༺ treinta y cuatro ༻
Yoongi volvió a su palacio y yo regresé a mi habitación para descansar, pero yo no pude pegar ojo en toda la noche y algo me dijo que él tampoco.
El anillo en mi mano pesaba más de lo que debía y el silencio de la habitación me ponía de los nervios. Sabía que nadie se había despertado en mi ausencia, podía escuchar las respiraciones calmadas de todos, pero eso sólo implicaba que a la mañana siguiente debía explicar cómo había amanecido comprometido.
Al amanecer, sin haber dormido siquiera una hora, me hice el dormido para esperar a que los cachorros hubiesen desayunado. Sólo entonces aparecí por la cocina, cuando papá Jin preparaba el suyo y el mío.
──¡Mimi! ──los gritos de Lisa me distrajeron del objetivo principal──. ¡Jungkook me está mordiendo!
Solté una risita. El pequeño comenzaba a mostrar signos de dominancia, lo que nos hacía pensar que podría ser el primer alfa de esa generación.
──Ya vale, te daré algo mejor que el brazo de tu hermana ──murmuré mientras lo tomaba en brazos para alejarlo de ella.
Lo primero que vi fue la cáscara de un limón, quizá con eso aprendería a no morder.
Jin me miró con una sonrisa que se convirtió en carcajada al ver la mueca de asco de Jungkook.
──¡Yo quiero té de limón! ──chilló Jisoo.
──Ya basta, habéis tomado suficiente, salid afuera a jugar mientras Mimi y yo desayunamos ──ordenó papá.
Dejé al cachorro en brazos de Jisoo, ella había madurado bastante desde que Taehyung se había casado, pero parecía aún más centrada desde que yo había recuperado mi lobo y conexión con Yoongi. Quizá era capaz de notarlo, no tenía la menor duda de que era muy lista.
──¿Tienes hambre? ──musitó papá mientras colocaba el arroz en cuencos de porcelana cara, regalo de bodas por parte de la casa Jung.
──No...
Ayudé a servir el té en los vasos y después a llevarlo todo a la mesa, justo como cuando era un cachorrillo. A veces echaba de menos esa época, donde mis preocupaciones no iban más allá de mi familia. Pero ahora esta también incluía a Yoongi, y yo no podía estar más feliz por ello.
──¿Me vas a explicar por qué saliste de casa en mitad de la noche? ──comentó papá mientras se sentaba frente a mí.
Yo no pude evitar contener el aliento de la sorpresa.
──¿Cómo...?
──Cariño, soy vuestro padre, lo sé todo sobre vosotros.
Su sonrisa logró calmarme, pero mi lobo estaba inquieto y sobretodo nostálgico por no tener a su alfa cerca.
──Papá, anoche Yoongi se escapó para verme, tenía algo muy importante que decirme ──empecé. No pude soportar su mirada así que agaché la mía y jugué con el anillo bajo la mesa. Con sólo tocarlo se notaba que era caro, probablemente valía más que mi propia vida──. Quizá debería ser de otro modo, con más calma, pero puede que él tenga que marcharse una temporada y me ha pedido que me case con él antes de ello.
No tenía el valor de mirar a mi padre. Un año atrás juraba permanecer a su lado y pedir su bendición de esa manera me hacía sentir vulnerable, pequeño. Necesitaba a Yoongi a mi lado, pero sabía que estaba tan ocupado como para poder escaparse sólo de noche.
Jin se inclinó sobre la mesa y me alzó el mentón con su mano de forma cariñosa.
──¿Y tú qué le has dicho? ──fue lo primero que dijo.
Con lágrimas en mis ojos alcé la mano en que llevaba el anillo. Él se cubrió la boca y comenzó a llorar, pero sabía que no era algo malo por el dulzor de su aroma.
──Mi cachorrito ──balbuceó.
Automáticamente me alcé de la silla y me quedé de rodillas a su lado para abrazarlo. No importaba que estuviera feliz, odiaba verlo llorar.
──Papá sabes que jamás me casaría si no me dieras tu bendición. ──Me apresuré a decir──. Si crees que es demasiado pronto lo entenderé...
Pero él me tomó el rostro entre sus manos con la misma delicadeza con la que me miraba.
──Mi pequeño —interrumpió—, ¿cómo podría negarte mi bendición? ──Luchó por dejar de llorar, lo pude notar en el temblor de su cuerpo, pero fue inútil──. Estáis destinados, nadie puede ir en contra de algo tan fuerte como el lazo que os une, ni siquiera yo aunque lo intentase. Y después de ver cómo te deprimiste al estar lejos de su majestad... No puedo dejar que vuelvas a sufrir de ese modo. Ni siquiera con la muerte de papá sufriste tanto. ──Algo en mí me hizo sentir culpable. Quizá era cruel, quizá debía haber sentido más por el duelo de mi padre que por estar lejos de mi alfa, pero no podía negar que mi corazón lo había decidido así──. Mi cachorrillo, cuando naciste prometí que te cuidaría toda la vida y si tu felicidad y salud implica que te unas al rey, que así sea.
Se inclinó hasta mi frente y dejó un beso pausado allí, seguido de mis mejillas.
──Te quiero con todo mi corazón, mi primogénito ──continuó a pesar de las lágrimas deslizándose por nuestros rostros──. Desde el día de tu primer celo he estado rezando a la madre Luna para que te uniese a una persona que merezca tu amor. No me puedo creer que sea el mismísimo rey, pero es exactamente lo que te mereces, Jimin.
Para ese punto yo ya no podía contener mis sollozos. No tenía palabras para explicar lo mucho que amaba a mis hermanos, pero sobretodo a mi padre Jin. Lo era todo para mí. Había sido mi maestro de vida, mi protector, mi consejero, mi confidente más fiel y mi primer y único amigo durante toda mi vida. Lo echaría muchísimo de menos en el palacio.
──Te quiero papá ──afirmé con la misma fuerza con que lo rodeaban mis brazos.
──No llores, es una ocasión feliz ──susurró en tanto me peinaba el pelo con sus dedos, eso lograba tranquilizarme siempre──. Sé que tienes muchas ganas de unirte a su majestad.
Y sí, era uno de los mejores momentos de mi vida, pero eso también implicaba que debería vivir en palacio y acompañar a Yoongi en la expedición. Les había prometido que no volvería a ir a la guerra, y técnicamente no lo era, pero se me rompía el corazón de pensar en sus miradas decepcionadas. Quizá papá lo entendía, pero estaba seguro de que Taehyung no.
──¿Habéis pensado en alguna fecha? ──preguntó de forma casual, ignorando el hecho de que seguía llorando en su regazo.
──No ──respondí con un hilo de voz──. Pero cuanto antes mejor.
──No me puedo creer que vayas a casarte, pensé que sería después de Jisoo incluso ──bromeó papá.
──¡Oye!
Me alegré de que al fin pudiéramos sonreír.
──A pesar de todo, es un buen alfa ──confesé en un murmullo suave. Mi padre estiró sus manos y yo, cual cachorro, me subí en su regazo para que me acunase. Siempre sería su bebé──. Lo amo ──confesé.
Papá cerró los ojos y apoyó su cabeza sobre la mía cuando me recosté en su hombro. Entonces me balanceó en sus piernas como solía hacer.
──Lo noto ──susurró con una risita──. No conozco a su majestad, pero si se ha ganado el corazón de mi hijo más testarudo debe de ser muy especial.
Esa vez fue mi turno para reír.
──Nunca te he llegado a explicar cómo me enamoré de él.
──¿Quieres explicármelo?, no tienes por qué.
Yo asentí. No había compartido la historia completa con nadie. Y con ello me refería a toda la historia.
──Pero debes jurarme que no lo contarás a nadie, sólo lo sabemos el rey y yo.
Jin asintió. Era bueno guardando secretos, podía confiar en él, así que se lo expliqué todo. Desde mi enlistamiento hasta la aparición de Agust y la forma en que nuestros lobos se encontraron a pesar del hechizo. Recordarlo me encogió el corazón, me habría ido a la guerra mil veces más si de ese modo conseguía el amor de mi alfa.
──Sabía que habías nacido para algo grande, Jimin ──confesó papá cuando terminé de hablar──. Desde que naciste tu padre y yo lo supimos, eres único.
Arrugué mi nariz.
──Aún tengo mucho que hacer, Yoongi sabe que odio las injusticias y que no me quedaré de brazos cruzados en el trono ──aseguré.
──Ya lo creo, tienes un carácter fuerte. ──Sonrió con ternura──. Se rumorea que los nuevos decretos del rey fueron gracias a tí.
──No todo. Yoongi es un buen monarca, podría haber ignorado mis sugerencias.
Jin repartió besos por mis mejillas.
──Mi pequeño, vas a ser un gran rey ──farfulló contra mi cara──. Eres perfecto para el trono; tan humilde, bonito, inteligente... Te pareces a mí.
Solté una carcajada cuando por fin salí de sus brazos.
Después nos centramos en el desayuno y en lo que debíamos hacer el resto de día, que se reducía a las tareas de casa, pero yo no podía dejar de pensar en el anillo de mi mano, el cual las niñas vieron y estuvieron comentando toda la tarde.
Para la hora de la cena recibimos al general Kim, como en muchas otras ocasiones, pero Taehyung aún no había regresado de su Luna de Miel, así que debíamos esperar a hacer el anuncio cuando la familia estuviese al completo. Lo que ninguno esperábamos era ver a Yoongi bajar del mismo carruaje que el general.
Aquella vez lucía como el rey que era, pero de forma incluso más resaltante. Su cabello estaba completamente recogido y había añadido joyas al hanbok real.
Cuando todos se inclinaron, a excepción de Jungkook, yo corrí a sus brazos.
──Has venido ──murmuré con la cara enterrada en su cuello.
Aspiré su aroma con tanta ansia que casi me quedé sin aliento.
──Por supuesto, habría llegado antes pero tenía asuntos de los que ocuparme primero ──susurró contra mi cabeza──. Habría sido idóneo pedir tu mano, pero sospecho que tu padre ya sabe del compromiso.
Asentí al instante. Me conocía demasiado bien.
──No importa, aún tengo algo que decir ──murmuró antes de besar mi frente.
Me separé con el ceño fruncido. A veces me aterraban sus ideas, pero no iba a evitar que entrase en casa o que se sentase a la mesa con mi familia. Mucho menos que hablase con mi padre.
──Felicidades por el enlace, majestades ──dijo Namjoon en el postre, cuando reparó en mi anillo, con una inclinación.
Me pilló por sorpresa, pero no por la enhorabuena, más bien por el título.
──¿Qué? ──La pregunta se escapó de mis labios.
Yoongi tomó mi mano por debajo de la mesa y aceptó sus felicitaciones con una inclinación de vuelta para hacer saber que era correcto. Pero yo no podía quitarme de la cabeza ser tratado como un rey. Hace unas horas no era más que otro plebeyo.
──Que raro se me hará llamar a mi propio hijo majestad ──bromeó Jin tras su taza de té.
──Papá, por favor ──reproché con la vergüenza mostrada en mis mejillas.
──Tiene razón ──concordó Yoongi.
Perfecto, todo el mundo contra mí. Por suerte los cachorros estaban jugando en la habitación, porque se habrían puesto a chillar y repetirlo con tal de molestarme.
──No tienes por qué decirme así, eres mi padre ──recordé con la mirada fija en mi mano unida a la de mi alfa.
Él me la estrechó, pero no supe por qué hasta que tomó la palabra.
──En realidad sí, en el palacio todo el mundo deberá tratar a Jimin como su majestad ──explicó. Mi rostro palideció conforme alzaba la vista hacia él──. Me gustaría que usted y el resto de sus hermanos conviviesen con nosotros, el castillo es grande y Jimin extrañará a su familia.
Cuando miré a papá él también mostraba sorpresa, pero se le notaba feliz por la propuesta.
──Yoongi, ¿es en serio? ──susurré de modo que solo él me pudiese oír.
Pero se hizo un silencio que interpreté como una afirmación. Él estaba ocupado en esperar la respuesta de Jin y papá simplemente estaba paralizado.
──Esto... Sería un honor poder estar cerca de mi primogénito ──contestó tras unos minutos──. Pero no quisiera molestarle, mis hijos aún son pequeños y...
──Entonces lo tomaré como un "sí", dado que los hermanos de mi prometido no son una molestia, es más, he podido encariñarme de su familia en lo que he aparecido por su casa ──aseguró Yoongi.
Noté que papá se emocionaba, yo también lo estaba por tal noticia. Era todo lo que quería, no podía pedir nada más.
──Mi familia ahora también es la tuya ──prometí en voz baja.
Yoongi me devolvió la mirada al fin y pude notar el indicio del color escarlata en sus ojos, pero no llegó a más cuando besé su mejilla.
──Le agradezco que bendiga nuestra unión, señor Park ──dijo hacia mi padre.
──Es Kim ──corrigió este.
──Señor Kim ──siguió Yoongi──. Le juro que antepondré su felicidad a la de cualquier persona.
Apoyé mi cabeza en su hombro solamente para comprobar que era real. Mi alfa era más real que nunca.
──No lo dudo ──replicó Jin con una sonrisa.
En cuanto mi aroma se endulzó Namjoon arrugó la nariz y Yoongi pasó su brazo por mi cintura.
──Si no les importa, deseo hablar con mi omega a solas, daremos un paseo ──anunció en lo que se alzaba del cojín junto a mí.
Namjoon se inclinó y Jin solamente asintió. Ni siquiera el rey podía dejar de pedirle permiso, lo cual me parecía gracioso.
En cuanto estuvimos fuera, algo lejos de casa pues veíamos el borde del bosque, Yoongi me atrapó en sus manos y me besó con fuerza. A decir verdad me lo esperaba debido a lo cerca que estaba su celo y sus iris ahora color carmesí.
El beso fue corto pero intenso, lo que me dejó con las ganas suficientes para volver a probar sus labios con más calma. Sin embargo, no tardamos mucho en separarnos por culpa de sus colmillos afilándose con cada roce.
──¿Cuánto queda para tu celo? ──susurré cerca de él, consciente de sus manos en mi cintura y las mías sobre sus hombros.
──Lo suficiente para controlarme ──respondió.
Acto seguido se inclinó con un gruñido ronco que me hizo girar la cabeza. En otra ocasión no lo habría hecho, pero dudé de sus palabras cuando su aroma se amargó y los besos en mi cuello se volvieron mordidas suaves.
──¿Concretamente cuántos días? ──insistí.
Volvió a gruñir y sus manos me presionaron con tanta fuerza que retrocedí hasta que mi espalda dio con un árbol. Mi lobo estaba eufórico, no sólo por el aroma sutilmente más dominante, si no por la tentación de sus colmillos en mi erizada piel.
──Cinco ──replicó entre dientes, demasiado ocupado en explorar mi cuello.
──Yoongi...
Hasta mi propia voz sonaba distorsionada y no tenía duda de que mis ojos también mostraban a mi lobo, ansioso por ser marcado con su aroma. Sin querer, de mi garganta salió un quejido, un reclamo de omega. Yoongi me correspondió con un gruñido y, por fin, su aroma a alfa puro me rodeó cual nube.
──Me vuelves loco ──susurró.
Su respiración estaba agitada y sus pupilas dilatadas al máximo. Era un lobo buscando a su presa, a mí. En ese momento quise entregarme a él, lo necesitaba, sentía el deseo en lo más profundo de mi ser.
──Quiero ayudarte con tu celo ──rogué entre quejidos.
Aquello hizo que se apartase de mí de forma súbita, tanto que mi cuerpo se enfrió y su aspecto volvió a la normalidad.
──Por la Luna, lo siento... ──murmuró para sí──. Jimin si ahora estoy así no puedo imaginarme cómo reaccionaré al tenerte cerca en mi celo, es peligroso.
Un nuevo reclamo salió de mi garganta.
──Pero Yoongi...
──Si apareces con una marca en tu cuello sería problemático, imagina lo que dirían... No puedo asegurarte que me controle, me resulta muy fácil dejarme llevar cuando estoy contigo ──explicó.
Una parte racional de mí sabía que tenía razón, pero tanto mi lobo como yo nos decepcionamos con la respuesta.
──Quizá haya alguna forma de evitar una marca ──sugerí en tanto me acercaba a él de nuevo.
Yoongi tomó mis manos y se quedó a un palmo de distancia como precaución, pero me dolió. Yo quería sentir el calor de su cuerpo.
──Hasta que encontremos solución es mejor que mantengamos la distancia, ¿lo entiendes, verdad? ──dijo.
Asentí muy a mi pesar.
Pocos minutos después tuvimos que regresar, pero no dejaba de darle vueltas al asunto en mi cabeza. No descansaría hasta hallar el modo de pasar su celo junto a él de forma segura.
MARATÓN 3/3
Gracias por leer~
Espero que haya valido la pena, hacía mucho que no publicaba maratones, me ha gustado volver a los viejos tiempos 🥹🫶
Por otra parte, ¿comentarios sobre los capítulos?, ¿qué pensáis de las decisiones de Jimin y Yoongi? Os leo 👁️
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