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Capítulo VI: ¿Tú?

"¿Y es que acaso no puedo ser yo quien repare tu alma?"

La Habana 9:30 am, en un barrio del Cerro.
—¡Voy, voyyyy!  —grita Emily desde su cuarto mientras se pone a la carrera unos jeans que asomaban desde la maleta como pidiendo ser usados.

—Que he dicho que ya VOYYYYY —repite molesta y abre de golpe la puerta.

—¿Eduardo? ¿Y eso? ¿ Qué haces tú por aquí?

—Oye, cualquiera diría que a pesar de ser tan famosa, no te enseñaron educación, ¡buenos días para ti también Em! ¿Cómo te sientes? ¿ Deseas pasar a tomar un café? —replica su amigo con marcada ironía.

—Perdona Eduard, es que me tomaste por sorpresa, la verdad pensaba que era Agnes. Entra por favor y ponte cómodo.

—Hablando de.Agnes, no sé que le hiciste pero está hecha una fiera, si yo fuera tú pongo distancia hasta que se relaje, esa mulata se pone peligrosa, jjj.

—En eso estoy, poniendo distancia de todo y todos. Últimamente parece que rompo todo lo que toco.

—Anjá, lo que tú digas, pero hoy termina tu periodo monástico, hoy te vas conmigo a recorrer La Habana.

—Te lo agradezco pero la verdad es lo que menos quiero es salir, estoy...

—No, yo no vine hasta aquí para que me dieras excusas. Hoy comenzamos en el malecón, vemos una peli de Almodóvar que están pasando en el Yara, almorzamos en la paladar de Tito y si tienes aguante, terminamos el día en el Gato Tuerto, hay feeling esta noche my darling.
¿Qué dices?

—Ja,ja,ja, ¿ qué digo? Qué esto parece un plan hecho y perfeccionado hace meses.

—No te creas tan importante cariño, el tour se me acaba de ocurrir mientras venía manejando.

—¿Si?, ¿y el ramo de flores? ¿Lo recogiste en el jardín de Gisela?

—¡Mira que eres creyente muchacha!

—Para que veas que no soy tan mala onda, me voy contigo, sólo dame un chance para darme una ducha y ponerme algo decente ¿ok? Mientras, ¿por qué no cuelas café tu mismo? Me vendría bien una tacita.

—Tranquila, tu báñate.

Emily tomó su baño y se vistió por primera vez en años sin pensar en marcas, estilos o paparazzis. En esta mañana sólo era una chica dispuesta a pasar el rato y ¡eso le sentaba de maravilla!  Al llegar a la cocina, en el mesón le esperaba un tazón de huevos revueltos, unas tostadas y una taza enorme de café.

—¡Eres mi héroe! —exclamó mirando la comida, con una expresión en su cara muy similar a la sonrisa.

—Eso anótalo, que no se te olvide eh. Y vamos, que nos va a agarrar el mediodía —dijo aquel sin dejar de mirarla todo embobado.

—¡A disfrutar el mar! ¡ Estoy en Cuba! —gritó Em , como una chiquilla al cerrar la puerta y esta vez, esta vez si sonreía.

Mientras Emily comenzaba su día,  al otro lado de la ciudad...

Hospital Aballí

—Buenos días doctor, ¿ qué tal estuvo la guardia?

—Todo tranquilo, Mercedes, gracias por preguntar. ¿Queda café?

—En el termo doctor, sírvase.  Se ve que lo necesita. Por cierto, la mulatica que trabaja en proyecto nuevo pasó por aquí dos veces buscándolo, dice que no se vaya sin ella. A mi no me gusta hablar pero... me parece.... que... bueno...

—¿Qué pasa Mercedes?

 —Nada, ¿ qué va a pasar? ¡Qué va a pasar! ¡Qué ese huevo quiere sal! Usted es el único que no se da cuenta, debería hacerle el favor, debería.

—Mercedes, ¡ no te pases! Mira que te quiero mucho pero ¡ no te pases!

—Permiso, ¿ se puede?

—¡ Claro Juanca! ¿ Llegando ahora?

—Si, llegando y ya estoy cansado. Ya veremos el día que me espera. Compadre ¿ y tú qué? ¿Cómo va todo? A penas te veo pero sé estas mal.

—¡Ay Juanca! ¿Te acuerdas la historia que te conté? Está en Cuba, y yo fui a verla, hasta le compré una rosa, entonces ella...

—¡Ehh! Espera ahí. Mi socio usted está peor de lo que yo me imaginaba. Víctor, esa mujer te sacó de su vida hace tres años sin darte explicación alguna. ¿Cuál es la parte que tú no entiendes?¡Cierra ese capitulo ya brother, esa chiquita te está matando!

—No puedo, te juro que no puedo. Necesito hablarle, necesito que me diga que pasó. Y por otro lado me duele demasiado. No sé que hacer. ¿ Qué hago?

—¿De verdad tu quieres que te diga? Empieza a mirar pa' otro lado. Mujeres son lo que se sobran en Cuba. ¿Qué hay con la asistente? Esa muchacha está muerta contigo, si tú quieres ...
Miraaaa, hablando de la reina de Roma, señorita, ¿ como estáis?

—Ahí vamos Doctor —le sonrió Agnes quién dirigiéndose a Víctor preguntó: ¿Nos vamos?

—Sí —respondió Víctor, vamos, nos vemos Juanca, ¡cuídate!

—Cuídate tú y recuerda lo que hablamos le replicó su amigo.

"En eso estoy" pensó mientras se alejaba , subía  a la moto y colocaba las manos de la muchacha en su cintura,

—Agárrate fuerte, vamos lejos

—¿A donde me llevas?

—Dejemos que sea el mar...


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