Capitulo 18
Después de almorzar subió a su cuarto y se tiro sobre su cama, rodo un poco y finalmente estiro los brazos mientras se quejaba, cerro sus ojos tratando de no pensar, sin embargo ahora parecía una tarea muy difícil.
-¿No tienes tarea que hacer?- una chillona voz lo obligo a abrir los ojos, el ser rojo revoloteaba por la habitación mientras comía una galleta con chispas de chocolate.
-Sabes que no soy muy bueno con filosofía- respondió tomando una almohada y colocándosela sobre el rostro.
-Pero te toco un tema muy interesante- en pequeño ser rojo se coloco sobre la almohada que cubría el rostro de su portador, comenzó a dar pequeños saltitos mientras reía.
-Leer filosofía me hace dormir- hablo el azabache incorporándose sobre la cama, Tikki voló nuevamente para no caer.
-Solo es un dialogo, no te va a vencer- animo el kwami rojo, se dirigió al escritorio del muchacho y tomo un libro delgado, regreso donde su portador y lo coloco en sus manos.
-Es sobre el Valor, Lordbug es muy valeroso- continuo él se rojo- Es perfecto para ti Mario- termino de decir al muchacho, este le sonrió agradecido, abrió el libro y le dio una hojeada rápida, miro suplicante a la criaturita, esta negó sabiendo las intenciones del azabache.
-Está bien, pero solo las cinco primeras hojas- dijo y comenzó a leer el dialogo.
-Eres un perezoso- hablo el kwami mientras se posaba en los espesos cabellos negros de su portador, Laques era una lectura buena para el muchacho.
Entro en la lujosa habitación lentamente, lo primero que vieron sus ojos fue el alto techo, esa habitación bien podría ocupar la mitad de su casa, daba vueltas sobre sí misma sin perderse ningún detalle del lugar, un gran cama, ¡Se ve sumamente suave!, comento internamente al ver las finas sabanas, observo las pantallas del computador, una cara consola de videojuegos, la gigantesca biblioteca, todo en ese lugar se veía sumamente caro y espectacular.
-¡Hey!- salto como conejo ante el grito y el estruendo que provoca la puerta al ser cerrada con fuerza la asusto, la risa del rubio no se hizo esperar, volteo a mirarlo asustada y enojada.
-¡En verdad que eres como un ratón!- califico el rubio entre risas, la pelirroja funcia el ceño por la comparación, decidió ignorarlo y se acerco a los cuadros de fotos que reposaban en el escritorio, en uno pudo ver a una pequeña Adrianne, sonrió ante la adorable imagen, otro cuadro mostraba el rostro imperturbable de Gabriel Agreste, ese hombre le daba miedo, en otro se apreciaba a la rubia con el Bourgeois de niños, ¡Que lindos!, volteo a mirar al rubio, este se encontraba parado frente a la biblioteca buscando un libro, saco su celular de su maletín y discretamente tomo una foto al cuadro, ¿Cómo este niño tan tierno se convirtió en Colín?, se pregunto, en la imagen el rubio sonreía dulcemente mirando a la cámara, nada comparado con las sonrisas soberbias y burlonas que expresaba ahora, paso a la siguiente foto, esta le llamo la atención en sobremanera, se mostraba un hermosa rubia muy parecida a Adrianne, solo que llevaba el cabello amarrado en una cola baja, estaba abrazando a una pequeña rubiecita, ¿esta es su madre?, acerco su mano para tocar la imagen de la misteriosas mujer.
-¿Qué crees que haces?- salto hacia la derecha, la voz del rubio la asusto nuevamente, este se encontraba a su lado mirando el cuadro de la madre de Adrianne.
-¿Es que acaso te asustas con todo?- pregunto mirando impaciente a la pelirroja, esta respiro hondo y le dirigió la mirada.
-¿Siempre te acercas sorpresivamente?- refuto con otra pregunta, este la miro incrédulo y bufo, miro nuevamente el cuadro con la fotografía y la tomo ante la atenta mirada de la muchacha.
-Ella es la señora Agreste- hablo sin apartar la mirada de la fotografía- Ella y mi madre eran muy buena amigas- comento, la pelirroja pudo ver un sentimiento nuevo en los ojos del rubio, Tristeza, pensó, aunque esta solo duro unos cortos segundo, volvió a poner el cuadro en su sitio.
-¿Tu mamá?- pregunto la pelirroja, el rubio tenia la mirada perdida en la imagen, volteo a mirar a la pelirroja, esta se removió en su lugar ante sus ojos azules.
-Así es, pero ella ya no está- hablo simple- ya no tiene importancia tampoco- lo ultimo lo dijo desviando la mirada, Nathaly se encontraba sorprendida por sus palabras, era la primera vez que veía hablando al Bourgeois algo diferente a sus constantes agresiones.
-¿Eres muy curiosa verdad tomate?- y regreso el típico rubio, la pelirroja frunció el ceño y se sonrojo por el apoco, ¿Tomate?, repitió en su mente, el Bourgeois la miraba con una sonrisa altiva.
-Sentémonos- ordeno, comenzó a caminar hacia una mesita de noche que descansaba a cierta distancia de la cama de la modelo, se sentó en el suelo, la pelirroja lo imito.
-Toma, es el Banquete- tiro el libro, la muchacho lo atrapo en el aire con dificultad, miro molesta al muchacho, este tenía otro libro igual al que recibió.
-Adrianne se tomo la molestia de comprar uno para cada uno- abrió el libro y lo puso sobre la mesa, la pelirroja hizo lo mismo.
-¿Has leído algo del?-pregunto, la de ojos agua marina negó con la cabeza, el rubio rodo los ojos ante su acción.
-¡Por favor mujer! ¡Respóndeme con palabras!- exclamo inclinados hacia adelante, la muchacha se hizo para tras por puro instinto
- ¡No soporto el silencio! ¿Acaso te arrancaron la lengua?- pregunto exasperado, uno de las tantas cosas que Colín Bourgeois era el silencio, aun mas si tenía otra persona con quien hablar, la pelirroja miro los ojos enojados del rubio.
-¡Esta bien! ¡No se absolutamente nada!- exclamo aun más fuerte que el rubio levantándose un poco, esta vez era el rubio que la miraba sorprendido y raro.
-Así me gusta- hablo finalmente sonriendo de lado a la muchacha, ¡Que rayos!, pensó sacada de lugar la pelirroja, ¿Es bipolar o qué?, se interrógame mirando cansada al ojiazul.
-Y no me alces la voz otra vez- ordeno nuevamente, la pelirroja se dio una cachetada mental, ¿Quién lo entiende?, la imagen del pelinaranja se le vino a su mente, Samuel, pensó.
-Ahora lee- ordeno otra vez, Nathaly abrió la boca para reclamar – Por favor- termino luego de un momento el rubio al ver la cara de molestia de la pelirroja, las mejillas del muchacho se colorearon, miro enojado y avergonzado hacia otro lugar, la pelirroja sonrió abiertamente observando el rostro del rubio, No debe ser fácil para él, pensó y suspiro, se inclino para comenzar a leer.
Después de almorzar le dieron un despacho para que se aseara y cambiara de ropa, su padre la necesitaba para las fotos de una revista de vestidos juveniles, no podía reclamar, su padre siempre hacia lo que quería, como una muñeca, se califico, se sentía como esas muñecas de porcelana acostumbraba a coleccionar, miro su reflejo en el espejo que se encontraba frente a ella, su ondulado cabello dorado caía hasta la mitad de los hombros, sus ojos esmeralda reflejaban tristeza, ella estaba emocionada por la idea de pasar la tarde con la pelirroja y el rubio, suspiro cansada, salió del despacho para acudir a las maquillistas.
-¡Pero estaba en mi contrato! ¡No pueden hacerme esto!- los fuertes reclamos hicieron voltear la vista de la rubia hacia un muchacha pelinegra de más o menos su edad.
-Son órdenes del jefe, lo sentimos- hablo un hombre de traje acercándose a la iracunda jovencitas.
-¡Los sentimos! ¿Creen que soy estúpida?- hablo casi gritando, Adrianne se acerco al alboroto quería saber que fue lo que ocurrió para que la muchacha actuara de esa forma.
-¿Qué sucede?- pregunto con un dejo de autoridad al hombre enternado, este volteo y puso cara de vergüenza al ver a la rubia.
-Señorita Adrianne, disculpe- hablo ignorando a la pelinegra esta se cruzo de brazos al ver que no le prestaban atención.
-Tiene que ir a la sesión ahora- pidió el hombre con una tímida sonrisa, el rostro del pelinegro cambio drásticamente, ahora era cólera pura.
-¡¿Con que por esta me cambiaron?!- grito mientras señalaba a la rubia y la examinaba de arriba hacia abajo, las personas se acercaron, la ojiverde parpadeo confundida.
-Sáquenla de aquí- ordeno el hombre de traje a unos guardias que se acercaban a ver el alboroto, tomaron a la muchachita por los brazos, este se revolvía en su lugar lanzando injurias, miro con odio a la rubia – ¡Tú tienes la culpa!- grito mientras la arrastraban, finalmente desapareció.
Adrianne miro ofendida y confundida al hombre, este le pidió disculpas por el espectáculo y la llevo a donde se realizarían las fotos, ¡Que gente!, pensó divertida, sintió lastima y vergüenza ajena por la muchacha pelinegra.
-¡Muy bien preciosa ya sabes que hacer!- asintió parándose en frente al fondo blanco y comenzó a posar solo como ella lo sabía hacer, busco con la mirada a su padre, pensó que estaría presente ya que este la mando a llamar, no lo encontró por ninguna parte.
No estaban ni por la quinta foto cuando un estruendo en la parte baja interrumpió la sesión, la rubia corrió hacia la primera planta para ver qué era lo que sucedía, bajo a toda prisa las escaleras, llego lugar encontrándolo desbaratado una mujer levitaba en medio del gran local.
-¡tiemblen ante Lady Magazine!- la gente corría alborotada ante los ataque de la akumatizada, esta poseía una cámara profesional como arma, el flash al impactar contra las personas quedaban en trance y obedecían sus órdenes.
-¡Plagg transformación!- ordeno la rubia, grande fue su sorpresa al ver que no pasaba nada, ¡Maldita sea! ¡Plagg está en el tercer piso!, dio la vuelta hacia las escaleras para ir por su kwami cuando sintió que la arrastraban de los pies.
-¡Tú no te escaparas!- hablo la villana levantando a la rubia por los aires, de la cintura de la villana salían lazos hechos de papel de revistas, Adrianne intento arrancarlos desesperada pero eran muy duro.
Lady Magazine con la ayuda de uno de sus lazos logro romper la pared adelantara de la construcción, el polvo invadió el aire, salió a la calle con la rubia por los aires, esta pataleaba tratando de liberarse, empezó a respirar con dificultad a causa de la presión ejercida en su estomago, la vista comenzó a nublarse, aun podía distinguir a los parisinos corriendo desesperados, empezó a perder la conciencia, ya no podía distinguir bien las formas a su al derredor.
-Lord...bug- pronuncio con dificultad antes de perder parte de la conciencia.
Bajo de su cuarto hacia la sala de su casa para ver un poco de TV, la verdad es que leer esas cinco páginas se sintieron como una eternidad, necesitaba distraer su cabeza con algo, además no veía televisión desde hace dos días, tomo el control y prendió el aparato, busco por los canales y paro en el noticiero.
-Estamos reportando el ataque de este extraño ser- la reportera corría tratando de esquivar los gigantescos objetos que lanzaba la akumatizada.
-¡Enfoca a la derecha!- la cama se acerco a uno de los lazos que poseía el ser- ¡Dios bendito tiene una rehén!- exclamo horrorizada al ver una joven inmóvil colgado de una de las extremidades de la villana, Mario abrió los ojos aterrorizado al ver de quien se trataba, subió a toda prisa a su alcoba.
-¡Tikki Transformación!- la adrenalina y desesperación mezclados recorrieron su cuerpo, Lordbug salió disparado por el balcón, ¡Que no sea demasiado tarde por favor!, rogo sin sacar la imagen de su querida rubia.
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Yupi!!! acción!! un Colín avergonzado!! Una Nathaly que alzo la voz!! jajaja ahora si les traje un poco de Nathloe leve (lo intensos vendran la adelante e_e), para la proxima tendran Adrinette y claro nunca sin dejar al amarillito y la rojita, tambien hay dibujito de estos en el cap 19 !! nos vemos !!
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