Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 3

Llevaba varios días en Chile, me había mudado a una pequeña cuidad, estaba aquí solo por mi madre, a mi jamás me interesó venirme a este país, siguiendo las empresas de mi padre, mi interés por quedarme en esta pequeña cuidad solo aumento cuando la vi a ella, era una tía hermosa, de contextura delgada, su cabello era castaño oscuro, casi negro, era alta, pero aun así era mucho más pequeña que yo, podía imaginar que cuando la envuelva en mis brazos su cabeza llegaría justo a la altura de mi pecho, la veía hace varios días a la distancia, su sonrisa alegraba mis días, por lo que esperaba verla llegar, observarla desde mi ventana, aunque llegara con el gilipollas del novio.

Hoy no llego a la misma hora, estaba sentado en mi sofá esperando ver su sonrisa como todos los días, pero esta vez no paso, Sali al antejardín de mi casa, un coche llego, era del novio, se paseó por horas de un lado hacia el otro, hasta que se cansó y se apoyó en su coche.

Sonreí pensando en ella, aun no sabía cómo se llamaba, pero siempre que la veía sonreír no podía dejar de mirar sus lindos labios, esos que pintaba de un color rosa que le favorecían demasiado, claramente tenía fantasías mías mordiendo ese lindo labio inferior, pero aun tenía un pequeño problema, aquel gilipollas que veía apoyado en su coche esperándola.

No entiendo cómo pudo fijarse en ese gilipollas; debe pertenecer a algún equipo de deportes. Recuerdo que un día lo vi con otra tía de pelo rubio y delgada que se le colgaba del cuello. Siempre supe que era de ese tipo de hombres. Es fácil reconocer a los hombres que son de mi tipo, bueno, al menos yo iba de frente diciendo que no quería nada serio, él era de esos mujeriegos encubiertos, que se presentaban a todo el mundo con aquella novia forma, de varios años, con típica historia de amor, el deportista, ella la tía estudiosa, ella obviamente lo había cambiado y ella juraba que lo había traído al camino de la fidelidad, y les juro que aquellos hombres me molestaban, porque ir de infiel por la vida, si puedes terminar tu relación y disfrutar del sexo sin compromiso. Y aunque no lo crean me molestaba saber que ella juraba que él le amaba, y todo el mundo seguía sabiendo que él era el mujeriego de siempre, pero tampoco podía plantarme frente a ella y decirle — tía tu novio se está follando a otra— porque era obvio que ella no confiaría en la palabra de un desconocido, y la verdad es que tenía intenciones de meterme entre sus lindas y largas piernas, y me gustaba jugar limpio, no podía ir y decirle que ese tío le era infiel, prefería que lo descubriera sola, que pasara su duelo, y yo aparecería sonriente algún día para invitarla a cenar, obviamente dejando claras mis intenciones, lo que ayudaría que el hecho de que ella saliera de una relación con infidelidades, seria seguro que ella no buscaría nada formal, y yo tampoco.

Mis pensamientos se detienen cuando la veo llegar —mi vecina—observo su lindo rostro y mi mirada se detiene en sus ojos hinchados y las lágrimas corriendo por su lindo rostro ¿Estaba llorando?, ella se detiene al ver a su novio y el corre a su lado para gritarle, porque desde mi distancia.

—¡Isa, estaba preocupado! Llevo más de una hora esperándote. — veo como ella sigue su camino y lo ignora, no puedo evitar que salga una leve sonrisa de la comisura de mis labios.

—¿Qué más quieres, Simón? Ya no debes preocuparte. ¡Hemos cortado!

¿Han cortado? No puedo evitar la estúpida sonrisa que se forma en mi rostro, y ahora una amplia sonrisa, no como aquella que intente ocultar hace unos minutos. Me pierdo unos minutos en mis pensamientos y cuando vuelvo a enfocarme en ellos me doy cuenta de que el gilipollas la tiene tomada del brazo y veo la expresión de pánico en su rostro.

—Suéltame — grita, y yo me acerco para apartarlo de ella.

—¿No escuchaste que te dijo que la soltaras? —de un empujón lo aparté de su lado.

—¡No te metas donde no te llaman! — me dice, a lo cual hago oídos sordos. Ya tengo bastantes ganas de matarlo a golpes, por lo tanto, intento tranquilizarme y le pregunto a Isabel

—¿Estás bien? —

—Sí. — responde con un hilo de voz.

El muy gilipollas de su ex intenta acercarse de nuevo, pero ella se aleja diciendo:

—¡No quiero volver a verte! Vete con Regina que de seguro te está esperando. —

En mi mente puedo imaginar que Regina es la tía rubia con la que lo vi los dos días. Y por lo visto ella se ha enterado de todo, lo cual no puedo negar que me alegra.

Él intenta acercarse y ella se refugia detrás de mi cuerpo, al ver que ella no se aleja de mí, él se sube a su auto y se marcha.

—¿Segura que estás bien? —le vuelvo a preguntar.

A lo que ella reacciona acercándose a mí y comienza a llorar, siento sus lágrimas atravesar la camiseta deportiva que llevo puesta y lo único que logró hacer es consolarla. Rodeo su pequeña cintura con mis brazos y la pego más a mi cuerpo. Me tenso un poco al sentir tanta cercanía; es la primera vez que consuelo a una mujer. Normalmente soy yo quien les hace daño, pero esta vez se siente bien consolarla. Al estar abrazados puedo sentir todo su cuerpo contra el mío y eso me encanta. Pero ella está soltando tantas lágrimas que lo único que puedo sentir es tristeza, la consuelo por el tiempo necesario, se aleja y me observa, limpio sus lágrimas, y sus ojos contactan con lo mío, observa mi ropa mojada por sus lágrimas y se disculpa, intento seguir a su lado, pero al parecer prefiere vivir sola su proceso, me alejo y observo desde mi ventana, sus luces siguen encendidas, y ya es más de media noche, veo a la chica rubia divagar por fuera de su casa, no sabía qué hacía aquí, pero suponía que mi linda vecina no querría verla, estaba con su teléfono en mano, no sabía si intentaba contactar con el gilipollas por el cual había perdido a su mejor amiga, o intentaba contactar con ella para poder explicarle lo inexplicable.

Vi a Isa asomarse por la ventana, se veía fatal, al parecer aun lloraba, al parecer la amiga se había llenado de valor y había tocado su puerta, lo que había ocasionado que ella se asomase en su ventana con el teléfono en mano, al parecer discutían, me embargo una sensación desconocida, quería ir, tocar su puerta y consolarla, no para conseguir sexo a cambio, si no solo para lograr que se sintiera mejor.

Pasaron varios minutos y me quede observando su ventana hasta que las luces se apagaron, supuse que se había rendido al llanto y había decidido dormir, la amiga se había marchado rendida al notar que no lograría hablar con ella después de lo ocurrido.

- 💜-

Isabel Morgan en multimedia 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro