veintidos
La menor sintió un escalofrío al escuchar las palabras de la castaña, quien se encontraba justo entre sus piernas, y volvió a sentirlo de nuevo cuando Jennie empezó a bajar sus shorts, lanzándolo después hacia el borde de la cama.
Un pequeño jadeo salió de sus labios al sentir el mínimo roce de las yemas de los dedos de Jennie pasearse por su vientre, acariciando con cuidado la sensible piel de esa zona.
Kim disfrutaba tanto de las expresiones de su hermosa novia al mínimo contacto como el que estaba ejerciendo ahora mismo, bajando lentamente hasta escabullir su mano dentro de su ropa interior, mientras dirigía la otra a acariciar su rostro.
—Bebé —llamó mientras deslizaba de arriba hacia abajo su mano dentro de la intimidad de la menor.
—¿Mmh?
—Date la vuelta.
Chaeyoung hizo un puchero y negó con su cabeza, queriendo seguir sintiendo los dedos de Jennie empezar a provocarle cada vez más.
—Es que, si lo hago, dejarás de tocarme.
—¿Y quién dijo que dejaría de hacerlo? Vamos, hazme caso —sonrió mientras dirigía ambas manos al borde de la blusa de la menor para quitarla rápidamente.
Una vez fuera, la rubia giró su cuerpo sobre la cama y cogió una almohada para colocarla bajo su cuerpo y hacer que este quedara en una mejor posición para Jennie, quien admirando esto, se sentó sobre las pantorrillas de la chica con cuidado.
Chaeyoung sonrió contra el colchón, sabiendo exactamente lo que había provocado en su novia, sintiendo cómo las manos contrarias tomaban sus caderas y unos labios dejaban besos sobre su espalda baja, aún sin quitar la molesta ropa interior de la menor.
Los dedos de la mano izquierda de Jennie se pasearon juguetonamente por encima de la tela, de arriba hacia abajo, tortuosamente despacio.
Su mano derecha, mientras tanto, empezó a subir por toda su espalda, haciendo cierta presión sobre esta para destensar, llegando hasta sus hombros, en donde apretó despacio uno y luego pasó al otro, haciendo exactamente lo mismo.
Chaeyoung cerró sus ojos y trató de moverse contra la mano de Jennie que ahora se había concentrado en acariciar su trasero. La mayor entendió la acción de la más alta y con una sonrisa volvió a bajar su mano hasta volver a pasear sus dedos por encima de la tela.
—Por favor... Quítatela, Nini —pidió Chaeyoung al no poder más con el roce indirecto.
Jennie ignoró la petición de su novia con la misma sonrisa de antes y prosiguió con una serie de besos que empezaban desde detrás de su cuello, pasando por toda la línea que se formaba en su columna, finalizando su recorrido de nuevo en su espalda baja.
Park sentía que Kim estaba yendo demasiado lento. Realmente lo disfrutaba, pero quería algo más intenso que hiciera justicia al estado en que se encontraba ella en esos momentos.
Lloriqueó un poco y decidió bajar su propia mano para acariciarse a sí misma.
—Bien, ahora entiendo —rió al ver lo desesperada que se estaba poniendo la rubia.
Bajó al fin su ropa interior, exponiendo su húmeda intimidad y haciendo sonreír a Chaeyoung.
Jennie deslizó uno de sus dedos hacia abajo, alcanzando su clítoris y comenzó a mover su dedo sobre este, facilitándolo debido a la reciente humedad. Su mano libre masajeó la cintura contraria y la otra aumentó la velocidad de sus movimientos.
Chaeyoung soltó un gemido contra las sábanas y mordió su labio inferior, tratando de no correrse con lo que estaba haciendo Jennie desde hace pocos minutos. Prácticamente aún no hacían nada y ella deseaba tanto liberarse en ese momento.
Jennie se inclinó un poco hacia adelante, solo para ver el rostro sonrojado de su novia, con sus ojos cerrados y sus dientes mordiendo su labio inferior, lo cual no hizo más que provocarle ganas de olvidarse del supuesto masaje que le había prometido, y disponerse a hacerla terminar en ese instante.
Sus dedos empezaron a pasearse con más rapidez sobre su sensible clítoris, utilizando un poco de presión sobre este para que pudiera experimentar esa corriente de placer que decía sentir cada que la castaña lo hacía.
—Jenn, yo... Ahh~
Tuvo que cortar sus palabras cuando sintió dos dedos introducirse en su intimidad. Entre sus dedos apretó las sábanas bajo ella y presionó sus labios, sabiendo que estaba a nada de hacerlo. Pero no quería, era demasiado pronto.
Llevaban unos cuantos días desde que llegaron sin haber tenido ningún encuentro sexual, y eso tal vez la tenía un poco más sensible de lo normal al mínimo toque de la mayor sobre ella.
Volvió a gemir guturalmente, aún con sus labios apretados, cuando Jennie empezó a acariciar ambas zonas. Introduciendo y volviendo a sacar sus dedos de su hendidura, los otros masajeando y haciendo presión sobre su clítoris. Era casi imposible que no estuviera al borde ya.
Apretó una vez más sus ojos y gimió agudamente cuando no pudo más, liberando sus fluidos sobre los dedos de la mayor, quien sonrió orgullosa de haber logrado su cometido.
Jennie tomó a Chaeyoung y giró su cuerpo sobre la cama otra vez, queriendo que observara lo que siempre gustaba hacer.
Con una sonrisa, llevó sus dedos a sus labios, limpiándolos de toda esencia que la menor había liberado en estos. Rosé sonrió, también llevando sus propios dedos a su boca y comenzó a chuparlos también.
Soltó un último jadeo y se sentó sobre la cama, para luego gatear hacia la mayor, ambas con una sonrisa. Se posicionó justo sobre sus muslos, con sus piernas encogidas a cada lado y la manos de Jennie sobre su trasero.
Acarició su rostro, admirando sus hermosas y perfectas facciones. Se acercó para tomar un largo y húmedo beso de sus labios, con sus lenguas siendo partícipes del acto al jugar entre sí.
Antes de separarse, Chaeyoung tiró suavemente del labio inferior de Jennie, haciendo que esta apretara con lascivia su trasero, y sin querer separarse, volvió a tomar posesión de los labios de la menor, los cuales volvieron a pegarse a los suyos y repetir el mismo procedimiento anterior.
Park empezó a simular saltitos sobre Jennie, y sonrió cuando esta apretó sus labios y casi vuelve a recostarla sobre la cama, pero sus planes no eran esos. Hizo un sonido de negación, recostándola a ella sobre la cama, y levantó su blusa.
Sus rojizos labios por el anterior fogoso beso hicieron contacto con la piel de su estómago, dejando cortos besos sobre este. Hizo lo mismo, bajando hasta su vientre y tomando ventaja de que solo llevaba ropa interior.
Tomó el delgado elástico de las bragas entre sus dedos y la bajó, pasándola delicadamente por sus piernas y luego lanzándola al piso.
Abrió sus piernas y dejó cortos besos sobre sus muslos. Se posicionó en medio de estas y lentamente bajó hacia esa preciada zona en medio de sus piernas, soltando una pequeña exhalación aquí, lo cual provocó un gemido ahogado de parte de Jennie.
—Gime, Nini. Adoro cuando lo haces —habló la menor contra su intimidad, casi en un susurro.
Jennie mordió su labio inferior y asintió, sintiendo cómo la menor pasaba rápidamente su lengua por su intimidad. Todo su cuerpo sufrió un enorme escalofrío de placer y Chaeyoung notó esto.
Bajó más una pierna de la mayor para tener mejor acceso y sostuvo la otra con su mano. Su lengua volvió a pasar sobre su clítoris y dos de sus dedos se dirigieron a su entrada, empujando estos hasta tenerlos completamente dentro.
Jennie arqueó su espalda y soltó un gustoso gemido a los oídos de la menor, quien realizó más rápido el trabajo de su lengua y sus dedos, queriendo que se corriera igual de rápido que ella.
Probablemente lo consiguiera. Jennie también se sentía un poco desesperada ante su novia llenándola de esa manera tan placentera.
Chaeyoung continuaba el vaivén de sus dedos dentro y fuera de la mayor. Disfrutando de sus expresiones, sintiéndose complacida de saber que realmente ella también lo disfrutaba.
Jennie soltó un breve gemido que acalló con sus propios dedos, mordiendo estos al sentir la boca de Chaeyoung succionar dos veces seguidas. Eso solo logró empeorar la gran tensión que empezaba a sentir en su vientre, tampoco queriendo correrse rápido. Pero, de nuevo y de igual manera que su novia, sería imposible.
A Chaeyoung le encantó esa reacción en la mayor y decidió volver a hacerlo, esta vez succionando por más tiempo y sus dedos buscando mejor su punto dentro de ella.
Llegó el momento en el que Jennie no pudo más, dejó de morder su dedo y gimió libremente al correrse en la boca de su chica.
Chaeyoung, un poco apenada, salió de en medio de la mayor, con su cabeza gacha y su rostro sonrojado, fue hacia Jennie y la abrazó, escondiendo su rostro bajo su cuello. Jennie rió ante la dulzura de la menor y en silencio se prometió a sí misma cuidarla hasta la eternidad.
Juntas o no, la amaría por siempre, y nada podría cambiar eso.
—Te amo tanto, Jenn —habló sobre su cuello.
—Te amo también, Chaeyoung. Eres el amor de mi vida.
Y ambas sonrieron exactamente al mismo tiempo y por la misma razón.
Se amaban. Y por simple que pareciera, eso las hacía lo suficientemente felices como para no querer apartarse nunca más de la otra.
Fin.
gracias x leer, nos leemos en alguna otra adap/fic :33333
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