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twenty six

Maratón 3/3.

Varios días habían pasado y las cosas seguían casi igual con Justin. Lo había perdonado pero no se habían vuelto a ver ni le había repetido lo que sentía por él, simplemente se preguntaban como estaban por mensaje y todo terminaba ahí. Ninguno de los dos estaba conforme con eso, pero Evelyn se sentía avergonzada de dar otro paso. Por otro lado, Justin estaba muy preparado para hacer desaparecer por completo esa frialdad que había entre ellos. Estaba dispuesto a recuperar la relación que alguna vez tuvo con esa mujer que tanto ama.

Evelyn dejó de acomodar su cama cuando sintió que alguien llamó a la puerta. Frunció el ceño al ver que eran las dos de la tarde de un día sábado, no esperaba nadie. Salió de la habitación y caminó hacia la puerta, cuando observó por la mirilla no vio a nadie allí.

—¿Qué demonios? —preguntó cuando abrió la puerta. No había absolutamente nadie allí parado.

Frunció el ceño cuando miró hacia abajo y se encontró con una caja grande color negra con un elegante moño rojo encima. La tomó antes de volver a ingresar a su casa. Ya podía imaginar de quien era, otra vez. La dejó sobre la mesa pequeña que había en el centro y se sentó en el sofá para abrirla.

No pudo reprimir la sonrisa cuando vio una nota con la letra de Justin al abrirla. La tomó entre sus manos para comenzar a leerla.

"Hola linda, sé que debo parecer el hombre más insoportable en todo el planeta tierra. Pero por ti daré mi última jugada.

Sé que me has perdonado, pero no estoy conforme con la manera en la que nos estamos tratando. Solo dame esta noche para recuperarte y demostrarte lo mucho que lo siento y cuanto te amo.

Sal conmigo hoy, si después decides que no quieres estar conmigo lo aceptaré y dejaré de molestar.

Si aceptas, un chófer pasará por ti a las ocho en punto y te llevará a The Ritz-Carlton, allí alguien te llevará hasta el último piso donde te estaré esperando en la terraza del hotel. Usa el vestido que está en la caja, lo he elegido porque creo que está hecho para ti.

Si no aceptas solo tienes que salir y decirle al chófer que no irás.

Espero verte allí Ev. Dame solo esta oportunidad, adiós.

Justin B".

Evelyn sonrió y pegó la nota a su pecho emocionada. Él había dado el primer paso para que las cosas dejaran de ser frías entre ellos. Aunque se hiciera la dura, era lo que más estaba deseando.

Corrió el papel de seda hacia los costados encontrándose con un hermoso vestido negro de noche. Era corto con una tela de tirantes negra debajo que cubría hasta sus pechos y por encima tenía una tela de encaje que cubría hasta su cuello, y tenía mangas del mismo material. Era hermoso.

Corrió hasta su cuarto y tomó su celular para escribirle un mensaje a su mejor amiga.

"Evelyn:

Holaa. 14:15

¿Estás ocupada? 14:15

S.O.S 14:15".

Salió de su habitación y volvió a la sala para tomar otra vez la carta de Justin. Por supuesto que iría, no se perdería esa noche por nada en el mundo. Tomó su celular cuando este vibró indicándole que tenía un nuevo mensaje.

"Harley:

¿¡Qué pasó!? 14:17

Estoy saliendo de la casa de Louis, en un momento iré a tu casa 14:17"

"Evelyn:

Tiene que ver con el idiota que ayudaste a encontrarme la otra noche. 14:18

No te preocupes si no puedes venir, llámame si quieres. 14:18"

"Harley:

No me perderé nada que se trate del maldito Bieber nena. 14:20

En un momento estaré en tu casa. 14:20

¿Es algo malo? 14:21"

"Evelyn:

Todo lo contrario 😊 14:22

Aquí te espero nena. 14:22"

Dejó el celular sobre el sofá y tomó una profunda respiración intentando tranquilizarse. Se había emocionado de más por la nota de Justin.

{...}

Harley chilló por décima vez en la tarde cuando terminó de leer la nota de Justin. Ella también se encontraba emocionada por lo que estaba pasando.

—Me imagino que irás —la apuntó.

—Claro que si —respondió con una amplia sonrisa—. De todos modos estoy muriendo de nervios.

—¿Qué es lo que te puede poner nerviosa? —elevó sus cejas—. Se conocen perfectamente hace muchos meses, han compartido muchos momentos juntos, ya se han declarado su amor y tú te pones nerviosa por una cena romántica en un hotel de cinco estrellas —puso sus ojos en blanco.

—Es una especie de cena de reconciliación, eso me pone nerviosa —mordió su labio inferior.

—Nada de eso —negó con su cabeza—. Te prepararás, te pondrás las bragas más sensuales que tengas y te irás a cenar con ese maldito.

—¡Harley! —exclamó sonrojada.

—Si claro, la señorita se sonroja después de que se lo folló dentro de la competencia y luego en cada oportunidad que tuvo —soltó una carcajada.

—En serio basta —bufó y se levantó de la cama—. ¿Me ayudas a prepararme cuando sea la hora?

—Eso ni se pregunta linda —le guiñó un ojo.

A las ocho menos diez de la noche Evelyn se alejó del espejo luego de ver como había quedado. Sonrió al ver el resultado, Harley le había colocado un maquillaje suave y había planchado su pelo. Se sentía bella.

—Muchas gracias —le agradeció a su mejor amiga antes de que se fuera.

—No hay de que linda. Mucha suerte hoy —le sonrió.

—Gracias. Luego te contaré lo que pase —le guiñó un ojo.

—Eso no tenías ni que mencionarlo —soltó una carcajada y besó su mejilla—. Adiós Ev.

—Adiós —le lanzó un besó y cerró la puerta una vez que se fue.

Estrujó sus manos nerviosa. Faltaba poco para ver a Justin.

A las ocho en punto, oyó que un auto aparcó frente a su casa. Tomó una profunda respiración y tomó su bolso de mano para luego salir. Allí pudo ver un lujoso Audi negro con un hombre parado al lado que sostenía la puerta trasera abierta.

—Buenas noches —saludó cuando llegó a él.

—Buenas noches señorita —respondió y cerró la puerta una vez que se montó en el auto.

Luego de unos minutos de viaje, el auto paró frente al hotel The Ritz-Carlton y el chofer bajó para abrirle la puerta. Evelyn le sonrió luego de bajar y caminó hacia la gran entrada, no sabía a donde ir exactamente, Justin había aclarado que habría alguien allí para guiarla al último piso.

—¿Evelyn Rosber? —preguntó alguien tras ella.

Se volteó encontrándose con una chica que vestía el uniforme del hotel.

—Soy yo —le sonrió. La chica le devolvió la sonrisa con amabilidad.

—Ven conmigo por favor —pidió y caminaron hacia el interior del hotel.

Una vez en el ascensor presionó el botón que llevaba al último piso. Evelyn sentía una bola de nervios en el estómago, no sabía lo que podía pasar en esa noche. Una vez que el ascensor paró, las puertas se abrieron y Evelyn tomó una profunda respiración.

—Tienes que abrir esa puerta, allí saldrás a la terraza cubierta —explicó—. Mucha suerte esta noche.

—Muchas gracias —le sonrió y salió del ascensor.

Al parecer todos sabían lo que pasaría. Justin Bieber tenía todo perfectamente preparado.

Cuando salió por aquella puerta, su mandíbula cayó al ver una amplia terraza cubierta con hermosas luces colgadas por todo el lugar, una mesa para dos en el centro con velas, platos y copas de vino, y lo mejor de todo, aquél hombre que tanto la volvía loca parado en al lado de la mesa sosteniendo un ramo de rosas. Mordió su labio inferior al ver que llevaba un traje negro a medida, se veía caliente como el demonio.

—Hola Justin —saludó con una gran sonrisa en su rostro cuando llegó a él.

—Hola Ev —le sonrió—. Te encuentras bellísima —señaló su vestido.

—Muchas gracias, has elegido muy bien. Tú también estás muy guapo.

—Son para ti —tendió el ramo de flores hacia ella.

—Gracias, son muy bonitas Justin —sonrió y aspiró el aroma que tenían. Era riquísimo.

—De nada —carraspeó y observó la mesa que está a su lado—. ¿Quieres sentarte?

—Claro.

Una vez que Justin corrió la silla y Evelyn se sentó, él se colocó frente a ella y sirvió vino en las dos copas.

—Me alegra mucho que hayas venido. Por un momento pensé que no aparecerías —admitió luego de darle un sorbo a su copa.

—No iba a dejarte plantado aquí —negó con su cabeza—. Nos debemos una charla más tranquilos a solas.

—Lo sé —suspiró.

Evelyn suspiró al sentir el ambiente pesado. No estaba dispuesta a pasar toda la noche así, por lo que decidió romper el hielo comenzando a hablar.

—En realidad es más ponernos al día. Lo de la competencia ya ha quedado atrás, no tienes que explicarme nada más ni pedirme perdón como decía en la nota. Lo de la manera fría en la que nos tratamos es porque me sentía avergonzada de volver a iniciar una conversación normal contigo luego de haber soltado todo lo que siento por ti —admitió mirando sus penetrantes ojos mieles—. Pero debo admitir que te extraño muchísimo Bieber.

Justin sonrió ampliamente al oír eso y se recostó en el respaldo de su asiento mientras acomodaba el saco de su traje. Su corazón se aceleró al escuchar esas palabras salir de la boca de Evelyn.

—Yo también te extraño, como no tienes idea Rosber —tomó su mano por encima de la mesa.

Evelyn iba a responder algo, pero apareció un hombre con dos platos en sus manos. Se retiró una vez que los dejó frente a ellos y le agradecieron.

—Hoy no lo he preparado yo, pero de todos  modos cocinan bien. No tanto como yo, pero lo hacen —bromeó haciendo reír a Evelyn.

—Baja un poco tu ego —respondió y Justin soltó una carcajada.

—¿Cómo has estado? —preguntó.

—No muy bien sinceramente. No he podido dormir mucho y no he dejado de pensar en estos días, tengo la mente en llamas —admitió.

—Estoy igual. Por eso he decidido hacer esto, me explotaría la cabeza si seguía sin hablar contigo.

—Pues aquí me tienes —le sonrió.

—Lo sé, y estoy muy feliz por eso nena.

—¿Tú has preparado todo esto? —preguntó observando todo el lugar.

—Así es. He tenido un poco de ayuda, pero la idea fue mía —le sonrió.

Evelyn sintió un tirón en su estómago al verlo. Era increíble lo que le provocaba con una sonrisa y todo lo que sentía por él.

—Ha quedado muy bonito.

—Pero tú has opacado todo con tu belleza apenas llegaste —respondió haciéndola sonrojar.

—Que poético Justin —rió y se dispuso a seguir comiendo.

El resto de la cena se la pasaron hablando sobre lo que habían hecho durante los días que estuvieron separados. Tenían muchas cosas por hablar. Tantas que el tiempo se les pasó volando entre risas y palabras cursis.

—La he pasado muy bien Justin, gracias —sonrió a la vez que entrelazaba sus dedos con los de él por encima de la mesa.

—Me alegro por eso, pero aún no ha terminado la noche Ev —respondió luego de guiñarle un ojo.

—¿Aún hay más? —preguntó.

—He reservado una suite para poder estar más tranquilos —respondió y Evelyn elevó las cejas—. No me malinterpretes, tenemos que liberar este lugar en un rato porque lo usarán para no se qué, así que como no tengo ganas de alejarme de ti, he reservado una, a no ser que tú tengas que irte —explicó.

—No tengo que irme —respondió y Justin sonrió ampliamente.

Justin se levantó de su asiento y le tendió la mano a Evelyn, una vez que estuvo parada frente a él colocó una mano en su cintura y la acercó a su cuerpo.

—¿Qué pasaría si te robo un beso justo en este momento? —preguntó sobre sus labios.

—Averígualo —respondió con una sonrisa y Justin rió.

Sin dudarlo pegó sus labios a los de ella y saboreó de los besos que tanto había extrañado. La pegó más a su cuerpo al mismo tiempo que Evelyn enredó sus dedos en su cabello despeinándolo. De todos modos eso no bastaba para demostrarse cuanto se habían extrañado durante todos esos días separados.

{...}

—No quiero que pienses que te he traído aquí por sexo —dijo Justin cuando pararon frente a la puerta de la suite que había reservado.

—No estoy pensando eso Justin —rió.

Justin soltó su mano y sacó la tarjeta del bolsillo de su pantalón de vestir para luego pasarla por el sensor de la puerta. Una vez que se abrió, se hizo a un lado para dejar pasar primero a Evelyn. La luz se encendió sola y pudo divisar una gran cama en una de las habitaciones. Sonrió cuando notó que había una cubeta de hielo con champagne Moët dentro.

—Lo has pensado todo —dijo cuando dejó su bolso y el ramo de flores sobre la mesa.

—Es lo mínimo que te mereces nena —le guiñó un ojo y caminó hacia ella.

Se quitó el saco del traje y lo dejó sobre una silla para luego arremangar las mangas de su camisa hasta los codos, prosiguió por quitarse la corbata y abrir los primeros botones dejando a la vista la cruz tatuada en su pecho. Evelyn mordió su labio inferior al verlo, ese hombre era sexo andante.

—¿Quieres un poco? —preguntó cuando tomó la botella entre sus manos.

—Si —respondió y caminó hacia el ventanal.

Justin la observó mientras servía champagne en las copas y lamió sus labios al ver su espalda descubierta. Extrañaba su cuerpo, pero no quería dar un paso en falso y arruinar todo.

—Aquí tienes —le tendió su copa cuando llegó a ella.

—Gracias —le sonrió y miró su bonito perfil.

Volvió la vista al frente para observar la ciudad sin decir nada, estaban en un cómodo silencio.

Evelyn le dio otro sorbo a su copa y la dejó en una pequeña mesa que había a un costado antes de girarse para quedar frente a Justin. Este la miró con el ceño fruncido y abrió la boca para decir algo, pero Evelyn lo tomó por sorpresa cuando agarró sus mejillas y unió sus labios. Sonrió sobre su boca y la tomó por la cintura para evitar que se apartara.

—¿Y eso por qué? —preguntó pegando su frente a la de ella cuando se separaron.

—No siempre tienes que empezar tú los besos Bieber —respondió y ambos rieron.

—¿Ya está todo bien entre nosotros? —preguntó.

—Más que bien —aseguró Evelyn.

Justin sonrió ampliamente y besó su frente con ternura. Al fin estaba todo como deseaba.

Evelyn levantó la cabeza y comenzó a repartir besos desde su mejilla hasta su mandíbula haciendo que la respiración de Justin se volviera pesada.

—Si sigues así terminaré arrancándote ese vestido como no pude hacerlo la última vez que estuvimos aquí —dijo Justin mientras cerraba sus ojos disfrutando del recorrido de besos que estaba dejando Evelyn en su mandíbula.

—¿Qué te detiene? —elevó sus cejas provocativamente.

Justin sonrió y pasó sus brazos por debajo de sus muslos levantándola del suelo. Evelyn soltó una carcajada por el repentino movimiento y envolvió sus piernas en la cadera de Justin. Este aprovechó para tomar sus labios entre los suyos para comenzar una guerra de lenguas provocando que la temperatura aumentara en la habitación. Evelyn soltó un gemido cuando sintió que Justin presionó en su centro el bulto que crecía bajo sus pantalones.

—¿Te gusta? —sonrió de costado y volvió a presionar haciéndola temblar.

—S-si —respondió con la respiración agitada.

Justin la apoyó sobre el colchón con suavidad y comenzó a repartir besos por todo su rostro mientras Evelyn desordenaba aún más su cabello. Se separó de ella y se apoyó sobre sus brazos para observar con detenimiento su rostro.

—¿Qué sucede? —preguntó Evelyn mientras acariciaba su pecho cubierto por la camisa.

—Observo lo hermosa que eres —respondió y dejó un beso en su nariz.

Evelyn tomó su rostro y comenzó a besarlo lentamente disfrutando de su tacto. Justin se separó y bajó la parte de arriba del vestido dejándola desnuda. Llevó sus labios a su cuello donde aspiró su perfume y mordió suavemente su piel.

—Sé mi novia —dijo de repente haciendo que Evelyn frenara sus caricias. Levantó su rostro para mirarla.

—¿Qué? —preguntó con un hilo de voz.

—Sé mi novia —repitió mientras acariciaba su mejilla.

El pecho de Evelyn se infló con emoción al oír eso. No podía creer que eso había salido de la boca de Justin, lo que había deseado por tanto tiempo al fin se estaba cumpliendo.

—Sé mi novio —respondió Evelyn provocando que sonriera ampliamente.

—Te amo —susurró sobre sus labios—. Te amo muchísimo Evelyn.

—Yo te amo muchísimo a ti Justin —respondió mientras acariciaba su nuca.

Justin sonrió antes de volver a besarla con amor y pasión. Estaban dispuestos a demostrarse cuanto se habían extrañado en la cama.

Todo lo que querían se había cumplido. Ambos se comportaban como unos adolescentes enamorados, pero eso no importaba porque todo lo que querían era estar juntos, recuperar los días perdidos y demostrarse que se amaban con locura.

{...}

Holaa, ¿cómo están? Espero que muy bien.

Al fin he terminado de rendir y he podido subirles el maratón que se merecían

Espero que les gusten los capítulos. Si es así me gustaría ver sus votos y comentarios en cada capítulo haciéndomelo saber ⭐💭

Nos leemos en el próximo capítulo, natt ❤

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