CAPITULO CINCO
La noche estaba a punto de cubrir el pequeño pueblo de Gravity Falls, la luna brillaba con gran intensidad a pesar de que aun no se veía oscuro, los pequeños grillos se preparaban para dar inicio a su nocturno concierto. Justo en la vereda que llevaba a la cabaña del Misterio se encontraba la chica Noroeste allí sin decir ni una sola palabra, frente a ella estaba un chico de complexión delgada el cual llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul y unos converse negros, su camisa era de color rojo a cuadros la cual llevaba sus mangas recogidas, era todo un leñador.
Pacifica: Emmm, te conozco?.
Esta frunció el ceño en lo que giraba su cabeza varios ángulos a la izquierda, el chico comenzó a reír a carcajadas provocando la molestia en la rubia. Rápidamente este la tomo de la mano para así detenerla pero lo único que se había buscado por parte de ella fue una enorme y muy dolorosa bofetada.
Pacifica: Te lo advierto, será mejor que me quites las manos de encima o te juro que llamare a la policía. (se safa con fuerza)
???: Esta bien tranquila, oye, ese golpe si que estuvo fuerte (con la mano en su mejilla) soy yo, Gideon Alegría. ¿A caso te has olvidado de mi?.
No lo podía creer, con la mano derecha cubriendo su boca Pacifica retrocedió varios pasos haciendo que el albino volviera a reír pero esta vez expresando una tierna sonrisa ante la chica.
Gideon: Dime, crees que podamos hablar con más calma en otro lugar?. Mi casa por ejemplo.
Pacifica: Por todo los cielos Alegría, en verdad me diste un susto de muerte. Estuve a punto de llamar a la policía, desde un principio debiste haberme dicho y nos pudimos haber entendido.
El albino solo rasco su nuca en lo que soltaba pequeñas risitas, después de eso solo suspiro y volvió a sugerir su casa a lo que la rubia asintió con la cabeza, minutos después ambos continuaron su trayecto por aquella oscura vereda. En lo que caminaban estos hablaban sobre como los había tratado la vida desde lo ocurrido aquel último verano, al salir del oscuro y húmedo bosque quedaron frente a una gran carpa de circo, Gideon se adelantó para así levantar un extremo de esta.
Pacifica: (poco a poco se acerca) Vives aquí?.
Gideon: Eh?... (reacciona) Ahhh!!!, si, bueno, más bien mi hogar se encuentra debajo de esta carpa. Sabes, aun queda gente que no confía en mi.
Después de ingresar ella quedo perpleja al ver una cabaña rustica totalmente maltratada, sin decir nada ella solo permaneció en silencio hasta ingresar. Estando allí en la sala el Albino le ofreció algo de tomar a lo que ella con gusto acepto, de inmediato Gideon Alegría fue a la cocina tomando del refrigerador una botella con jugo vertiéndolo en dos vasos de vidrio. Rato después ambos se encontraban en sillones separados con la vista hacia la chimenea sin darle aun un sorbo al cítrico, enseguida la Noroeste decide romper el hielo.
Pacifica: Vamos Gideon basta de rodeos, de que quieres hablar. (deja el vaso en la mesita)
Gideon: Como puedes ver no vivo como lo hacia antes, desde que mis padres decidieron ir a echar suerte en las vegas yo e intentado sobrevivir en este pueblo, lo bueno de todo esto es que tengo un trabajo en el centro comercial.
Pacifica: Espera un momento, no estoy entendiendo nada. Acabas de decirme que has intentado sobrevivir y a parte de eso tienes un trabajo en el centro comercial.
Gideon: (se pone de pie y camina hacia la chimenea) Sabes porque tengo mi hogar bajo esta enorme carpa?, cada vez que regresaba de trabajar me encontraba con los gnomos pues los cuales le arrojaban piedras y cosas filosas, es por eso que le coloque dicha carpa.
Pacifica: (cabizbaja) O lo siento, en verdad yo no sabia.
Gideon: Descuida, todo está bien no hay problema (este sonríe y la ve) Pero háblame de ti, ¿Qué fue lo que te trajo de vuelta al pueblo?.
Al escuchar aquella directa pregunta por parte del Albino nuestra protagonista comenzó a ponerse algo nerviosa a pesar de un ligero sonrojo muy notable en sus mejillas, este no pudo evitarlo y varias risas comenzó a expresar. La rubia se acercó a este dejándole ir un gran zape en su cabeza, en el suelo y con una ligera lagrima brotándole por su ojo izquierdo Gideon le ofreció una disculpa por tal comentario, ella solo se cruzó de brazos y colocándose de perfil decidió ignorarlo.
Gideon: Entonces es verdad, (se pone de pie y va al sofa) Estas enamorada del chico Pines y es por eso que regresaste a este ridículo pueblo.
Pacifica: Eso no es de tu incumbencia, además, si estoy o no enamorada de Dipper eso a ti no te debe de importar. Si esa fue la razón por la cual me trajiste a tu casa pues creo que ya estarás contento, así que, con tu permiso, a diferencia tuya yo si estoy dispuesta a cambiar.
Esta tomo su bolso y salió de la casa sin mirar atrás, al estar fuera de dicha fortaleza no se percató que el bosque estaba cubierto por una densa niebla, fue hasta que esta se tropezó con una pequeña roca la cual la saco de sus pensamientos.
Pacifica: Auch!! (al tomar su celular reacciona) Que es esto?, dónde estoy?. Es la neblina mas espesa que haya visto, tendré que estar aquí y esperar a que se disipe.
La única heredera de la familia Noroeste se encontraba recargada frente a un enorme roble el cual había sido lo único que había sentido tras su espalda, aun su celular marcaba un buen porcentaje de batería, todo marchaba a la perfección, pero, lo que ella había olvidado fue que en ese bosque cientos de creaturas la observaban desde lejos. En verdad lo había olvidado, antes de totalmente relajarse esta abrió sus ojos como platos tras escuchar el gruñido de una bestia, trago saliva y poco a poco fue poniéndose de pie para así ocultarse tras dicho roble. Aquel gruñido se podía escuchar cada vez más cerca, las piernas de la rubia comenzaron a temblar, no sabía que hacer, si decidía correr seria su fin, allí se encontraba, sin ningún plan en mente. Por su mente pasaban muchas cosas, por ejemplo el día en que cumplió cinco años, de tantas escenas ese recuerdo era el único que mas odiaba pues fue el día en que sus padres se habían puesto de acuerdo para comprometerla en matrimonio con uno de los hijos de sus tantos amigos empresarios, solo sacudió su cabeza para regresar a la actualidad y así dar la media vuelta y comenzar a caminar entre la densa neblina.
En ese momento una sombra la acechaba desde lejos, esta se movía en todas direcciones para así confundir a la rubia, Pacifica quedo en shock al ver unos enormes ojos rojos, estos parecían dos carbones encendidos al rojo vivo, se podía sentir un ambiente desolado como si solo ellos estuvieran en el lugar.
Pacifica. Vamos, corre, corre. (pensó)
Por mas que lo gritaba en su mente esta no se movía en lo absoluto, el miedo se había apoderado de todo su cuerpo, estaba totalmente resignada pues había aceptado su destino. En ese momento aquella enorme figura dio inicio su ataque comenzando a correr hacia la Noroeste, de inmediato esta cerro fuertemente sus ojos olvidándose de todo-.
Pacifica: (abre sus ojos poco a poco) Estoy muerta?.
Un chico se encontraba en medio de el monstruo y la rubia, este portaba un talismán en su mano derecha y un libro en la izquierda, allí estaba la enorme bestia inmóvil como si de una fuerte hipnosis se tratara. De pronto, esta comenzó a retroceder de miedo como un simple cachorro, la rubia no tuvo más que desmayarse. Rato después comenzó abrir sus ojos y se percató de que no se encontraba en su habitación, esta se recargo en la cabecera de aquella cama y se dio cuenta que se encontraba en la habitación de un hospital.
Pacifica: Que hago aquí?.
???: Vaya, si que me diste un buen susto.
Pacifica: Eh...
Justo debajo de la puerta se encontraba un chico de tez bronceada y cabello castaño, sus ojos eran al igual que su cabello de un café oscuro, el castaño llevaba puesto mezclilla negro y unas botas de gamuza, su camisa era idéntica a la de Wendy, pero esta solo tenia los colores invertidos. Se acerco justo a la orilla de la cama para así poder estar mas cerca de la rubia, de inmediato ella se sonrojo y su ritmo cardiaco se comenzaba acelerar.
???: Te encuentras bien?. (sonrie)
Pacifica: Gra... gracias (veía hacia la ventana)
???: Mande?.
Pacifica: Gracias por haberme salvado, (lo ve). Vaya forma de un encuentro jejeje, Dipper.
Dipper: Si jeje, (rasca su nuca)
Pacifica: Pero dime, ¿Cómo supiste que estaba alli?.
Dipper: Eso es fácil, Gideon me llamo.
Pacifica: QUE?!!!, Pero, como? (molesta) Ese tonto albino es un imbécil, nada de esto hubiera pasado si no me lo hubiera topado.
Dipper: Ehh Ok?...
Pacifica: (Reacciona) ehh es solo un decir, no creas que no quería verte y eso, es solo que ese tonto me llevo a su cabaña y... (nerviosa) Ahhh soy una tonta.
Dipper: Jejeje, no te preocupes, se lo que quieres decir, (rasca su nuca)
Pacifica: Si jeje, (suspira) pero bueno, dime una cosa, ¿Cuánto tiempo llevas en el pueblo?.
Dipper: Recién llegamos ayer, de hecho mi hermana no sabe que estoy aquí, (saca su celular y manda un texto) listo, ya lo sabe. Ahora bien, ¿Qué hacías en el bosque a estas horas?.
El semblante de la rubia cambio provocando que el castaño la tomara de los hombros, este le sonrió haciendo que ella se volviera a sonrojar.
Pacifica: Pues, fue por una tontería.
Continuara.
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