CAPÍTULO 32
Hoy me despierto deprimida y sé que será un mal día, me arreglo para ir a mi último día de universidad, me decido por un pantalón de jeans, una polera manga larga, sobre esto me coloco un polerón y una bufanda, ya que a pesar de que estamos a diciembre aquí hace mucho frio, hay mucho viento, y no quiero enfermar para las vacaciones de verano.
Llego a la universidad y ahí están todos en la entrada, hay miles de estudiantes de todos los años, puedo ver a Simón, esta con su grupo de amigos, sé que me observa, pero yo solo lo ignoro y sigo donde mis amigas.
Guille no está en el grupo, lo busco con la mirada, pero no lo encuentro.
—Guille no vino —dice María, leyendo mi pensamiento— ayer me llamo para contarme que lo de ustedes se acabó y que no se sentía bien para venir hoy.
Yo solo asiento y nos dirigimos al aula magna, la cual es como una sala de juntas.
Hoy será un día largo.
Luego de la charla que nos entrega la jefa de carrera felicitándonos por nuestro trayecto en la carrera, y por pasar un año académico más, nos dirigimos a la parte trasera de la universidad, la cual tiene una vista preciosa al rio.
Estamos celebrando el cierre del año académico y a Andrea le suena su walkie talkie, avisando que había un gran incendio en desarrollo.
Mi amiga se despidió de los profesores rápidamente y se marchó.
Siempre he admirado mucho a Andrea por hacer lo que hace, pone en riesgo su vida para salvar la de otros.
Siempre me pregunte porque no estudio algo con respecto a la salud, se le habría dado genial.
Bueno el ser abogada igual se le da muy bien.
María y yo nos quedamos en la universidad junto con nuestros profesores, hablamos sobre los debates que nos esperan el próximo año de carrera.
Han pasado solo dos horas desde que se fue Andrea, y la jefa de carrera nos llama a María y a mí por el altoparlante, para que nos acerquemos a dirección de carrera.
Con María nos miramos, preguntándonos que habíamos hecho, y luego nos dirigimos hacia su oficina.
Tocamos su puerta y al escuchar adelante pasamos, antes de poder saludar a la jefa de carrera ella nos mira fijamente y nos dice.
—Andrea está en el hospital... el incendio al que asistió se salió de control.
Siento que mi mundo se detiene...
No puede ser
Antes de darme cuenta estaba arrodillada en el suelo llorando, María estaba a mi lado abrazándome y llorando a mi lado.
Cuando por fin logramos estar más calmadas, nos dirigimos hacia el hospital.
Agradezco que esta cuidad sea pequeña, porque llegamos en solo 5 minutos.
Entramos al hospital y preguntamos en la recepción donde se encontraba mi mejor amiga
Nos dirigimos al tercer piso del hospital y encontramos a otra recepcionista.
—Buscamos a Andrea Guerra, ella fue ingresada por el cuartel de bomberos.
—No pueden pasar... Ella está siendo intervenida en estos momentos.
—Intervenida...— habló entre lágrimas, y María solo me abraza y me dirige a unas sillas.
Estamos así por lo menos 30 minutos cuando escucho a Cesar preguntar a la sala de urgencias por Andrea.
Yo levanto la mirada y muero por abrazarlo.
Él se acerca dónde estamos con María y nos abraza, sin decir ninguna palabra, siento como las lágrimas corren por su rostro, esta tan herido como yo, y yo solo me rindo en sus brazos, ambos lloramos desconsolados junto a María, sin que nos importe nada.
Estamos los tres abrazados cuando escuchamos salir a alguien de la sala de urgencias.
Todos levantamos la mirada y un hombre de uniforme clínico por fin habla
—Familiares de Andrea Guerra.
Los tres nos ponemos de pie, y siento que mi mundo se detiene...
No puedo evitar pensar que esto sucede en las películas cuando el Doctor, debe dar las malas noticias de que alguien ha muerto.
—Somos sus amigos. — dice Cesar, al ver que María y yo no decimos nada.
—¿Los padres no están?
—Ellos aún no han llegado, trabajan fuera de la cuidad. — dice María entre sollozos.
Yo no puedo hablar, tengo un nudo en el estómago, esto no puede estar pasando.
—Soy el Dr. Engel, estoy llevando el caso de Andrea. Ella tiene quemaduras internas muy graves, tiene las vías respiratorias muy comprometidas, eso quiere decir, que por el momento ella no puede respirar por si sola...
—¿Ella estará bien? — digo casi sin habla.
—En este momento está estable... pero no puedo prometer nada, su situación es de alto riesgo, por lo que la trasladaremos a la UCI (Unidad de cuidados intensivos), esto queda en el cuarto piso, les avisare cuando puedan pasar a verla, pero solo puedes pasar una persona y solo por un momento, dado que esta unidad solo puedes haber visitas restringidas.
Nosotros solo asentimos, yo no puedo dejar de llorar y Cesar me observa detenidamente, y sin pensarlo tanto se acerca y me abraza.
¿Les ha pasado que cuando la abrazan y están en un mal momento, se sienten peor?, en el momento que siento sus brazos rodeándome me desmorono, siento que mi mundo se derrumba.
Es muy injusto que esto le pase a ella, solo trataba de ayudar, y ahora se está debatiendo entre la vida y la muerte.
Nos dirigimos hacia el cuarto piso y esperamos noticias sobre el estado de Andrea.
Hemos estado aquí por más de dos horas, la sala de espera está llena, han llegado muchos compañeros y profesores, veo a Guille saliendo del ascensor y se acerca a nosotros. Pasa sin saludar a nadie, a medida que se acerca a nosotros, puedo notar que sus ojos están inyectados en sangre y muy hinchados.
Él se acerca saluda a Cesar dándole la mano de forma caballerosa, supongo que respetando aquella situación por la que estamos pasando, luego abraza a María y a mí, agradezco su actuar, n o necesitamos peleas en este momento.
Todos estábamos esperando nuevas noticias, recordé mi comienzo de mañana, sabía que hoy sería un mal día.
Había llamado a mi madre para avisarle lo ocurrido con Andrea, por lo que estaba intentando viajar, necesitaba que estuviera conmigo en estos momentos, no creo poder llegar a mi casa y estar sola, no con la pena que siento en mi corazón, necesitaba su compañía.
Levantando la mirada al escuchar que el ascensor se detiene.
Veo a los padres de Andrea llegar y yo me acerco a saludarlos, la madre de Andrea llora desconsoladamente, dice que se siente culpable, ellos solo se dedicaban a trabajar y dice que por eso Andrea se refugiaba en el cuartel de bomberos.
Pase todo el día pensando lo mismo, pero sé que Andrea amaba ser bombero, cada vez que tenía turno en el cuartel y salía a combatir un incendio, ella llegaba llena de emoción y orgullo a contarnos todo lo ocurrido.
Se que ella amaba lo que hacía y consolé a su madre diciéndole lo feliz que era cada vez que estaba en ese cuartel, esto no es culpa de nadie.
Los profesores y compañeros empiezan a marcharse dado que ya había caído la noche.
Cesar llega con una bandeja de cafés y unos sándwiches, los reparte entre los que quedamos en la sala de espera que son los padres de Andrea, María Guille y yo.
Cuando llega a mi lado solo tomo el café.
—Debes comer algo.
—No tengo hambre... Gracias. —digo dando una débil sonrisa.
Mi móvil comienza a sonar y yo contesto rápidamente al ver que era mi madre.
—Hija no logre encontrar pasajes hasta mañana... Tomaré el primer avión que sale a las 8, estaré contigo como a las 10... Lo siento por no poder llegar hoy mi amor.
—No te preocupes ma... Se que hiciste todo lo posible.
—¿Como siguen las cosas?
—Solo dejaron pasar a sus padres, las visitas son restringidas, espero que mañana nos dejen pasar a verla.
—Deberías ir a casa a dormir hija.
—Me quedare un momento más. Te adoro. — digo y cuelgo el teléfono.
—¿Era tu madre? —pregunta Cesar.
—Si. No podrá llegar hoy, no alcanzo a coger el ultimo avión que venía a la cuidad.
—Si quieres puedo pedir que la vayan a buscar a primera hora mañana en el avión de la empresa.
—No te preocupes, compro pasajes para el vuelo de las 8, gracias de todas maneras. —
Han pasado dos horas y la madre de Andrea, no para de pasearse por la sala de espera.
—Chicos les agradezco mucho que estén aquí... Pero deberían ir a descansar y vuelven mañana. — dijo el padre de Andrea.
Todos asienten menos yo, no quiero ir a casa, prefiero estar aquí.
—Si no quieres pasar la noche sola, puedes pasar por casa. —dice Cesar y yo asiento sabiendo que es una mala idea, pero la verdad ha sido un día horrible y necesito descansar.
Me despido de mis amigos y de los padres de Andrea.
Veo que el Auto de Cesar es el único en los estacionamientos, dado que son pasado de las 12 de la noche, el abre mi puerta como de costumbre y yo me siento en silencio.
Cuando llegamos a su casa, observo mi casa
—Iré a casa a buscar algo para dormir.
—Aún tengo tu ropa en mi armario... Tengo la camiseta con la que te encantaba dormir.
Yo no digo nada, solo lo observo; entramos a su casa, voy directo a la habitación de invitados, y Cesar me trae su camiseta, me la pongo y puedo sentir su olor el cual me tranquiliza.
Me acuesto y no puedo evitar llorar, siento que mis ojos arden, creo que he llorado tanto que ya mis ojos están irritados.
Cesar se asoma a la puerta y sin decirme nada se acomoda a mi lado en la cama, me acomodo bajo su pecho y el acaricia mi pelo.
—Estoy aquí... duerme un poco.
Después de un rato escuchando su respiración logro dormir.
***
Son las 8 de la mañana y ya estamos en el hospital, el Doctor nos deja entrar a verla por solo 5 minutos, el verla llena de tubos e inconsciente me da mucha impresión, me acomodo al lado de su cama y lloro mientras le hablo. Sin darme cuenta el Doctor llega avisarme que se ha acabado el tiempo, yo asiento y salgo en silencio.
Luego entra Cesar a verla, lo veo salir con lágrimas en los ojos y lo abrazo.
Estamos sentados esperando noticias, María y Guille ya pasaron a verla, cuando empieza a sonar algo como una alarma y una enfermera sale avisando que hay un código azul en la habitación 404, y esa es la habitación de Andrea.
Se que algo está mal.
Todos nos alteramos y veo a mi madre que llega y yo corro abrazarla.
—Ya estoy aquí mi amor...— dice mientras siento sus lágrimas caer en mi pelo.
Se que ella igual quería a Andrea, es mi amiga desde que comenzamos la carrera, y mi madre la aprecia mucho.
El doctor sale de la sala de emergencia después de unos 10 minutos y dice aquello que temía.
—Lo siento... — es lo único que logro escuchar, sé que el sigue hablando, pero no logro escuchar lo que dice.
Siento como mis ojos eliminan más lágrimas de las que pensaba que quedaban en mí. Siento como si alguien me sacara el corazón, siento un nudo en la garganta y me cuesta demasiado respirar
Cesar se acerca y me abraza a mí y a mi madre, dado que ella igual llora desconsolada.
Mi madre va a dar su apoyo a la madre de Andrea mientras yo sigo llorando en el hombro de Cesar.
***
Hoy es el funeral de una de mis mejores amigas, aun no puedo creer que ya no estar junto a nosotras.
Cesar ha estado destrozado al igual que yo, debo admitir que jamás pensé verlo tan mal, al parecer ellos eran más cercanos de lo que imaginaba, sabia por parte de Andrea que pasaban bastante tiempo juntos y se apreciaban mucho, pero jamás pensé que Cesar sufriría igual o más que yo.
Estamos llegando al cementerio y Cesar viene junto con mi madre y conmigo.
El viene con su ropa completamente negra y unas gafas para cubrir la hinchazón de sus ojos, creo que ha estado llorando toda la noche.
Yo llevo un vestido largo de color negro, puedo ver que hay muchas personas, entre ellos amigos de la universidad, profesores y personas que no conozco que supongo que son familiares.
La ceremonia es hermosa, los padres de mi mejor amiga quieren que dedique unas últimas palabras, junto a María y Cesar, yo soy la primera en hablar
"Que puedo decir en estos momentos tan dolorosos, Andrea siempre fue una gran persona, una gran amiga, sé que ella murió haciendo lo que más amaba, porque la perdida de una persona duele demasiado. Hoy puedo ver a bastantes compañeros del cuartel de bomberos el cual ella pertenecía y les agradezco infinitamente por estar aquí, sé que lo que hacen ustedes lo hacen con un gran amor y dedicación, así como lo hacía mi amiga, gracias, muchas gracias. "
Cesar es el siguiente en hablar.
"bueno yo no conocía tanto tiempo a Andrea, pero en el poco tiempo que tuve para compartir con ella, fue una gran amiga una gran consejera, siempre estaba cuando la necesitaba, me hubiese gustado decirle tantas cosas... como el hecho que la consideraba una gran mujer, siempre admire su valentía para ser bombero, podía notar cuanto amaba estar en ese cuartel, cada vez que la iba a visitar ella estaba con ésa gran sonrisa que la caracterizaba, lo único que puedo decir es que tengas un gran viaje, te quiero"
Luego toma el lugar María.
"quiero darles mi más sentido pésame a todos, quiero agradecerles a nuestros profesores compañeros... Por acompañarnos en este momento tan difícil, como dijo Isa, Andrea era una gran amiga... hoy nos despedimos no solo de una gran amiga, sino que, de una gran bombera, de una gran persona...te extrañaremos"
***
Este capitulo va dedicado a todos esos bomberos que han muerto combatiendo un incendio
los admiro demaciado.
Espero que les guste el capitulo de hoy el cual es un poco triste.
Dejen ses votos y sus comentarios sobre que les pareció el capitulo
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