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Capitulo 29

Les recomiendo reproducir el vídeo antes de comenzar, la música es una buena compañera, solo si lo desean claro - YCYR


Salió de la institución pues las clases ya habían finalizado por ese día, tomo un taxi, tenía que llegar a conversar con su padre, hace algunos días que no se comunicaba con él y cuando lo hacía eran solo breve segundos, abrió la puerta de su casa cerrándola tras de ella, corrió inmediatamente al teléfono inalámbrico que poseía en su cuarto, lo tomo y se tiro sobre su cómoda cama.

-Uno, dos, tres- contaba los timbrazos del aparato hasta que su progenitor le contesto.

-¡Nena! Qué bueno que llamaste- respondió con su típico tono animoso, Nathaly rio al otro lado, su padre era su opuesto.

-Hola papá ¿Cómo estás?- el mayor le comento que se encontraba en su cuarto después de haber almorzado un poco, le pregunto que si ella ya había hecho lo mismo, esta le dijo que recién había llegado de clases.

-Oh ya veo, ¿No estarás dejando de comer verdad?- pregunto con tono preocupado, la pelirroja negó inmediatamente, no se saltarías sus comidas por nada del mundo, no era una glotona pero se podía decir que "si le gustaba comer" y mucho.

-Te creo, ya sabes, eso de los desordenes alimenticios es preocupante- como padre lejos de su única hija no podía ver si ella se estaba alimentando, pero confiaba en su princesa.

-No te preocupes papá, me alimento muy bien para poder rendir hehe- bromeo un poco, sabía que su padre se tomaba a pecho eso de la alimentación, además ella no padecía ninguna de esos desordenes originados por falsos estereotipos.

-Y cuéntame ¿Qué dicen los estudios?- la muchacha le conto sobre el trabajo de filosofía y como había logrado hacer nuevos amigos, O eso creo, dijo en su mente, la rubia la consideraba su amiga, pero el rubio era un caso aparte, al menos ya no me ofende, no sabía si considerarlo su amigo o no, Pero ahora me llama tomate, un puchero infantil apareció en su rostro.

-Ya veo y para cuando es la presentación- Nathaly se levanto de la cama y camino hacia el calendario de gatitos que descansaba sobre su pared.

-Dentro de una semana y cuatro días- no se había percatado que faltaba muy poco, para su tranquilidad ya habían terminado el trabajo, Pensar que en una mañana terminamos más de la mitad, recordó como ella y el rubio se había pasado toda la clase de química en la biblioteca sin proponerse, Vaya trabajan muy bien juntos, las palabras de la modela la hicieron sonrojar, Por supuesto que no, ¿o sí?... ¡ya deja de pensar en eso y concéntrate en la llamada!, volvió al colchón.

-¿Y ya estas preparada?-

-Más o menos, tengo algunas cosas que repasar- esa era la verdad, si bien se sabía el mito de Aristofanes al revés y al derecho, había algunas cosas que no dominaba muy bien todavía.

-¿Sabes? Dentro de dos semanas iré a casa, creo- la pelirroja se sentó de golpe, se cubrió la boca tratando de contener un grito de emoción, sin embargo el hombre la escucho y comenzó a reír.

-¡Es maravillo papá!- alzo la voz emocionada, su padre le explico que se quedaría con ella por dos semana y luego regresaría a Estados Unidos, para ella no había mejor noticia que la que acababa de oír, hicieron algunos planes y después una despedida emotiva colgó, ¡Regresara!, se levanto de un salto y corrió a la primera planta, tomo un poco de dinero y salió hacia su restaurante favorito, tenía que celebrar.



Mario no podía creer que justo después de salir de clases un akuma atacara el centro de Paris, Justo cuando Adrianne me había invitado a almorzar, esquivo ágilmente es escupitajo pegajoso que le lanzo esa cosa que parecía ser un sapo humano.

-¡Lordbug concéntrate!- la voz autoritaria de su compañera saco a la modelo que sus pensamientos, Vaya, pensó un poco asombrado, si que vino preparada, vio como la felina activaba su cataclismo dispuesta a terminar con el enemigo de una vez por todas, Es hora, saco su yoyo mágico y lo lanzo hacia el cielo.

-¡Lucky Charm!- atrapo el objeto que le fue concedido, ¿Un rollo de papel?, utilizo su vista especial, ya sabía qué hacer, abrió la boca para indicarle a Chat donde utilizar el cataclismo pero esta ya se le había adelantado, la capa pegajosa que protegía al supuesto sapo desapareció dejando ver a un hombre robusto con piel verde y escamosa, con su vara metálica la rubia rasgo la coraza de escamas, el héroe aprovecho esto y uso el rollo de papel, el akumatizo se comenzó a asfixiar soltando el objeto que contenía la mariposa, Chat Noir lo tomo y lo lanzo con fuerza contra el suelo quebrándose en el acto.

-¡Ahora!- grito dando aviso al azabache, este atrapo la mariposa purificándola - ¡Miraculous Lordbug!- el hombre volvió a la normalidad al igual que la ciudad, se le acerco y le dijo que tomo estaba bien, él asintió y se alejo caminando un poco mareado.

-¡Bien hecho!- levanto un poco el brazo para chocar puños con su compañera como tenía por costumbre, pero se detuvo al ver como la heroína se alejaba de su lado para recoger algo del suelo, se sintió mal al saber que ni siquiera le había prestado atención.

-¿Chat?- le pregunto dudoso acercándose a la fémina, vio que sostenía algo entre sus manos.

-Se le olvido- comento más para ella que para el azabache, el muchacho vio que era el objeto purificado, un pequeño dije en forma de sapito.

-Si.... Seguro que regresa- respondió incomodo por la taciturna actitud de su compañera, ¿Seguirá enojada?, no sabía qué hacer o decirle después de la bochornosa declaración de la felina, sabía que le había hecho daño pero no quería que su relación cambiara.

-Iré a devolverlo- comenzó a caminar sin despedirse del anonadado ojiazul, esta la siguió apresurado por detrás sin saber que decir exactamente.

-Eh Chat espera- la tomo de la muñeca para su sorpresa esta jalo bruscamente su mano haciendo que la soltara, Chat nunca había hecho eso con él, al contrario siempre se le arrimaba melosa o le dedicaba halagos junto con sus chistes gatunos.

-¿Qué pasa?- pregunto la minina sin ocultar su incomodidad y hasta ¿Molestia?, el héroe no sabía como reacción ante esa Chat tan seca y fría, le dolía que lo tratara de aquella forma, suspira y decidió se profesional.

-Eh...sobre la ronda de hoy.... ¿te parece encontrarnos en la entrada del metro?- debía admitir que se sentía sumamente nervioso con la fija mirada y estoica mirada que le brindaba la heroína.

-¿Eso es todo?- pregunto la muchacha, Mario no daba crédito a lo que escuchaban sus oídos, ¿Esa era Chat Noir? ¿Su Chat Noir? ¿Su coqueta y valiente gatita?, el pitido de sus pendientes y anillo de su compañera lo devolvió a la realidad.

-No...si...decir quiero....digo...quiero decir...- la rubio enarco la ceja confundida por el extraño comportamiento del azabache, por otro lado Mario se encontraba sumamente nervioso y confundido, ¡¿Por qué estoy titubeando?! No estaba frente a su amada Adrianne sin embargo había terminado en ese estado.

-No te preocupes por eso, creo que sería mucho mejor que vigiláramos por separado de ahora en adelante-devolvió la mirada anonadado, ¿Qué?, ¿Acaso había oído bien?, no podía creer que la felina le pidiera que trabajaran por separado cuando por tanto tiempo habían trabajado como equipo, Unidos, un extraña y punzante sensación le invadió el cuerpo.

-¿Qué?- pronuncio con dificultad, sabía que no era difícil para nadie que te rechazaran, el podía asegurar que perdería la cabeza si Adrianne lo rechazara pero no era para tanto ¿O sí?

-Creo que de esa forma tendríamos mejor controlado Paris, además nos ahorraríamos mucho tiempo... claro eso si estás de acuerdo, al fin y al cabo tu eres el que purifica y crea...yo solo destruyo- el azabache se sentía sumamente mal, quería decirle que no, que por favor siguieran trabajando como hasta ahora, sin embargo la mirada cansada de su compañera lo detuvo, asintió en contra de su voluntad, Adrianne hizo lo mismo y corrió por donde había desaparecido el hombre que había sido akumatizado, Mario la imito saliendo por el lado contrario, no estaba de ánimos para nada, ni siquiera para pensar en Adrianne Agreste.



Después de darse el gusto de comer fuera de la casa regreso a esta y tomo sus instrumentos de trabaja y partió a toda velocidad hacia el hotel del alcalde Bourgeois, anteriormente ya había avanzado aun poco el trabajo del retrato de la madre de Colín, esperaba acabar una buena parte, salió de ascensor hacia el gran taller que el alcalde le había otorgado momentáneamente para trabajar, resulta que en ese lugar había sido llenado de objetos y fotos que le pertenecían a su difunta esposa, incluso sonaba un agradable sonata de piano, Mi esposa amaba tocar piano, le había comentado el mayor, Ella le tocaba y cantaba a Colín antes de dormir, comenzó a trazar las demás facciones que le faltaban, al estar rodeada de imágenes de la hermosa rubia de intensos ojos azules se le hacía mucho más fácil culminar su trabajo, era como dibujar a un Colín pero en versión mujer.


El rubio paseaba sin saber que hacer por el hotel, el sonido de un piano llamo su atención, se acerco sigiloso hacia el cuarto de donde provenía aquel sonido, conocía la canción que se tocaba en ese momento a la perfección, Kiss in the Rain había sido el tema favorito de su madre en vida, se le hacía sumamente extraño que alguien del hotel estuviera escuchando eso.

Asomo el rostro por la puerta entre abierta, grande fue su sorpresa al ver como una muchacha de menuda figura pintaba sobre un gran lienzo al ritmo de la música, entro en silencio, sigiloso, quería ver mejor a la persona de ese lugar, era como una aparición, se detuvo en seco al reconocer los cabellos rojos que se ondeaban por el viento que entraba travieso e invadía la habitación, a pesar de llevar el cabello amarrado en una cola alta reconocería esa melena rojiza donde sea, se sentó en el piso sin que la muchacha se diera cuenta y la observo en silencio, escudriño sus movimientos calmos y acompasados, como se apretaba la cabeza de vez en cuando en señal de inconformidad, como reía levemente con sus pensamientos, la sonrisa se plasmo en su rostro al verla de esa forma, una forma que dudaba que muchos conocieran, salió en silencio sin despegar la sonrisa de su rostro, valió la pena perder treinta minutos contemplándola, Nathaly Kurtzberg definitivamente era alguien muy bonita.


Salió del hotel rumbo al pequeño parque donde dejo que la rubia se desahogara en él, tomo asiento en una de las bancas, durante todo el trayecto había tenido a la muchacha de los cabellos rojos en mente, ver la forma en que trabajaba era algo nuevo e hipnotizante para él, no presto atención a lo que retrataba ni como lucia el lugar donde trabajaba, sus ojos no querían despegarse de otra cosa que fuera ella.

-¡Colín!- volteo hacia donde provenía la voz que lo llamo, no espero ver a la modelo correr hacia su persona, se sintió gustoso al verla, es como si ese fuera su día, la muchacha tomo asiento a su lado, contemplaron en silencio a los niños jugar, conversaron un poco sobre las clases y el trabajo como modelo de Adrianne, la rubia era una persona muy bonita también, No, es hermosa, corrigió el ojiazul, observo sus grandes ojos verdes, su pequeña nariz respingada, sus ondas rubias y su cara de muñeca, no había que hacer muchas preguntas del por qué se había enamorado de la Agreste, era amable, elegante, habilidosa e inteligente, sin embargo para Colín la rubia no solo significaba eso, para él la modelo era aquella niña con la que jugaba por las tardes de verano, aquella que le hizo olvidarse un poco de él y de lo que quería, esa niña narcisista y consentida por sus padres que sin embargo pasaba el tiempo en soledad, la rubiecita de los malos chistes, que por supuesto él le enseño a contar, a la que le gustaba las caricaturas y dibujos chinos como él le decía, esto solo lo sabia él aunque la rubia no lo admitiría, si bien el físico de Adrianne hizo que se fijara en ella más rápido esto no lo era todo, aun si ella luciera de forma diferente o no "bella" al estereotipo de niña bonita, el de todas formas habría terminado enamorándose de ella por el solo hecho de ser quien era así nadie le creyera por su forma de actuar.

El rubio decidió que era el momento de decir todo aquello que guardaba, era el momento de expresar todo lo que sentía por su amiga de la infancia.

-Sabes Adrianne siempre supe que te gustaban los dibujos chinos- la mencionada volteo levemente avergonzada y un poco enfadada.

-No son dibujos chinos, se dice anime- corrigió casi como una experta en el tema, el rubio rio por la cara de profesora que puso.

-También cuentas geniales chistes, como los míos- la rubio rio más fuerte por la ocurrencia, no sabía a donde llevaba aquella conversación pero estaba interesada lo que el rubio tenía que decirle.

-Se que no vivirías de modelaje y que te encantan los Croissant, también se que los pides de la panadería de Mario, eso no me agrada pero tengo que admitir que los padres del Dupain los hacen muy ricos- la rubia dejo de reír y escucho atenta las palabras del rubio, en verdad le sorprendía que supiera esas cosas de ella, cosas que las consideraba sin importancia, le agradeció en silencio – Eres una narcista aunque no lo admitas, pero no te preocupes yo también lo soy, y eso me encanta- la mencionada se sonrojo por las palabras, él tenía razón, como Chat Noir podía alagarse todo lo que quería, escucho atenta como decía un varias cosas más, no pudo ocultar su sorpresa, en verdad el rubio se había tomado el tiempo de conocerla, se sintió mal a ver que ella no hizo lo mismo, a pesar de ese cambio radical que el rubio sufrió aun dentro de él se encontraba aquel niño con el que jugaba y se hacían promesas en antaño.

-Por eso y más me atrevo a decirte esto, aunque ya sepa la respuesta de todas formas quiero que me escuches- dejo de mirar hacia el grupo de niños que jugaba y volteo para mirar las verdes orbes de la rubia, sonrió al verla con un sonrojo adornando sus mejillas.

-Me gustas Adrianne... realmente lo hago, se que ya lo he dicho muchas veces...pero... Te quiero con todo mi ser Adrianne Agreste- las risas de los niños fueron desapareciendo al derredor, dos rubios sentados en el mismo banco se miraban sin apartar la mirada del otro, una ligera garua apareció, garua que se convertiría más adelante en una lluvia torrencial.



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Oh my God! demasiado feels para mi body, me dio tanta ternura la escena donde Colín se confiesa, lo senti en mi kokoro :v , por otra parte, ¡sufre Mario sufre! ¡Mendigo ciego!, disfrutenlo!! 

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