Capítulo 14.
Capítulo 14. ¿Prefieres el Hasta pronto o el Adiós?
Estaba a punto de quedarse dormida cuando la tiraron al suelo, su hombro hormigueó por unos segundos mientras se volteaba a ver quién fue el culpable.
—Ups, me emocioné demasiado.
— ¿Enserio Iris? No me di cuenta —Eros habló en tono sarcástico.
—No hace falta que seas grosero.
— ¿Por qué hicieron eso? —Meredith se frotó los ojos bostezando—. Al fin iba a dormir.
—Una pena, pero es ahora o nunca.
Tiró de ella hasta levantarla. La guió a la puerta, Mar le dio una mirada confundida.
—No puedo salir, por si te olvidabas.
—No, no me olvido de nada. Torpe, tú sólo sígueme en silencio, ¿Si?
Asintió y se dejó llevar.
Eros iba adelante, guiándola por los pasillos sin detenerse a nada, Iris estaba tras ella desenredándole el cabello y dando saltitos de vez en cuando.
—¿A dónde me llevas? ¿A mi muerte? —Murmura—. Yo confiaba en ti, Eros.
—Shhh, no voy a matarte, voy a… —Paró ante una puerta y la abrió, el olor a agua salada llenó su nariz—. Sacarte.
—Merlín Eros… —Inspiró hondo mientras salía tras él.
Estaban en la cubierta, sólo ellos, nadie más.
Dudó un poco sobre lo que Cronos dijo, acerca de las docenas de guardias que la detendrían. Pero su mente se nubló un poco mientras caminaba hacia el barandal y se inclinaba sobre él para ver el agua.
Se movía suavemente, pequeñas olas chocaban contra el barco, era muy tranquilizante.
Quería lanzarse e irse.
Alguien tiró de su collar. Volteo un tanto temerosa y se encontró con su amigo y un cuchillo dorado.
—¿Qué vas a hacer? Oh diablos, si vas a matarme.
—Nop —Pasó el cuchillo por la cadena y la rompió.
Meredith abrió los ojos como platos.
—¿Eso se podía hacer? ¡¿Por qué no me lo dijiste?!
—Shhh, tampoco es eterno —Le tapó la boca—. Tienes 25 minutos exactos a partir de ahora, si estas a más de cinco metros de distancia del barco cuando esos 25 minutos terminen… dioses Mar, ruega que eso no suceda.
—¿Dónde más estaría?
Escuchó una pequeña explosión y se volteo para mirar a la costa, el color rojo invadía el lugar e iluminaba a dos personas que no lograba distinguir.
—Allá —Sonríe Iris muy emocionada—. ¿Sabes quiénes son?
—Con suerte veo sus siluetas —Susurra entrecerrando los ojos para ver mejor.
—Es hora de decir adiós.
Se le resbalaron las manos cuando Eros dijo eso, volteo hacia él, sorprendida.
—¿Qué?
—Estamos en una de las costas de Reino Unido, Mar, una de esas personas que está allá es…
—¡JAMES! —Ríe y se lanza al agua.
Dejó que el agua se cuele a sus pulmones, estos ardieron, pero no en mal sentido, sino en la más maravillosa forma que se podía, cuando salió a la superficie, los dioses la estaban mirando desde lo alto.
—¿Aún recuerdas lo que te dije Mar?
—Al diablo —Sonríe—. No recuerdo nadita.
Se volteo y comenzó a nadar hacia la costa.
—¡Veinte minutos! —Le recordó preocupado—. ¡Sólo veinte Meredith!
Cuando miró para dentro del barco, Iris le observaba un tanto sorprendida.
—¿Qué?
—Estás arriesgando el cuello por la chica.
—Tú también —Masculla.
—Yo lo hago porque se lo debo. Que yo sepa, tu no le debes nada.
Respira hondo mientras vuelve a mirar el lugar bañado en rojo brillante.
—Le debo mucho, no sabes cuanto… Ella me ha dado clases de amor sincero, la admiro, simplemente es la mejor.
—¿Te enamoraste de ella? —Dijo con la voz chillona—. ¿Y aún así la ayudas a ver a tu competencia.
—Amor no siempre es en pareja. Iris. Ella es mi amiga, yo soy su amigo, y la amo como amigo.
(…)
Dio muchas bocanadas de aire antes de tomarle la mano y apretarla con fuerza. Se le hinchó el corazón cuando él la miró. No podía creérselo, en verdad no podía.
—¡James! —Por poco gritaba mientras intentaba acercarse. Él no despertaba.
Le abrazó, porque así lo quería, y estaba empapada, porque así lo deseo, y lo empapó a él simplemente porque si.
Pasaron unos segundos hasta que James también participó en el abrazo.
Enterró la cara en su cuello sin decir nada.
—¡Meredith! ¡Eres tú! —Lanzó una carcajada mientras la subía a su regazo—. Eres tú, maldita…
—¿Ahora vas a insultarme? Si así mejor me voy.
—¡NO!
Tampoco iba a hacerlo.
—Te besaría —Dice él mientras le toca el cabello una y otra vez—. Pero no me he cepillado los dientes.
—Yo tampoco.
—Como sea. Ya no importa.
La tomó de la parte trasera del cuello para acercarla a sus labios. E iba a quedarse así hasta que ya le duelan los labios, pero alguien habló.
—Al menos avisen, así traigo mi violín.
Se separaron, Lucy tenia las mejillas mojadas y sonreía—. Lu…
—¡Abrázame, amiga!
La pelirroja saltó sobre Mar, la abrazó con firmeza mientras lloraba, a Mar simplemente no le salían las lágrimas, aún.
—Merlín, Merlín, debo irme —Se separó limpiadose la cara—. El plan era que me vaya cuando tú llegues.
—¿Eros habló contigo?
—Tú sólo has lo que tengas que hacer, Mar —Le sonrió sincera—. Te quiero, hasta luego.
Volteo sobre sus talones y desapareció.
Él tiró de su mano para volver a tenerla en sus piernas, le besó la mejilla y se quedo abrazándola hasta que ella habló.
—No tengo mucho tiempo.
—¿Qué? No me digas que planeas volver —Tenia los ojos de un cachorro asustado—. No vas a hacerme eso… ¿Verdad?
—Lamentablemente si… no es porque quiera, no me mires así.
—Pero si has escapado.
—No del todo —Toco sus mejillas y luego miró embelesada su cabello—. Apenas me quedarían quince minutos.
—¿Por qué?
—No voy a decírtelo.
—¿Ahora todo es no? —Frunce el ceño y la suelta.
No, no James, no me sueltes… Ha pasado mucho y es lo único que deseo.
—Me he arriesgado —Murmura buscando su mirada—. No puse mi vida en peligro para que te hagas el estúpido, James Potter.
—Y no lo hubieses hecho si de todas formas vas a volver.
Bajó los hombros mientras amenazaba con llorar, se separó de él y lo miró dolida.
—A mi me bastan cinco minutos siquiera… Tal parece que tú no me extrañabas lo suficiente como para aceptarlos.
Sus ojos marrones eran negros en ese momento, pero aún así le parecían hermosos, aunque esté enfadado.
—¿Qué no te extrañaba, idiota? ¡Por supuesto que sí! Pero es horrible que cuando al fin estés conmigo, debas irte otra vez, no puedo aceptar eso, no quiero que te alejes otra vez.
Ambos se levantaron, cara a cara, mirándose de forma intensa, con el enfado a flor de piel.
—Pues qué egoísta —Le clava el dedo en el pecho—. Sólo estás pensando en ti. Ni se te cruza por la mente qué estoy pasando.
—¡Soy egoísta, Meredith! ¡Lo admito! Yo también quiero ser egoísta, yo también quiero ser feliz, y siendo egoísta es la única forma posible. Fred se fue, siendo egoísta y con un refugio sólo para él, sin pensar en su familia o amigos… ahora seguro es feliz, nadie le ha dicho nada…
—¿Refugio por qué? —Pasó a estar preocupada otra vez—. ¿Qué pasó?
Su cara de preocupación le superaba, era como la cara de su mamá preguntándole si se siente bien luego del entierro de Frank. Apartó la vista empañada con lágrimas.
—¿Qué pasó? —Repite insistente.
—Atacaron la madriguera.
—¿Hirieron a alguien?
La miró de forma amarga.
—¿Matar a Frank califica como herir?
Se arrepintió de decirlo así cuando ella se largó a llorar y se alejó demasiado.
—¿Fue mi culpa?
—No, Mar, perdón, no quería decirlo así.
—Fue mi culpa —Afirma poniendo sus manos para detenerlo—. Dioses, ha sido por mí.
—¡No fue tu culpa! ¡No estabas ahí como para que lo sea!
—Aún peor… —Miró por sobre su hombro—. Él lo hizo para que acepte.
—¿Quién? ¿Aceptar qué? —Tomó su mano—. Dimelo, por favor.
—Y va a herirte a ti.
Ladeo la cabeza, temblaba y estaba arrepentida de haber ido. Ahora sabía por qué esa mañana Cronos le había asegurado que iba a aceptar.
Quiso vomitar o llorar mucho más, pero tenía que hacerlo.
—Ya terminamos —Suelta su mano—. No somos nada, te irás lejos, yo no te conozco ya.
Primero abrió la boca sorprendido y dolido, luego apretó los puños.
—¡Tú no me das órdenes! Ya soy mayor, me cuido sólo y tomo mis propias decisiones.
—Entonces confío en que serás lo suficientemente inteligente como para aceptar lo que te dije —Se cruzó de brazos.
—Entonces soy idiota, porque no lo acepto.
Ambos apretaron los labios y se miraron con los ojos entrecerrados, para nada dispuestos a ceder.
La expresión de ella se suavizo de pronto, ahora notaba lo mal que estaba, las mejillas un poco hundidas, las heridas en su cuello, los labios rotos… ¿Qué le habían hecho a su niña?
—Te amo y no quiero que te lastimen —Se sintió volar por un momento.
Lo dijo, lo dijo, ¡LO DIJO! . Festejó en su interior.
—Si no quieres terminar, pues no terminamos, porque yo tampoco lo quiero en realidad —Dio un paso atrás—. Pero estás advertido de que tal vez no nos volvamos a ver.
—Voy a sorprenderte, Greengrass, vas a encontrarme hasta en tu sopa —Amenaza mientras la atrapa en sus brazos—. Me aseguraré de que vuelvas a ver mi guapo rostro.
—¿Y tu cabello?
—Estará ahí, siempre que no vuelvas cuando sea un anciano, ahí te jodes, Meredith.
Suelta una risa y le devuelve el abrazo.
—Yo quiero estar ahí cuando seas un anciano.
—¿Calvo y feo incluso?
—Serás calvo y guapo. Y yo tendré el cabello blanco y estaré arrugada hasta la médula.
—Yo también quiero estar en ese momento —Murmura y voltea la cara para que sus narices choquen.
—Está hecho entonces —Sonríe.
—Te amo igual… hasta entonces.
La besó. Hasta que Mar recordó que debía irse.
Se lanzo al agua, salpicándolo. Nado unos metros hasta que se volteo para mirarlo. Ahora se veía mejor, con el cabello revuelto, los ojos brillosos y las mejillas rojas se veía más joven incluso.
—¡Te digo adiós James Sirius!
—Y yo hasta luego.
Sorry la tardanza *Ojos entrecerrados* problemas técnicos, o bien... Se corto la luz :):):) okay... Toy tranquila...
¡TAN TRANQUILA QUE VOY A TIRARLE PATOS A...!
Mira la escena tan golosa que hice LOL FALSAS ESPERANZAS PAH QUÉ TE DIGO jaja ... Exceso de melosidad, busquenme algo amargo pls e-e
Ahora me falta, ctm, putabida ahq
Hasta pronto!;)
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