Chapter 3 (Taehyung)
Llevabamos mucho tiempo bailando bajo las luces de diferentes tonalidades.
–¿Estás cómoda? Lo disfrutas muy bien –aseguró Taehyung.
–¿Cómo no? Si eres muy apuesto y te mueves demasiado bien –ella lo halaga con una sonrisa.
–Eso no te lo voy a negar, soy guapo –se apega más a ella–. ¿Cómo estás en Mask? Puede que nos encontremos otro día.
–¿Quieres que tengamos una cita? –pregunta con ilusión en los ojos.
–Si es lo que quieres sí –la provoca–. ¿Y bien?
–Sígueme –pidió la chica..
Taehyung asintió para que luego ella tomara su mano y lo guiara entre la multitud, justo como él había hecho con su amigo horas atrás; solo que las intenciones eran diferentes.
Cuando se acordó del peliazul casi por instinto subió su mirada para ubicarlo, pero no logró divisarlo ni en la barra, ni cerca. Se preguntó si lo estaría pasando tan bien como él.
Dieron unos pasos más y salieron de la sala en donde, segundos antes, se encontraban bailando.
Volvió a pasar un oscuro pasadizo, notando que habían parejitas haciendo qué cosas sabrán ellos. Pensó que saldrían del lugar pero poco después se extrañó cuando sintió el aire fresco acariciar su cara y observar su alrededor.
Pues claro, habían llegado al explendido patio trasero.
Se detuvieron y la chica de cabellera azabache lo besó en el cachete de forma sensual. Él quiso besarla sin tantos rodeos pero ella fue más rápida y reemprendió su camino sin dejar de sujetar su mano.
–No tan rápido, chico guapo – rio.
–¿A dónde es que me llevas, chica linda? –preguntó mientras bajaba las pequeñas gradas detrás de ella para luego tocar con las suelas de su zapato el húmedo césped.
–¿No quieres divertirte? –contestó coquetamente–. Allá adentro hay mucha gente y casi no hay espacio para nada. Quiero que tengamos algo más de... libertad.
Taehyung miró a su alrededor y notó que habían jóvenes en la piscina, en los asientos de madera que se encontraban distribuidos por todo el lugar. Incluso había una gran porción de chicos alrededor de una enorme mesa en la que se desarrollaba un juego que parecía ser muy divertido. Más allá vio un grupito bajo un extenso árbol gritando:
¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!
Mientras que un joven alto sostenía una botella de cerveza al revés, tratando de hacer pasar todo el alcohol por un embudo directo a la boca de otro joven colorado.
El castaño rio. 《Ese chico al día siguiente va a sufrir mucho con la resaca》. Ni se lo quiere imaginar.
Cuando se da cuenta, la chica ha dejado de caminar, y con ello, él también. Ella gira. Lo mira con deseo, tiene las pupilas dilatadas. Él se da cuenta y la sujeta por la cintura, ella rodea su cuello con sus brazos y lo besa. Sus labios se mueven como expertos, literalmente se comen en plena noche. Él trata de ir con más prisa pero unos gritos lo descoloca.
–¡Vante! ¡Nos vamos ahora mismo! ¡Ya! –Jimin exclama molesto. Lleva el entrecejo fruncido y está muy enrojecido.
Levanta su mirada y, sin apartarse de la chica le contesta:
–¿Qué? Pero si la fiesta apenas empieza –no entiende el por qué de la actitud de su amigo–. Tranquilo, aún falta para las dos.
–¡Pues me voy yo sólo! ¡Fue una maldita perdida de tiempo venir aquí! –se da media vuelta y da fuertes pisadas en el pasto.
No sabe lo que ha pasado con su amigo pero no tiene tiempo de cuestionárselo junto a la chica que sigue sujetando. Se acomoda el antifaz y baja la mirada hacia ella.
–¿Te vas? –le pregunta la joven desilusionada–. Pero ni siquiera hemos podido hacerlo bien.
–Lo siento, tengo que irme –la suelta. Ni siquiera se despide, solo se va.
–¡Pero aún no te he dicho que me puedes buscar en Mask como Ely!– puchereó recordando la cita que debían coordinar.
Persigue a su amigo con prisa. Ingresa al gran salón principal y no puede encontrarlo a simple vista. Maldice por no acordarse la salida. Comienza a empujar a chicos que se atraviesan por su camino. Hay mucha bulla y ni aun gritando su nombre se logra escuchar a sí mismo.
«Joder. ¿Por dónde era?» empieza a desesperarse y no sabe qué hacer. Su mente se nubla. El alcohol hizo efecto hace mucho. Está tan desconcentrado que no se le ocurre preguntar a alguien.
Se queda parado. Solo puede girar sobre sus talones y gritar el nombre de su amigo; sin embargo, sigue sin tener señales de él.
–Ey, ¿estás bien? ¿Necesitas ayuda? –se le acerca un joven camarero, portando un desaliñado uniforme a esas horas de la noche.
Solo puede sentir sus labios echos un mohín. Resopla. ¿Qué le pasaba a Jimin?
–Verás –desacomoda su cabello–. He olvidado por dónde era la salida y...
No habla más porque el joven lo interrumpe–. Aaah, era eso. La salida está por ese pasillo a la derecha –le indica con su dedo índice–. ¿Pero por qué quieres irte tan tem...
Taehyung no lo escucha más y se va por donde le ha indicado el chico. Camina lo más rápido que puede pero cuando está doblando la esquina choca contra otro cuerpo. Acción que provoca que se tambalee y el contrario caiga.
–Oh miér... –suelta y también escucha algunas palabras malsonantes del otro individuo que está en el suelo. Se soba la mandíbula y mantiene sus ojos cerrados–. ¿Es que acaso no ves por dónde vas? –se queja.
–Lo-losiento –escucha una dulce voz en respuesta–. No era mi intención. No sabía que aparecerías de la nada.
Habre los ojos y baja su mirada. El chico que está en el suelo le llama extrañamente la atención en ese mismo segundo.
–N-no te preocupes. También ha sido culpa mía. Solo ten más cuidado al andar.
Cuando se da cuenta, llevan segundos viéndose el uno al otro. Mueve la cabeza de un lado a otro y le extiende su mano.
«¿Pero qué... ?» piensa cuando siente la mano del otro sobre la suya. «Es tan suave y huele a... ¿fresas? ¿Qué pasa con él?». Piensa cuando sus cuerpos se han acercado por el impulso.
Poco después ve al extraño de cabello rojo dispersarse entre la multitud de jóvenes.
«Pero qué chico más dulce» Se queda unos instantes viendo hacia la nada y sigue su camino confuso.
A los segundos se acuerda de su amigo y esta vez comienza a correr. «¿Por qué la salida no es por la entrada? Lo complican más así. Ojalá les agarrase un terremoto en medio de la locura. Así sabrán que poner la zona de salida tan escondido es un dolor de cabeza –maldijo mientras salía de la mansión.
Cuando se encontró afuera buscó a su amigo con la mirada de un lado a otro hasta que lo ve. El peliazul tiene el brazo extendido, parando un taxi.
–¡Minie! ¡Espera! –grita desesperado mientras trata de correr hacia su amigo.
Jimin se soba los ojos. Tiene la mirada triste y frustrada, detalle que el azabache pasa por alto.
–¿Por qué te has ido tan de repente? –pregunta cuando llega a su lado.
–¿Te estabas divirtiendo? –le responde con otra pregunta, frío. Abre la puerta del taxi y sube.
–¿De qué hablas? Pues claro que sí. ¿Y tú? –Sigue los pasos de su amigo.
–¿Quieres que te diga la verdad? –el castaño asiente buscando su mirada–. Pues no.
–¿Por qué? Estabas bien cuando te dejé –se acomoda a su lado. Trata de verlo a los ojos pero Jimin lo evita mirando através de la ventana de su parte del asiento.
–Ese es el punto, siempre resulta así –susurró molesto.
–¿Dijiste algo? Minie, sabes que no te puedo escuchar cuando hablas demasiado bajo. Dime qué ha pasado, por favor.
Se intriga cuando a pesar de que haya pasado minutos el chico a su lado lo ignora.
–¿No me lo dirás? –insiste– Vamos, sea lo que sea, no es para tanto. Me has hecho ir tras de ti. No me hagas arrepen...
–Me he encontrado con Jungkook, y no en la mejor situación. ¿Feliz? –Jimin respira hondo y posiciona su peso sobre el soporte de la ventana.
–Oh –es lo único que suelta al escucharlo. Ni siquiera se preocupa que hayan roto la regla de evitar mencionar sus nombres reales o apodos por que ahora supone entender la reacción de su amigo. Lo observa y le da pena verlo tan vulnerable.
Por último decide ya no abrir la boca por el resto de la trayectoria.
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