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Capitulo 8


 Nathaly era empujada por la multitud de un lado para otro, la gente no paraba de gritar, sintió mucho miedo, sus piernas empezaron a temblar levemente, corrió hacia un de los stands que aun se encontraban de pie, no quería ser aplastada por la multitud, lastimosamente para la pelirroja, alguien la empujo cayendo de cara contra el pavimento, un poco aturdida logro protegerse con los brazos su cabeza mientras se agachaba contra el suelo, algunos la pisaban, otros la pateaban, sintió algo caliente corriendo por su rostro, toco su frente con sus dedos, estaban cubiertos de sangre, toco su herida y ardió, cerró los ojos fuertemente, sumida en la oscuridad escuchaba las grotescas carcajadas del villano, golpes de metal y fuertes estruendos, cuando finalmente el sonido de personas corriendo minoro, abrió los ojos, ya no había casi gente, se reincorporo y empezó a correr nuevamente a la salida, ya no faltaba mucho, al fin podría salir de ese infierno, sentía la adrenalina recorrer todo su cuerpo; miro a su derecha, era una persona mirando hacia el cielo, la ojiceleste levanta la mirada, el horror se apodero de ella nuevamente, un gran pedazo de la torre venia sobre aquel sujeto y en parte sobre ella también, la salida no estaba lejos, pero no podía tolerar ver morir a una persona aplastada, corrió a toda prisa hacia el individuo, sus piernas parecía volar, si corría verticalmente nunca lo lograría, la mejor opción era ir en dirección horizontal justo donde estaba el estático sujeto, todo paso en cámara lenta ente sus ojos, se impulso con todas sus fuerzas contra el hombre, mientras extendía sus brazos para empujarlo, impacto contra el sujeto, sintió el frio suelo, mientras rodaba violentamente chocando con otro cuerpo, el insoportable sonido la dejo sorda por un momento, dejo de rodar, un zumbido se instalo en sus oído, la quietud invadia otra vez, sentía algo áspero y frio contra su rostro, todo estaba negro y era dificultoso respirar, abrió lentamente los ojos,veia sumamente borroso, como si de humo se tratase, pero no olía a quemado, ¿es neblina? Se pregunto, empezó a toser, no era humo ni neblina, era algo como arena con cemento, lo pudo saborear, tosió con más fuerza, se sentó y escupió para sacar el desagradable sabor, se limpio la boca con su mano, le dolió el labio y un sabor metálico se instauro en su boca, tenía un labio roto, fue el impacto contra el suelo después de rodar con aquel sujeto, cierto estoy viva, pero ¿Dónde está el hombre?, se pregunto internamente, se levanto pero inmediatamente cayó nuevamente, genial ¡no seas inútil ahora!, se reclamo, el polvo empezó a despejarse levemente, ahora podía ver mas allá, comenzó a gatear buscando alguna señal de vida, sobo sus vitas con una mano y siguió gateando, sus piernas no quería responder por el sobre esfuerzo al correr de esa manera, su cuerpo no estaba acostumbrado a la actividad física, gracias a la adrenalina pudo escapar de una muerte segura; agudizo la mirada, una extraña forma se empezó a distinguir, se levanto, ya podía caminar un poco, se acerco tambaleándose al bulto tirado en el suelo; era un hombre, estaba de cara, se arrodillo a su lado y lo volteo, abrió los ojos sorprendida.

Observo atónita el rostro del hombre que parecía muerto, era nada más ni menos que Colín Bourgeois, tenía el rostro con raspones, su pómulo derecho estaba cortado, no era muy grande, pero si manchaba parte de su rostro con sangre; el miedo la invadió ¿Y si estaba muerto?, acerco su oído al pecho del joven, su corazón latía y parecía respirar, se alivio, solo estaba inconsciente, dejo escapar un suspiro de alivio, limpio el rostro del muchacho del polvo, le dio palmaditas en la mejillas.

-¡Hey Bourgeois, reacciona!- suplico al joven, pero este no oía, empezó a preocupase nuevamente, ¿y si se golpeo fuertemente la cabeza?, lo empezó a mover bruscamente, nada. Tenían que salir inmediatamente de ese lugar.

-¡Bourgeois, despierta!- se estaba poniendo nerviosa nuevamente, el miedo se estaba apoderando de sus emociones otra vez, lo movía mas rápido, pero era inútil, este no respondía.

-¡Tu, estúpido Colín, levántate!- exclamo, comenzó a golpearlo por los brazos, no hay respuesta, sentía sus ojos húmedos.

-¡Idiota no me hagas esto!- se rindió dando su último grito, recostó su cabeza sobre el pecho del rubio, empezó a llorar desesperada.

Gimoteaba sobre el cuerpo frio del joven, ¿Por qué? ¿Acaso no sirvo ni siquiera para ayudar a alguien?, la impotencia y frustración la hacía sentir inútil, desprotegida.

Su respiración agitada, los latido alejados del rubio y estruendos venidos de lo alto era lo único que podía escuchar, alzo la mirada, diviso tres figuras en lo alto, eran los héroes intentando salvar Paris, si tan solo ella fuera como ellos podría ayudar al ojiazul.

-Mmm- volteo emocionada hacia el rubio, que empezaba moverse lentamente dando leves quejidos.

-Bourgeois ¿Me oyes?- se acerco al rosto del muchacho, este abrió los ojos lentamente, la quedo observado por unos segundos que parecían eternos, oscuros y claros, variantes del mismo color.

-¿Bourgeois?- se extraño la pelirroja, había dejado de tartamudear y no se daba cuenta.

El hombre sacudió su cabeza y se alejo bruscamente gateando hacia atrás, su respiración se agito, miraba sorprendido a la mujer frente a él.

-¿Cómo?... ¿Qué paso?- le pregunto mirando a su al derredor, el polvo ya se había despejado en su mayoría.

-¡Miraculous Lordbug!- un grito proveniente de lo alto de la torre hizo que levantaran la mirada, hermosos destellos granates, se repartieron por el cielo nocturno de Paris, era una hermosa vista si no se tomaba en cuenta el desastre anterior.

Las cosas volvieron a su normalidad, el rubio y la pelirroja observaban maravillados como todo estaba como nuevo, bueno, casi todo, ellos aun conservaban sus heridas.

-Tsk- se quejo el joven al tocarse la herida de la mejilla, esta empezó a arderle.

-¿Eras tú la que gritaba como loca?- pregunto a la muchacha, esta se sonrojo levemente, y aparto la mirada hacia el suelo, no sabía que responder, ¿Qué se supone que debo decir?, pensó la Kurztberg, ¿Qué llore y grite llamándolo? ¿A él? ¿Quien me a echo pasar los momentos más desagradables en la escuela?, levanto la mirada encontrado los intensos ojos azules clavando en ella.

-Yo te empuje- fue lo que salió de la pelirroja, el otro solo enarco las cejas confundido, se le quedo mirando, la muchacha desvió la mirada, el rubio deshizo la expresión confusa por una sorprendida.

-Yo... no sé qué decirte- la mujer devolvió el rostro sorprendida, ¿es que no podía decir un simple gracias y ya? ¿O es que acaso no sabía lo que era dar gracias?, lo miro frunciendo el ceño levemente, este miro a otro lado mientras se rascaba la nuca, se incorporo, la pelirroja solo lo miro desde abajo, ahora se sentía más péqueña que nunca, el rubio hizo algo que la chica nunca pensó que vería, Colín Bourgeois le estaba extendiendo la mano, esta solo se quedo mirando la mano del muchacho sorprendida, eran muchas sorpresas para una sola noche.

-¿te vas a quedar mirando mi mano toda la noche?- pregunto irritado mirando molesto a la pelirroja, ahí estaba el Colín que ella conocía, tomo la mano del hombre que era mucho más grande que la de ella, ambos se estremecieron ante el contacto, era algo nuevo, se sentía extraño, como entre desagradable y agradable.

-Gracias- sonrió sinceramente la artista, el rubio, sonrió de lado, de la forma soberbia que el solo sabía hacerlo.

-¡Ustedes! ¡¿Se encuentran bien?!-un tercera voz llamo la atención de ambos, dos policías y tres paramédicos se acercaban corriendo, también divisaron a lo lejos algunas ambulancias, no eran los únicos es tales estados, esta vez el ataque había dejado algunos heridos graves.

Se acercaron a ellos, se observaron ambos lucían terribles, sus cabellos estaban alborotados y cubiertos polvo, la muchacha tenía una parte del rostro manchada de sangre seca y un corte considerable en la frente, el por el contrario tenía el rostro levemente magullado y en su pómulo derecho un corte no tan profundo, pero que estaba sangrando.

-Estamos para ayudarles, ya pueden soltarse- apartaron sus manos de un tirón, la pelirroja sintió su cara arder, el rubio solo tenía un rubor casi imperceptible, pero este desapareció de inmediato.

-Llévensela a ella primero- ordeno como tenia acostumbrado el ojiazul, los policía lo miraron molestos – soy Colín Bourgeois, hijo del alcalde, llévensela de una vez – los policías cayeron en cuenta con quien hablaban y obedecieron.

-Ya veré como recompensarte- dijo a la pelirroja, esta no entendió, el cansancio se empezó a apoderar de sus músculos, empezó a caminar hacia una ambulancia, había más gente en el mismo estado que ella, incluso otros estaban peor, antes de subir a la ambulancia volteo la mirada hacia atrás, Colín está siendo atendido por unos paramédicos, logro escuchar las palabras de uno de los policías.

-Si, el hijo del alcalde está a salvo, avísenle a su padre- cayó en cuenta que el interés de los polacas era el rubio. Subió a la ambulancia, tomo asiento y dejo que sus ojos se cerracen.

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Me diverti mucho escribiendo este capitulo, incluso puse musiquita de accion para inspirarme jajaja

Quiero hacer algunas aclaraciones, para evitar confuciones :v

- Los personajes  oscilan entre los 17 y 18 años, por lo que ya van a pasar a la universidad.


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