CAPÍTULO 24
Porque tenía que aparecer justo ahora, después de irse sin despedirse, después de no dejar ningún mensaje en mi buzón, después de herirme como lo hizo, y ahora viene y me exige una oportunidad, ahora cuando estaba intentando algo con Guille, ahora que por fin le di aquella oportunidad. No quería volver a sentir cosas por él, pero fue inevitable, responder el beso que me dio apenas abrí la puerta de mi casa. Extrañaba sus labios, y la sensación que genera en mi vientre.
Esa sensación que no logre sentir cuando me bese con Guille, a pesar de que el no besa mal, no pude sentir esas cosquillas que siento con Cesar, porque aunque me cueste reconocerlo, aquellas cosquillas y las sensaciones que me produce Cesar, nadie más las ha sabido generar, ni Simón que fue el primer hombre en mi cama, jamás logre sentir todo lo que siento por Cesar, y tenía coraje, no quería esto, no quería salir lastimada, no de nuevo.
Él está más delgado, ¿habrá dejado de comer igual que yo?, no pude evitar pensar que él se había sentido tan mal como yo cuando se marchó, tan vacío como me sentí yo después de aquella discusión en mi patio.
Pero se marchó, maldita sea, me lastimó.
Dijo que extrañaba sentirme dormir en su pecho, yo igual extrañaba su olor, su respiración bajo mi piel... pero él estaba borracho no sabía lo que decía, dijo que venía por mí, y lo repitió sobrio, dijo que sus sentimientos no habían desaparecido, y le confesé que los míos tampoco, aunque me costase decirlo, a su lado era débil.
Pensé que cuando despertara se iba a arrepentir de lo que dijo, pero no lo hizo, repitió algunas de sus palabras.
Hace mucho que no dormía bien, dormir a su lado, fue como tomar una pastilla para poder conciliar el sueño, dormí como no lo hacía desde que se marchó, porque, aunque me doliera, él era mi tormento, pero también mi cura.
Pero cuando dormí a su lado no pude evitar sentirme bien, me rendí al sueño y desperté a su lado, quería creer todo lo que me había dicho, que me extrañaba, que se había tenido que marchar por algo de fuerza mayor, y no huyendo.
¿Sería muy iluso de mi parte creer todo lo que me dice?
Este día sería muy largo. Necesitaba pensar en todo lo que estaba pasando, le había dicho a Guille que le daría una oportunidad de conquistarme, y no retractaría de eso, no puede volver a mi vida y yo dejar todo de lado por él, porque si, le amo, pero tampoco soy tan idiota o ilusa para creer que esto es un cuento, que él llega, yo abandono todo para estar a su lado, y estaremos felices por siempre, con dos hijos a nuestro lado, estábamos en la vida real, donde si yo decido dejar todo por él, existía la posibilidad de que me lastimara de nuevo.
Era injusto que llegara Cesar y revolviera todos mis sentimientos, porque había aprendido que no hay que ilusionarse con las palabras, eran solo palabras, no hay que ilusionarse con un te quiero, un te extraño, un me gustas, una mirada diciendo que me ama, porque hoy en día, esas palabras no significan nada, son solo un acumulo de letras.
Me dirigí hacia la universidad y el día transcurrió normal, excepto por las náuseas que no desaparecían, pasé mi día con Guille y María, porque Andrea estaba de turno en el cuartel de bomberos que es voluntaria, pasé mi día con ello, pero más inmersa en mis pensamientos que en cualquier cosa, debía recordar que las palabras solo eran eso, porque lo sabía, pero aun así me afectaban las suyas, y lo peor era que las creía. Es extraño que Guille me tomé de la mano, pero me gustaba la sensación. Decidí faltar a mi última clase porque de verdad que no me sentía nada bien.
Llegue a casa como las 7 de la tarde y decidí recostarme en mi cama, me tome un medicamento para las náuseas y me dormí, me sentía agotada, y no era para menos, estas situaciones me superaban, porque mi vida no podía ser como una novela de wattpad, un par de discusiones, y luego enamorados y felices para siempre.
Desperté al escuchar unos gritos fuera de mi casa, me asome para ver que ocurría y era Cesar y Guille discutiendo, baje las escaleras para detenerlos, no sé porque peleaban, pero estoy segura de que si no interrumpo llegaran a los golpes.
Cuando abro mi puerta veo a Guille tirado en el suelo con el labio roto y a Cesar mirándome, junto cuando iba a comenzar a hablar guille le da un puñetazo en el pómulo a Cesar.
— ¿¡Que hacen!? — dije gritando, pero Cesar ya le estaba devolviendo el puñetazo a Guille. — ¡PAREN! —dije acercándome a separarlos, mientras sentía que las náuseas volvían a mi cuerpo.
Di un paso con la intención de separarlos, para que no se mataran a golpes, y sentí que me desvanecía, mi visión se volvió borrosa, y no podía mantenerme de pie. Lo último que vi fue la cara de preocupación de Cesar y vi todo en cámara lenta, sentí que me tomaba con sus brazos y luego se volvió todo negro.
***
Desperté en mi habitación y pensé por un instante que todo había sido un mal sueño, hasta que vi a Cesar sentado en el sillón que tenía en mi habitación, el subió la mirada, y pude notar que su pómulo se estaba volviendo morado, debe ser por el golpe que recibió de parte de Guille.
—Doctor despertó. —dijo Guille y yo desvié la mirada. ¿estaban juntos en mi habitación? díganme que sigo soñando.
—Como estas pequeña. —dijo Cesar acercándose a la cama.
—Déjame examinarla. —dijo un hombre como de 40 años muy amable, que recuerdo haber visto antes— ¿cómo te sientes? —dijo poniendo una luz en mis ojos.
Yo no entendía nada, lo último que recuerdo es ver a los golpes a Guille y a Cesar.
— ¿Que ha pasado? —dije un poco confusa
—Te has desmayado. ¿Me recuerdas?, soy tu vecino, vivo tres casas más arriba de esta—
Claro ya recuerdo.
—Si, lo recuerdo. —dije dando una pequeña sonrisa.
—Deberías ir a un hospital, has estado desmayada por varios minutos, ¿si quieres te puedo llevar?, yo trabajo en la clínica alemana y te puedo examinar yo mismo si así lo prefieres.
—Si. — dijo cesar, antes de que yo respondiera.
—Ella no ha estado comiendo bien desde hace como tres meses. — dijo Guille mirando con odio a Cesar.
—No es necesario ir a la clínica. —dije intentando calmar los ánimos.
— Bien. —dijo mi vecino. — si cambias de opinión te dejo mi tarjeta, cualquier cosa me llamas. —
—Princesa yo prefiero que si vayas a la clínica. Me tenías preocupado— dijo guille
— Por fin coincidimos en algo. — añadió Cesar con un tono de ironía y le mire con desagrado, no quería más malos momentos —yo igual prefiero que vayas a la clínica.
— Deberían irse, necesito dormir— dije dando una mirada hacia ambos.
Guille se acercó para despedirse y me dio un dulce beso en la frente, pude ver su mueca de dolor, y me fijé en su labio hinchado y con un poco de sangre seca, le dirigió una mirada desafiante a Cesar y se marchó.
Veo que cesar se acomoda cerca de la cama y habla:
—¿Segura que no quieres ir a la clínica?
—Si... estoy segura. —dije acomodándome para poder dormir.
— Pensaba que solo yo había estado comiendo mal estos meses. —dijo acariciando mi mejilla, con lo cual no pude evitar cerrar los ojos ante tal acto de cariño.
—Debes irte. — dije sabiendo que su cercanía me hacía mal.
—Me marchare cuando estés dormida, así me aseguro de que esta todo bien. —
Yo asiento y me acomodo para dormir.
***
voten y comenten que les parece como avanza la historia. Los quiero ❤💋
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