Una duda floreció en la mente de Yurieth, tras una serie de risas, ella finalmente lo había aceptado. Aquellos elitistas personajes que conoció en la universidad se hacían llamar F4, un apodo que, de forma peculiar, solo podía significar "cuatro flores".

Sin embargo, una pregunta persistía en su alocada mente: si ellos eran flores, ¿de qué tipo se trataba?

Ni siquiera lo pensó mucho. Aquella curiosa historia que le daba origen a tan llamativa flor, saltó como protagonista de su cabeza. La historia del joven Narciso, aquel personaje engreído que la diosa Némesis, como castigo, hizo que se enamorara de su propio reflejo. Y buscándose así mismo mediante el brillo del agua, terminó por lanzarse en ella.

Después de esto, ¿qué más podía pensar? Para ella, simplemente eran más narcisos que otras flores.