1. "Solamente amigas"
LUCÍA LÓPEZ
Año 2019.
"¿Quedamos a las 8?
"Vale"
Tan pronto como envío el mensaje, me contesta al instante Matthew con un emoji de guiño. Ya no le contesto. Miró la hora, bueno, falta una hora para nuestra salida. Puede que sea divertida. Como puede que no. Ya hemos salido varias veces, pero hay algo que falta...
Algo...
Dejo de pensar en eso para sacar mi ropa. Abro mi closet y miro mi ropa dudando varios instantes que ponerme.
¡Pero si no tengo nada!
¡Jodeeeeeer! ¡Ya tengo que comprarme ropa!
Mirando toda mi ropa, pienso que quizás podría ponerme mi blusa negra estampada de Los Beatles, con mi chaqueta negra de siempre, una falda negra y mis botas negras con tacón.
Así que con eso en mente, sacó mi ropa del closet y la dejo en mi cama, rápidamente me voy al baño y me despojó de mis prendas. Abro el grifo del agua caliente y meto la mano derecha para comprobar si ya está caliente el agua. Cuando me doy cuenta que ya está caliente, me meto en el agua y cojó el shampoo. Me lo viertó en mi cabello y comienzo a lavarlo, mientras comienzo a cantar. Que si bien canto fatal, igual lo disfruto. "Me asomó a la ventana y es la chica de ayer, jugando con las flores, uuuuu" unos treinta minutos o cuarenta, es aproximadamente cuando decido salir de la ducha, porque sé que si no salgo ya, nunca saldré. Me colocó un toallón blanco y salgo del baño evaporado y caluroso. Camino hacia mi cama y me comienzo a vestir para la salida. Tras haberme cambiado me miro en el espejo por varias segundos, me mola. Mi cabello pelirrojo rizado está más despeinado y mojado que nada. Ese tío me pilló después de una siesta de diez horas, se me podría haber confundido fácilmente con un oso hibernando.
Pillo la secadora azul y la conecto a un enchufe que tengo en mi tocador y procedo a secarme el cabello. Pasan diez minutos en los que apenas llevo una parte seca, pero que he sentido yo una eternidad. Busco con la mirada mi celular y lo encuentro en mi cama. Dejo de secarme el cabello por unos instantes para ver la hora. 7:45 PM.
Faltan veinte minutos. O no sé. Nunca fui buena para matemáticas.
Regresó a secarme el cabello y cuando ya terminó de secarme el cabello por completo, es cuando decido apagar la secadora y peinarmelo. Un momento después, cojó mi celular que está quebrado de la pantalla, y me apresuró en bajar las escaleras de dos en dos. ¡Ya casi es la hora!
Tras bajar las escaleras, tomó las llaves y abro la puerta. Y antes de que me vaya, mi mamá me habla a mis espaldas.
-¿A dónde vas, Lucía? -me pregunta y yo me volteó.
-Con un amigo -le respondo.
-No recuerdo haberte dado permiso -dice.
-¡Pero venga, mamá! -replicó. -¡Volveré rápido! ¡Solo serán dos horas!
-¡Pero nada Lucía López! -repone. Es una aguafiestas-. ¡Te quedas! ¡Vas fatal en la escuela! ¡Ya me lo dijo el director y tus profesores! ¡No puede ser posible que yo y tu padre nos partamos el lomo para que estudies! ¿Y que así nos los pagues? Hoy no sales. Ni mañana. Ni nunca.
-¡Pero...! ¡Ahgggg! -digo enojada. -¿Qué tiene de malo que salga y me divierta? ¡Ya me arreglé mamá! ¡Que el director y los profesores les den! ¡Son unos chismosos! ¡Sobre todo la profesora Tronchatoro!
-¡No seas grosera Lucía! -me reprende-. ¡Son tus profesores y les debes respeto! ¡Yo no te eduqué así! ¡Hoy no sales! ¡Ve a tu cuarto!
-PUFFFFFFFFF SOLO QUIERO DIVERTIRME. ¿QUÉ TIENE DE MALO?
-¡Puedes divertirte cuando te lo hayas merecido! -responde. Yo me cruzo de brazos y miró hacia otro lugar enojada-. ¡Y hasta que no subas de calificaciones y te vea estudiando no saldrás de aquí!
-¡No me puedes hacer eso! ¡Estás exagerando! -grité. -¡Solo son calificaciones! ¡No tienen importancia! ¡Y no me quedaré aquí aunque me obligues!
-¡Lucía, ven para acá! ¡LUCÍA!
Corró apresurada azotando la puerta mientras pienso en lo que pasó hace un momento. ¡¿Por qué me hace esto?! ¡¿Por qué?! ¡Le dije que volvería en dos horas! ¡Hoy es sábado! ¡¿Por qué se comporta así?! AHG ODIO A MI FAMILIA. Estalló mientras doy zancadas mirando hacia el frente. Mi mamá me arruinó la tarde. Ahora ya no tengo ganas de salir con Matthew ni de hacer nada. Pero igual no quiero regresar a mi casa. Así que llamaré a Camila.
-Hola -contesta Camila.
-¿Estás libre? -le pregunté.
-¿Qué pasó?
Desvíe la mirada hacia la derecha pensando en mis palabras y a la vez en lo que sucedió. Notó un sentimiento agrio en mí misma al pensar en contarle todo lo que pasó a Camila. No le encuentro alguna explicación a eso. Solo debe ser algo pasajero... Si... Eso debe ser.
-Mi mamá que es una pesada -respondí tras varios segundos. Antes de que Camila me dijera algo más, añadí: -¿Puedo ir a tu casa?
-Si, claro, pero decime, ¿ocurrió algo?
-Te lo cuento allá -le dije.
***
Frente a la puerta blanca de la casa de Camila, toqué la puerta varias veces. Y mientras esperaba, me fijé en unos baldes de pintura azul cerca de su jardín. La casa fue recientemente pintada. El color azul fresco y el olor también de pintura me lo demuestran. Unos segundos después, Camila abrió la puerta y me invitó a pasar. Yo entré a su casa que es bastante amplia y mientras caminaba, miré un recuadro artístico en el comedor. No le encuentro forma.
-¿Pintaron la casa? -pregunte mientras subíamos las escaleras.
-Sip, mi viejo la pinto hoy en la mañana -contestó.
-¿Y están tus padres? ¿O salieron?
-Nah, están aquí -respondió. Subimos las escaleras y Camila abrió la puerta de su cuarto-. Perdona el desorden.
-Mi cuarto suele estar peor -le dije con una carcajada.
-Si te lo creo -dijo con otra carcajada.
Mire la compu prendida de Camila y unos segundos después observé su cuarto. Veo que Camila ha comprado unos pósters de unos tíos famosos. O eso es lo primero que se me viene a la mente cuando los veo. Su cuarto es como ver a Camila. Hay escritos en su pared, es muy probable que ella los haya hecho. Qué guay: »Sometimes the heart sees what is invisible to the eye«.
-¿Qué significa eso de ahí? -le preguntó mientras señaló la frase.
-¿Cuál? -dice volteandose a ver dónde señalé-. Ahhh ya. Significa que a veces el corazón ve lo que es invisible frente a tus ojos.
-No le entiendo -digo sincera.
-A veces pasa que algunas cosas son invisibles para vos y así -me explica. Ya veo. Tiene sentido. -Y bueno... ¿Qué pasó con tu vieja?
-Uffffffffff -dije acostandome con completa libertad en su cómoda cama-. Quería salir con un tipo, Matthew, ya les he hablado de él a ti y a Melanie, y pues eso, he salido con él varias veces -le comenté. Camila me miraba atenta. -Pero la loca de mi madre no me dió permiso. ¡Porque los profesores le fueron con el chisme de que yo no hago tareas! ¡¿Puedes creertelo?! ¡Solo por no cumplir unas cuantas tareas!
-¿Pero cuánto llevas saliendo con ese? -preguntó. La miré desde abajo mientras recordaba nuestras salidas.
-Cinco o seis o más.
-¿Y te gusta?
-Para nada -le dije-. Es guapo y todo, pero hasta ahí.
-¿Y a dónde iban a ir hoy? -cuestionó.
-A un parque donde se practica Skateboard y Graffiti libre -respondí. He ido varias veces ahí con él. Más que para practicar Skate vamos para fumar en paz. No abundan los adultos en ese lugar. Solamente adolescentes-. Pero ya no me apetece ir, siendote sincera. Mi madre me quito las ganas de divertirme. ¡Es que no la entiendo! ¡Y ni ella me comprende! ¡Solo quería salir un rato y ya! ¡Todo el día estoy en el bachillerato! ¡Y ya no puedo más! ¿Está mal querer divertirte y salir? ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Pero es que tienes que hacer lis tiris y quidirti i istidir! PUFFFFFF.
-Pero es que tu mamá tiene razón, Lucía -dijo Camila y la miré ofendida. Como si me hubiera insultado o algo peor. -Tenés que enfocarte más en el estudio, vas mal en varias materias, Melanie y yo ya te hemos dicho que....
-Pensé que me comprenderías, Camila -dije cortando sus palabras sin poder creer que Camila, la persona en la que más confiaba, la persona que era mi mejor amiga, no me apoyará. No puedo creerlo-. ¿Estás de lado de mi mamá? Ella quiere lo mejor para mí, lo sé, pero yo también quiero salir y divertirme. No puede tenerme como prisionera todo el tiempo.
-No es por eso -me dice Camila mirándome. Yo desvío la mirada, fijandome en su habitación y en lo que ya he visto miles de veces-. Es que tu mamá tiene razón. Che, está perfecto que salgas con tus amigos, pero ya tenés que cortar con eso, sales todo el tiempo y descuidas tus clases y ya no sales conmigo y Melanie.
Guardé silencio por un breve instante.
-Pero Camila ya sabes que siempre pienso en vosotras -repliqué. -No es como si las estuviera dejando para siempre, solo son salidas y ya.
-¿Estás segura de que solamente son salidas...?
En el momento en el que Camila me hizo esa pregunta, fui incapaz de responderle por unos breves segundos.
Siempre he salido con Melanie y Camila a cualquier lugar. Toda la vida hemos sido nosotras tres y solo las tres. Pero desde que salgo con tíos, he descuidado no solo el bachillerato, sino también a mis amigas... Ahora me estoy dando cuenta de eso. Ningún tipo es más importante para mí que mis amigas. Ni jamás lo serán. Después de todo solamente son salidas
-Sí, claro -respondí-. Camila, te juro que ningún tipo es más importante para mí que vosotras.
-¿Y por qué sales entonces?
-Porque me gusta salir y divertirme -dije sincera-. Me gusta la adrenalina y la diversión. Muchos tíos son como yo. Pero no significa nada para mí.
-¿Pero cómo puedo estar tranquila sabiendo que vos... sales más con otros pibes antes que con nosotras...? Decís que no son importantes pero entonces, ¿por qué sales Lucía? ¿En realidad no te gusta salir con nosotras?
-No, por supuesto que no, Camila -me levanté-. Jamás pensaría así de vosotras. Me la paso genial con vosotras. Solamente salgo con tíos, porque estoy... Porque estoy conociendo más personas. Pero solo eso. Nunca las cambiaría. Nunca.
-Está bien...
Le doy un abrazo a Camila mientras miró al suelo pensando en lo que no puedo decirle a Camila. ¿Como podría decirle que salgo con chicos porque estoy confundida sobre mi orientación sexual? ¿Y que estoy desesperada por definirme como heterosexual?
Ni mucho menos podría decirle que la razón de mi confusión, de este desastre emocional que tengo, es más y menos por ella. Mi mejor amiga.
-Eh, boba -le dije amistosamente separandome de su cuerpo. -¿Qué tal si vemos esas aburridas series que tanto ves con Melanie?
-Ya calla pelotuda -me reí. Camila cogió su compu negra y la colocó en sus piernas-. La aburrida sos vos por no querer ver Riverdale con nosotras.
-Que si, que si -hablé. Ella se puso cerca mío y se metió a Netflix.
Cuando terminó de cargar Netflix, Camila busco Riverdale y puso el primer capítulo. Ya me habían hablado Camila y Melanie de esta serie. Que tenía que vermela. Que es increíble. Que es lo más guay del mundo y si lo creo. Pero no soy fan de las series. Aún así le daré una oportunidad.
-¿Querés verla subtitulada o en español? -me pregunto. La miré y sentí una extraña sensación.
-Subtitulada -le dije.
-Okey.
Cuando Camila volteó de repente y me preguntó si quería verla con subtítulos o en español y ví de cerca su rostro, casi que contra el mío, sentí enrojercerme. Sentí que corría deprisa mi corazón.
Pero solamente somos amigas.
Solamente amigas.
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NOTAS
HOLA!
Quería iniciar un nuevo proyecto sobre la historia de Camila y Lucía y henos aquí.
Nuevamente tengo que decirles que no sé escribir mucho el acento argentino y español. Pero estoy intentando aprenderlo y hacer mi mejor intento. Por lo que si llegas a encontrar un error o algo que no concuerda, házmelo saber para corregirlo y seguir aprendiendo sobre estos grandes y geniales acentos! ^^
Los lovea, Valeria ❤️❤️❤️❤️❤️
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