Multimedia: Unholy- Sam Smith ft Kim Petras

Narra Evil Liam

El dulce bamboleo de las tetas de Violet mientras la follo sobre la cama entra en mi campo de visión. Ella aferra los dedos a mi nuca y funde su aliento con el mío en un beso salvaje y necesitado, que nos empuja a ambos sobre un río de lava. Uno que nos altera el ritmo sanguíneo y nos incita a querer más de esto.

En algún punto de la tarde Violet se quedó dormida sobre mis brazos, después de dos orgasmos seguidos, por lo que decidí vestirla y regresar a casa con ella en mis brazos.

Noté que había sangre sobre mi pene cuando salí de Violet, así que la desperté y le pregunté si la había lastimado, la muy pervertida señaló que no y que la había pasado demasiado bien conmigo; después de eso volvió a quedarse dormida.

La traje a casa, la acosté en la cama y la dejé descansar.

Toda esta situación me llevó a pensar que tal vez la mocosa sí era virgen, aunque la verdad no pienso reparar demasiado en ello. No es asunto mío que ella no haya decidido entregar el coño antes. Me sorprende que el profesor no haya aprovechado todas las oportunidades que tuvo con ella.

Seguro el idiota es virgen también.

Ay, qué lindos los tórtolos, seguro planeaban llegar inmaculados al matrimonio. El profesorcete seguro lleva anillo de castidad y va todos los viernes a Vírgenes Anónimos, una asociación en la que recibe apoyo para su triste caso.

Me duché y me dirigí a mi despacho para intentar rastrear al intruso que había entrado en mis archivos, pero no encontré nada que valiera demasiado la pena. Salvo una dirección IP falsa de Alemania.

En cuanto la puerta de mi oficina se abrió, ella dejó caer su vestido de niña buena y trepó sobre mi regazo. En aquel momento me olvidé de todo y le metí la polla en cuanto me cercioré de lo empapada que estaba.

El resto es historia, la traje a mi habitación y empezamos a follar como locos. Ya perdí la cuenta de cuántas veces he entrado en ella y de la cantidad de gemidos que sus labios han despedido.

La estrecho contra mi pecho y meto la lengua en su boca, mientras agarro su trasero y la guío para que me monte al ritmo que quiero. Mi cuerpo arde, mis labios estallan contra los suyos y por alguna razón cursi y mierdera, deseo seguir teniendo más de esto.

Amaso sus pechos con fiereza y me prendo de sus labios una vez más, como si fueran una droga de la que no puedo apartarme mucho tiempo.

Acaricio su cintura y noto los moretones que Josh dejó en ella. Violet no hace ningún gesto de dolor por estar demasiado inmersa en el sexo.

La pasión nos consume y su aroma a fresas me embriaga, mientras ahueco su culo duro y deslizo las manos por toda su extensión. Todo en ella me desequilibra y adormece mis demonios. Por un momento absurdo me encuentro evaluando qué se sentiría estar con ella cada día, disfrutar de lo mucho que su carita me gusta y de lo bien que se siente meterle la polla cuando su canal está empapado.

Empiezo a repartir besos por su cuello y Violet se arquea pidiendo más.

—Esto es tan malditamente sucio y rico. Siento como si es la primera vez que hiciera algo así. —Me pego a sus senos y la oigo gemir, soltando un gruñido ronco que me arranca uno semejante.

Violet se muerde los labios y me lleno de morbo, deseando ensuciarle la boquita tentadora con mi pene. Le lanzo una mirada hambrienta y deseosa que ella nota, por lo que empieza a acelerar el movimiento de sus caderas.

—¿Qué es lo que más deseas, Liam?

—A ti, mocosa de mierda. —Agarro su cuello y la ahorco, con la otra mano le agarro una nalga y la muevo hacia arriba de forma estudiada. Un jadeo desesperado, más parecido a una mueca de desesperación brota de su cuerpo encendido.

—Quiero azotar tu culo cuando me plazca, follarte sobre un trono y que una multitud vea cómo te hago mía y que todos envidien lo que tenemos. Quiero tu boca, tu cuerpo, tus gemidos y tu placer. Quiero ser el puto dueño de tus temores, deseos y excitación. Quiero borrar a punta de sexo todo rastro de bondad y pureza de tu cuerpo, maldita hechicera terca y renegona. Quiero follarte de todas las formas posibles y si algún héroe cursi pretende borrar las marcas que he dejado en tu piel, tú misma te niegues a dejarme ir. Quiero ser quien te domina, te complace y te aterrorice en la misma medida.

—Dime más. —Toma mi cara para que la bese y empuja sus caderas con más fuerza, encajando perfectamente en mi polla. Siento cómo se expande sobre mí y se aferra a mi cuerpo como si fuese su tabla de salvación.

—Quiero tatuar mi pene en tu coño y también acabar con este puto deseo que confunde mi oscuridad.

Apunto la pelvis hacia arriba y la embisto con brusquedad, entro y salgo empapándome de sus fluidos. La sensación que me abarca al hacerlo es incandescente y bestial. Halo su cabello y aumento la potencia de las embestidas. Violet se aferra a mí dispuesta a no ceder a esta batalla de cuerpos en la que he convertido nuestro encuentro sexual.

Ella apoya la frente sudorosa contra la mía y vuelvo a besarla, sus labios se ponen rojos y le meto la lengua deseando que el color rosáceo se perpetúe en ella, como una muestra de que sólo ha sido mía. De que sólo yo he logrado ese color en su piel bronceada.

—Quiero ser el villano de tus fantasías, ese al que eres adicta por y para siempre.

—Y yo quiero que lo seas, me vuelves loca así duro, salvaje, grosero y prepotente.

—Tan deliciosa, mojada y provocativa. —Suelto su cuello y ella apoya la quijada en mi hombro. Entierro mis dientes en su clavícula y ella se excita aún más.

—¿Así que te gusta duro y salvaje?

—Me gusta que sea como tú. —El lívido en su voz me altera completamente.

Pongo ambas manos alrededor de sus caderas y la agito con más fuerza. Violet entra y sale de mi pene a una velocidad desbordante. Estar dentro de ella envía un maremoto de calor por todo mi pene. Miles de bombas estallan en la zona que nos une, varios meteoritos colisionan con nuestros cuerpos y de pronto, ella se deja ir sobre mi pene en un grito alto y claro que demuestra que ha alcanzado el clímax.

Me uno al incendio y alcanzo el orgasmo cuando la mocosa entrecierra los ojos completamente satisfecha y agotada. —Nunca pensé que follar al villano se sentiría tan bien. Prométeme algo...—murmura a punto de ceder ante Morfeo. El hijo de puta quiere llevársela. Tenerla así se siente como si un millón de rayos estuvieran cayendo sobre mi piel.

—Prométeme que pase lo que pase, no me apartarás de tu vida. —Se queda dormida antes de que pueda decir algo. La fuerza de sus palabras me golpea, porque mis deseos sobre ella desde el inicio fueron otros. Mis intenciones iniciales fueron jugar un rato con ella y luego destruirla, sin embargo algo cambió desde que probé sus labios y por mucho que intente oponerme sé que hay algo en mí que no marcha como antes.

Como si las neuronas en mi cerebro hubieran hecho corto circuito

Mi mente queda en blanco, mientras la acomodo junto a mí y la recuesto sobre mi pecho. Puedo sentir cómo la roca que llevo dentro de mi pecho late frenética cuando ella se remueve. Involuntariamente acaricio la sedosidad de su cabello y suspiro al hacerlo, mis dedos se deslizan sobre su espalda y me deleito ante la perfecta curva que lleva a su trasero. Su piel es suave y cremosa. Es tan bonita y delicada como una mariposa, y su aroma es más suave y relajante que el de las rosas.

No sé qué diablos estoy haciendo con la presa.

No sé en qué momento las cosas se salieron de control.

Me levanto de la cama, me pongo unos pantalones cualquiera y me dirijo a la cocina por un vaso de agua que refresque un poco el desastre que soy. Abro el refrigerador de dos puertas y me sirvo un poco del vital líquido.

—Liam...—Escucho una voz junto al umbral de la puerta y no necesito voltear para saber quién es.

—Peter...—Le respondo al sujeto que intenta quitarle a Rachel el control de la orden negra y del emporio del que es heredera. Su apariencia aristocrática de tipo intelectual es tan aburrida como todo lo que sale de su boca. Lleva una camisa de cuadros típica de los ñoños y una carpeta bajo el brazo.

No me sorprende que haya dado conmigo tan rápido, ya que si en algo es bueno este tipo es en espiar.

—¿Qué haces aquí?

—Necesito hablar contigo. —Él mira hacia una sillín de aluminio con afelpado gris y no sé si espera que le ofrezca sentarse, pero como no lo hago, decide mantenerse en pie.

—Ya lo estamos haciendo, Peter.

—Sé que Violet te importa, Liam y que también conoces su verdadera identidad. —Sus ojos azules buscan los míos.

Dejo el vaso sobre la encimera de granito y le concedo un poco más de mi atención. No me muestro sorprendido, ni intimidado. Por mucho que Peter haya sido la mano derecha de Collin Hathaway y que tenga el respeto y prestigio de gente poderosa, a mí no me intimida, ni opaca en lo absoluto.

A mi parecer, él no es más que un tipo oportunista que se cree mucho.

—¿De qué identidad hablas? —Finjo que no sé a qué se refiere. Mi estrategia habitual es que los idiotas que me rodean, no estén enterados de que siempre voy un paso adelante.

—Ambos sabemos que el verdadero nombre de Violet es Alice Hathaway y que es la medio hermana de Rachel, la legítima heredera de absolutamente todo el imperio familiar y la única que puede detener todo el desastre mundial que Rachel ha ocasionado.

—Te tomó demasiado descubrirlo.

—¿Hace cuánto que lo sabes? —inquiere, acomodándose los lentes de pasta sobre el puente de su nariz ligeramente respingada.

—¿Qué importancia tiene que lo haya sabido mucho antes que tú?

—Ninguna realmente, es sólo que me sorprende que siendo tan amigo de Rachel no le hayas comunicado que encontraste a su hermana desaparecida.

—Ve al grano, Peter, estoy seguro de que no estás aquí para cuestionar mi lealtad hacia Rachel.

Se endereza y tose un poco.

—¿Por qué no le dijiste a Rachel que Alice había aparecido?

—¿Por qué habría de hacerlo? —Me encojo de hombros. —Sus líos familiares no son mi asunto.

—Cuando Rachel se entere de la verdad vendrá por ella y querrá matarla. ¿Vas a permitir que eso suceda? He investigado y me la impresión de que estás enamorado de Violet, creo que por eso la relación entre tú y Rache se fracturó.

No me sorprendería que este sea el idiota que entró a mis archivos, pero no puedo arriesgarme a preguntar porque de no ser así, le estaría dando a este estúpido las herramientas para que piense que mi seguridad informática es vulnerable y eso no me conviene. Me gusta parecer inquebrantable ante cada persona que conozco.

—¿Va a dejar que maten a tu novia así nada más?

Hago una mueca parecida a un bostezo. Si Peter cree que por la adicción que siento por un coño vamos a ser aliados está muy equivocado.

—Peter, si viniste aquí a evaluar si estoy dispuesto a saltar a la fosa de los tiburones para proteger a Violet, sabes que no. Yo no hago ese tipo de cosas por nadie. Sólo estoy follándola y ya, que quieran matarla no es problema mío. Ella no significa nada para mí.

—¿Así que sólo estás follándome y no significo nada? —Escucho de Violet y aprieto la cara. Ella se para junto a la entrada y arruga el entrecejo visiblemente enojada. Me lanza una de esas miradas envenenadas que yo suelo depositar en otros y arruga la boca indignada.

—Cariño, escuchaste mal. —Ella se cruza de brazos y sale de la cocina. Me apresuro a seguirla y escucho una carcajada proveniente de Peter. Violet camina como alma que lleva el diablo, atraviesa la sala y empieza a ascender por la escalera de caracol.

—Vaya, y eso que no significa nada para ti, cualquiera pensaría lo contrario si sales como perrito faldero a perseguirla cuando se enoja. —El idiota de Peter sale de la cocina y se burla de mí.

Clavaré un cuchillo en su tráquea en cuanto salga de esto.

—¡Cállate! —espeto entre dientes, tratando de alcanzar a la alumna. Me gusta follar a la presa y no podré hacerlo si está emputada.

Maldito Peter, ya hizo enojar a la dragona.

—Cariño, perdí una apuesta y me tocó decir eso. Espérame, Peter me tendió una trampa.

Ella se queda parada en la mitad de la escalera.

—¿En serio eso es lo mejor que tienes para arreglar tu metida de pata?

—¿Y si te digo que lo dije estando drogado? —Agita la cabeza y empieza a subir por un nuevo escalón.

—Eso no lo arregla.

—Alguien hackeó el sistema operativo de mi mente y me hizo decir eso.

—Admito que estás siendo muy creativo, pero no soporto a los hombres que se comportan como patanes después de acostarse con alguien. Si así hablas de mí estando en la misma casa, no quiero imaginar qué dirás cuando no estoy. Me largo y no vuelvas a buscarme.

Bueno, ni modo. No es mi estilo perseguir a nadie. Si quiere irse, no la retendré, ni más faltaba. Suficiente hice con tratar de excusar lo que dije.

Patético te ves, preocupándote por lo que ella piense de ti.

—Está bien, vete. —Le hago saber y ella me da la espalda. —No voy a martirizarme y disculparme porque estuviste escuchando conversaciones ajenas a escondidas.

—Típico de hombres, meten la pata y se hacen las víctimas—concreta, dando un enorme portazo.

—Me parece que necesitarás mi ayuda para salir de esta. —Peter palmea mi espalda y siento ganas de romperle la cara. Si él no hubiera venido de metiche, esto no estaría pasando. 

------------------------------------------------------------------------------------------

¿Les gustó el capítulo?

Hoy publicaré otro cap, pero lo haré en la noche.

La próxima semana tendré otra firma de libros cerca de la frontera de Panamá con Costa Rica, así que probablemente no actualice. Por eso quise traerles este pequeño maratón <3

A partir de este capítulo la trama se dispara. OMG lo que se viene JAJAJJAJA <3

¿Perdonarías a Evil Liam?

¿Creen que las intenciones de Peter sean buenas?

Si te gustó el capítulo por favor, vota y comenta. Ayudas a otros a descubrir la historia y significa un montón para mí. Gracias por leer. Te recomiendo agregar la historia a tu lista de lectura, por si la aplicación falla y la historia se borra de tu biblioteca.

Instagram: Dariagne.

Booknet: Dariagne De Gracia C

Tik tok: Lectorasdedari

Grupo de Facebook: Lectoras de Dari