Min Yoongi amaba a su maestro. Amaba a su maestro más que a nadie en todo el mundo. No quería a nadie más que su maestro para levantarlo en sus brazos, cubrirlo con besos y alimentarlo con deliciosos pastelitos, aunque nunca lo admitiría. Pensó que era bastante obvio, de todos modos.

Pero, por mucho que amara a su maestro y amara la forma en que este lo alimentaría cuando llegara a casa (sin mencionar todas las caricias y abrazos), simplemente no podía esperar más. Su ausencia se había hecho presente por largas horas, y sus orejitas peludas temblaron anticipando la llegada de este. Lastimosamente él nunca lo hizo, suspiró pensando...

¿Cuánto tiempo más tendría que esperar?

Decidió ir en contra de sus principios, se puso de pie, moviendo la cola detrás de él mientras caminaba hacia la cocina. Los pantalones cortos que traía eran realmente ajustados, pensó, apenas y estaban allí.

Prácticamente llevaba bragas, eran muy pequeños. Recordó cuando era más joven y lo holgados que lucían, sonrió tímidamente para sí mismo. Él realmente había aumentado de peso últimamente. Sin pensarlo demasiado, se encontró en el baño, mirándose en el espejo, con sus rollitos en las manos.

No pudo evitar mirarse en el espejo, observando la forma en que su cuerpo se veía y se movía ahora que estaba más blandito. Sus muslos, ahora adornados con estrías que brotaban como rosas, se derramaban de sus "pantalones cortos" y los muslos rosa bebé, y su vientre colgaba bastante sobre ellos también. Cuando sus ojos se posaron en su mitad superior, notó que las cosas parecían intentar "escapar" allí también.

Sus dedos regordetes trazaron su figura abultada hasta el borde de su camisa, y examinó cuidadosamente su pecho, maullando de orgullo. Se dio cuenta de que su blusa corta ahora le quedaba ajustada, ni siquiera cubría todo su vientre. El azul claro se veía bonito con el rosa pálido de sus muslos. Además de esto, unas pequeñas estrías amenazaban con aparecer de aquel color rubor tan lindo; Yoongi comenzaba a sentirse como el gatito más lindo del mundo. Incluso su collar le quedaba un poco apretado en la papada: le pediría a su maestro que cambiara la correa más tarde. Regresó contento a la cocina, sintiendo el leve movimiento al caminar.

Finalmente, abrió la nevera. Lo que había estado esperando todo el día. No pasó mucho tiempo hasta que se le hizo agua la boca, ya que, vio aquel pastel que su maestro había traído a casa la noche anterior, sus ojos estaban totalmente pegados a él. Sus orejas comenzaron a temblar nuevamente, y rápidamente levantó la caja junto con un tenedor, sentándose en el sofá.

Recordó haber escuchado algo sobre el pastel blanco. Este tenía que ser el pastel blanco, ¿verdad? Tenía un delicioso glaseado de color rosa, que supuso que era la cosa de fresa de la que había oído anoche. Yoongi sabía que no debería. Sabía que, de ningún modo podría comer ese pastel, porque escuchó a su maestro hablar explícitamente con esa panadería lujosa para hacer la orden para quién sabe quién. No debería hacerlo.

...

Por otro lado, estaba solo y aburrido, y su estómago había comenzado a gruñir y gruñir hace unos segundos, y realmente quería ese pastel. "... Lo siento, maestro". Murmuró, antes de empujar alegremente un bocado de pastel en su cara regordeta. Realmente estaba delicioso. Prometió que después de comer ese pastel no comería nada más. No hasta que su maestro regresara. Pero, por ahora, tenía un pastel para engullir. Felizmente masticaba sin importarle nada en absoluto. Tomó bocados grandes, que lograron llenar su estómago rápidamente, pero Yoongi realmente quería terminar el resto ... ¿quizás tres cuartos del pastel? Probablemente muchos cuartos. Comenzó a ronronear mientras empujaba más en su ansiosa boca.

Las mejillas de Yoongi estaban salpicadas de glaseado en algunos puntos, y el frosting rosa cubría sus labios también. Estaba un poco lleno de comer tan rápido, pero realmente disfrutaba atiborrarse así. ¿Dos cuartos más? ¿Medio pastel? El podría hacer eso. Resopló y comenzó a tratar de empujar más en sus entrañas. Se dio cuenta de que tal vez se sentía tan pesado porque había tenido un gran almuerzo. Sin embargo, sabía demasiado bien. Quizás no estaba pensando detenidamente en este momento. Tragar bocados de pastel tan vorazmente como lo estaba haciendo ahora era algo inaudito para un gato híbrido. Claro, los gatitos eran fáciles de engordar, pero los perros eran los que solían comer con rapidez. Si el híbrido del hermano menor de su maestro, Daebin, lo viera en este momento, juraría que quedaría en estado de shock. Era tan bueno comiendo, mejor que cualquier perro.

Solo contó un cuarto más. Yoongi comenzó a sentir que el pastel lo había llevado a su capacidad. Era bastante denso, y ni siquiera lo había notado hasta que le fue mucho más difícil forzarlo en sus tripas. Yoongi hizo un puchero, quería terminar ese pastel ... ¡Podía hacerlo!

Así fue como se motivó a comer aún más pastel. Gmió ligeramente y miró jadeante los restos del postre, pero Yoongi nunca retrocedía ante un desafío como este. Solo un poco más, se dijo.
Un poco más. Solo unas pocas mordidas más... Cuatro más... Tres más... Dos...uno...

Ronroneos de alivio y satisfacción rompieron el cómodo silencio que había caído sobre el departamento mientras Yoongi había procesado que había terminado ese pastel. Sonrió alegremente. "Yummy~ ..." ronroneó, recostándose contra el sofá. Se frotó suavemente la barriga llena. Todavía suave, justo como a Yoongi le gustaba, pero pesada en su regazo. Abrió un poco las piernas para hacer más espacio y casi gimió por la gran cantidad de alivio que esto le trajo.

Pronto se dio cuenta que tenía sed. Gimió de nuevo. Era un gatito perezoso, era un gatito relleno con una bonita pancita hinchada. Haciendo un puchero una vez más, trató de levantarse. Le tomó cuatro intentos antes de lograrlo, en parte por agotamiento, en parte por lo lleno que se sentía. Se metió en la cocina por tercera vez, acunando su barriga en su mano, y agarró un cartón de leche antes de regresar a su lugar cálido en el sofá. Deseó poder acurrucarse allí mismo, pero su barriga estaba demasiado sensible en este momento. Además, aún tenía más trabajo que hacer...

Lo abrió rápidamente, comenzando a beberlo. No hay que ser genios para saberlo, pero a los gatitos les gustala leche, y Yoongi era un gatito. Se volvía loco cuando se la ofrecían. Sintió hilo frío caer por su barbilla, pero continuó bebiendo. ¿Cómo es que sabía aún mejor después del pastel? ¿Acaso era el cielo?.

Ni siquiera se dio cuenta de cuándo lo había bebido todo. Se apartó, mirándolo con incredulidad, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por pequeños contratiempos. Su vientre se contraía cada vez que otro pequeño hipido salía de él, se reía, moviendo la cola felizmente. Se asomó mirando su gran trabajo hecho, ronroneando por la forma en que se sentía con el movimiento de sus rollitos, y cómo pequeñas gotas de la leche que había tragado se veían.
No hace falta decir que Yoongi era un gatito feliz. Se acomodó para dormir mientras se frotaba la barriga llena de pastel mientras ​​soñaba con dulces y besos. Qué vida tan maravillosa tenía...

¡Hola hola! （・∀・）Dede con una nueva actualización uwu9
¿Qué opinan? ¿Les gustó el one shot de hoy? Quería subirlo el fin de semana, pero no podía, debo estudiar....Huh~

Espero estén bien en casa, no se desabriguen hace mucho frío recientemente...y si se resfrían beban té, sip. Bueno, esto es todo. Hasta la próxima ❤