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Felix calentó sus manos embadurnadas en aceite de almendras y comenzó a bajar la bata por los hombros del hombre al mismo tiempo que extendía la sustancia por sobre su piel, este cliente tenía un cuerpo fornido, su espalda era amplia y musculosa, podía sentirlo solo con sus palmas, aún no había comenzado a estrujar la piel.

Se le hizo agua la boca de solo pensar en este hombre.

Continuó con su labor, presionando los puntos correctos lo mejor que pudo, era un profesional, pero por supuesto que la opinión de los clientes era importante.

- ¿Está bien la presión? - dijo en un susurro a lo que el contrario respondió vagamente, podía sentir los minúsculos gimoteos de satisfacción proviniendo de la voz contraria.

Realizó los movimientos relajantes por los omóplatos del hombre, luego por el cuello y columna, estaba tan tenso, no era para menos que sintiera un dolor tan intenso, las contracturas podía notarse en la postura de su piel incluso.

Felix estaba más que contento de darle a este hombre algo de satisfacción, tenía unas manos pequeñas que se veían aún más diminutas sobre aquella espalda fuerte y dura, pero aun así él sabía que hacer exactamente para aliviar a su cliente. El masaje continuó por los hombros y brazos, dejando a Felix fascinado por la cantidad de músculos duros que podía sentir, se notaba el trabajo físico realizado, lo que lo sorprendió más puesto que el hombre había mencionado que era oficinista, ¿Cómo se manejaba un cuerpo como ese?

Cuando llegó a las manos, Felix notó la diferencia, se preguntó cómo se sentiría entrelazar sus dedos con esas manos fuertes, el tamaño era notable, aunque a pesar de ser varoniles le parecieron lindas, tenía una linda forma de uñas, muy natural, sus dedos eran largos y algo gruesos, combinaban bien con cada parte de su cuerpo, tan proporcionado.

Siguió con la parte baja de la espalda, era malditamente sexy como la piel algo bronceada del hombre se pegaba a la curvatura de su espalda desapareciendo en lo más bajo de camino a su trasero, escuchó algunos gruñidos cuando presionó cerca de la columna, el hombre parecía sentirlo placentero. Cuando fue momento de llegar a las piernas y pies, Felix estaba sorprendido, este hombre tenía una piel tersa, sus piernas cubiertas por una fina capa de vellosidad sin llegar a ser grotesco, sus pies igualmente estaban bien cuidados, se notaba que dedicaba tiempo a su cuidado persona, masajeó duro los músculos por delante y detrás de las piernas, hasta terminar en los pies, relajando dedo a dedo.

- He finalizado con la primera parte ¿Podría darse la vuelta? - dijo con la voz baja para no irrumpir abruptamente - le ayudaré - ofreció, acomodando la bata para cubrir al hombre, vio como este se levantaba un poco para poder girarse sobre la camilla, le ofreció su hombro para mayor estabilidad y finalmente quedó recostado con la mirada hacia el techo, Felix le pidió que cerrara lo ojos, a lo que el hombre obedeció, luego se dirigió una vez más a por sus aceites relajantes y volvió a calentar sus manos.

- Haremos algunos ejercicios de respiración - dijo mientras se colocaba justo al lado de la cabeza del pelinegro - Le ayudarán a expandir los pulmones y descontracturar los músculos alrededor de la caja toráxica - colocó las manos superficialmente por sobre la nariz del hombre para que este pudiera sentir el olor y le indicó cuando inhalar y exhalar, de ese modo gracias a los movimientos que emitían sus manos, las pequeñas ráfagas de viento llegaban hacia el olfato de su cliente.

- Bien, voy a proseguir con el masaje - avisó, hizo lo mismo que al inicio solo que esta vez, utilizó sus manos para descubrir el pecho del hombre, igual de fornido y terso, bajó por sus hombros delineando la zona, y presionó notando como la expresión del pelinegro se contraía, parecía sentir mucho dolor, tomó otra posición caminando alrededor de la camilla hasta quedas frente a su cabeza y llevó sus manos debajo de su cuello para masajear con estas en forma de puño, así pudo notar como el ceño del hombre disminuía, parecía que le gustaba, sonrió.

Continuó hasta el abdomen marcado del hombre, podía ver cada cuadrado protuberante marcándose sobre su estómago, tan trabajado y duro, hizo algunos movimientos en su cintura, no demasiados para no causarle cosquillas, y finalmente bajó hasta las piernas.

Podía ver los músculos duros en los laterales de los muslos, comenzó masajeando de arriba hacia abajo sintiendo los gruesos y pesados que eran estos, una corriente de deseo azotó su boca, como le gustaría morder esa piel, por un instante sus dientes castañearon, debía concentrarse.

Cuando estaba terminando con los muslos del hombre, notó como su bata estaba algo elevada en la parte que cubría sus genitales, Felix no estaba sorprendido, era algo normal en su trabajo que las personas sintieran excitación durante una sesión de masajes, en realidad ese era el punto, brindar placer a los clientes a través de las sesiones de relajación, pero cuando se trataba de hombres era más fácil demostrar esas sensaciones.

Usualmente no prestaba atención a cosas como esas, una erección ocurría por diferentes motivos y lo entendía, su cliente ni siquiera tenía una erección completa, a penas un levantamiento leve pero no entendía porque esta vez se había sentido tan curioso de poder darle un vistazo, el pelinegro seguía con los ojos cerrados así que probablemente no era muy consciente de sus acciones involuntarias pero el ceño fruncido se había ido y se notaba relajado.

Felix continuó con su masaje hasta que terminó por completo.

Una vez listo, le indicó al hombre que sentara para poder darle una última tanda de masajes antes de poder darse su baño caliente.

Hyunjin abrió los ojos lentamente, si bien las luces no eran tan brillantes, necesitaba ajustar su vista, sintió como era tomado de uno de sus brazos para apoyarse y quedar sentado con las piernas extendidas, cuando dejó de parpadear giró para encontrar con los ojos de la persona que había tomado cuidado de él.

- Aquí, le ayudaré a sentarse correctamente - dijo el chiquillo a su lado, Hyunjin quedó algo ido, era un niño precioso, tenía un rostro tan fino, unos ojos caramelo brillantes, cabello rubio oscuro, una linda nariz respingada y una boca con labios gruesos de tono rosa claro, que se le antojó morder.

El chico rubio le brindó una sonrisa a la cual respondió estúpidamente, embobado por la apariencia hermosa ante él, jamás había conocido a nadie que lo atrajera de esa forma ni al primer vistazo, el muchacho se dirigió hacia su espalda y masajeó con esas manos maravillosas que poseía, Hwang había intentado todo ese tiempo no soltar sonidos de satisfacción, porque había que reconocer que el chico sabía lo que hacía, pudo ver su pene algo despierto cuando inclinó la cabeza hacia adelante a pedido del chico, y por alguna razón no se sintió avergonzado, ahora que lo había visto su erección solo estaba amenazando con ser más grande.

El muchacho volvió a colocarse frente a él y le pidió que cerrara los ojos mientras masajeaba sus hombros con sus pulgares, moliendo suavemente la piel de sus clavículas y laterales de su tenso cuello, luego continuó hacía arriba, pasando por sus orejas delicadamente hasta llegar a su cabello, movía sus dedos sobre su cuero cabelludo y se rindió, suspirando.

Felix aprovechó para deleitarse con la belleza del hombre frente a él, su rostro era guapo, varonil, pero sus ojos habían sido suaves cuando se encontraron con los suyos, tenía un sedoso cabello negro como la noche que se le antojó jalar, pero debía controlarse.

Dió por terminado el masaje, pidiéndole al hombre fuerte que se pusiera de pie para dirigirse hacia el jacuzzi humeante.

- Por favor, venga conmigo - ayudó a acomodar la bata rápidamente por los hombros del hombre, quien se puso de pie terminando de ajustar su bata en su lugar, caminaron unos metros hasta estar frente a la enorme tina llena de algunas flores, podía ver el vapor salir y el aroma delicioso inundando el lugar - Puede ingresar, si la temperatura es muy fría o caliente puedo cambiarla - el pelinegro asintió.

- Gracias -

- Si gusta puede entrar ahora y sostendré su bata para que no se moje - le ofreció - prometo que no voy a invadir su privacidad - dijo suavemente, Hyunjin asintió y metió un pie sintiendo la temperatura correcta, deshizo el nudo de su bata y comenzó a abrirla, el muchacho se encontraba detrás de él sosteniendo los hombros de su bata para que él pueda deslizarse fuera de ella y meterse al agua sin ser visto. Dió algunos pasos más hasta que se cubrió por completo de agua, sintió sus músculos quemar, pero era un calor agradable, se giró para ver al muchacho quién tenía su bata colgando en uno de sus brazos, sus ojos se conectaron una vez más y este volvió a darle otra sonrisa preciosa.

- ¿Todo es de su agrado? - el pelinegro asintió sin decir ni una palabra - ¿Me diría si tiene alguna sal de baño de su preferencia? puedo aplicarla sobre el agua para que pueda disfrutarlo - el pelinegro pensó que lo único que quería era que el chico le siguiera hablando para siempre, a pesar de solo susurrar y no usar su voz real podía detectar un tono que le gustaba.

- Me gusta la canela - el muchacho asintió y caminó hacia un estante donde consiguió lo que buscaba.

- Esta es una sal mineral de canela y manzanilla completamente artesanal - anunció dejando caer el producto dentro del agua, colocándose de rodillas a la orilla para no dejar que salpicara o hiciera ruido - ¿Desea que encienda en sistema de hidromasajes? le hará sentirse mejor en sus hombros y espalda - el pelinegro no dijo nada pero el rubio pareció entender que estaba de acuerdo, así que lo vio presionando algunos botones en un control sobre la pared, al instante comenzó a sentir como el agua comenzaba a moverse y su espalda, piernas y hombros recibían todos los golpeteos de forma relajante.

- Eso es bueno - sentenció cerrando los ojos, el rubio asintió conforme.

- Bueno, lo dejaré por media hora para que pueda descansar y volveré para ayudarlo a salir - no, eso no, no quería que el muchacho se fuera.

- E-espera - abrió sus ojos y vio como el muchacho lo observaba pensativo.

- ¿Necesita algo más? -

- ¿Podrías quedarte? -


🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

ㅡ B Y B Y

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