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Capitulo 4.- Tú lo eres todo

Habían pasado algunos días, y Takuya Kanbara e Izumi Orimoto frecuentaban sus visitas a sus respectivas casas para salir a caminar al parque, ir al cine, ir a cenar o a comer un helado; aunque no pasaría mucho tiempo hasta que tuvieron que volver a separarse.

- ¡Volveré pronto! - dijo Zoe antes de subir al avión, dándole un beso en la mejilla a Takuya. El padre de Zoe había tenido que salir de nuevo por asuntos de negocios, así que la chica había tenido que irse. 

A Takuya ya se le había hecho costumbre eso, así que era en esas oportunidades cuando escapaba a la tienda de videojuegos donde, casi siempre, encontraba a Misumi Tozawa. Ella siempreatendía personalmente a Takuya, que a menudo se quedaba en la tienda hasta que cerraba, jugando con Misumi los nuevos juegos que llegaban. Misumi hacía que no extrañara tanto a Zoe, pero no era nada parecido a estar con ella, porque Takuya solo recordaba que ella existía cuando Zoe salía de viaje. 

Takuya se dirigía hacia allá cuando vio a Misumi en la heladería.

-¡Hey, Mito! - saludó Takuya haciendo que Misumi soltara su helado por haber escuchado su voz - Ups, lo siento. -

- Ahhh no te preocupes. - dijo la chica de cabellos morados, sonrojándose levemente - ¿Qué haces aquí? no te había visto salvo en la tienda. -

- Para allá iba. Yo tampoco te había visto fuera de ahí. -

- Es que hoy la tienda cerró. - explicó Mito - Mi padre salió a una conferencia de contaduría y yo tenía clases - miró su reloj de pulsera - De hecho ya debo irme. Es tarde. -

- ¡Si! - dijo Takuya mirando también su reloj. Eran las 7:30. Había tardado más tiempo en el aeropuerto del que había pensado - ¿Quieres que te acompañe a tu casa? -

- Ehhhh... - dijo Misumi mirando hacia el otro lado. Takuya vio a dos chicos sentados en una mesa mirando hacia donde ellos estaban - No es necesario, me esperan. -

- Está bien. ¿Por qué no paso a verte mañana a la tienda? -

- Mañana tampoco estará abierta. Papá vuelve el domingo. - responde Mito.

- Entonces ¿si te invito un helado? Es mi culpa que hayas tirado el tuyo. -

-No es necesario. - dijo Misumi poniéndose roja.

- Vamos. No tengo nada que hacer, mis amigos saldrán el fin de semana y me aburriré. -

Misumi lo miró indecisa, esperó un poco, luego respiró hondo y contesta - Está bien, pero tengo una condición. - 

- ¿Cuál? - preguntó Takuya. 

- Que no solo comamos helado. - contestó con una sonrisa tímida - ¿Qué te parece si vamos a la feria? -

- ¡Hecho! - dijo Takuya sonriendo - Te veo aquí a las 10 ¿está bien? -

- Sip - dijo la chica acercándose a la salida - ¡Nos vemos mañana! - 

Los chicos sentados en la mesa se levantaron y fueron tras ella, lanzándole a Takuya una mirada asesina que hizo que Takuya se estremeciera.

Al día siguiente Takuya salió más temprano que de costumbre y se dirigió a la heladería. Misumi ya le estaba esperando.

- ¡Hola! - dijo ella.

- Hola ¿estás lista para irnos? -

Mito asintió, tomó a Takuya de la mano y no lo soltó hasta que llegaron a la feria. 

Cuando llegaron la feria acababa de abrir y estaba casi vacía. Mito quiso probar en los dardos y Takuya se sorprendió de la habilidad con la que lanzaba los dardos.

- Mis hermanos me enseñaron - dijo ella mientras escogía un premio - Era unirme a ellos o morir. -

Ambos rieron y siguieron jugando. Se subieron dos veces a todas las atracciones y se fueron de ahí cuando oscureció. Takuya acompaño a Misumi a su casa. 

- ¡Qué bien! - exclamó Misumi - Papá regreso antes - volteó a ver a Takuya - Mañana ya podrás ir a ver los juegos nuevos. -

- Claro allá estaré. -

Al día siguiente, Takuya se encontraba cansado, así que se levantó de la cama hasta el mediodía. Camino hacia la tienda de videojuegos.

- ¡TAKUYA! - gritó Misumi saltando a abrazarlo. 

- ¡Ehhh... hola, Mito! - dijo Takuya soltándose del abrazo - ¿Lista para ser derrotada? -

- ¡Tu serás el que perderá! - dijo Misumi tocando con la punta de su dedo la nariz de Takuya. Tomó la mano de Takuya y entraron corriendo a la trastienda. 

Pasaron todo el día tratando de terminar el juego hasta que llegó el momento de cerrar. 

- ¡Mañana vendré temprano! -

- ¡No vengas! - dijo ella con una expresión triste - Tengo que estudiar y no puedo salir. Tengo exámenes la próxima semana, si no salgo bien mi papá se enojará. -

- ¿Qué te parece si te ayudo a estudiar? - Takuya acababa de salir de la escuela, además de que no tenía nada que hacer hasta que Zoe volviera.

- ¿EN SERIO? - Mito parecía muy sorprendida - Quiero decir, ¿no te molestaría? -

- No claro que no. Te veo en tu casa a las 10. Después podemos ir a comer helado. -

- Está bien. - dijo Misumi sonriendo.

Mito por fin podría estar sola con su amado Takuya. Ella planeaba decirle a Takuya lo mucho que le gustaba.

De regreso a su casa, Takuya solo tenía una palabra en su mente... "Vuelve". No tenía interés en ir con Misumi, pero si Zoe no volvía pronto, necesitaba alguien con quien hablar. 

"Ya es tarde", pensó mirando el paquete que daba vueltas en la banda transportadora. Ella trataba de atraparlo pero no conseguía hacerlo. Finalmente alguien se apiadó de ella y atrapó el paquete. 

- ¡Gracias! - dijo mientras se echaba a correr, dejando que su cabello rubio ondeara tras de ella. 

- Uff no le entiendo. - se quejó Misumi.

Takuya llevaba 10 minutos intentando explicarle cómo resolver las ecuaciones, pero parecía que solo lograba confundirla más. 

- Es fácil, solo debes de mover todos los números de este lado, cambiándole los signos y las letras del otro. - 

- ¿Y NO ERA MÁS FACIL QUE ME DIJERAS ESO DESDE EL PRINCIPIO? - gritó frustrada Misumi.

- Jeje, si, creo que si. -

- ¡Ya no puedo! - dijo ella botando su lápiz - ¿Podemos ir a comer helado ya? -

- Está bien, vamos. -

Ambos salieron de la casa y se dirigieron a la heladería. Misumi pidió un helado de fresa y Takuya uno de chocolate. 

- ¿Oye, que es esa cajita que está en un bolsillo? - dijo ella señalando un paquetito verde con un gran moño dorado encima.

- ¡Un regalo de cumpleaños! - respondió él sin darle mucha importancia.

- ¿Es tú cumpleaños? -

- Si. -

- ¡FELICIDADES! - gritó Misumi abrazándolo - No debiste haberme ayudado hoy. De seguro querías ir a festejar. Te prepararé un pastel, ¿qué te parece? -

- Ah no te preocupes - dijo él mientras Misumi lo besaba en la mejilla.

- ¡Eres muy lindo, Takuya! - susurró ella - No tenías por qué haberme ayudado y lo hiciste. Es por eso que me gustas tanto. - 

Takuya se sorprendió. 

- Mito, yo quiero decirte que... -

-¿Takuya?- se escuchó una voz que Takuya reconoció de inmediato. Hizo que Misumi lo soltara y volteó para ver a Zoe que cargaba un paquete envuelto para regalo.

- ¡Volviste! - dijo él sonriendo, pero Zoe no lo miraba, miraba a la chica de cabello morado oscuro que había abrazado a su Takuya. - Ahh, perdón si no la has visto antes; ella es Misumi Tozawa, es la hija del dueño de la tienda de videojuegos. Pero puedes llamarla Mito. -

- ¿Quién es ella? - preguntó Misumi sin ocultar sus celos. 

Zoe miraba a Misumi tan fríamente cuando contestó que Takuya se estremeció. 

-Mi nombre es Izumi Orimoto. Soy su novia. - volteó a ver a Takuya y le entregó el paquete - Es para ti, pensé que te gustaría. Ya me voy. -

- ¡Zoe, espera! - dijo Takuya corriendo tras de ella - ¡No es lo que crees! ¡Mito no está enamorada de mi, lo juro! -

- ¿A no? - dijo ella cruzándose de brazos - Entonces, ¿qué fue? -

- Sólo me estaba felicitando por mi cumpleaños. -

- ¿Y me imaginé todo o ella te dijo que le gustas? - dijo Zoe bastante molesta. 

- ¿Está celosa? - cuestionó él.

- ¿Sabes qué?, olvídalo, me voy. - ella comenzó a caminar de nuevo pero la mano de Takuya se lo impidió - ¡Suéltame! -

- Zoe, después de lo mucho que te extrañé, no te dejaré ir tan fácil. - 

Zoe se sonrojó. 

Takuya se fue acercando lentamente hasta tocar sus labios suavemente.

- No entiendes aun lo mucho que te quiero, pero estoy seguro de que algún día te darás cuenta. - Takuya prosigue - Ella no es nada más que una amiga y jamás podrá competir contra ti. -

- Te perdonaré con una condición - dijo Izumi mientras Takuya la miró esperando - ¡Mañana tu pagarás el cine! -

Takuya se rió y abrazó a Zoe. 

Del otro lado de la calle, Misumi los miraba con los ojos llenos de lágrimas. 

- ¡No me voy a rendir sin pelear! - dijo Mito enjuagándose las pocas lágrimas que habían caído por sus mejillas.

Pero después de la forma en que Takuya la había abandonado tan fácilmente, no le parecía que fuese a ganar. 

"Takuya va a ser mío, no me importa como", pensó ella antes de regresar a su casa.

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