Todas decidieron ir a despedirse de Jeong, la misión había fallado y tocaba aceptar la verdad. Todas lloraban desconsoladas, incluso Dahyun, quien se sentía culpable del robo aunque le habían dicho que habían entrado con una llave maestra. Entraron una por una para despedirse, la última fue la mayor. Nay entró a la habitación como cuando entró por primera vez, igual de triste, solo que esta sería la última. Se sentó en una silla al lado de Jeong en intentó despedirse.

-Perdóname Jeongie, perdóname por favor, no he podido conseguir el dinero a tiempo. Perdón por no haber cumplido mi promesa, te prometí que todo estaría bien, que conseguiría el dinero, que algún día despertarías y que estaríamos juntas, pero eso no va a poder ser. Eres mi mejor amiga, hemos vivido muchas cosas juntas y nunca olvidaré eso, nunca te olvidaré, nunca olvidaré tu sonrisa, tus ojos, tu risa, tampoco olvidaré cuando empecé a sentir otras cosas por ti, cuando me di cuenta de que me gustabas ni tus besos es los conciertos. Eres la persona de la que estoy enamorada, nadie va a poder hacerme sentir lo que siento por ti. En esta vida no ha podido ser, pero espero que en la siguiente nos volvamos a encontrar, y esa vez podamos estar juntas. Muchas gracias por todo, te amo y siempre te amaré.- dijo Nay al borde del llanto.

Nay le cogió la mano y se echó a llorar. De repente notó como si le apretaran la mano, pensó que estaba alucinando, pero levantó la mirada y vio como sus ojos se abrían lentamente.

-Yo también te amo.- pronunció Jeongyeon con dificultad.

Nay empezó a llorar más fuerte, pero esta vez de alegría. No se lo podía creer, la abrazó fuerte y llamó a una enfermera.

Nay tuvo que salir de la habitación para que le hicieran unas analíticas a Jeong, después de un rato la dejaron volver a entrar. Las dos se miraban con una sonrisa mientras Nay le contaba todo lo que había pasado ese tiempo y Jeong le contaba que había escuchado todo lo que había dicho en las visitas, pero que por más que quería contestarle no podía.

Después de un rato las demás chicas, que se habían ido del hospital cuando entró Nay a despedirse, llegaron. Se alegraron muchísimo por Jeong, estuvieron hablando unas horas con ella haciéndole compañía, pero al final se tuvieron que ir para dejarla descansar ya que aún no le habían dado el alta. 

Al día siguiente, le dieron el alta y Nay fue a llevarle flores, salieron del hospital super contentas, aunque aunque Jeong aún no podía hacer actividad física y por tanto no podía trabajar aún. Se pasaron todo el día en casa, Nay se había pedido una semana libre para estar con ella y cuidarla. Por la noche Nay fue a llevarle un vaso de agua a Jeong

-Te traigo un vaso de agua- dijo Nay abriendo la puerta.

-Gracias Naye.

-De nadaa. Si necesitas algo no te levantes, llámame por teléfono- añadió Nay.

- Pero no te quiero molestar- dijo la menor. 

Nay se acercó más a la cama de Jeong y se sentó.

-No te preocupes por eso, no molestas. Llámame si necesitas algo- le contestó con una sonrisa-

Nay se levantó y se dirigió hacia la puerta para irse a su cuarto.

-¡Nay, espera!- gritó Jeong haciendo que Nayeon parara y se girara- ¿Y si te quedas aquí conmigo esta noche? 

Jeong estaba muerta de vergüenza, pero Nay tampoco se quedaba corta.

-Va-vale, un momento voy a por mis cosas- dijo Nay a nerviosa.

Nayeon cogió su almohada, un edredón y una manta, volvió al cuarto de Jeong y puso el edredón y la almohada en el suelo, no se atrevía a dormir en su cama. Se tumbó en el edredón y se quedó mirando al techo sin poder dormir durante un rato.

-Nay, ¿estás despierta?- preguntó Jeong.

-Si, dime

-¿Quieres salir conmigo mañana?- volvió a preguntar

-¿En plan... cita?- esta vez fue Nay la que preguntó.

-Si

-Vale...- contestó Nay.

Ninguna volvió a decir nada en toda la noche. Llegó la mañana y fueron a pasar el día fuera. Primero fueron a un parque muy bonito, en el que estuvieron hasta que tuvieron hambre y fueron a comer, en la comida hablaron mucho.

-Nay, me gustaría llevarte a un sitio si te parece bien- le dijo Jeong.

-¡Claro! ¿A dónde?

-Es una sorpresa- contestó.

A Nay le encantan las sorpresas así que se emocionó mucho. Terminaron de comer y se subieron al coche de Jeong. Estaban atravesando mucho campo, era muy bonito, había flores de todos los colores: blancas, rosas, moradas, rojas, etc. Llegaron a una explanada muy grande y aparcaron ahí, a partir de ahí tenían que caminar. Empezaron a subir unas escaleras en una montaña, estaban cansadas, pero merecía la pena ver el paisaje que las rodeaba, se habían alejado del ruido y de la contaminación de la ciudad, ahora lo único que se oía eran los pájaros cantar y se respiraba aire puro. Una vez arriba, divisaron un laguito y una cascada que bajaba por una montaña más alta a la cual no se podía acceder, se sentaron en una roca a descansar.

-¡Que transparente está el agua! Ojalá me hubiese traído un bañador- dijo Nay un poco decepcionada.

-¿Quién ha dicho que no los hemos traído?- preguntó Jeong y a continuación abrió la mochila que llevaba y sacó dos bañadores.

-¡Eres la mejor, Jeong!

Se pusieron de espaldas para cambiarse, pero a Nay le pudo la tentación de girar a verla y cuando lo hizo se encontró con la mirada de Jeong, les dio mucha vergüenza así que dejaron de mirarse y siguieron cambiándose. Estuvieron toda la tarde jugando en el agua hasta que empezó a hacer  frío, pero por suerte Jeong también había traído toallas, se secaron, se vistieron y se sentaron en una roca a ver el atardecer. Todo era perfecto, el atardecer era precioso y estaban pasándoselo bien juntas. Nay estaba mirando al cielo tranquilamente cuando se dio cuenta de que era la única haciendolo por que Jeong la estaba mirando a ella.

-¿Qué miras?- preguntó Nay divertida.

-A ti

-¿Por qué?

-¿Por qué ver el atardecer cuando puedo verte a ti?

Nay se sonrojó y se tapó la cara con las manos, pero Jeong las apartó y le hizo mirarla, cada vez estaban más cerca, de un momento a otro sus labios se tocaron formando un precioso beso, mejor que los que ya se habían dado en el concierto, mejor por que esta vez sabían que su amor era correspondido. Se separaron y se miraron, sus ojos expresaban todo el amor que sentían la una por la otra.

-Nay, ¿te gustaría ser mi novia?- preguntó Jeong rompiendo el silencio.

El interior de Nay estaba como en una montaña rusa, la más alta de todas, su corazón iba tan rápido como en aquel concierto en el que tuvieron su primer beso.

-Claro que me gustaría Jeong- contestó Nayeon, que había estado esperando este día desde hacía mucho mucho tiempo.

Se besaron de nuevo y se abrazaron.

-Te amo.

-Yo también te amo.

Este es el final de mi fanfic, espero que os haya gustado. 💕💕