Capitulo 17
Llego al hotel y se encontró con su padre en la salida de este, el hombre mayor se acerco sonriente a su hijo, extendió los brazos al tenerlo cerca, el rubio abrazo a su padre.
-¡Qué bueno que te veo hijo!- hablo el hombre sin soltar a Colín.
-¿Ya te vas a almorzar?- pregunto el rubio separándose de su padre.
-Así es, te estaba buscando para que vayamos juntos- el rubio asintió ante la propuesta del mayor, juntos se encaminaron hacia la lujosa limosina, el chofer abrió la puerta para que los hombres abordaran la movilidad.
-Ya sabes dónde ir Marcos- ordeno el alcalde de Paris a su chofer, este asintió y el auto se puso en marcha.
-¿Y cómo te ha ido hoy?- pregunto al mayor mirando con una sonrisa a su hijo, eran pocos los momentos en que podían conversar como padre e hijo, desde la muerte de su querida esposa no tenía casi tiempo para su unigénito.
-Bien, lo de siempre- contesto el rubio mirando la pantalla de su celular, al hombre mayor al ver que su hijo no le prestaba atención cambio el gesto alegre de su rostro por uno triste, Colín seguía absorto mirando el aparato móvil, después de un momento de silencio dejo el aparato y le presto atención al mayor, una ligera culpa se instauro al darse cuenta de su comportamiento.
-Mañana iré a casa de Adrianne- hablo mirando por la ventana, su padre volteo a verlo interesado, el sabia de los sentimientos de su hijo para con la hija de su amigo Gabriel Agreste.
-Si deseas puedo darte algunos concejos- comento picaron, un leve rubor se instauro en las mejillas del rubio.
-No es para eso- hablo molesto y avergonzado, su padre enarco una ceja confundido, André sabía muy bien que las visitas de su hijo a la casa de los Agreste era para coquetear con su amiga de la infancia, ¿Acaso ya se canso?, se pregunto el alcalde, el rubio se dio cuenta de la confusión de su padre.
-Nos reuniremos para hacer un trabajo- explico el joven, el hombre mayor sonrió complacido ante esto, ya se estaba preocupando que su hijo cansara a la señorita Adrianne con tanta insistencia amorosa, aunque era un Bourgeois, y los Bourgeois no se rendían fácilmente, un claro ejemplo era él, gracias a eso venía siendo alcalde de Paris varios años.
-¿solo ustedes dos?- pregunto André, el joven rubio se cruzo de brazos, tardo un momento para hablar.
-No- respondió finalmente- también estará otra compañera- explico, ¡y qué compañera!, pensó el rubio al recordar la torpeza de la pelirroja, Es como una ratón asustadizo, califico, sin que se diera cuenta una sonrisa divertida se formo en el rostro, un ratón problemático, arrugo el ceño nuevamente al recordar la deuda que tenía con la pelirroja, recordó el rostro magullado igual que el suyo, por instinto acerco la mano a la cicatriz que llevaba en su pómulo derecho, ya tenía mejor vista, al menos ya no tenía que utilizar la molesta gasa, Ella tenía una marca en la frente, analizo la imagen del rostro por unos momentos más, se dio cuenta de sus pensamientos y sacudió la cabeza tratando de sacar esos "molestos" pensamientos de su cabeza, su padre lo miraba con una sonrisa curiosa, se preguntaba qué es lo que podía causar que su hijo cambiara de reacciones de esa forma.
El día siguiente llego demasiado rápido para la pelirroja, camino hacia su sitio y saco un cuaderno para ponerse a dibujar en el en lo que llegaba en profesor de trigonometría.
-¡Hola Nath!- dejo loa que estaba haciendo para mirar a un sonriente rubio de ojos azules.
-¡Rod!- respondió con emoción al igual que el rubiecito – Nathaly- una tercera voz llamo la atención de los muchacho, un pelinegro los saludaba con una sonrisa, la pelirroja saludo a Julek de la misma forma que el rubio, el pelinegro paso a sentarse junto a este.
-¿Y cómo van con sus trabajo de filosofía?- pregunto el rubio a sus dos amigos, el gótico puso cara de cansancio y la pelirroja comenzó a jugar con sus dedos.
-no me hagas recordar eso- hablo Julek mirando a sus dos compañeros de grupo, Kim y Alex estaban discutiendo sobre ropa deportiva, el pelinegro arrugo el ceño mirándolos.
-Esos dos ya deberían casarse- dijo burlonamente, Rod rio ante su comentario y Nathaly asintió, los tres miraban divertido a la pareja singular, y es que la castaña y el peli fucsia tenían una afición a los deportes y por ende vivían compitiendo entre ellos, ambos tenían personalidades fuertes, y no era novedad que ambos sentían más que una amistad entre ellos.
-Son muy tiernos y divertidos- comento el rubio, el era un romántico empedernido, es por eso que era extraño que él y Julek sean buenos amigos siendo tan contrarios.
-¿Y cómo te va a ti Nathy?- se dirigió a la fémina del grupo, esta desvió la mirada y empezó a jugar con un mechón de su rojizo cabello, el pelinegro al ver su acción esbozo una sonrisa juguetona, se acerco como gato a su oído.
-Te intimidan los rubios- susurro lentamente –Tomate miedoso- dijo con burla la pelirroja se paró de su asiento avergonzada, su amigo sabia lo mucho que le fastidiaba esa acción.
-¡Julek!- su exclamación llamo la atención de los demás alumnos, una rubia ojos verde miraba curiosa a la pelirroja, Colín pasaba su mirada de la sonrojada pelirroja al rostro burlón del gótico.
-¡Miren quien quiere llamar la atención!- comento fuerte el rubio de ojos azules mirando fijamente a la pelirroja, esta se sonrojo aun mas, esto divirtió al Bourgeois, por alguna extraña razón se sintió complacido que la muchacha se sonrojara por sus palabras.
-¡Silencio!- la voz del profesor llamo la atención del alumnado – Vamos a empezar- la pelirroja tomo asiento avergonzada, las clases iniciaron.
El timbre del término de la jornada sonó dando aviso a los alumnos, todos procedieron a guardar sus pertenencias y regresar a casa a almorzar.
-¡Hey despierta!- sintió algo impactar contra su cabeza, la pelirroja se levanto adolorida, ella no disfrutaba en absoluto las clases de trigonometría, así que aprovechaba su sitio para darse pequeñas siesta, ya después sus amigos se encargaría de explicarle lo que habían hecho.
-No es necesario la agresión- reclamo la chica asiendo un puchero, sus amigos se despidieron de esta, ella procedió a guardar sus cosas.
-¡Nathaly espera!- el llamado de una voz femenina la hizo detenerse, alzo la mirado encontrándose con una rubia ojos verdes, tenía una amigable sonrisa en su rostro, detrás de esta se encontraba el "intimidante" rubio.
-Ayer me olvide de decirte que nos reuniríamos en mi casa- hablo la modelo, la rubia no respondía nada – Claro si no te importa- termino cruzándose de brazos, el rubio la miraba impaciente.
-No hay problema- respondió tímidamente la pelirroja, Adrianne ensancho su sonrisa, volteo a mirar al rubio y se comunico con la mirada con este, el rubio solo se encogió de hombros desviando la mirada.
-Nath... ¿Te puedo llamar así verdad?- la pelirroja se sonrojo por el apodo, asintió lentamente sin apartar la mirada de los ojos esmeralda.
-Si no tienes problema, ¿Querrías venir a almorzar con nosotros?- propuso, la de ojos agua marina no daba crédito a lo que decía la rubia, ¿Cómo?, se pregunto internamente, los rubio miraron curiosos la reacción de la pelirroja, Adrianne se avergonzó levemente.
-¿Quieres venir con nosotros o no?- rompió el silencio Colín, poniéndose delante de la rubia y agachándose un poco a la altura de la pelirroja, esta se inclino hacia atrás por puro instinto.
-Piénsalo, así ya no tendrás que salir de tu casa nuevamente- explico una sonrisa ladina, la pelirroja se sonrojo por eso, ¿Qué cree que hace?, pensó retrocediendo.
-Almorzaremos en la casa Agretes, solo acepta y ya- ordeno el rubio, la pelirroja parecía meditar un poco, finalmente acepto no tan convencida, la rubia sonrió y procedieron a salir del la institución, afuera los esperaba la limosina de la Agreste.
Una vez dentro del carro emprendieron la marcha, Nathaly miraba el interior del auto asombrada, Adrianne y Colín miraban entretenidos el rostro de la pelirroja, el rubio sonrió sin darse cuenta mirando el infantil rostro de la pelirroja, Adrianne se dio cuenta de esto, ella sonrió por los dos, era hora que su amigo tuviera más amistades femenina y así el amor romántico que le profesaba, ella se encargaría de eso.
Nathaly se sentía emocionada y temerosa dentro de ese auto, nunca había estado en una limosina, ¡Que genial!, pensó recorriendo con la mirada cada parte de la movilidad, ¿y si se trata de un secuestro?, se aferro al asiento, una mueca de horror se instauro en su rostro.
-Sabes, me alegra que hayas aceptado- confeso la rubia llamando la atención de la pelirroja, esta se conmovió por las palabras, a ella le caía bien la modelo, pero no podía evitar sentirse menos al estar a su lado.
- ¿En serio?- pregunto Nathaly, la rubia asintió sonriendo, el repentino pare del auto hizo entender a los tres individuos supieran que habían llegado a su destino, procedieron a bajar.
No podía evitar sentirse atraída cada vez que entraba en la gigantesca mansión Agreste, no era la primera vez que estaba en ese lugar, pero era inevitable no recorrerlo con la mirada.
Entraron en la gigantesca casa, el asistente personal de Gabriel los esperaba en las escaleras, la pelirroja no sabía si saludar o no.
-¡Hola Nathan! ¿Ya está listo el almuerzo?- la modelo se acerco al pelinegro de lentes.
-Ya está listo- afirmo este- Adrianne tendrás que almorzar en uno de los estudios- informo repentinamente, el rostro de molestia de la rubia no se hizo espera, Nathaly no savia que hacer.
-¡No! mis amigos están aquí- pido en voz alta al hombre, este la miro seriamente – Tu padre lo ordena- respondió inmune a los reclamos de la muchacha – Pero tus amigos pueden almorzar aquí y esperarte hasta que regreses- esto no convenció a la rubia que siguió con sus reclamos.
-¿Cómo que Adrianne no almorzara con nosotros?- pregunto desencajado el rubio acercándose a su amiga de la infancia.
-La limosina te espera dentro de diez minutos- concluyo el de lentes saliendo de la sala, Adrianne apretaba sus puños fuertemente, Colín hablaba con ella, Nathaly solo observaba confundida y sin saber qué hacer.
-Vamos al comedor- dijo desanimada, Nathaly acelero el paso detrás de los rubios, no quería perderse en ese gigantesco lugar, llegaron a un gran y elegante comedor, a pesar de la opulencia del lugar desprendía un ambiente frio.
-Disculpen eso- la rubia se dirigió a sus compañeros, esbozo una sonrisa triste, suspiro cansadamente y prosiguió.
-Por favor siéntete como en tu casa y disfruta de la comida- lo ultimo lo dijo mirando a Nathaly, esta sintió pena por la modelo, Adrianne también tenía sus problemas como todos.
-Cuando terminan pueden subir a mi cuarto, Colín ya conoce el camino hehe- dijo lo ultimo rascándose la nuca, a continuación un mozo paso dos platos con deliciosa comida, el estomago de la pelirroja rugió al sentir el olor, los rubio rieron al escucharlo, esta abrazo su estomago y rio con ellos.
-Bueno los dejos- sin más salió del lugar dejando al rubio y a la pelirroja solo con los deliciosos platos de comida.
-¿No piensas sentarte?- pregunto burlón el ojiazul, la muchacha se sonrojo al darse cuenta que se quedo parada como poste a un lado de la mesa, se sentó al lado del rubio, los dos comenzaron a comer en silencio, será una larga tarde, pensaron al mismo tiempo lanzándose miradas discretas.
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Ya llegue!! en el proximo capitulo les dare su alimento, digo sigo su Nathloe, nuestro mushashos se quedaron solitos e_e , queria centrar un poco mas en Adrianne esta vez, mas adelante sera en Mario, y si, voy a incluir Adrinette :3 :3 , es necesario para el Nathloe tambien avanze mas, asi que lo que siempre les pido, paciencia mijos, tengo muchisimas escenas nathloe para mas adelante, ya que esta historia consta de cuatro arcos, no quiero que las cosas salgan forzadas.
Sin mas me despido shaoooo
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