Ya, por favor, ya.

P.O.V KEISY.

También me hicieron daño, también abusaron de mi confianza, también me destrozaron y depreciaron de mil maneras. Pero oye, yo no quise dejar las cosas asi.

Yo no quise arruinar a nadie, no quise fallarle a nadie, ni mucho menos herirlos. Intente dar lo mejor de mi, me esforce como nunca, aún cuando nadie lo hizo por mi. Pero ¿sabes que? Ya, fue suficiente aceptación, suficiente paz. No se queden a mi lado, larguense, no los necesito, Váyanse al infierno todos.

Siempre hice lo que los demás querían, siempre intente agradarles a las personas hasta luego de saber que no a todas les podria agradar. Me arruine a mi misma pensando, hasta tal punto de creer que la que estaba mal era yo, Pero no.

Tengo una historia, una donde puedo hacerme la víctima, donde también puedo ser la mala ¿pero también? También puedo contarla, obligarlos a creer.

pero, de nada serviría si ellos piensan igual que yo, de nada serviría si ellos tampoco quieren sobrevivir en este maldito mundo, que se acaba.

-hola, guapo- dije mirándolo desde la puerta. Su respiración estaba agitada, la sangre a su alrededor, el hombre tirado a sus pies. Era arte, diablos.

Sus ojos cafés se abrieron un poco con sorpresa. -que coño...- murmuró, estático.

Rei con esfuerzo, casi obligándome.

Manipuladora, mentirosa, cobarde, me ilusionó rapido y digo cosas sin pensar, vengativa, miedosa, desleal.

Es lo que soy y más de lo que hubiera querido ser, pero el me obligó a serlo y al final, lo acepté.

-¿bonito día? - pregunté sonriendo, mientras detrás de mi espalda apretaba el arma entre mis manos.

-¿tu que crees?- miachel río. Miró a su a su padre echado sin vida en el suelo y suspiro -¿qué haces aquí?-.

-ni yo lo se.

-¿puedes irte?.

-deja de tratarme, de esa manera.

-puedo tratarte como se me de la gana, estas en mi casa y este no es el mejor de los momentos - dijo serio.

Respire hondo.

-¿huiras otra vez, verdad? ¿te hiras lejos de aquí?- pregunté.

El rio, desviando la mirada - no pretendo pagar cargos y menos por este maldito - dijo señalando el cuerpo de su padre.

Asenti con diversión. Mi cabeza me obligó a mirar una vez más sus ojos en un acto de tranquilizarme, pero no. Esta vez me dolía mucho la cabeza, la horrible presión ni siquiera me hacía dudar.

Sonrei -¿sabes que me enamoré de ti verdad?- dije mirándolo.

Michael me observo en silencio, intentando equilibrar lo que dije -keisy..maldita sea..ya..- intento hablar.

-el día en el que te vi tocando el pateo...fue tan mágico. ¿sabes todo lo que escribí? ¿todo lo que sentí? Me inspiraste Michael, nunca lo olvidare. No hubo un dia en el que no pensara en como perdi la cabeza por ti, como me deje pisotear. - sentí los ojos humedos pero sólo respire -te amo, michael. Fuistes la manera más hermosa en la que pude destruirme a mi misma - hable en voz baja, mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas.

-¿qué quieres que haga con tus sentimientos?- hablo frio.

Hubiera podido decir que sentí mi corazón quebrarse, pero siendo sincera, ya ni siquiera sabía si continuaba teniendo corazón.

-nada- dije seca -ya no puedes hacer nada - mostré el arma delante de mi, mientras la boca me temblaba.

El rio.

-¿vas a matarme?- se burló. -matame, el vivir ya no es importante para mi- dijo caminando hacia mi.

Retrocedi. No podía hacerlo, cada que me acercaba al gatillo mis dedos temblaban.

-michael ¡MALDITA SEA!- grite.

-¡DISPARA!- me exigió, poniéndose delante de el arma.

Comencé a llorar, sin ningún sonido. Sólo deje salir lágrimas, mientras el era tan normal, mientras me moría del miedo y el continuaba tan valiente.

-¿quien coño eres? ¿qué me hicistes? ¡ya basta Michael! ¡no es justo!- hable.

Me miro fijo.

-nada es justo. No podemos tener lo que queremos siempre, no podemos ser felices todos. Pero joder keisy, no puedes culparme a mi- hablo firme.

No, no, no. Por favor no, que mierda era esto. Quiero volver hace dos años.

ya no quiero salir a mojarme en la lluvia, ya no quiero recibirlo en mi casa a las 3am, ya no quiero mirar más esos ojos, joder.

Ya no quiero, continuar con esto.

-eres.. eres..¡DESGRACIADO! - solloze sin fuerzas. Me lancé hacía el, sujetandome de su mejilla para besarlo sin control, con deseo, sin ganas de querer mezclar los temas.

Me correspondió. Deslice mis labios con los suyos en un acto de impotencia, no sabía que hacer, debería huir, debería irme, solo debería dejar esto hasta aquí.

Pero el maldito "sentir" me acorralaba.

Sus ojos. El tocando la guitarra, sus palabras ironica, su risa. ➖te odio, michael.

Nunca podré sacarte de mi mente y me duele, no tienes idea de cuanto me duele, Pero Sólo quiero acabar con esto, solo quiero estar en paz.

Me separe unos centímetros de sus labios. Me sonrió y parpadeo lentamente dejándome ver un poco sus preciosos ojos -¿vas a acabar con esto ya?- murmuró -porque yo también quiero ser feliz- dijo.

- michael.. - susurre entre sollozos. Coloque el arma en su estómago y el sólo me sonrió.

-hazlo- ánimo -dispara y terminamos con este infierno de una sola vez- continuó.

-pero no, tu..tu no..- hable.

-soy consciente keisy, no soy tonto. Se que no podemos arreglar esto, ya..ya estoy cansando, de toda esta mierda - dijo, rozando sus dedos en mi mejilla. No hice nada ante eso - por favor, salvemonos- murmuró triste -escapemos de las vidas que nos tocaron - hablo con voz bajita.

- ya no...ya no puedo.- intente quitar el arma de su cuerpo, pero el me lo impidió.

Colocó el arma en su pecho, haciendo que la sosteniera con fuerza, para no apartarla - nos dañaron, fueron conscientes de que nos arruinaron también, ¿tienes alguna forma de escapar de ellos? ¿de escapar verdaderamente de la sociedad? ¿de lo que eres? Ya sólo dispara, niña- me dijo alzando la voz.

- no sabes lo que dices, las cosas con tu padre sólo fueron un mal rato, ya puedes comenzar de nuevo, ya eres libre..ya...- intente hablar.

-¿me amas?- pregunto.

No contesté, no sabía que decir -¿que?.- susurre.

-¡MALDITA SEA! ¿¡ME AMAS, KEISY?!- grito con fuerza aún contra la pared.

Me mordi los labios -si, te amo.- afirme.

-entonces disparame ahora mismo, entonces matame. Porque No me salve, keisy. No puedo con esto, ¿Sabes lo desesperante que es? ¿crees que puedo? ¡mate a mi padre! ¡maldita sea, acabo de matarlo a golpes!- dice, sus ojos cafés se llenan de lágrimas y toma mis manos, con las cuales sostengo la pistola.

No por favor, no llores.

-se que es difícil, pero por favor, michael...yo..yo..- murmure olvidando como se habla.

-¡no puedo!- grita agitando mis manos. Tengo que detenerlo antes que apriete el gatillo sin querer -solo hazlo, ¿no hibas a hacerlo? ¡la cobarde eres tu! ¡SÓLO TEMES!- grita, dejando caer lágrimas.

Me tiemblan las manos, lo miro unos segundos y miro hacía otro lado -si acabo contigo, nada cambiará. Todo será igual, todo empeorará.- digo.

-deja de pensar tanto, deja de creer que tus pensamientos te ayudaran- me dice - no pienses en el ayer, eso ya pasó. Preocupate por el futuro, has lo que quieras, vive. En realidad yo nunca pude hacerlo, ni tampoco quiero.- murmura mirándome.

Aprieto los labios, miro unos segundos el arma entre mis manos y levanto un poco la cabeza para verlo.

No quiero, debo. Me duele, tengo que terminar con algo que nunca empezó.

-¿sabes que amo tus ojos verdad? Siempre que los miro me dan una paz que ningún humano comprendería- murmuró seria.

-vive por esos recursos entonces - me dice de igual manera.

Niego.

- lo que sea que hago, no merece ser llamado vida si tu no estás - digo.

Me mira inexpresivo. Puedo ver las lágrimas rodando por sus mejillas mientras una de sus manos tiembla hacía mi mejilla.

Me acerco de golpe y uno mis labios con los suyos intentando soportar la tensión. Intento mantenerme fuerte y fría, intento mostrarle que si el no siente nada, pues yo tampoco sentiré.

Pero es mentira, porque si siento y lo hago demasiado.

Entonces ➖ el sonido de un disparo.

Las lágrimas me deslizan por las mejillas sin parar, los labios me tiemblan. Dejó caer el arma. - te amo..- murmuró contra sus labios, mientras me observa sin aire, con una bala en el estómago.

Se desliza por la pared y cae al suelo. - buena chica - sonrie débilmente.

No titubie, no temi, solo lo observé, mire y sentí Como había acabado con un vicio.

Me tape la boca y retrocedi ante la sangre que se empezaba a esparcir por el suelo -no, no, no- susurre -¡NO!- le mande un golpe a la pared.

Quizás me intente disfrazar de alguien que no era, quizás siempre fui cruel. Si, con mi vida, con ellos, con todos.

Ellos me hicieron caer, yo los debo hacer caer a ellos. Nadie merece seguir, nadie es bueno.

¿cuando todos se volvieron tan inhumanos?.

No dude, observé el cuerpo de Michael. No podía, era mucha culpa, me dolía, yo tampoco merecía vivir, no tenía porqué.

Me acerqué, tomé el arma del suelo y me señalé con ella la cabeza. Un disparo y ya, solo uno y dejaria de pensar.

Solo uno y ya más nadie me atormentaria. acerqué Mis dedos al gatillo, cerré los ojos y puse mi mente en blanco.

No seas cobarde➖ me dije.

-¡ALTO! ¡ALTO! ¡SUELTA EL ARMA Y AL PISO AHORA!- grito el hombre con uniforme.

Aún estando de espaldas deje caer el arma, deje caer las oportunidades.

¿ya se acabo? Todo fue tan rápido que ya ni me Di cuenta cuando acabo. hubo un punto. Un punto donde el tiempo se detuvo y ahí supe que había echo las cosas mal.

Pero, desde pequeños nos dicen que los buenos siempre ganan, que los malos mueren o pierden al final, no, es mentira.

Porque el, ganó muchas veces.

Y es mi turno de acabar con lo que sea que pudo haber sido esto.

➖••➖.

Se que me importaste. Me importaste más de lo que no tuviste idea, pero mi amor, yo también quería salvarme.