Capítulo 28.
Capítulo 28. Horrible reencuentro y un juramento de venganza.
James no estaba muy cómodo al lado de Nico Di Angelo, y Nico no estaba cómodo al lado de James Sirius. Porque eran diferentes de una forma impresionante, mientras James era bromista y cálido, Nico era callado y solitario. Pero lo único que los animaba a estar en el mismo lugar era Mar.
—Así que… ¿Tú y ella se llevaban bien? —Pregunta el Potter mientras ve a su familiar practicar combate cuerpo a cuerpo, Roxanne chillaba corriendo y tenía a Clarisse tras ella.
—Sí, muy bien —Responde Di Angelo.
James no pudo evitar la oleada de celos en su barriga. Pero intento disimular lo mayor posible. No es como si él y Meredith hayan tenido algo, alguna vez… ¿No?
— ¿Qué tan bien? Si me permites preguntar —Se le escapó.
Nico deseaba reír por lo estúpido que era ese chico, era tan estúpido como Mar, he aquí a la pareja perfecta, se decía.
—Potter —Suspiró y lo miró en la forma más aburrida que podía. James se dijo que Nico era como el chico malo que atraía a las chicas y se las quitaba a los bufones como él—. Meredith me ve como su hermano…
—Ajá —Dijo lentamente sin pillar las intenciones del otro, aún gritando en su mente Alerta de chico malo, ¡Alerta del chico malo roba chicas!
—Y yo también la veo como una… hermana —Admitirlo en voz alta era doloroso, porque ahora podría volver a perder una hermana.
Pasó un minuto hasta que Potter mayor pudo procesar la información.
— ¡Oh! Pues lo lamento, amigo, uf, qué imaginación la mía —Soltó una risotada y terminaron en silencio mientras James se rascaba la nuca con las mejillas sonrojadas.
Fue ahí cuando Nico recordó lo que Mar decía, él incluso apenado y sonrojado es ardiente, no puedo entender cómo. Y era la bendita realidad, James Sirius se veía ardiente e incluso él lo notaba.
Por el Hades.
¿Cómo podía pensar eso mientras están en prácticamente una víspera de guerra?
Aspiró hondo y se despegó del muro, con su espada de estigia en una mano.
—Vamos con Annabeth, ella quería hablarnos sobre una estrategia.
—Claro —James accedió y caminaron lentamente hacia la cabaña de Atenea.
Annabeth Chase estaba casi frente a su cabaña, hablando con Lucy Weasley y Lily Luna, Percy y Troy estaban tras ellas jugando con un juguete mágico que James había traído.
—Hay magos y semidioses en esto —Oyeron decir a Lucy—. Tal vez nosotros no podamos usar el bronce celestial, pero si ayudar con magia o lanzando flechas u otras cosas.
—Por supuesto —Asintió Annabeth frunciendo el ceño mientras analizaba la situación—. ¿Tienen esas cosas que lanzan humo negro, no? ¿Para camuflar?
—Sí, James tiene muchas de esas.
Apenas habían llegado junto a ellos cuando la imagen de una roja y enfadada Andrómeda Greengrass apareció. Tenía las mejillas rasguñadas y un moretón en la derecha.
—Cuidado —Dijo con la voz derrochando rabia—. Se la llevaron otra vez y han amenazado con atacarlos.
— ¿Cómo sabes que van a atacarnos? —Pregunta Nico.
Andy no dijo nada, en su lugar desapareció del panorama un momento y al volver estaba un chico todo magullado con ella.
—Ésta rata intento matarme —Explica—. Y lo han enviado ellos para eso. Además, muy cordialmente —El muchacho lloriqueo—, me dijo que otro grupo iba a por ustedes.
Quedaron en silencio por un momento, en el cual Andy lanzaba al chico al suelo. James simplemente quería saber si la vio en verdad.
—Ella estuvo aquí —Dice ya más calmada—. Pero volvió a irse… con la daga.
— ¿Por qué volvió a irse? —Lily estaba confundida, si Mar ya estaba a un paso de volver, ¿Para qué retrocedió nuevamente?
—Porque la están amenazando, Lily —Responde—. Ella se fue otra vez porque no quiere que ustedes sean dañados… ahora agradezcan ese noble gesto, evitando salir del maldito campamento.
Su imagen se difuminó hasta que desapareció y ellos quedaron en silencio, o algo así, porque el juguete que tenía Percy en manos no dejaba de hacer ruidos raros.
—Yo planeaba ir a su casa, a buscar armas —Murmura Lucy—. Andrómeda me dijo que ella dejó algunas en su habitación.
Annabeth miró al cielo durante un largo instante, luego de morderse los labios dijo
—Vamos, de todas formas allí hay un campo de fuerza, no podrán hacer nada… y no sabrían que estamos allí. ¿Quién acompaña?
Todos estuvieron de acuerdo.
***
Molly se unió al grupo justo antes de partir. Bastó una aparición conjunta, o varias, luego pudieron llegar a la casa.
Todo se veía muy tétrico, porque las flores del jardín estaban marchitas y la pintura parecía caer. Era raro, porque Albus y Scorpius habían ido ese día a la casa para ver en qué condiciones estaba.
—Tal vez estuvieron muy ocupados en otras cosas para percatarse de esto —Bromeo Lucy, o al menos lo intentó.
Tocaron el timbre, nadie respondió. Y Lily no estaba precisamente muy paciente.
Se acercó y tras dos alohomora fallidos, decidió hacerlo a lo Muggle con una hebilla.
—Serías una hija de Hermes genial —Le dijo Troy una vez todos habían pasado a la casa menos ellos dos.
—Pero soy hija de mortales, Eaton —Le palmeo el hombro sonriendo.
—Eso no te quita lo genial.
No era raro que ellos coquetearan un poco últimamente, aunque antes era en broma o para molestar al otro, ahora no molestaba en lo absoluto a ninguno de los dos, aquellas miradas más largas de lo normal o halagos recurrentes.
— ¿Se quedarán todo el día allí o van a pasar? —Pregunta James de la nada.
Troy no se mostró incómodo con su mirada de hermano celoso, más bien le sonrió y dejó pasar a Lily primero. El maldito bastardo ya le estaba agradando con esa actitud tan confiada.
— ¡Albus! —Llamaba Molly mientras sacaba su varita para encender las luces—. ¡Scorpius! Chicos, por favor, no es momento para juegos.
James quedó en la puerta mirándolos a todos llamar a su hermano, frunció el ceño, a Albus no le gusta jugar de esa manera. Luego observó el enorme espejo que estaba a un lado de la puerta, siempre le había gustado ese espejo, porque podía verse por completo y…
—Sectum…
—Protego —Sacó su varita con una velocidad asombrosa.
El chico que lo atacó salió de las sombras. Theodore Nott le sonrió burlón.
—Has mejorado, Potter, me impresionas.
— ¿Cómo se supone que entraste?
—Por la puerta, como cualquier persona normal —Levantó la varita nuevamente—. Expelliarmus.
El chico Potter apenas pudo evadirlo. Luego escuchó los gritos de las chicas y una oleada de negro abarcó la habitación.
Los superaban, en verdad los superaban.
Lily corrió escaleras arriba mientras lanzaba hechizos a la mujer que la perseguía.
—Moco murciélago —Dijo ya desesperada, la mujer quedó embarrada y cayó de espaldas.
Lily entró a la primera habitación que encontró.
— ¡Albus! —Chillo al ver a su hermano.
—Vinieron hace un momento —Explicó él mientras sujetaba una herida de Scorpius con las manos empapadas de sangre—-. Perdí mi varita… ¡Haz el contra-hechizo, Lilian! Le lanzaron un sectumsempra… ¡Ahora! ¿Acaso quieres que muera?
Tartamudeando por ver tanta sangre, Lily se arrodilló junto a ellos y comenzó a hacer el contra-hechizo.
Afuera, Lucy y Molly intentaban proteger a los semidioses de las maldiciones. Nico vio, de pronto, a James Sirius en el suelo, a tres metros de su varita. Tomó aire e hizo lo que obviamente no debía hacer.
Invocar muertos, o bien, sus cuerpos.
Al menos tres de ellos se lanzaron sobre Theo Nott y los demás ayudaron a sus amigos, Nico se arrodilló respirando con dificultad.
Una mano tomó su hombro.
—Gracias, amigo —Dijo James y lo ayudó a ir a un lugar donde casi no lo verían—. Ahora descansa. No hagas nada que te pueda dañar.
Tras esa indicación, corrió al segundo piso, donde muchos apaleaban una puerta.
Lily y Albus estaban tras esa puerta. Toda la sangre había vuelto al fin al cuerpo de Scorpius.
Pero él no despertaba.
Ella intentaba no llorar mucho mientras Albus repetía una y otra vez.
—Vamos, maldito idiota, ahora no te vas a morir. No serías capaz…
—Albus, ya, no lo golpees —Gimió tomando las manos de su hermano y él la miro con la cara empapada—. No lo golpees, no sirve.
Un sollozo salió de la garganta del chico, quien se inclino a abrazar al idiota que alguna vez lo humilló y aún así quiso como estúpido.
Albus murmuro varias palabras que Lily no pudo escuchar, ya que la puerta a punto de caer llamó su total atención.
Se preparó para pelear, pero cuando la puerta cayó, no habían hombres y mujeres deseosos de matarla.
Sólo era Troy.
Se tapó la boca para no llorar y él le sonrió.
—Todo está bien, Lils —Y por un momento le creyó.
Le creyó durante cinco segundos, antes de que un hechizo terminara con él. Lily soltó un grito de susto y tristeza, Troy estaba muerto ante ella y un hombre se le abalanzaba encima.
Albus golpeo a ese hombre, aún sin varita lo derrotó.
Respiraba con rapidez y se volvió a su hermanita llorosa y rota.
—Vamos a ayudar, Lily.
Ninguno de los dos quiso volver a darle una mirada a los cuerpos sin vida de Scorpius y Troy, simplemente bajaron lo más rápido que podían.
Los demás estaban allí, con heridas, pero vivos. Percy estaba cargando a Nico junto con James, el chico no tenía buena pinta, pero podrá mejorar.
Lucy iba a preguntar, pero por la cara de ambos no pudo, tampoco pudo porque Theo Nott salió de la nada y la tomó por detrás.
Abrió los ojos como platos. Sentía el cuchillo en su costado y el aliento repugnante del chico en su cuello.
—Dos es muy poco —Decía él—. Tres… tres es de buena suerte.
—Vamos Nott —Annabeth le señaló—. No digas tonterías, somos más, déjala.
Él miró a los lados y luego sujetó con más fuerza a Lucy, quien intentaba no llorar mientras se mordía el labio inferior.
—Son más… pero yo tengo el cuchillo con veneno —Chilló cuando Theo presionó aún más el arma—. Apenas milímetros en su piel bastará para que la dañe.
—Lo haces y yo te mato —Dijo Albus con la expresión más amenazante y tenebrosa que alguna vez haya puesto.
— ¿Como yo maté a Scorpius? ¿No? porque está muerto, no intentes engañarme, lo sé, vi su cuerpo sin vida.
Apenas unos momentos y Albus ya le había quitado su varita a Lily y, de alguna forma, atacó a Theo, quien retrocedió unos pasos confundido, Lucy pudo escapar, Theo se lanzó hacia ella con el cuchillo adelante.
Pero Molly se interpuso y el cuchillo acabó incrustado en su abdomen.
Theo notó que no fue a quien deseaba dañar, pero daba igual. Se desapareció de inmediato.
—Molly —Tomo a su hermana sintiendo que estaba volando, mareada y enfadada—. Diablos Molly.
Ella intentó sonreírle, pero era más que obvio que le dolía.
—Ahora voy con Frank —Dijo estúpidamente e intentó respirar pero no lo logró—. No te preocupes por mí.
—Yo pensé que lo hiciste porque me querías salvar —Lloró Lucy—. Maldita perra, incluso te mueres por ese chico.
—Lo amo… también te amo.
Luego de que Molly se fue, Lucy se desmayó, no podía con tantas emociones y además todos tenían la misma idea.
Aniquilar a Theodore Nott cuando vuelvan a verlo.
Hola!
Un segundo... Ahora si ataquenme por ser tan malota *Se esconde tras un sofá*
¡Lo siento! Pero era necesario, ah.
Capítulo largo al menos :'D
Buen día xD
Hasta pronto.
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