El día esperado había llegado y luego de pensarlo varias veces y pasar por la parte en la que quería retractarme de todo y negarme a salir de mi habitación... por fin Jennifer y mi madre consiguieron que salga de allí. Estaba tras la gran puerta, escuchando la música y a todos los invitados hablando entre sí. Estaba tan nerviosa, más porque mi padre, en su deseo porque marque presencia y destaque, cambió mi entrada normal a una muy extravagante. Suspiré para calmarme y acepté que debía hacer esto.

Las puertas se abrieron y como si estuviera en una película, me dejé ver en el balcón interno del salón, llamando la atención de los presentes que empezaron a comentar y murmurar sobre mí. Tragué con dificultad por esas miradas, pero al conectar miradas con mi padre él asiente con la cabeza y yo suspiré profundo con disimulo. Bajé las escaleras aún siendo observada, me aseguraba de dar un paso a la vez y no tropezar. Las cámaras de los fotógrafos estaban en mí, solo unos cuantos tuvieron permiso de entrar, pues esto era un evento importante para mi familia.

—¡Oh, Dios! Ellie, estás tan bella —Jen salta sobre mí al terminar de bajar las escaleras.

—Gracias, me gusta tu máscara —mencioné.

—¿Verdad?

En ese momento papá y mamá se acercaron a nosotras, ambos igualmente llevaban máscaras y un vestuario que combinaba el uno con el otro.

—Estás muy hermosa, hija mía —dice papá con una sonrisa.

—Gracias, padre.

—No olvides saludar, aquí han venido mis socios con sus hijos así que sé amable —pidió.

Asentí como respuesta, sabía que iba a decir algo así. La imagen lo era todo para él. Mamá me ayuda al apoyar su mano en el hombro de papá y llevárselo luego de decirme lo bien que luzco.

—Eh, mira allí —Jen me da unos leves codazos y apunta con la mirada—. Estoy segura de que ese es tu príncipe azul.

Aparté la mirada y me encontré con un chico alto, de cabello negro y un traje impecable, aunque estuviera de espaldas. Rápidamente pensé en Carsson, pues su físico es tan perfecto...

—Ve a hablarle —miré a Jennifer como si fuera una lunática.

—¿Estás loca? No lo haré. Qué vergüenza.

—Ajá... ¿y cómo esperas bailar con alguien? —preguntó.

—P..Puede ser alguien más —me crucé de brazos.

Jen bufa y yo, para terminar con esta conversación, la agarré por la mano y la jalé hasta llegar a la mesa del buffet para comer, algo pues no lo había hecho desde que desperté por Jennifer y mamá deseándome un feliz cumpleaños.

—¿Y el alcohol? ¿Qué es una fiesta sin un buen trago? —pregunta Jen indignada.

—Cálmate, Jen. Recuerda que están mis padres y unos periodistas. Imagínate aparecer en la portada de un periódico por borracha.

—No es justo, también nos gusta beber.

—Sí pero somos menores de edad todavía —rodé los ojos.

Jen seguía en desacuerdo pero solo la ignoré y me serví algo de comida. Jennifer seguía molestando hasta que papá me hace una seña que comprendí al instante, así que me sonrojé y aparté la mirada. Pasa que se suponía que yo debía de escoger a alguien para empezar a bailar... ¡Yo no quería, papá me obliga! Qué vergüenza, otra vez. Primero la gran entrada y también esto, es demasiado... pero es verdad que yo quería este tipo de fiesta.

—Ya, elige a tu hombre —dice Jen al saber lo que debía hacer.

—E..Espérame, que ni siquiera puedo saber quiénes son —traté de excusarme pero ella parece ver algo tras de mí y su sonrisa se ensancha.

—Tú fuiste la de la idea de usar máscaras, así que... hazte responsable y agarra al azar —ella me empuja tanto que tropecé con mis pies, pero apenas di unos cuantos pasos hacia atrás hasta que choqué con alguien que me atrapó antes de caer al suelo.

—Joder, Jen. Ahora sí, te mato —murmuré avergonzada, pero una risa masculina me hizo reaccionar. Me enderecé y me di vuelta para ver a quien había golpeado—. L..Lo siento... no quise chocarte.

—Si ni siquiera tienes la culpa —me sorprendió al responder—. Vi que ha sido tu amiga la responsable, fue un tanto impresionante.

—E..Es que ella está algo loca —aparté la mirada avergonzada, pero nuevamente lo escuché reír un poco.

Al volver a verlo noté que era al que habíamos visto cuando bajé. Alto, cuerpo perfecto y... ojos azules... mucho más claros de lo que recuerdo. ¿Carsson? Su voz se hizo más profunda y su sonrisa más hermosa.

—Bueno, ¿y por qué tu amiga te ha empujado? —cuestiona el que yo creo que es Carsson.

—Oh, am... pues resulta... que debo encontrar una pareja para empezar el baile —suspiré avergonzada—. Mi padre insiste.

—Ya veo, te entiendo —mencionó y sorprendentemente me tendió la mano—. Bueno, pues... si no te molesta, me gustaría ayudarte en tu búsqueda.

Lo miré asombrada y totalmente anonadada, tragué con dificultad mirando su mano frente a mí antes de tomarla dudosa. Él sonríe de lado y me lleva hasta el centro del salón, justo cuando papá mandó a que la música perfecta empezara. Realmente me sentía como en uno de mis libros... Él puso una mano en mi cintura para atraernos más, delicadamente deslizó su mano libre bajo la mía hasta levantarlas a un lado. Apoyé mi otra mano en su hombro y empezamos a movernos al compás de la música.

No podía apartar la mirada de aquellos ojos brillantes que siempre quise que me miraran como ahora. Aunque... se sentía diferente. Debe de ser porque no lo he visto en mucho tiempo, ha cambiado bastante, es todo.

Repentinamente, Carsson me hizo girar antes de acercarnos aún más que antes y acercarse a mi oreja hasta que su respiración hacía cosquillas en mi piel.

—Bailas bien.

—I..Igual que tú... —dije nerviosa por su cercanía.

¡Dios! Su perfume es tan delicioso, huele tan bien que odiaba la idea de que se apartara. No quería que el baile terminase, pero lo hizo, ambos nos detuvimos al mismo tiempo que la música y de inmediato se escucharon los aplausos antes de que las parejas se acercaran para bailar la nueva canción que no tardó en sonar. En ese momento pensé que Carsson iba a alejarse de mí.

—¿Quieres salir un rato? —me sorprendió al preguntar.

—Seguro —solté casi sin pensarlo.

Volvió a tenderme la mano y me llevó hasta el jardín para alejarnos de los demás. Los guardias se encargaron de evitar que los periodistas nos siguieran, Carsson y yo nos acercamos hasta el jardín de flores.

—Debo ser honesto, no estaba seguro de venir a esta fiesta cuando mis padres me mostraron la invitación —suspiró y volteó a verme—. Pero... supongo que no fue tan malo como esperaba.

—¿De verdad?

—En serio. No soy muy fan de los bailes con música clásica, pero a veces hay excepciones... Esta es una.

Aparté la mirada para tratar de ocultar mi sonrojo y alegría. Estaba que explotaba de la emoción. Carsson, mi amor de infancia y adolescencia, estaba diciendo que le gustaba esto que tiene que ver conmigo.

—Pues, supongo que es de esperarse que no a muchos les convenza la idea... —mencioné volviendo a caminar con él a mi lado—. Lo del baile de máscaras la saqué de mi libro favorito.

—¿Ah sí? ¿Cómo se llama? Creo conocer uno con esta temática.

—Quizás no la conozcas, es muy romántica y apasionada.

—Eso es muy superficial —ríe y se cruza de brazos—. Haz el intento, ponme a prueba.

—Hm... se llama "Bajo la máscara" de... —repentinamente me interrumpe.

—De Ness Merles, la conozco.

Miré a Carsson asombrada, mucho más que de otras veces en esta noche. Su sonrisa se hizo más amplia.

—Una gran historia. La heroína aparece en un vestido casi igual descrito como el que llevas puesto y se encuentra con su enamorado de pura casualidad.

—No esperaba que lo conocieras en serio. Digo... no conozco a muchas chicas que lo hayan leído y mucho menos escuché de chicos —admití.

—Entonces soy único y diferente —habló con sarcasmo mientras apoyaba la mano en su pecho y sonrió cuando vio que me hizo reír ligeramente.

—Quizás lo seas.

Llegamos hasta mi lugar favorito, lo había guiado hasta aquí sin haberme dado cuenta, pero no me importaba, después de todo... era mi crush quien estaba conmigo. Me senté en el banco colgante del centro y le indiqué con la mirada que hiciera lo mismo, así lo hizo.

—¿Qué otros libros has leído? —pregunté esta vez.

—Pues no te podría decir todos, he perdido la cuenta de cuantos son... Pero, sin duda, he leído mucho sobre acción y varios sobre romance.

—¿No lo dices solo para llamar mi atención? —enarqué una ceja y él deja escapar una corta risa en un suspiro.

—Puedes decirme cualquier libro romántico que quieras y te diré como se enamoran y como termina.

—Está bien, no hace falta, te creo después de decirme sobre "Bajo la máscara".

—Pero... he de admitir que también me gustan mucho los mangas de anime —lo miré de inmediato—. Quizás pienses que es raro, pero...

—¿Es broma? —me enderece llamando su atención—. Creí que tú me verías como la rara si te decía que me gustan esas cosas.

Dejó ver una sonrisa emocionante y alegre por mi respuesta. Jamás había encontrado a alguien con mis mismos gustos, incluso Jennifer dice que el anime no es tan bueno, pero bien que no deja de ver "Given" gracias a mí. Se hace la que no, pero le gusta en secreto.

—Wau... creo que tenemos mucho en común, eh —sonríe.

—Sí, supongo... —volví a recostar mi espalda en el respaldo del banco que se mecía gracias a él—. Mis padres creen que es infantil, pero es solo porque no conocen los otros géneros fuera del shonen.

—Concuerdo, cualquiera que no supiera nada diría eso. Pero hay cosas que esos "dibujos animados" enseñan más que las otras series. ¿No lo crees?

—Totalmente.

Volvimos a mantener la mirada en los ojos del otro, dejé escapar un suspiro profundo antes de iniciar otra conversación con Carsson. Dios... nunca creí que esto pudiera pasarme, debía de estar soñando.
Jamás me vi hablando con él hasta quedarnos sin aire, literalmente termina una conversación y al instante empieza otra. Creo que pasaron horas desde que salimos de la fiesta pero a ninguno le importaba en lo más mínimo.

—Entonces, ¿qué quieres hacer cuando termine la escuela? —preguntó, haciéndome ponerme pensativa un momento.

—Creo que me gustaría ir a la universidad, formarme y así poder heredar la empresa de papá —respondí—. Siempre me ha atraído su trabajo, me parece impresionante, así que quiero hacerlo.

—Le facilitas a tu padre tener que obligarte —ambos reímos levemente—. Pero concuerdo contigo, a mí también me gustaría heredar lo de mi padre.

—¿Ah sí? —cuestioné sorprendida.

—Sí... ¿por qué esa reacción?

—Oh, nada, nada. Me parece genial.

Solo que siempre escuché a Carsson quejarse sobre que su padre quería que heredará la empresa familiar, nunca le ha gustado nada que tuviera algo que ver con negocios empresariales. Siempre habla de cómo sería la mejor estrella del básquet de los tiempos.
¿Este realmente era Carsson?

—Oye, sé que debí preguntar antes, pero... ¿de casualidad eres...?

—¡¿Ellie?! ¡¿Dónde estás?! ¡Debes volver para cortar el pastel! —la voz de Jen me interrumpe, sabía que no nos encontraría si yo no salía.

Dejé escapar un suspiro pesado, pues mi tiempo con el que creo es Carsson ha terminado. Me había gustado, me hace sentir tan cómoda y soltar mi lengua mucho más que cualquier otra persona, incluida Jen.

—Vamos, es un gran momento para una cumpleañera —él se levanta y me tiende la mano.

—Supongo.

La agarré sintiendo su calidez de nuevo, tan cálida y reconfortante. Me ayuda a levantarme y ambos salimos de aquel escondite, nos encontramos con Jen de espaldas, aún gritando.

—¡Ell...!

—Aquí estoy —llamé su atención haciendo que volteara.

—Ow, Ellie... No sabía que seguías acompañada —Jen me mira con picardía, yo la fulminé, pero Carsson ríe.

—Como sea, dijiste algo sobre cortar el pastel, ¿no? Bueno. Será mejor irnos.

—¡Oh, sí, sí!

Ella y nosotros dos volvemos a la fiesta para cortar el pastel, pero aún me preguntaba si realmente... este chico era Carsson.