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six

Evelyn's Point of View.

Me volteé en la cama intentando no mover mi brazo y cerré mis ojos cuando sentí una punzada en la zona. Había fallado en el intento de no tocarlo. Bufé y volví a mi posición anterior. Me sentía completamente enojada con Mia, no tenía que hacer lo que hizo. Pero espero que haya un castigo justo para ella.

Miré la hora en el reloj y me levanté de la cama. Recién eran las seis de la tarde y quería salir a caminar o algo por el estilo, no quería seguir más tiempo encerrada aquí.

Me coloqué la ropa que anteriormente me había quitado, menos la que tenía sangre, y salí de la habitación directo a la planta baja. Aquí no estaban ninguno de los participantes, sólo la gente de las cámaras los cuales me miraban extraños. Parecía como si todos hubiesen abandonado la casa, o mejor dicho el programa, daba miedo.

—Hola —dije esperando que alguien.

—Hola Evelyn —saludó una mujer llegando a mi lado y me sonrió amigablemente. Ella era de la producción—. ¿Cómo te encuentras? —preguntó.

—Bien —sonreí—. ¿Sabes dónde están todos? —pregunté.

—Si, están reunidos en la piscina —respondió—. Iban a llamarte, pero el chef Bieber dio órdenes estrictas de que no te molesten —explicó y mi respiración se cortó.

¿Justin había hecho eso? Oh dios. Quería sonreír, pero quedaría como una idiota delante de la mujer esa.

—E-está bien —respondí sonrojada—. Gracias.

—No hay de qué —rió y quise morir. Ella de dio cuenta de mi reacción—. Adiós —saludó y se retiró.

Sonreí nuevamente por lo que había hecho Justin y salí al exterior de la casa. Miré el cielo y quise tener mi celular para tomar una foto por lo hermoso que se veía.

Comencé a caminar hacia la piscina para reunirme con los demás. Pero antes de que ellos pudieran verme, sentí un ruido detrás mío, como si me estuvieran llamando. Me volteé rápidamente pensando que era Mia y me tranquilicé al ver que era Justin.

—Oh —coloqué mi mano en el pecho—. Hola Justin —saludé.

—Hola Evelyn —sonrió y caminó hacia mí—. ¿Te he asustado? —preguntó.

—Pensé que era Mia —admití y Justin rió provocando un cosquilleo en mi vientre.

—No creo que quiera matarte —broméo y levanté mis cejas—. Lo siento, mal chiste —se disculpó y reí.

—Quizá no quiera matarme, pero de todos modos es peligrosa —me encogí de hombros—. ¿Necesitas algo? —pregunté.

—No, sólo quería caminar —respondió—. ¿Tú dónde ibas? —preguntó.

—A la piscina con los demás —respondí señalando la zona donde estaban todos.

—¿Quieres venir conmigo? —preguntó.

—¿A caminar? No creo, todos comenzarán a decir cosas como que estoy haciendo trampa. Quizá termino con el otro brazo cortado —bromeé y Justin puso sus ojos en blanco.

—Te decía de venir a mi habitación —dijo y abrí mis ojos sorprendida—. Lo siento, me expresé mal —se rascó la nuca.

—Me di cuenta —dije bajando mi cabeza por la verguenza que estaba sintiendo.

—Te quise decir si quería venir conmigo a la casa. Pero tendremos que estar en mi habitación por las dudas. Será para hablar tranquilos —dijo con notorio nerviosismo y reí.

—Está bien —asentí y él sonrió.

—Grandioso, vamos —dijo y comenzamos a caminar hacia la gran casa donde él se quedaba con los otros chefs.

—¿Gordon y Graham están allí? —pregunté. No quería que ellos me vieran.

—No —negó—. Se han ido a comer —respondió.

—¿Por qué no has ido? —pregunté y negué con mi cabeza—. Lo siento, a veces soy muy metida.

—No te preocupes —rió—. Quería quedarme para vigilar que estés bien —dijo mirándome fijamente y abrí mi boca, pero no salió nada de ella.

—Oh —fue lo único que pude decir y bajé mi cabeza.

Estaba siendo una tarde intensa, mucha insinuación por parte de Justin para tan poco tiempo junto a él. De todos modos no me quejo, sólo estoy muriendo por dentro gracias a ese sensual, atractivo y caliente hombre.

Llegamos a la gran casona y entramos, quedé completamente fascinada con el interior. Era enorme y muy lujosa. Subimos unas grandes escaleras hasta que llegamos a un pasillo ancho con varias puertas.

El corazón me latía a mil. No siempre se entraba a la habitación de Justin Bieber, y menos si te lo pedía él. Me encontraba emocionada, aunque tenía bien claro que no haría nada con él, al menos no ahora. Pero, ¿quién no se emociona estando al lado de su chef preferido?

—Es aquí —dijo Justin parando frente a una puerta blanca y asentí nerviosa.

Abrió la puerta y se corrió a un lado para dejarme pasar primero. Susurré un gracias casi inaudible e ingresé a la gran habitación. En el centro había una enorme cama, tenía un gran led al frente y unos ventanales con preciosa vista. Le envidio enormemente el led, necesito ver televisión.

—¿Puedo ver la televisión? —pregunté en broma y Justin negó con su cabeza mientras sonreía.

—No puedes romper las reglas de esa manera Evelyn —dijo señalándome con el control remoto y lo dejó en la mesa de noche.

—¿No estoy rompiendo las reglas mientras hablo con usted? —pregunté.

—Con usted —rió—. No las estás rompiendo porque yo te estoy dando permiso para que me hables —dijo y asentí mientras caminaba hacia el ventanal.

Tenía una grandiosa vista de la pisicina donde estaban todos charlando y comiendo algo. Quizá la estaban pasando bien, pero yo prefiero mil veces más estár aquí con Justin Bieber.

—¿Cómo se encuentra tu brazo? —preguntó Justin llegando a mi lado y lo tomó delicadamente.

—Duele, pero supongo que está bien —dije.

—Si mañana te despiertas y el brazo sigue pegado a ti, es porque está bien —dijo y lo miré horrorizada. Soltamos una carcajada y negué con mi cabeza—. ¿Has tomado el calmante? —preguntó.

—Tuve que hacerlo porque estaba muriendo del dolor —dije y me volteé.

—Siéntate si quieres —señaló la cama y asentí. Me senté en la cama y lo miré—. Yo me cambiaré porque no soporto más el traje, ahora vuelvo —dijo y caminó hacia su clóset.

—Puedo salir al corredor si quieres —ofrecí.

—No te preocupes linda, iré al baño —dijo y tragué grueso.

¡Linda, Justin Bieber me dijo linda! Hoy moriré, mi muerte está declarada.

Tomó ropa que parecía ser cómoda y se metió en el baño. Tenía ganas de levantarme y mirar por la ranura de la puerta, sería una bendición verlo quitándose la camisa, dejando a la vista su pecho tonificado, y el pantalón, pero tenía que conformarme con mi imaginación.

Tomé una profunda respiración y comencé a golpear levemente mis piernas con mis manos en modo de nervios. Sí, me ponía los pelos de punta estar en una habitación sola con Jusitn.

—Ya estoy listo —dijo Justin saliendo del baño y reí.

Llevaba puesta una remera blanca larga junto a un pantalón de baloncesto y medias hasta las rodillas. Eso no calentaba ni a una presa que no tiene sexo hace años. Pero Justin es atractivo en todo momento, así que no importa si lleva una bolsa en su cuerpo, le seguirá quedando bien.

Se sentó en la cama también y cruzó sus piernas mientras me miraba fijamente. Rió y levanté mi ceja confundida.

—¿Qué sucede? —pregunté extrañada.

—Nada —negó—. Te notas nerviosa, cálmate —pidió y reí.

—Como diga señor Bieber —dije.

—Gracias por hacerme caso señorita —hizo una voz gruesa y solté una carcajada.

Detrás de ese hombre serio se escondía un hombre inmaduro al cual le encantaba bromear.

{...}

Quité mi vista de la televisión cuando oí a Justin bufar y lo miré. Si, Justin me había dejado prender la televisión con la condición de que me acostara a su lado. Claro que no estuve todo el tiempo mirando televisión, estuvimos mucho tiempo hablando y hace poco la prendí.

No dudé en aceptar acostarme a su lado, no me encontraba pegada a él, pero al menos estaba usando la almohada que él seguramente babeaba. Bien, eso no es muy lindo, pero al menos es la almohada que él usa.

—¿Está todo bien? —pregunté sentándome en la cama con cuidado.

—No —negó y apreté mis labios.

—¿Quieres que te deje sólo? —pregunté e hice el ademán de levantarme de la cama, pero él me detuvo.

—No —respondió y bufé.

—¿Dirás alguna otra palabra? —pregunté.

—No —dijo y puse mis ojos en blanco.

—Ok —respondí y me acosté nuevamente.

—Mierda —bufó e hizo que me sentara nuevamente con cuidado—. Lo que sucede es que estoy en un debate interno —explicó y asentí.

—¿Quieres contármelo? —pregunté.

—No, quiero hacértelo —respondió y retrocedí en la cama.

—¿Qué? —pregunté.

—¡No hablo de eso que tú piensas! —exclamó y solté todo el aire retenido. Se acercó a mí y al instante me puse nerviosa—. Tengo este debate interno desde que entraste aquí y sé que quizá está mal, pero cuando me propongo algo tengo que hacerlo —dijo.

—¿D-de qué hablas? —pregunté sintiendo como mi respiración era más agitada que antes.

—De esto —dijo y sin darme tiempo a pensar, o siquiera responder, colocó sus manos en mis mejillas y juntó sus labios con los míos.

Él me acaba de besar, Justin Bieber se estaba debatiendo si besarme desde que entré. Ya es definitivo, estoy muerta.

Llevé mi mano a su mejilla y la acaricié mientras lo seguía besando. Eso había sido tan inesperado. Era un beso suave y lento que no tenía intención de subir de tono. Benditos sean los labios de Justin.

—Lo siento mucho, no pude evitarlo —susurró Justin a centímetros de mi rostro mientras acariciaba mi mejilla con su pulgar. Aún no nos separábamos por completo.

—No me molesta para nada —respondí y le robé un beso corto.

—Por cierto, tienes unos labios hermosos —dijo y volvió a besarme como hace unos segundos.

Sonreí entre el besó y cerré mis ojos disfrutando del grandioso momento junto a Justin.

{...}

Es un capítulo medio aburrido, o al menos eso pienso. Pero que final por favorrrr.

Preguntas:

1) ¿Qué piensan sobre beso entre Justin y Evelyn?

2) ¿Cómo creen que irá la cosa entre Justin y Evelyn despúes de esto?

Déjame un voto si quieres que la siga 🌟

Nos leemos pronto, las amo, nat💖

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