Capitulo 39
El transporte estaba listo y el personal igualmente, era algo delicado y requería el mayor cuidado posible para poder trasladar a un persona el cualquier estado, un hombro de cabello platinados observaba como su unigénita sonreía con cariño aquel rostro durmiente, se acercó al hombre edad similar a la suya e intercambio algunas palabras de ánimo recibiendo una sonrisa comprensiva.
-La atención en The Priory es mucho mejor que la de acá, además que los mejores médicos y enfermeras se encuentran ahí-
-Lo sé, por eso hago esto-
-Es joven, ya verás cómo despierta- las comisuras de sus labios se curvaron para el ex alcalde de Paris quien le palmeo la espalda en agradecimiento.
-¡Adrianne, es hora!-
La rubia beso con delicadeza la frente pálida del muchacho rubio a la vez que le acariciaba la mejilla rogando verlo bien lo más pronto posible.
Gabriel Agreste junto a su hija vieron partir a dos personas significativas en su vida, apretó el hombro de su padre buscando consuelo, el diseñador no era un hombre tan afectivo pero ella era su princesa y se dio el gusto de revolverle sus cabellos de oro, podía ver en los ojos esmeraldas de su hija aquel anhelo que el conservaba por volver a ver su esposa.
Doblo por el pasillo a la mano derecha, siempre el mismo camino, saludo a la jovencita de amable sonrisa con el mismo gesto, ya conocía por lo menos a la mitad del personal de aquella ala del hospital, siempre después del trabajo venía a verla.
-¡Buena tarde princesa!- la brisa de la tarde parisina despeino sus cortos cabellos rojos adornados con algunas canas.
-Hoy día se me hizo un poco más tarde, ya sabes, lo de siempre-
Abrió la bolsa de papel que descansaba sobre el estante de a un costado de aquella cama, el dulce aroma llego de lleno a sus fosas nasales provocándole una sonrisa.
-Macaron's otra vez, Liam sí que es muy atento-
Sus ojos se llenaron de lágrimas al sentir el sabor del simple dulce, ¡Papá son deliciosos!, trago con dificultad tratando de evitar que sus lágrimas salieran, tomo un gran trago de agua para poder aliviar el escozor de su garganta.
-Es como si volvieras a tener siete años- las callosas yemas de sus dedos acariciaron los cortos cabellos rojos de la joven pelirroja que dormía plácidamente sobre aquella camilla en aquel hospital parisino.
El director Damocles revisaba los papeles con esmero tratando de hacer todo lo posible que aquella vacante no se perdiera, sin embargo no pudo hacer mucho, mejor dicho, perdió ante el sistema educativo.
-Lo lamentamos señor Kurtzberg pero el tiempo del examen término y el estado de Nathaly es delicado-
-Entiendo- suspiro resignado.
-Respecto a su año escolar-
-Sé que tiene que hacerlo otra vez-
-¡No! ¡No es eso!- para el pelirrojo era lo último de importancia, el deseaba que su hija volviera a abrir los ojos y llamarle la atención con sus característicos sonrojos.
-Cuando ella despierte puede tomar un examen de nivelación-
-¿Examen de nivelación?-
-Así es, ya que la señorita estaba solo a tres de meses de pasar a la vida universitaria, el tema de la preparatoria no será un problema-
-¿Quiere decir que no tendrá que repetir todo el año?-
-Exacto, tal como el otro muchacho-
-Bien, gracias, es bueno saberlo-
-Gracias a usted, sabemos que la señorita Nathaly despertara pronto- con una sonrisa se despidió del canoso hombre, Despertara pronto, eso esperaba, no quería que aquellos dos meses en que llevaba en coma se extendieran a más.
Si tan solo hubiera estado con ella
¿Por qué mi hija?
-¡Señor Kurtzberg!- Un joven rubio seguido de una pelinegro y un castaño fueron a su encuentro, el pelirrojo se detuvo al ver a los amigos de su hija.
-Hola muchachos, ¿Ya salen?-
-Si, por las actividades finales podemos salir más temprano- respondió animoso el muchacho rubio, Rod no había cambiado en absoluto.
-¿Va a ver a Nath?- pregunto el más serio del trio, aun no se acostumbraba a la talla de Julek, le costaba asimilar el tiempo que había pasado desde la última vez que los había visto.
-No, hoy es su día libre jeje-
-¿Se comió los macaron's que le deje?- intervino aquel muchacho italiano que había conocido hace mes y medio desde su llegada.
-Sí, estuvieron deliciosos Liam, muchas gracias-
-¡Los Dupain siempre preparan los mejores postres!-
Cuando su hija despertara tendría buenas personas con las que compartir, de eso estaba seguro, ahora tendría que dedicarse a su unigénita y su recuperación, según tenía entendido en aquel "atentado" hubieron muchas persona heridas, sin embargo solo dos se encontraban en coma, una era su hija y el otro era un muchacho al cual habían trasladado a Inglaterra, al ser hijo de André Bourgeois tenía los medios para hacerlo.
-¡Señor Bourgeois! ¡Venga! ¡Rápido!-
-¡¿Qué sucede Mary?!-
-¡Su hijo! ¡El joven Colín!-
El hombre palideció e inmediatamente corrió hacia el teléfono arrebatándole el fono a la anciana mujer con un gesto de ansiedad.
-Sí, sí, entiendo- golpeo la mesita con su puño asustando a la canosa mujer que amenazaba con llorar.
-Voy ahora mismo-
Mary observo el cuerpo del hombre dar pequeños temblores, al darle la espalda no podía ver la expresión que este tenía en el rostro.
-¿Señor?-
-No llegare hoy Mary-
-¿Qué sucedió señor?-
Se cubrió la boca con ambas manos para evitar la exclamación que se quería escapar por su garganta, el que una vez fue alcalde de Paris le sonreía con lágrimas en el rostro.
-Colín despertó-
-¿Qué es esto?- tomo el saco mostaza entre sus manos examinándolo, era obvio que aquello no le pertenecía a su hija, entonces que hacia allí.
-Huele bien-
Aquella tarde hacia frio y aquel saco se veía muy cómodo, además que el color que quedaba de "maravilla" como el argumentaba, así que a pesar que quedarle algo pequeño se lo coloco para ir al hospital.
-¿Qué hacia Nathaly con esto?- No entendía por qué su hija tenia ropa masculina en su cuarto, ¿O es que acaso?, ¡No!, ¡Imposible!, su hija era una muchacha de bien y no metería a cada cabezón a su hogar aprovechando que su padre está en otro país.
-¡Cariño! ¡Papi ya llego!-
Cambio las flores del jarrón por una rosas amarillas, beso la frente marcada de su unigénita para después sacarse el saco que se veía muy costoso y sacudirlo.
-Aún no sé cómo te has hecho semejante marca- comenzó a conversarle mientras se paseaba por la habitación, la brisa parisina se coló por la ventana envolviendo la estancia con un aroma de miel y limón, algunos pétalos amarillos volaron por la habitación.
-¡Vaya! Parece que el invierno se acerca-
Sus parpados temblaron hasta que se fueron separando muy lentamente.
-¡A que soné como el tipo de aquella serie de dragones y lobos!-
La ventana se cerró de golpe y el viento dejo de fluir libremente, aquellos ojos agua marina tan parecidos a los de su fallecida esposa lo miraban apacibles. La enfermera salió corriendo de la habitación para avisar al médico a cargo que la paciente en estado de coma Nathaly Kurtzberg había despertado después de tres meses de permanecer como una bella durmiente.
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Un capitulo tranquilo para relajarnos, Nath y Colín ya despertaron y eso significa que solo le quedan tres o cuatro capítulos mas a este Fic, si he decidido reducir el numero por que causa del tiempo y por que mi cabeza no para de crear ideas nuevas :D , tal ves me tarde en actualizar por que mi familia viene de visita y tengo que actualizar otros fic's, así que sin aburrirlos mas me despido y los invito a leer los prólogos de mis otros dos futuros proyectos NATHLOE y mi ONE SHORT ADRILOE - YCYR
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