12
Hoseok se levantó algo adolorido, había tenido una buena ronda de sexo con un tal Taehyung, aparentemente conocido de Jungkook, y vecino del mismo. El chico de piel morena estaba más que rendido a su lado, roncando un poco, aunque a pesar de todo no dejaba de verse hermoso.
Se levantó a ver su celular con cuidado de no despertar a Taehyung, y agradó los ojos cuando vio más de quince llamadas perdidas de Jin. Miró la fecha... Oh, santa mierda. Era cierto, como no ser acosado por teléfono sí estuvo prácticamente un día y medio sin volver a la mansión. Eran pasadas las siete de la noche y si no se comunicaba con Jin seguramente lo matarían.
Marcó el número e hizo una mueca mientras el pito tonaba. Una voz chillona, gritona y estérica retumbó en su tímpano, tuvo que alejar un poco el aparato de su oído.
— ¡¿Se puede saber en dónde mierda estás, Jung Hoseok?!
— Joder, Jin... No grites... cálmate un poco... — Susurró un poco avergonzado con las mejillas ruborizadas.
— ¡¿Qué me calme?! ¡Namjoon! ¡¿Puedes crees que me está pidiendo que me calme?! ¡Mierda, Hoseok! ¡Yoongi estaba preocupado! ¡Sabes por la maldita situación en la que nos encontramos! ¡Pudieron haberte encontrado y quien sabe que más pudieron haberte hecho!
— Si... Lo sé... Disculpa... En serio... Yo... Estuve con un chico... Dile a Yoon- — No pudo seguir hablando. Claro, si el mayor le reclamaba a pesar de estar al otro lado de la línea.
— ¡¿Nos hiciste preocupar porque estabas...?! ¿Sabes qué? No diré nada... — Suspiró calmándose. — Ya le diré a Yoongi que estabas con un chico. Porque es la verdad. No diré más nada. Ya resolverán ustedes dos sus asuntos...
— Perdón por preocuparte, Jin... No fue mi intención — Se sentía mal. Todo lo que había dicho el contrario era muy cierto. Por lo menos debió avisar.
— No te preocupes... Por lo menos estás bien... Eso es lo que importa... Ya luego avísame cuando regresas... ¿Vale? Te estaré esperando y me cuentas cómo te fue — Dijo lo último con algo de picardía, sacándole una pequeña sonrisa a Hoseok y colgó la llamada.
Sintió unos brazos rodearle y se asustó, respingando en su lugar.
— Joder... Me asustaste...
— Ya veo... ¿Estás bien? Te ves algo- — El timbre del teléfono de Hoseok interrumpió a Taehyung. Era un número desconocido.
Ladeó la cabeza y contestó.
— ¿Si?
— Yoongi~ Por favor~ Ven~ Ayúdame~ — Eran sollozos de... ¿Jungkook?
— ¿Qué sucede, Jungkook?
— Hay sangre~ Mucha sangre~ No sé qué hacer~ Ayúdame Yoongi~
— Iré de inmediato al bar... No te preocupes... Vas a estar bien. No te muevas de allí. No te muevas, Jeon — Dicho esto colgó y se levantó como rayo de la cama para comenzar a vestirse. — Taehyung... Necesito que me lleves a un sitio, por favor...
Taehyung asintió de inmediato. Al saber que Jungkook estaba en peligro, sentía una especie de angustia en su pecho. No podía ignorar el latir repentinamente acelerado de su corazón. Tenía que ir ya a buscar a Jungkook, y asegurarse de que estuviera a salvo. Así que se levantó y vistió para llevar a Hoseok lo más rápido posible a dónde le indicara...
~Minutos después~
Mientras tanto. Yoongi estaba en su estudio, aún estaba molesto con Jimin. No quería verlo por lo menos en unas horas. Lo había dejado en su habitación sólo. Ya casi terminaría de organizar el papeleo.
Jin vino con la noticia de que Hoseok estaba muy a la ligera meneando el culo por allí, o por lo menos así lo veía Yoongi. Gruñó y asintió. Se guardaría sus insultos y comentarios para cuando Hoseok volviera, y vaya que lo reprendería.
Jin lo dejó sólo y fue cuando recibió una llamada del celular del jefe de... ¿Jungkook? Era extraño, ese hombre no solía llamarlo. Seguro era alguna emergencia, así que contestó.
— Habla, no tengo mucho tiempo — Era mentira, en realidad, no tenía demasiada paciencia.
— Yoongi~ Ayúdame~ Por qué no llegas~ Te estoy esperando~ — Jungkook estaba sollozando desesperado al otro lado de la línea.
— En dónde está tu jefe... ¿Estás bien?
— C- Creo que está dormido~ No se mueve~ Hay mucha sangre~ Es- estoy asustado~ Ayúdame~ Por favor~ Ven rápido~ — Hablaba como ido. Ese no era su usual Jungkook. Seguro estaba drogado. Y si estaba drogado, significaba que estaba en peligro.
De inmediato se levantó de su escritorio con las llaves de su deportivo en mano. Iría a buscar a Jungkook, y si tenía algún rasguño, asesinaría a todos en ese maldito lugar.
~Muchas horas antes~
Jungkook estaba rumbo a su trabajo el cual era más un castigo por parte de Yoongi por haber besado al idiota del híbrido. Justamente se estaba maldiciendo a sí mismo al estar al frente de la puerta del bar que tanto odiaba y que jamás creyó volver a ver.
— ¡Jungkook! Pensé que no vendrías... — Saludó su encargado acercándose para abrazarlo. — ¿Qué le hiciste a Yoongi para que te enviara conmigo? Por suerte, me ocuparé de protegerte, prácticamente amenazó con arrancarme la cabeza si te sucedía algo.
— ¿Él te pidió eso? — No pudo evitar sentirse tan feliz. Yoongi había pensado en él.
Una sonrisa se dibujó en su rostro y entró junto a su jefe al bar para cambiarse. Tendría que aguantar a pervertidos y borrachos, pero nada del otro mundo comparado con lo que haya tenido que hacer en ocasiones anteriores.
Hoy era su segundo día de trabajo. No quería pero tenía que...
Se colocó sus shorts cortos, una camisa holgada con cuello en V y manga larga que le cubría por debajo de los muslos, haciendo parecer que no tenía nada debajo. Completó su conjunto con unas vans blancas. Se mira al espejo de cuerpo completo en su pequeña y nueva habitación y suspira resignado.
— Será un largo día... — Murmura saliendo de su habitación.
Durante el transcurso del día en el bar, se ocupó de limpiar el mostrador, repartir las bebidas, aguantó manoseos y comentarios obscenos de algunos borrachos y por fin había llegado su hora favorita del turno. Limpiar el baño.
Con el trapeador en mano y la cubeta, caminó al baño público que no se clasificaba más que unisex. Colocó un cartel afuera en la puerta para que nadie le molestara y comenzó a limpiar.
Pensó en todo lo que pudo haber hecho si no hubiese sentido aquel apego por Jimin. Estaba confundido, sólo quería complicarse cuando sabía que ni Yoongi, y mucho menos Jimin, tendrían una intención con él más allá de la amistad.
Hundió el trapeador en la cubeta llena de agua y desinfectante agachándose un poco. Lo exprimió y comenzó a limpiar el piso no muy higiénico del baño, o por lo menos visualmente limpieza era lo que menos reflejaba.
Pensó en el novio, o ex novio de Jimin, sabía que aquel chico era un gran patán pero le gustaba a pesar de todo. Tan guapo y bueno en la cama, nunca antes tuvo un polvo como ese de aquel día en la habitación de Taehyung. Quizá lo extrañaba, demasiado a decir verdad. Tenía su número telefónico pero nunca le escribió. Quizá por miedo de Yoongi o miedo a otro tipo de emociones que se negaba a aceptar.
Un ruido proveniente de la puerta interrumpió sus pensamientos. Alguien había entrado. Frunció el ceño, estaba irritado, no quería toparse con otro maldito borracho. No se molestó en voltear.
— Está ocupado — Espetó molesto mientras trapeaba el piso con más fuerza, como si estuviera intentando arrancar algún tipo de mugre inexistente.
Casi de inmediato escuchó de nuevo la puerta, otra persona entró. Ahora si lo iban a escuchar. Estaba hasta la coronilla de hombres idiotas.
— ¿Ya dije que está ocup-? — Cuando volteó a encarar a quien sea que jugaba con su paciencia. Se paralizó. Esos hombres eran...
— Vaya... Pudimos encontrarte... Jeon Jungkook... ¿Qué podremos sacar de ti además de una buena follada?
Eran dos de los hombres que formaban parte del grupo que secuestró a Jin, recordaba a la perfección sus caras. No tenía algún arma de fuego, ni siquiera un cuchillo o navaja para protegerse. Palideció, sudó frío, comenzó a temblar mientras retrocedía y dejaba caer el trapeador al suelo.
— Cómo me encontraron... — Apenas pudo decir con un hilillo de voz. Estaba asustado, no quería verse indefenso pero así era exactamente como se estaba viendo, como un débil desprotegido.
Intentó correr hacia la puerta, que a pesar de estar bloqueada por los dos altos sujetos de traje, tuvo la esperanza de poder atravesarla, pero en lugar de eso, uno de ellos, lo tomó desde la espalda por los brazos. Pataleó y pataleó, no podía moverse. Se removía como podía para golpear o defenderse de alguna forma pero nada, estaba casi inmovilizado. Sus ojos picaron un poco y parpadeó. Joder, ahora si se burlarían de él si lo veían llorar.
— Resulta ser, nuestro querido conejito, que no debiste ir aquella vez al rescate. Bien es cierto que el señor Suga es intocable, y de igual forma Rap Monster, por ser enemigos directos de nuestro jefe... Sin embargo... Pudimos memorizar tu lindo rostro de bebé y pedimos permiso para averiguar más sobre ti — Susurró con malicia en su oído.
Jeon tenía todas las de perder pero no se rendiría. Prefería morir a ser abusado por esos tipos. Apretó la mandíbula y dio un cabezazo que pudo haber dañado en gravedad el rostro del que lo sujetaba, pero solo logró hacer que su nariz sangrara un poco.
— Suéltenme~ Yo no tengo nada que ver en esto~ — Perfecto. Ya se estaba rebajando a llorar como nena. Era su único recurso.
Un pañuelo cubrió su nariz y boca. Negó con la cabeza intentando no respirar el tóxico y raro aroma pero aspiró cuando sintió que se ahogaría por la falta de oxígeno en su cerebro. Su vista era algo nublosa. Su respiración pesada. Comenzó a sentirse caliente. Su cuerpo no estaba bien, no podía forcejear de repente. Es como si se ablandara como la gelatina.
Lo último que recordaba era sangre, mucha sangre. Suciedad ensuciaba su lindo conjunto. Se puso a llorar por lo feo que de seguro se veía. No lo culpen, estaba realmente drogado. Sorbió por la nariz.
Todo era muy confuso y había sucedido tan rápido. Intentó despertar a su jefe pero no obtuvo respuesta. Agarró su teléfono celular y marcó el número que según recordaba, era de Yoongi. Cuando contestó, le pareció que Yoongi tenía la voz extraña pero igual le pidió ayuda. Se cortó la llamada y se puso a llorar, de nuevo. No sabía qué hacer, le dolía la cabeza y tenía su ropa sucia y manchada de sangre. Le dolía un poco el cuerpo, lo sentía pesado, por eso quizá estaba arrodillado en el suelo, no pensó en levantarse luego de caer.
Pasaron los minutos, que para él fueron como horas, Yoongi no llegaba. Volvió a tomar el teléfono, marcando en contactos el nombre de "Suga". Mordiendo su labio inferior y con lágrimas deslizándose por sus mejillas, sorbía por la nariz esperando respuesta, hasta que por fin contestó.
Lloró y suplicó que lo fuera a buscar. Estaba asustado. No entendía que pasaba o que sucedió. Apenas y recordaba muchos golpes, gritos, quejidos. Estaba nublado.
La llamada volvió a cortarse.
No estaba bien... No estaba para nada bien...
~o~
¡Gracias por leer!
¡Besos!
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