Capítulo 47
La semana de exámenes no fue en realidad la gran cosa, pues hacíamos lo mismo todos los días como si se hubiera vuelto nuestra rutina. Aspen y yo les enseñábamos a Theo y a Jen sobre las materias, nos ayudamos entre nosotros y de vez en cuando Aspen y yo terminábamos en su casa, en su cama o incluso en su sofá... hasta en la cocina, pues teníamos hambre, o sino también en el jardín, o quizás hasta en el auto... y en la habitación de sus padres... y en mi habitación cuando Theo y Jen se iban y mis padres no estaban... y en la escuela... ¡Bueno, lo hemos hecho muy seguido! Pero no hacen falta tantos detalles o te aburriría con eso.
Como sea, Aspen y yo salimos de la escuela luego de haber terminado el último examen de la semana a la última hora. Ambos decidimos ir a su casa, esta vez para ver anime... aunque sabíamos que terminaría en lo mismo. Lo cual, no me desagrada, pero de solo pensarlo no podía aguantar más y él tampoco.
—Princesa... si continúas así chocaremos —Aspen suspira y jadea mientras intenta mantener la concentración en la carretera y no en mis estimulaciones en su miembro.
—Entonces apresúrate en llegar —pedí moviendo mi mano de arriba—abajo—. Ya no puedo esperar.
—Maddie, pareces otra persona a diferencia de cuando te conocí —sonríe y sujeta mi rostro con una mano para besar mis labios—. Me encanta.
Sonreí porque eso quería decir que le encantaba la verdadera Madeline, no la sumisa ante su padre que solo decía lo que él quería escuchar de ella. Aunque esa Madeline no ha desaparecido, frente a él... aún soy así.
Besé los labios de Aspen pero enseguida tuvo que mirar al frente cuando el semáforo se puso en verde y un auto tocó la bocina para hacernos dar cuenta. Aspen y yo reímos pero pasé mi lengua por su cuello hasta su oreja.
—Joder, Maddie... —jadea suspirando cada vez más fuerte.
Finalmente llegamos a su casa, nos apresuramos en arreglarnos lo mejor posible para entrar rápido. Bajamos del auto y me sujeté de su brazo para entrar riendo cómplices. Ya quería llegar.
—¡Aspen! —ambos nos sobresaltamos al ver a Vic saltar sobre su hermano repentinamente—. Te he extrañado.
—¿Vic? ¿Cuándo fue que volvieron? —Aspen mira a su alrededor estando en alerta.
—Hace unas horas, estabas en un examen así que no quisimos molestarte con llamadas —dice Vic separando y entonces me mira— ¡Oh! Ellie, ¡a ti también te he extrañado!
Ella salta a abrazarme ahora a mí, sonreí enternecida y la correspondí enseguida.
—Yo igual, Vic.
—Les traje regalos —saltó hacia atrás para ir a su habitación, pero a mitad de las escaleras se detiene—. No se vayan, ya vuelvo.
Ella vuelve a correr. Miré a Aspen que estaba aún observando a su alrededor pero entonces apoya su mano por mi espalda baja y me intenta dar la vuelta hacia la salida.
—Hey, pero Vic dijo que esperemos... —comenté.
—Lo sé, yo... la llevaré a tu casa en algún otro momento para que te dé tus regalos, ahora es mejor que te vayas —habló nervioso y preocupado.
—Aspen... —estaba por decirle algo más cuando escuchamos pasos acercarse. Aspen maldice por lo bajo y aun así intenta hacerme salir, pero ya era tarde.
—Aspen, ¿no saludas a tu familia? —una voz más dominante que la de su padre se hace presente.
—Estar un mes lejos de nosotros te ha hecho olvidar los buenos modales. Ni siquiera nos dejas ver a la chica que te acompaña —otra voz femenina aparece.
Aspen de repente arregla mi cabello hasta cubrir el tatuaje y las perforaciones, como si fuera mi padre el que hubiese llegado, pero a juzgar por sus manos ligeramente temblorosas... era peor.
—Por lo que más quieras... no te metas con ellos, Madeline —susurró muy por lo bajo—... por favor...
Su mirada era tan suplicante que me dejó atónita, incluso más que su mano temblando contra mi espalda. Asentí en respuesta y él finalmente suspira y me deja ver a la pareja de adultos mayores frente a nosotros. Ambos me observan de pies a cabeza, me sentía como en un scanner, arreglé más mi ropa y rápidamente adopté la postura que mi padre me obliga a mostrar siempre frente a sus socios.
—¿Quién es esa joven, Aspen? Me resulta extrañamente familiar... —comenta la señora volviendo a escanearme con la mirada.
Estaba por presentarme cuando la madre de Aspen aparece y me apunta con una sonrisa.
—Suegra, ella es Madeline Lennor, la hija de Magnus y Selena.
Aspen parece maldecir, tomé su mano con disimulo y le di un leve apretón para calmarlo.
—Es un placer, señor y señora... y me disculpo por esta repentina presentación, me hubiera encantado conocerlos en mejores condiciones —mencioné fingiendo una sonrisa, pensando en todas las veces que mi padre me hizo usar esa misma frase, pues claro, todo siempre fue mi culpa y soy yo quien debe pedir disculpas.
—Oh, no te preocupes por eso... de todos modos no creo que hubiera una presentación mejor —la sonrisa de la señora mayor me hizo titubear la mía, ¿se estaba burlando de mí?
—Así que tú eres la razón por la que mi nieto acabó detenido aquella vez... —la voz del abuelo me hace estremecer del miedo y nervios. ¿Recordaba aquel incidente? La mano de Aspen aprieta la mía con más fuerza por la mención de ese incidente, como si fuera algo que mancharía mi historial para siempre.
—Eso no es... —Aspen intenta decir algo, pero su abuelo lo mira de una forma que incluso a mí me hizo retroceder ligeramente, era como una amenaza clara y concisa: "No te metas, o te partiré el rostro a golpes".
Aspen lo mira como si lo estuviera desafiando, pero acaricié su mano para que se calmara y tal vez evitar que su abuelo lo golpeara al menos por ahora.
—Aquello fue un malentendido... Aspen solo intentaba ayudarme de alguien más violento —respondí—. Pero debo disculparme, después de todo él no tuvo que haber acabado envuelto en ese problema que no era suyo.
—Estamos de acuerdo contigo —la abuela sigue sonriendo con amargura. Iba a responder pero Aspen jala mi mano y me mira con advertencia, cerré la boca y bajé la mirada.
—Y bien, Aspen, ¿qué hacían llegando juntos hasta aquí? ¿Qué pretendían hacer? —el abuelo ya sospechaba y lo hacía bien. Aspen tensa la mandíbula pero intenta relajarse para responder y no mostrarse vulnerable ante sus provocaciones.
—Los exámenes terminaron, pero aún nos quedaba tarea por hacer, así que vinimos a hacerla aquí —miente Aspen.
—¿Y por qué no las has hecho antes?
—Padre, creo que fue suficiente... —pide el padre de Aspen hacia el suyo, pero este lo ignora.
—Estoy esperando a que respondas, Aspen. ¿Por qué no has terminado tus tareas antes?
—Porque estaba concentrado en mis exámenes.
—Te hubiera dado el tiempo a hacer ambos.
—No lo creas tanto, anciano —Aspen estaba por reventar al igual que su abuelo. Este apretaba el bastón en su mano como si quisiera golpear a Aspen enfrente de todos con él.
—Aspen, ¿por qué no mejor llevas a Madeline a su casa? —su madre interrumpe intentando calmar las aguas—. Será lo mejor.
Aspen asiente estando de acuerdo. Me mira y apunta hacia la puerta con la cabeza, miré hacia sus abuelos y solo por educación me incliné muy levemente como una despedida. Ambos les dimos las espaldas pero la voz de su abuela nos detuvo un segundo.
—Espero que esto no sea un nuevo capricho, Aspen. No te encariñes, que no va a durar. Dalo por hecho.
Intenté mirarla pero Aspen me hace salir de su casa y cierra la puerta tras nosotros. Fuimos hasta el auto para subirnos en este, Aspen no dice nada pero su semblante y postura lo dicen todo... estaba enfadado y realmente tenso por la situación. Encendió el auto y lo puso en marcha, ni siquiera encendí la música pues no sentía que era un buen momento... no apetecía hacerlo. Miré por la ventana un segundo pero entonces me giré hacia Aspen y tomé su mano derecha para apoyarla sobre mi regazo y entrelazar nuestros dedos.
Aspen parece calmarse poco a poco y entonces se lleva nuestras manos a los labios para besar la mía de una forma larga y suave. Suspira y baja nuestras mano, pero no las suelta.
—Lo siento. Intentaba evitar que los conocieras... pero veo que es imposible.
—En algún momento iba a suceder, tarde o temprano, y ese momento ya ha pasado —me acerqué a él y besé su mejilla—. Ya no importa, solo ignóralos como siempre me dices que haga con mi padre.
—Eso trato... siempre lo he hecho, pero... se me hace tan difícil cuando hablan así de ti —hace una mueca molesta mientras yo sonreía con ternura por su declaración.
—Eres tierno cuando te enfadas por mí —comenté un poco burlesca.
—Deja de llamarme así, princesa... o tendré que demostrarte que de tierno no tengo nada.
—Me gustaría...
Me mira un poco sorprendido pero divertido a la vez. Volvimos la vista al frente y decidí poner música para relajar más el ambiente, después de ese encuentro sabía que Aspen seguiría tenso, hasta ahora lo estaba, ¿qué puedo hacer para hacerlo relajar?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro