Capítulo 6
PRIMERO QUE NADA, ME PERMITO ANUNCIAR QUE: MÁS QUE SU ALUMNA SALDRÁ EN FÍSICO EN AGOSTO, de la mano de Editorial Sin Fronteras. Podremos tener a Liam y a Violet en nuestras manos.
QUÉ EMOCIÓN.
Gracias a todas por la paciencia, con todo lo del libro en físico apenas y he tenido tiempo y me disculpo. Lanzar un libro en papel, lleva mucho trabajo y me disculpo. Las actualizaciones empezarán a ser semanales de nuevo.
Gracias a todas ustedes, porque sin su apoyo no habría podido cumplir mis sueños.
Gracias chicas, no saben lo feliz que soy de compartir esto con ustedes que me han acompañado a través de tantos años. Mil gracias a todas.
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Aprovecho para presentar la preciosa portada que llevará la versión en papel.
Y ahora, las dejo con el capítulo:
Kindly Calm me down- Meghan Trainor
Narra Evil Liam
Le marco a Rachel de nuevo, si esta vez no detiene a los terroristas que envió para que torturaran a Violet iré a matarla.
—¿Ya fuiste a rescatar a tu amorcito? —responde al primer tono.
—No estoy jugando, Rachel. Tienes cinco minutos para detener a esos imbéciles o me encargaré de que el jodido proyecto en el que has estado trabajando se vaya a la mierda. Sabes que puedo hacerlo, tu éxito depende de mi aporte y si decido boicotearte te irá muy mal. Me conoces, yo no amenazo en vano. -
La oigo respirar de forma entrecortada. Rachel sabe que meterse conmigo es mucho peor que retar a Lucifer en el infierno mismo. No tengo códigos éticos, ni morales. No me rijo por sentimentalismo, ni le agradezco favores a nadie, ni mucho menos les debo nada. Una persona puede haberme donado un riñón si quiere, que eso no me detendrá al meterle un tiro en la sien. Todos son peones que uso en mi juego de ajedrez, incluso ella con todo y sus ínfulas de gran reina.
Cuento un primer suspiro, luego otro más y cuando finalmente decide dejar de botar aire, me adelanto.
—¿Entonces?, ¿vamos a pasar toda la tarde en lo mismo?
—No, cuando esta llamada termine ordenaré que detengan todo. Lo lamento. —acota con sumisión.
Así me gusta, que conozca su lugar.
—Igual pagarás por haberte metido con una de mis presas.
—Pero...
—¡Pero nada!
—Eres mío, Larsson y no me gusta compartirte con ninguna de tus presas. No entiendo por qué le das tanta importancia a esa chica insípida.
Sus estupideces me arrancan una carcajada. Sus ilusiones son patéticas, Rachel sabe que la trataré bien siempre y cuando no intervenga en mis asuntos, pero lo hizo y ahora debe atenerse a las consecuencias.
—Odio la idea de que la cuides tanto y a mí me trates de esta forma. Creí que el haber estado tanto tiempo juntos era una señal de que nos pertenecíamos.
—Los monstruos sólo le pertenecen a la oscuridad, Rachel. Tenlo siempre presente. —finalizo y cuelgo.
Hago un par de llamadas y pospongo el viaje a las Bahamas durante unos días, Violet debe estar un poco herida y no me apetece lidiar con enfermos en una isla paradisiaca. El profesor es quien tiene voluntad de servicial monje tibetano, yo no. A mí todo lo que no pueda caminar con normalidad me resulta inservible.
Los del servicio secreto me miran con seriedad, mientras hago las diligencias pertinentes. No son imbéciles, deben haber notado el cambio de actitud. Liam es como una hermanita de la caridad repleta de amor a Jesucristo, yo en cambio soy capaz de obligar a Satanás a arrodillarse y rendirme pleitesía.
Me enfilo hacia el local en el que tenían secuestrada a Violet y entro, ignorando la cantidad de cámaras que me apuntan, queriendo captar todos los ángulos de mi rostro.
Al llegar junto a ella, algo dentro de mi pecho cruje y se zarandea cuando veo el estado deplorable en el que se encuentra. Varias granadas estallan en mi pecho, mientras dejo que la rabia y la furia se adueñen de mis arterias. Elaboro varios escenarios siniestros en los que desuello a todos los que le pusieron una mano encima. Por desgracia, no veo a ninguno de ellos aquí.
Avanzo un par de pasos y sacudo la cabeza, no estoy acostumbrado a que algo relacionado a una persona distinta de mí, me afecte. De hecho, es la primera vez en toda mi vida que ver a alguien herido me altera un poco.
—Espero que hayan capturado a los que hicieron esto.
—Fueron trasladados a la cárcel. —Me hace saber el jefe del escuadrón de seguridad, dando un paso al frente, como si quisiera darme a entender que no son tan inútiles como pienso.
Ya me encargaré de ellos cuanto antes.
Rachel pagará por haber tocado a mi presa, al pequeño cervatillo que elegí cazar.
Violet se encuentra inconsciente en una camilla, tiene varios moretones en la cara y su rostro inocente tiene la tonalidad de la harina. Su cabello castaño cae un poco desordenado a ambos lados de su cuerpo, aumentándole esa apariencia angelical que podría acercar a cualquiera a la luz.
Las flores en su vestidito de niña buena están arrugadas y manchadas por varias puntadas de sangre, representando una especie de metáfora de lo que le está pasando. Ella es la flor que alguien acaba de pisotear y cuyos pétalos lucen más débiles que nunca.
La recorro con la mirada, y niego al darme cuenta del raro instinto protector que se mueve dentro de mí al examinar sus golpes. Detesto verla así y no comprendo por qué. Antes podía contemplarla a la distancia y regodearme en mi necesidad de acabar con sus sonrisas, ahora me muevo a la deriva entre un océano de maldad y mis propias dudas sobre lo que siento por ella.
Estoy así desde que probé su maldita boca tentadora.
Un paramédico pelirrojo le está limpiando el líquido rojo acumulado en la comisura derecha de su boca. Ver que tiene los dedos de otro encima me saca de mi zona de confort y decido actuar para detener el desagradable manoseo.
—¡Apártate de ella! —Le digo al sujeto, el cual da un salto de sorpresa al escuchar mi voz.
—Pero señor...—Algunos hombres del servicio secreto se acercan a mí. —La prensa está mirando, no podemos hacer un escándalo, eso no beneficiaría a nadie.
—Me importa una mierda la prensa y los escándalos—expreso con un tono mortalmente frío. —No quiero que ningún imbécil ande toqueteando lo que es mío. —Escapa de mi boca y hasta yo me sorprendo por la fuerza que tienen mis palabras.
—¡Quítate! —Le digo al paramédico, arrojándole una mirada asesina y tomo a Violet entre mis brazos. La acuno contra mi pecho y salgo de la estancia, como una especie de príncipe oscuro que ha decidido proteger a la inocente criatura de aquellos que son iguales o peor que sí mismos.
—Pero no puede llevársela, ella está muy herida.
—¿Acaso te pedí tu opinión al respecto?
—La paciente necesita...
—Soy a quien la paciente necesita, ¿quedó claro? —No sé por qué estoy intentando quedar como un héroe, sin embargo, lo único que tengo claro es que no voy a dejar a mi presa en manos de alguien que no sea yo. No pienso arriesgarme de esa manera.
—Ella debe recibir la atención médica adecuada, presenta varios golpes de cuidado y...
—La atención médica que necesita yo se la proveeré, ¿quedó claro?
Le doy una última mirada de soslayo y el tipo retrocede preocupado.
Ningún inútil va a decirme qué hacer.
Avanzo por el pasillo con ella entre mis brazos, mientras los del servicio secreto tratan de contener a la turba de periodistas que no dejan de seguirnos. Para variar no logran hacerlo y no me queda más remedio que seguir soportando a los imbéciles por un par de minutos adicionales.
Lucho contra el calor reconfortante que se asienta en mi pecho al tenerla tan cerca. Se siente como si ella fuera una píldora tranquilizadora capaz de equilibrar el torbellino que habita en mi mente.
—Señor Larsson, ¿es verdad que usted y Rachel Hathaway son amantes?
—¿En serio creen que es un buen momento para chismes de mercado?—acoto y escucho un par de carcajadas.
—¿Qué tan enamorado se encuentra de la señorita Hill?
"Amor", no es más que palabra inventada por imbéciles para justificar las estúpidas acciones que cometen cuando se encuentran sexualmente estimulados por alguien. En términos comunes: El amor no es más que el producto de una calentura mundana y banal.
Cuando al fin llegamos al auto, le indico al chofer que me lleve al sur de la ciudad. Allí tengo una mansión junto al lago, que mantendrá a los buitres lejos, mientras decido cómo rayos procederé con Violet.
No demoramos demasiado en llegar. La casa es una inmensa construcción color ladrillo de aspecto forestal y más de ocho habitaciones, que se encuentra rodeada por un refrescante bosque de pinos de tronco nudoso y un enorme lago cuyo aguaje adquiere una tonalidad turquesa al mediodía. Es un lugar acogedor, familiar y adecuado para excursiones. Regresar aquí me trae recuerdos de
Bajo del auto y conduzco a Violet a la habitación principal. La deposito en la cama adoselada con sumo cuidado y le ordeno a alguien del servicio secreto que me traiga medicamentos anti-inflamatorios, varias vendas y un par de sustancias especiales que ayudarán al restablecimiento de Violet. Soy un experto el destruir el organismo de una persona mediante químicos, pero también puedo repararlo.
Dios, estuve criticando al profesorcete y resulta que me estoy por convertir en enfermero.
Salgo de la habitación y le marco a Rachel.
—Tu gente de mierda se pasó, la dejaron hecha polvo. No perdonaré esto, Rachel. Mis presas son intocables y lo sabes. Estoy a un paso de romper nuestra sociedad y acabar con todo lo que has conformado.
—¿Vas a perder años de amistad y buen sexo por una estúpida mocosa buena para nada?
—Una mocosa buena para nada que es mi presa, eso debió conferirle un estatus especial que debiste respetar. Pero como no lo hiciste, no quiero saber de ti en un buen tiempo.
Oigo cómo jadea desesperada.
—¿Estás terminando conmigo?
—No se puede terminar lo que nunca empezó, Rachel. Tú no respetaste mis códigos y yo no tolero ese tipo de fallos. Si no aportas nada que necesite, no me interesas.
—¿Cómo puedes hacerme esto cuando sabes perfectamente que estoy enamorada de ti? —Su voz ronca y llorosa me resulta nauseabunda. —Te he amado durante años. ¡¿He tolerado que me pongas en segundo lugar cuando de tus presas se trata y todo para qué?! Para que me trates de esta manera, no lo merezco y lo sabes. Espero que pronto regrese el otro Liam, al menos ese sí es un caballero y no un ser despiadado como tú.
—Ese otro Liam jamás volverá Rachel, yo soy el presente y el futuro. Adiós y no se te ocurra buscarme si no quieres vivir entre pesadillas.
Le cuelgo, justo cuando alguien del servicio secreto se me acerca.
—La señorita Hill ha despertado.
Me apresuro hacia la habitación y la encuentro en el peor estado posible. Hay lágrimas surcando sus hermosas mejillas, mientras se agita sobre el colchón entre espasmos y no deja de gimotear que le duele. El sudor recorre su frente y ella intenta levantarse, pero no lo consigue y vuelve a caer. Su lengua se remueve en ángulos antinaturales.
Me acerco rápidamente y le ordeno a un encargado que me pase una jeringa para extraer su sangre. No sé qué le pasa, pero no la veo bien. Su cuerpo se empieza a llenar de marcas moradas, y es entonces cuando reconozco una sustancia que yo mismo elaboré, basándome en el veneno de la araña bananera brasileña, la cual es capaz de secretar la toxina animal más dañina del mundo. Si no le inyecto el antídoto es posible que su cuerpo entre en un estado de coma del que jamás despierte.
Sólo hay una persona en el mundo que pudo haber tenido acceso a mis archivos.
Rachel.
—Tranquila, estoy aquí. —murmuro, mientras me apresuro a salir de la habitación, en búsqueda de algo que pueda frenar el proceso destructivo que se expande en sus venas.
No sé por qué carajos estoy intentando salvarla, para después destruirla, pero sin embargo lo hago.
—¡Lie...li- aemm! —grita y un halo de pureza estremece mi corazón. Escucharla hablar me hace pensar que todavía existe un poco de redención para un destructor como yo.
Me detengo en seco y la observo de soslayo.
¿Qué mierda estoy haciendo?
¿Por qué intento estabilizar su salud?
¿Cuándo se ha visto que el depredador cure a la presa?
—¡Agh... no, Li-li-liamm! —Se retuerce en su posición y trata de elevarse, pero no lo consigue y es entonces que empieza a dar arcadas, pero no logra vomitar.
Podría dejarla morir y acabar con todas estas dudas que me corroen. Si ella se extingue volveré a ser el de siempre, no habrá ningún brillo que me acerque a la redención. No habrá ningún ápice de inocencia que me encandile y me guíe por un camino incorrecto.
Ella representa todo lo que detesto. Bondad, pureza, inocencia y despierta en mí una atracción que me debilita. De haber sabido que besar a la mocosa me traería hasta aquí, la habría matado a la primera oportunidad.
—Ayoud..a—jadea abrumada, y me paralizo al ver lo que hay en su rostro. —No caer...é. —El dolor que está soportando está fuera de este mundo, la toxina modificada de la araña bananera te incendia las venas y te destroza de una manera inimaginable. Es como estar atrapado en una trituradora sin poder morir. Cualquiera en su lugar ya se habría rendido o por lo menos desmayado. Está peleando como si no estuviera atrapada entre un montón de llamas que anhelan consumirla.
—Pelear...pelea—grita y empieza a agitarse.
Ella es fuerte, más de lo que creí y está batallando para salir a la superficie a pesar de que tiene todo en contra. A pesar de que el veneno más dañino del planeta quiere enviarla a la lona, ella lucha; aunque no sabe cómo combatir lo que hay en sus venas.
No suelo premiar a la gente que elige el camino difícil, pero con ella se siente distinto, así que por esta vez haré una concesión y evitaré que muera. Por el simple hecho de que quiero ser yo quien extermine su vida.
—Ya vengo, no te mueras sin mí, cariño.
Salgo del cuarto a toda marcha. Siento que esta mocosa se convertirá en un problema a futuro si me mantengo por demasiado tiempo a su lado.
¿Serán esta las anomalías de las que tanto habló el profesorcete en su momento?
¿Mis acciones serían otras si él no hubiera llegado a esta dimensión?
Enciendo la computadora y tecleo como loco, mientras intento elaborar el antídoto.
No tengo el suero necesario y si no me apresuro ella podría incluso morir. No comprendo esta aceleración en mi corazón, ni la incesante desesperación que el recuerdo del estado de Violet me produce, sólo sé que debo pararla para que toda esta mierda innecesaria cese dentro de mí.
Tomo el auto, guardo una mini-ametralladora en mi bolsillo y conduzco a lo salvaje hacia el mercado negro de productos. Es el bajo mundo, lo que me espera entrando allá jamás sería positivo para nadie.
Llego a mi destino y conduzco hacia el estacionamiento, que no es más que un lote baldío en el que cada quien se acomoda como puede. Aparco entre un Camaro del 96 y una motocicleta, bajo del carro y avanzo hacia el norte, siguiendo el murmullo de algunos motores encendidos.
Conozco quién podría tener lo que necesito, pero no será gratis y bien lo sé. Aquí los productos se pagan con favores
Algunos adictos se encuentran tirados sobre amplios charcos de agua con varias jeringas vacías.
La carretera está agrietada y múltiples tiendas de aseo cuestionable se apostillan entre los estrechos callejones, atestados de traficantes de fármacos, preparadores de drogas, doctores que venden medicamentos robados de hospitales y enfermeras que se dedican a lo mismo, las cuales ni siquiera se cambian de uniforme para entrar aquí. Miradas maliciosas, expresiones furibundas y cierto nerviosismo se mueven de un lado a otro, mientras avanzo hacia el local que puede proveerme de lo que necesito, ignorando a cada persona que pone sus ojos en mí.
Noto que reconocen mi cara y por esa razón se apartan. Me preparo para alguna disputa, pero para su suerte, ninguno de ellos intenta retarme.
Paso entre algunos locales de cocción de metanfetamina, y noto que hay una disputa entre comprador y vendedor por el precio. Un sujeto raquítico y de tez amarillenta, intenta regatear por 1 libra de metanfetamina.
—¿5 mil dólares por tan poco?
—Es lo que hay James, cómprala o lárgate. Aquí no estamos para perder el tiempo.
Cada compra en este lugar debe hacerse con la mayor rapidez posible, pues la demanda es alta y no pueden desperdiciar segundos en un regateador.
—Stanley me la dejaría más barata. ¿En dónde está?
—Se murió hace dos días por una sobredosis de heroína. ¿Vas a comprar o viniste sólo a hacerme perder mi tiempo?
—No sé, ¿en serio no hay una posibilidad de dejármela en 3, 500? Rayos, extraño a Stanley. ¿Ni siquiera en honor a su memoria hay rebaja?
—No, y ya lárgate. Si sigues haciéndome perder el tiempo, te enviaré con Stanley para que te venda droga en el más allá.
Oigo algunos gruñidos semejantes a carcajadas a lo lejos.
Apresuro el paso y finalmente llego al local más amplio y ordenado de todo el sector.
La fila es larga y como no tengo tiempo que perder, me cuelo y llego a la primera posición. Varias pistolas se levantan en mi dirección.
No tengo tiempo para esto, por lo cual saco la mini-ametralladora y mato a cada persona que se encontraba en la fila.
—¿Por qué no puedes venir aquí sin matar a medio mundo? —Aparece el sujeto que tanto esperé entre las sombras, con un puro en la boca y la mitad del rostro tatuado. Cobra es su apodo, es un ex militar que le sirvió durante años a la nación, pero al final se hartó de ser un tipo correcto y decidió ganar dinero por la vía fácil.
Es el líder de todo esto, cada cosa que entra y sale de este sitio, debe ser aprobada por él.
—Larsson, haciendo un escándalo como siempre. ¿Qué diablos quieres?
—Necesito una onza del suero de serpiente bananera brasileña.
El antídoto se elabora a base de suero antiloxoscélico y una serie de inmunoglobulinas que se sintetizan en las células plasmáticas, reparando el ADN dañado. Es decir, mezclo el antídoto contra la picadura de un escorpión negro y la de una araña.
El suero contra el aguijonazo de un escorpión es más fácil de conseguir, de hecho siempre tengo a mano varias dosis, pero el de la araña es otra cosa.
Él arquea una ceja.
—Eso tiene un alto costo y lo sabes, sobretodo después de haber matado a todos mis clientes.
—Dame lo que necesito y ambos saldremos ganando.
—¿Es para tu noviecita?
Elevo una ceja. Él nunca suelta datos al azar, ni mucho menos se mete en la vida de sus clientes. Es la primera vez que hace una pregunta personal.
—Escuché que alguien andaba comprando veneno de araña bananera, pero como te acabaste todas mis reservas, no pude venderle a la persona que lo pidió.
—¿Recuerdas cómo era su rostro? ¿Era hombre o mujer?
—Probablemente era un intermediario.
—Escucha necesito el suero, entrégalo y te lo recompensaré.
—Se te ve muy alterado, nunca te había visto así. Quién lo diría, los demonios también se enamoran.
—¡No digas estupideces!
Se echa a reír y un par de segundos después me da la espalda, entra al local y regresa con un líquido amarillo entre las manos.
Él me entrega la medicina y me despido, asegurándole que en cuanto necesite que pague el favor que le debo estaré atento.
Regreso por donde vine y cuando estoy a punto de llegar al auto, me encuentro con un rostro que conozco demasiado bien.
Violet sale a mi encuentro y se aproxima a mí con una expresión maliciosa que nunca antes había visto en su cara. Lleva una especie de vestido de gala con aplicaciones doradas y una corona se asienta sobre su cabeza. Un par de trenzas adornadas con gemas brillantes descienden por sus hombros
No es posible que se haya recuperado tan rápido.
¿Cómo diablos llegó hasta aquí?
—¿Violet?
—Déjame adivinar—chasquea—No eres el Liam que estoy buscando. Eres el de esta dimensión.
¿De qué diablos habla?
¿Sabe que hay dos de nosotros?
—Soy la princesa Violet Hill y provengo de otra dimensión. —Se cruza de brazos. —Ahora búscame algo de comer plebeyo, que llevo todo el día sin comer y muero de hambre.
Oh, genial. Como si no tuviera suficiente con una Violet, ahora tengo que lidiar con otra.
—¿Cómo llegaste aquí?
—Primero la comida y luego te respondo.
Frunzo el ceño, y esta mocosa qué se ha creído.
—¿Qué te hace pensar que te buscaré comida?
—¿Dejarás que una hermosa e inocente chica en apuros como yo, sufra?
—Sí. —Me retiro hacia mi auto y ella empieza a seguirme.
—¡Por favor, ayúdame, muero de hambre!
—No es mi problema. —Me encojo de hombros.
—Haré un escándalo enorme si no me ayudas.
Resoplo.
Me pregunto en qué momento me convertí en el niñero de dos chicas idénticas.
Nuevamente gracias a todas.
Recuerden, Agosto es el mes y dependeré de su ayuda, pidiendo el libro en librerías para llegar a muchos países.
Ahora, con respecto al capítulo de hoy.
Sí, señoritas, tenemos a la Violet de la otra dimensión en la historia.
¿Por qué viajó?
¿Qué intenciones tendrá?
¿Será una villana o sólo vino a encontrarse con el profesor?
¿Crees que su presencia tenga mucho peso en la trama?
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