Yoongi, pero para eso debía pasar tiempo allí.
Unos días entre semana me parecía buena idea, cuando Taehyung estaba en casa.
Y quizá, sólo quizá, después de la boda podía quedarme con él.
──Está bien ──accedí con una sonrisa.
Esa vez en lugar de un beso recibí sus brazos alrededor de mi cuerpo, haciéndome sentir pequeño.
──No sabes las ganas que tengo de recibirte allí, lo tengo todo listo ──murmuró contra mi hombro, buscando mi cuello.
Le dejé espacio al inclinar la cabeza y lancé una risita al aire.
──Ni siquiera sabías si aceptaría...
──No importa ──susurró.
Dejó pequeñas mordidas en mi cuello y mis piernas temblaron como consecuencia, pero conseguí mantenerme en pie a pesar de la nube en la que me encontraba. Cuando terminó jadeé en busca de aire y me senté en la silla, debilitado.
──Omega ──murmuró preocupado.
Sin embargo, tras un ademán de mi mano lo dejó pasar, porque mi rostro tenía color y mi aroma era dulce, sólo estaba abrumado.
──Las manos quietas, majestad ──masculló Jin mientras se acercaba por el pasillo con Jungkook en brazos y las niñas detrás, dado por finalizado el momento a solas.
Yoongi, como si no fuese el propio rey, se volvió a sentar en la silla pero con mi mano entre las suyas. Jinnie cargó a Jungkook en un sólo brazo y buscó por los cajones hasta dar con galletas saladas que me tendió.
──En esta familia cuando un omega es marcado de alguna forma, si no ha tratado con alfas antes, necesita comer mucho para no debilitarse ──explicó, mirando a Yoongi directamente.
Después abrió las ventanas, supuse para ventilar el aroma que habríamos dejado. Yo me comí las galletas en silencio, evitando la mirada preocupada de mi alfa.
──No es para tanto, estoy bien ──aseguré, aunque las otras veces que el alfa había dejado su aroma en mí había tenido el estómago lleno y esa vez tenía hambre.
Yoongi besó mi mano con ternura en respuesta, lo que hizo reír a las niñas, pero Jungkook estaba atento al exterior que se veía por las ventanas.
──Señor Park, le he propuesto venir a palacio algunos días cada semana, para poder cortejarle y enseñarle la vida noble ──comentó Yoongi.
Jinnie asintió, seguramente sabiendo que yo me negaba a estar allí todos los días.
──Por ahora he de irme ──añadió──. Ha sido un placer conocerles.
──Vuelva cuando quiera, majestad ──se inclinó papá.
Las niñas lo copiaron, pero yo solamente apreté su mano. No quería perderlo de vista tan pronto, menos cuando su aroma seguía en mis fosas nasales.
──Oh, se me olvidaba ──comentó Yoongi, soltándome con cuidado para sacar una caja rectangular del cinturón de su hanbok──. Este es mi obsequio de cortejo.
Se postró frente a mí en la silla e hincó una rodilla en el suelo, casi como si se estuviese proponiendo. Mi corazón se aceleró cuando abrió la caja y dejó ver un pasador de piedra jazmín con relieves dorados y rojos formando una mariposa al final del extremo visible. Aquella era una reliquia real, sin duda, y debía costar más que mi casa y todos nosotros con ella.
──Yoongi... ──susurré sin creerlo.
──Es el pasador real, todos los reyes y reinas consortes lo han conservado hasta el día de su muerte ──comentó con una sonrisa, mirándome──. Quiero que sea tuyo.
Parpadeé para evitar llorar mientras de reojo veía a Jin cubrirse la sorpresa de su boca con la mano. Si Taehuyng hubiese visto eso habría saltado y gritado.
Aquel regalo de cortejo no era sencillo, aceptarlo era prácticamente comprometerme con él.
──Omega, quiero que lo aceptes, sin importar lo que suceda al final ──susurró Yoongi──. Sea cual sea tu destino quiero que conserves este recuerdo de mí.
Asentí, pero cuando tomé la cajita de madera con mis manos temblando no pensé en aceptar un simple recuerdo, sino en un regalo de mi alfa, el único que tendría nunca.
──Lo guardaré siempre ──prometí.
Yoongi asintió y se inclinó a besar mi frente como conclusión. Jin aún seguía en estado de shock y las niñas cuchicheaban entre sí, mientras Jungkook se había terminado durmiendo.
──Te extrañaré ──susurró antes de alzarse.
──Pues no te vayas ──murmuré con un quejido involuntario de mi garganta.
Yoongi gruñó un poco mientras tomaba mi mentón y profundizaba en mi mirada, sin reparar en los presentes, pero me aseguré de que no hubiese rastro de duda en ella.
──Ve con él ──murmuró Jinnie──. Las cachorritas me ayudarán con Jungkook, ¿verdad niñas?
Ellas asintieron al unísono y comenzaron a recoger cosas en la cocina, pero yo no estaba convencido.
──Pero papá...
──Es una orden, jovencito, te quiero el resto de fin de semana fuera de mi vista ──refunfuñó.
Yoongi rió un poco mientras me ayudaba a levantarme de la silla y guardaba consigo el pasador, sabiendo que no me negaría.
──Pero el lunes vuelvo ──dije.
Papá se encogió de hombros, haciéndose el ofendido porque sabía que si hacía eso acataría cualquier orden.
──No tengo ropa adecuada ──murmuré hacia Yoongi entonces, pero él estaba tan encantado que ni siquiera le dio importancia.
──Ponte lo que quieras, estarás hermoso de todas formas ──susurró en mi oído.
Jin le lanzó una mala mirada, pero ambos lo ignoramos con la adrenalina del momento.
Entonces dejé un beso en su mejilla y otro en la de Yoongi, antes de correr hacia el pasillo para vestirme cuanto antes. No podía creer que pasaría dos días en el palacio y que el propio rey me estaría cortejando.
Si alguien me lo hubiese advertido meses atrás me habría reído en su cara, pero en ese momento no podía estar más contento.
Perdón por tardar tanto en actualizar, como dije en "Melodía inmortal" estoy trabajando y con los estudios este mes lo tuve complicado, a parte del concurso y las editoriales en las que participo.
Iré actualizando cada que pueda, espero que lo entendáis y que la espera merezca la pena y no defrauden los nuevos capítulos de las historias ~♡
Cuídense 💜🤸
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