Capítulo 2: Mudanza
— ¿Enserio?—el señor Jeon cenaba junto a su hijo y su esposa. La mujer siempre había tratado se buena manera al chico a pesar de no ser su madre biológica, desde lo sucedido, JungKook vivía con su padre, JaeYoon vivía en sí con JiHyo pero solía pasar tiempo con su padre también.
—WooMi y yo veremos departamentos económicos, hablaré con mi jefe para pedir un aumento—el chico dio un mordisco a su tostada con mermelada.
— ¿Crees que te ponga excusas?—preguntó su madrastra.
—No lo creo, he sido un buen trabajador para su empresa.
—Será bueno para ustedes convivir juntos, podrán hacerse la imagen de cómo sería su vida como una familia.
JungKook sonrió ladinamente negando con la cabeza.
—WooMi no quiere casarse, papá.
—Tal vez podría tener algo de miedo debido a su última relación—la mujer se hizo escuchar—No es algo que se pueda tratar con psicólogos, por un lado le doy la razón cuando dice que no necesita casarse para demostrar que te ama.
—El matrimonio es importante pero también es importante que ambos se sientan cómodos—intervino su padre—No te presiones, esto de vivir juntos me parece una buena idea.
●|●|●
— ¿Te sientes cómoda con esa decisión?—la señora Jung veía a su hija desde el sillón.
—Sí, me gustaría intentarlo—asintió.
—Bueno...—Momo respiró profundo—Tu habitación será mía, por fin tendré un cuarto propio, tu madre ronca mucho.
— ¿Disculpa?
—Ahjumma, últimamente está roncando más por las noches.
WooMi ocultó su sonrisa viendo hacia el televisor, SongHa estaba sentada a sus pies mirando la película animada que pasaban, para ella era sencillo distraerse, sus terapias no se detenían para nada permitiéndole desarrollarse mejor.
— ¿JaeYoon también está de acuerdo?
—Un poco.
— ¿Y tú, SongHa?
— ¿Mmm?
—Mira a tu abuela, está hablándote, cielo—susurró en su oreja. La niña volteó a verla esperando que le dijera algo.
— ¿Quieres vivir con JungKook y JaeYoon?
—Sí, porque JaeYoon oppa será mi hermano oficial.
—Nuestra SongHa sigue siendo la menor en la familia—Momo pellizcó su mejilla haciéndola sonrojar.
—Si ambos quieren hacerlo y no hay nadie que lo impida, háganlo—animó su madre.
●|●|●
Min YoonGi estaba en la cafetería de la empresa almorzando junto a JungKook, cuando escuchó la historia completa del caso de hace dos años no pudo evitar sentir temor de haber podido perder al chico, quería a JungKook como su hermano menor. Le tenía cariño, todavía muchos no creían que Jeon JungKook estuviera allí comiendo como si nada, como si nunca estuvo cerca de la muerte.
— ¿Hablarás con el jefe luego del almuerzo?
—Así es, estoy nervioso—el chico tragó con dificultad—Hyung, ¿Crees que me acepte el aumento?
—Puede que sí, puede que no, hoy ha estado de buen humor así que no dudo que lo acepte.
—Pediré una semana libre para ayudar en la mudanza.
—Primero debes buscar opciones del departamento, ¿WooMi y tú han comentado sus intereses?
—Ella quiere algo simple con dos habitaciones para que tanto los niños como nosotros tengamos nuestro espacio—explicó—Me gustaría un pequeño balcón en la sala, grandes ventanas que den a la ciudad, suelo de manera, cocina empotrada...
—Eso no suena simple—YoonGi sonrió un poco— ¿Por qué no buscan opciones en el periódico o en un internet? Incluso un agente de bienes raíces podría ayudar.
—Lo tendré en cuenta.
— ¿A JaeYoon le parece buena idea?
JungKook recordó la reacción de su hijo, sabía que no estaba convencido del todo, pero también el pelinegro entendía que su relación con WooMi debía avanzar aunque fuera un poco.
—Dijo que está bien—YoonGi esperaba algo más que eso.
— Eso no suena bien.
—No te mentiré, no parece contento con la noticia de mi relación con WooMi—suspiró. Su camisa de botones blanca iba con las mangas hasta abajo ya que no podía mostrar sus tatuajes en la empresa, en donde antes estuvo su piercing ahora estaba una pequeña y apenas visible cicatriz—Tendrá que asimilarlo.
—No lo presiones, esto es un gran cambio también para él, se comprensivo, ¿De acuerdo?
—A veces hablas como si tuvieras hijos—bromeó.
—A mi edad creo que no los necesito.
—Ya, tampoco estás tan viejo, ¿Cuántos tienes? ¿33?
—Sabes que los niños y yo no somos los mejores amigos, por eso nunca me he imaginado teniendo hijos.
—Ahora que lo pienso, nunca has hablado sobre tus relaciones—JungKook ladeó la cabeza— ¿Te has enamorado alguna vez? ¿Te han roto el corazón?
—Una vez me enamoré pero era sólo un tonto adolescente hormonal, no sé si te has dado cuenta pero no soy el tipo de chico ideal.
JungKook supo porque lo decía, se enfocaba mucho en su trabajo, no era de conversar a excepción de él con quien hablaba más, no tenía muchos amigos en la empresa, tampoco salía en las reuniones de la empresa. Min YoonGi se encerraba en su mundo solitario.
—Te invitaré cuando me mude, ¿De acuerdo?
—La última vez que vi a tu novia fue cuando me la presentaste, de hecho, creo que fue...hace un año.
—Lo fue—asintió—WooMi pensó que estabas molesta con ella, estabas muy serio, hyung.
—Soy así con los desconocidos, no tengo nada en su contra—YoonGi terminó su almuerzo limpiando su boca con la servilleta. Ambos se levantaron al terminar dejando la bandeja en su lugar y desechando las sobras, caminando por el pasillo detrás de YoonGi su teléfono vibró en el bolsillo del pantalón, al revisar tenía un mensaje.
WooMi:
¿Estás almorzando?
Los mensajes ya se había hecho común entre ellos y se sentía bien.
JungKook:
Acabo de terminar de comer, estaba conversando con YoonGi hyung.
WooMi:
¿Cree que estamos locos por querer vivir juntos?
JungKook:
En realidad, me dio buenos consejos. Lo invité a nuestro departamento una vez lo compremos.
YoonGi junto a él esperaron que el ascensor abriera sus puertas. A JungKook le extrañó que WooMi tardara en responder, cuando subieron a la oficina YoonGi fue a su escritorio y JungKook al suyo, decidió llamar a la chica en una videollamada. Por otro lado, WooMi se encontraba sentada detrás del mostrador comiendo su almuerzo, no dejaba de pensar en la oferta de vivir juntos.
La videollamada de JungKook llegó a su pantalla, la chica miró alrededor encontrando a Momo atendiendo a dos chicas, sólo ellas dos atendían aquella librería que no daba mucho trabajo, era muy tranquilo el ambiente. Aclaró su garganta decidiendo aceptar la llamada al tragar la comida.
Tontamente ambos sonrieron al ver al otro. A JungKook le parecía tierna desde que su cabello era corto, al principio fue raro no ver su cabello caer por su espalda, la intimidad entre ellos era algo que había dejado de ser constante. Por un año tanto JungKook como WooMi estuvieron con un psicólogo, todos los que los rodeaban debieron recibir ayuda también.
— ¿Por qué me dejas en visto?
WooMi se echó a reír por lo bajo negando con la cabeza.
— ¿Me llamas porque te dejé en visto?
—Sí.
—Que honesto.
—Sabes que lo soy.
—Tanto así que mi madre te castigó hace dos años haciéndote trabajar de más en su restaurante.
JungKook lo recordó, todavía se avergonzaba.
— ¿Qué estás comiendo?
—Mi madre me sirvió algo de arroz, panceta de cerdo...
— ¿Es broma?—acercó su rostro a la cámara—Repite eso.
— ¿Qué cosa?
— ¿Dijiste panceta de cerdo?
—Sí.
— ¿Ahjumma no te dijo que me guardaras un poco?
WooMi aguantó una risita, a JungKook le encantaba comer y más que nada la panceta de cerdo.
—No—con diversión tomó un pedazo de dicha panceta con sus palillos llevándolo a su boca. La expresión de JungKook le hizo reír, cubrió su boca apartándose de la cámara.
—Eres mala con tu novio.
La castaña masticó sintiéndose extraña todavía al escuchar esa palabra. Al tragar no dudó en hacérselo saber.
—Se siente raro escucharte decirlo.
—Lo sé, ¿Cierto? Incluso con pensarlo se siente raro—por unos minutos hubo silencio entre ambos—WooMi, ¿Realmente estás de acuerdo con la idea de vivir juntos?
—Lo estoy, ¿Por qué lo dudas?
—No respondiste mi mensaje.
—No respondí porque estaba almorzando—apoyó el teléfono en un lugar que estuviera estable. JungKook pudo apreciar mejor su ambiente, también la vio tomar algo de arroz con sus palillos— ¿Te parece si buscamos ayuda profesional con eso?
—Estaría bien—asintió viéndola tener las mejillas llenas—Aigoo, que hermosa eres.
WooMi tosió ante esas palabras. JungKook divertido negó con la cabeza sin entender como se sonrojaba por cosas así.
— ¿Quieres que pase a recogerte?
—Te recuerdo que Momo está conmigo también.
—No tenía malas intenciones, ¿En qué estaba pensando, señorita Jung?—bromeó.
—Tonto, ve a trabajar, te veo luego.
—Espera, antes de irte debo decirte algo.
— ¿Qué?—ante su seriedad pensó que era algo grave.
—Te amo.
—Ya.
—No, tienes que decirlo de regreso.
—Te amo, Jeon JungKook—le hizo un corazón con sus dedos, el pelinegro sonrió arrugando su nariz, a WooMi le parecía dulce ese gesto. Ambos poseían una dualidad única.
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