Capítulo 8
La hora del almuerzo llega justo a tiempo antes de que todo el salón terminara de caer dormido. Nada más escuchar el timbre del almuerzo todos salieron a tropezones para huir de la clase. Jen y yo nos levantamos con suspiros pesados, ella por haberse dormido, yo por haber estado a punto de hacerlo, ambas fuimos a la cafetería a paso lento mientras recobrábamos las energías, lo que no fue difícil para ella ya que en un segundo se puso a hablar mientras que yo solo escuchaba y daba mi opinión de vez en cuando. Nos servimos la comida y fuimos a nuestro lugar fuera de la cafetería para estar más tranquilas.
—Pero tienes que decirme ¿de dónde conoces a ese Adonis? —preguntó desesperado por saber quién es Aspen.
—Su familia y la mía serán socios comerciales. Fuimos a su casa a cenar y con el único con quien no me llevé bien fue con él, te lo juro Jen... es un grandísimo imbécil. Fue él quien hizo que el profesor me sacara de la clase por estarme tirando papelitos todo el tiempo hasta que reaccioné.
—¿Eh? ¿En serio?
Asentí en respuesta. Su actitud cambia e hizo una mueca de disgusto por saber que él había sido el culpable de todo.
—Entonces no me agrada. No importa qué tan perfecto sea su rostro o... que tan delicioso se vea su cuerpo... —sin darse cuenta, Jen mantiene la mirada perdida y pareciera babear al imaginarse en escenarios explícitos y sudorosos con Aspen.
—¿Te doy una cubeta, amiga? —bromeé trayéndola de regreso a la realidad.
—Pff, por supuesto que no. Lo odio ahora.
Reí levemente mientras comía de a poco. Jennifer vuelve a sostener una conversación para que le de todos los detalles sobre Aspen y lo que ha hecho para enfadarme desde que lo conozco.
—Sí que suena a un idiota —comentó haciéndome asentir.
—Lo es. Aspen Donnovan es el...
—¿Mejor de todo el mundo y el más sexy? Lo sé, todos piensan lo mismo —de repente, el susodicho apareció tras de mí con esa estúpida sonrisa en su rostro.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué te acercas a nosotras? —Jen intenta mantener una actitud demandante y molesta pero se le notaba por cómo lo veía de pies a cabeza que lo estaba devorando con la mirada.
—Quería hablar contigo un segundo —Aspen me mira— ¿Puedo?
Me tiende la mano para levantarme, lo miré a él y a su mano repetidamente antes de enarcar una ceja. Volteé a ver a Jen para saber qué hacer pero ella solo se encogió de hombros. Resoplé resignada y me levanté de mi lugar, ignorando su ayuda.
—Si me insultas, me largo —advertí pasando junto a él.
Lo vi de reojo cuando levantó las manos a modo de paz y con una sonrisa me siguió. Ambos nos alejamos de todos, yendo a un lugar apartado, las canchas de básquet.
—¿Y bien? ¿De qué querías hablar? —pregunté cruzándome de brazos y manteniendo distancia de él.
—Supongo que... te debo una disculpa.
—¿"Supones"? —enarqué una ceja.
—Está bien, debo hacerlo. Lamento haber hecho que te sacaran de clase —suspiró profundo y me miró con verdadero arrepentimiento—. No era lo que quería que pasara.
—¿Y qué querías lograr entonces?
—¿Molestarte? —se encogió de hombros con una sonrisa— ¿Sabes que arrugas la nariz al enfadarte?
Fruncí el ceño sintiendo mis mejillas comenzando a calentarse y sin poder evitarlo arrugué la nariz. Al darme cuenta sacudí la cabeza y lo miré fulminante mientras que en su rostro se asomaba una sonrisa leve que intentó aguantar.
—¿Me molestas solo porque hago eso? ¿Qué te pasa?
—Lo has entendido mal, no lo hago por eso —ríe entre dientes.
—¿Entonces?
—No sé... es divertido. Hacer enojar a la princesita perfecta de la familia me causa diversión.
"Princesita perfecta". ¡Ja! Que se joda, él no sabe nada. Pero supongo que es bueno que crea eso, eso significaría que lo estoy haciendo bien.
¡¿Entonces por qué no es suficiente para mí padre?!
—Jódete —solté antes de darme vuelta y alejarme de él.
—¿Te he ofendido? Solo he sido honesto.
—Pues tu honestidad es una mierda.
Escuché que Aspen soltaba un "uhh" ligero antes de reír, me di la vuelta para mirarlo con confusión. ¿Ahora qué le causa risa?
—¿Tu padre sabe que usas un vocabulario como ese, princesa? —metió las manos en su bolsillo y levantó ambas cejas.
—¿Puedes dejar de llamarme así? —expresé frustrada.
—¿No te gusta? A casi todas les fascina que las llamen princesas.
—No cuando tú lo dices, eso seguro. Mucho menos cuando es para burlarte de mí —chasqueé la lengua.
—Quizás... Pero ya conoces mi nuevo pasatiempo favorito.
Rodé los ojos y le di la espalda nuevamente. Venir aquí no causó nada más que molestia de nuevo, su disculpa no importa nada.
—Como sea.
—Oye aguarda... —de repente volvió a mi lado—. Se supone que tú debiste enseñarme los alrededores y presentarme a tus amigos... ¿por qué no empiezas con presentarme a tu hermosa amiga?
¡Que descaro!
Volví a fulminarlo con la mirada y a hacer una mueca de asco.
—Nunca. No te acerques a ella, imbécil —bramé.
—¿Por qué? Si se nota que ella sí quiere que nos presentes... —sonrió con diversión y lujuria a la vez, haciéndome sentir más asco.
—Es en serio. Aléjate.
Lo empujé por el pecho y me fui del deportivo para regresar con Jennifer que seguía esperando en el mismo lugar. Al verme llegar sonrió ampliamente y me saludó con la mano.
—Volvieron.
¿Eh? ¿Plural?
—Sí, sucede que... Madeline quería presentarnos —Aspen pasa a mi lado y se acerca a Jen.
—¡Oye! Un segundo...
—¿En serio?
Jen me mira con ojos de cachorro emocionada por poder hablar con Aspen al creer que habíamos arreglado las cosas. ¡¿Cómo iba a decirle que no si hace esa cara?!
—S..Sí... —solté a regañadientes.
Aspen agarra la mano de Jen y la acerca a sus labios para dejar un tierno beso en sus nudillos. Que teatro.
—Soy Aspen Donnovan, es un placer.
—Me llamo Jennifer Parks.
—Qué bello nombre, Jennifer...
¡Dios! ¡Incluso suelta el nombre de mi amiga como para gemirlo! ¡Y a ella le encanta que haga eso! Parece derretirse con solo escuchar a Aspen decir su nombre. Rodé los ojos y gruñí por lo bajo.
—Nena, ¿en serio no te molesta? Hace un segundo lo estabas maldiciendo —Jen me mira esperanzada, sabía que si yo le decía que lo dejara lo haría aunque no quisiera y... parece que realmente no quiere hacerlo.
—En serio, corazón. No me molesta —sonreí con esfuerzo—. Ya nos hemos arreglado, ¿o no, Asppy?
Aspen me mira con incredulidad pero vuelve a mirar a Jennifer y deja ver una sonrisa nueva.
—Claro, Maddie —me mira con burla.
Fruncí los labios y me aguanté las ganas de repetirle que él no podía llamarme de tal forma. Pero como sea, tuve que aguantar todo el almuerzo a estos dos coqueteándose el uno al otro sin descanso.
Conozco a mi amiga y sé que a ella solo le interesan los hombres guapos para algo físico y nada más, sabe cuidarse bien y no me preocupa que él fuera a lastimarla porque eso no ocurrirá. Así que... supongo que dejar que tengan lo que quieren no está mal, pero ¿es egoísta de mi parte querer que ella no se junte con Aspen solo porque es a mí a quien molesta?
—Al fin —murmuré aliviada cuando el timbre del final del almuerzo se escuchó por toda la escuela.
Los tres nos levantamos de nuestro lugar, pero Aspen quiso hacerse del caballero y le tendió la mano a Jennifer que no dudó en agarrarla. Volví a rodar los ojos y me adelanté para no tener que verlos por más tiempo.
—Wau Aspen... se nota que vas mucho al gimnasio —comenta Jennifer.
—Algo así. En realidad he sido capitán del equipo de básquet en mi antigua escuela. He entrenado mucho.
—Fascinante. Se nota que eres un líder.
Simulé unas arcadas, escucharlos me provocaban ganas de vomitar. Apresuré mis pasos pero justo cuando doblé en una esquina terminé golpeando con alguien que si no fuera por sus grandes reflejos, me hubiera caído al suelo.
—Wou... ¿Estás bien? —preguntó una voz conocida.
Abrí los ojos de par en par cuando levanté la mirada para corroborar que no fuera mi imaginación.
—C..Carsson... L..Lo siento mucho... y gracias —me enderecé enseguida y sentí mi rostro ardiendo un montón.
—No fue nada.
Su sonrisa hizo que mis piernas se sintieran débiles... Carsson me sonrió... ¡Él me habló! ¡Y mejor aún, me sujetó en sus brazos para que no cayera! Esto es un sueño, un Genjutsu. ¡Debía ser! ¡No me despierten!
—¡Mi amor! —mi alucinación acaba cuando su novia lo llamó.
Él me dejó de inmediato y se fue con ella enseguida. Ambos entraron a clase mientras yo me mantenía plantada en mi lugar aún sonrojada y procesando lo que pasó.
—¡No puede ser! —Jen salta sobre mí tirándome al suelo.
—¡Me aplastas! —dije sin aire. Ella se aparta y me hace levantarme para zarandearme.
—¡Eso fue de película! ¡Carsson te...!
Cubrí su boca con ambas manos rápidamente y la chisté para que dejara de hablar, más porque Aspen seguía a un lado mirando la situación con burla y una ceja arqueada. No necesitaba darle más razones para molestarme, pero ya fue tarde.
—Así que... ¿Ese? ¿En serio? —rio Aspen—. Necesitas mejorar tus gustos.
—C..Cállate —arrugué la nariz.
—Bueno, bueno, vamos a clase —Jen me ayuda a detener la conversación y jala del brazo a Aspen.
Ambos entran al salón juntos y yo tras ellos luego de reaccionar por recordar mi momento con Carsson. Pero entonces recordé brevemente mi fiesta de cumpleaños y acaricié mis brazos suavemente por sentir su tacto más frío que aquella vez... ¿qué cambió?
Sacudí la cabeza y me concentré en las clases, aunque no pude hacerlo muy bien por culpa de Aspen y Jen que se hacían gestos y reían juntos. Que molesto.
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