—¿Pero que rayos...?—comenzó aún confundido, entrando en cuenta de que había caído en el genjutsu de Sasuke.
Recordó la mirada que le había dado, la sensación de ver al ninja vengador temblando de tristeza. ¿Por qué un genjutsu? Quizá no hubiese ninguna razón en particular, era posible que se tratara únicamente de una consecuencia del abuso del alcohol.
Naruto sonrió levemente. Algo sobre poder acceder a la mente de Sasuke en su estado más vulnerable lo emocionaba. Se preguntó también si esto ya le había pasado alguna vez bebiendo con otras personas en lugares desconocidos. Quizá otro ya hubiera visto lo que Sasuke estaba por mostrarle.
Descartó esa idea aún sin estar convencido del todo, basándose en la afirmación de Kakashi. Lo tranquilizó saber que su maestro lo había reconocido como un novato.
Naruto se dispuso a intentar sacar el mejor provecho de la situación, comprendiendo que no tendría una mejor oportunidad de adentrarse en la mente de Sasuke tan profundamente. Si bien al estar dentro del genjutsu teóricamente debería sentirse a su Merced, en realidad le parecía lo contrario, cada centímetro de la ilusión era solo una metáfora de los sentimientos pensamientos y memorias de su compañero. Pensar en esto lo hacía sentir poderoso, y buscaba conservar cada detalle buscando algo que lo ayudara a comprenderlo mejor.
El paisaje era sombrío, una noche nublada, en la que no se podía ver ni una sola estrella en el cielo.
Observó a su alrededor en busca de su compañero y lo halló sentado meditando sobre una piedra en lo alto del risco. La impresión y el agua fría lo habían despabilado, por lo que ya no se sentía tan mareado como antes.
Saltó de roca en roca hasta encontrarse tras el de cabello azabache.
—Sasuke, ¿qué es esto?—preguntó el rubio. Al no obtener respuesta comenzó a rodear la roca buscando ver la cara de su amigo.—De veras ya me estás asustand...—se detuvo al ver que su mirada estaba vacía, y al tocarlo se desmoronó cayendo al suelo en miles de pedazos. Solo era una cáscara. Comprendió de inmediato el significado de esto, más no sabía cómo tomarlo. Decidió continuar. Siguió mirando a su alrededor en busca del verdadero Sasuke y se lo encontró como una versión más joven de él mirando fijamente a otro Naruto desmayado en lo profundo Del Valle. Muchos recuerdos atravesaron su mente, sacándole una amarga sonrisa.
Bajó de un salto y tomó al pequeño Sasuke entre sus brazos. Este no reaccionó, solo siguió observando a su compañero. Confundido, el rubio intentó hacerlo volver en sí. Esta vez si era el verdadero, parecía ser que él no era el único atrapado, parecía prisionero de su propio genjutsu. Lo recostó sobre el suelo.
—Sasuke, ¿qué está sucediendo?—preguntó. El pequeño no respondió, solo continuó observando a la versión joven de Naruto que yacía cerca de él.
Sin saber qué hacer decidió recostarse también, y no supo si por impulso o por error la mano de Sasuke rozó la suya. Fijándose bien, entró en cuenta de que el otro Naruto había desaparecido o eso creyó hasta que al notar la posición en que se encontraba vio que se había convertido en él. Decidió tomar la mano de Sasuke y al ver hacia el costado vio que lo miraba fijamente al igual que antes.
Todo era calma en ese momento. Lo vio brevemente a los ojos y sus miradas se encontraron. Entonces vio que su Sharingan estaba activado.
De un momento a otro ya no era capaz de ver nada solo podía sentir intensas emociones que no eran suyas. La sensación era similar a la de caer nuevamente en un genjutsu. Y era cierto, Naruto había caído en un genjutsu dentro de otro genjutsu. Las emociones se hacían cada vez más intensas podía ver pasar imágenes repetitivas de momentos en la vida de Sasuke intercambiándose rápidamente, todas relacionadas con sentimientos negativos, más que nada la vergüenza y la soledad. Le dolía, dolía mucho verlo. Los flashes de imágenes se hacían cada vez más rápidos, mareándolo y haciendo que creciera cada vez más el dolor en su pecho. Se preguntó si esto sería lo que Sasuke sentía, con todo lo que debía cargar. No tuvo mucho tiempo para hundirse en divagaciones porque repentinamente parecía que el espacio comenzaba a cerrarse sobre él, amenazando con aplastarlo. Intentó moverse pero era imposible. Lentamente los límites del entorno psicológico se acercaban más y más comenzando a aplastarlo.
Justo cuando pensó que iba a pasar sintió una pequeña descarga de un chakra ajeno recorrerlo y súbitamente volvió a la sala de su maestro.
—Parece que se les pasó la mano—señaló Kakashi para luego soltar una pequeña risa.
Había vuelto, ya no se encontraba más dentro del genjutsu. Apenas pudo sentirse en su cuerpo nuevamente el Rubio se precipitó y envolvió a Sasuke en un apretado abrazo. Acarició su cabello sosteniéndolo con fuerza.
Sasuke volvió en sí lentamente y devolvió el abrazo al rubio algo vacilante.
Kakashi pudo notar el ritmo de sus respiraciones más agitadas, como si estuvieran al borde del llanto. Fuera lo que fuera, el contenido del genjutsu debió haber sido bastante doloroso, seguramente logró remover los viejos traumas de los muchachos. Tal como su maestro había anticipado, poco después ambos comenzaron a llorar, Naruto a todo pulmón y su amigo de forma sigilosa pero no menos sufrida. Al parecer Naruto ya se encontraba casi sobrio, no así Sasuke, quien claramente nunca hubiese revelado esta faceta de no ser por los efectos del licor.
—Vaya, si que fue demasiado para ellos...—susurró para sí mismo. Los efectos de la borrachera en sus estudiantes eran más intensos de lo que habría imaginado. Y más divertidos también. No le gustaba la idea de que estuvieran sufriendo, pero al parecer sería una buena ocasión para liberar todo y aliviarlos de su carga.
—Sasuke no vuelvas a hacerlo...no te vayas...—suplicó.
—No...nunca...—se limitó a responder de forma casi inaudible.
—De verdad no sabía que te sentías así...la culpa, la vergüenza...—confesó Naruto.—Pero ya no temas, yo estoy contigo, ya no volverás a estar solo-ttebayo
El moreno no respondió. Solo hundió su cabeza en el pecho del rubio, quien seguía abrazándolo. Al no obtener respuesta, Naruto se extrañó.
—¿Sasuke?—lo llamó moviéndolo suavemente.
—Es inútil Naruto, ya está dormido—explicó Kakashi y luego se dejó caer sonoramente sobre el sofá.—Fueron lindas palabras las que dijiste, ¿no crees?
Naruto se limitó a desviar la mirada avergonzado. Recostó a Sasuke sobre el suelo inclinado hacia un lado. Viendo que se mantenía por sí mismo lo dejo estar.
—La promesa que hiciste, ¿estás seguro de poder cumplirla?
El Rubio quedó pensativo unos momentos. Observó al moreno durmiendo apaciblemente. Sonrió al ver la marca en su cuello que tanto revuelo había causado en las aguas termales.
—Claro que lo haré. No retrocederé a mi palabra.—afirmó efusivo.—Después de todo, ese es mi camino ninja.
—Nunca cambias, ¿no es así?—Kakashi sonrió. Naruto seguía creciendo y mejorando como Ninja, pero nunca dejaría de ser el mismo Niño testarudo.—Está bien, supongo que puedo confiar en ti...¿Quieres otro trago? Yo beberé un poco más.
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