CAPÍTULO 17
Cesar
Sentir a esta mujer sobre mi pecho era la mejor sensación, extrañaba su calor sobre mí, sus gemidos gritando mi nombre, su sabor.... la extrañaba como nunca pensé extrañarla, o como me negaba a hacerlo, cuando dije que había sido un mes difícil, lo decía por su lejanía, sé que hubiese sufrido lo mismo con la perdida de mi hermana, pero que ella estuviese presente hubiese significado mucho.
Cuando decidí venirme directamente desde el aeropuerto hacia su casa, no pensé que ella podría estar en clases o algo parecido, solo seguí a mi corazón y me vine directamente hacia ella, necesitaba volver a verla. Extrañaba sus besos, y como me acariciaba el abdomen mientras estaba recostada en mi pecho.
Eran casi las 10 de la mañana cuando decidí preguntarle:
—¿Desayunaste?
—No. tu fuiste mi desayuno. — dijo con una gran sonrisa, me gustaba que fuese así de coqueta conmigo, porque cuando recién comenzamos esta pequeña aventura, ella se sonrojaba por todo, y pensaba demasiado las cosas antes de decirla, ahora solo las decía, y me encantaba.
—¿Quieres que pida algo de comer?, ¿O prefieres seguir en mi pecho?
—Si. me gustaría algo de comer. La verdad es que ya tengo hambre, pero no pidas nada, yo preparare el desayuno. Iré al baño a limpiarme y volveré a preparar algo rico, para que podamos comer.
En el momento en que me dijo que debía limpiarse, me di cuenta de lo estúpido que había sido. No utilice un puto condón, extrañaba tanto la sensación de tenerla en mi cuerpo, que me deje cegar por el deseo.
No me lo podía creer, era primera vez que tenía sexo sin condón.
Había sido un irresponsable.
Decidí levantarme y me dirigí al baño donde estaba Isa... toque la puerta y seguí adelante cuando me dijo que pasara.
—¿Puedo hacerte una pregunta? — no sabía cómo preguntar esto sin que se enojara.
—Claro—dijo mirándome fijamente
—¿Te cuidas? ¿O sea, tomas la píldora o algo?... No me he puesto condón y ...
—No te preocupes. — dijo con una sonrisa. — tomo la píldora desde que comencé a tener vida sexual con Simón.
El hecho de que comentara su vida sexual con Simón me hizo tensar los puños, pero me calme a sentir sus labios sobre los míos.
— ¿Te quieres duchar conmigo? — dijo dando el agua de la ducha.
Nunca me he duchado con una mujer, esto es algo completamente nuevo para mí, pero no lo dude ningún segundo. Quiero que ella sea la primera con la que tome una ducha. Me da miedo saber todo lo que estoy sintiendo con ella, pero no me importa, a estas alturas empiezo a creer que por mucho que me mienta no puedo ocultar esto, no sé si es por la gran pérdida de violeta, pero necesito de Isa tanto como el aire que respiro, sé que suena muy cliché, pero es cierto.
Nos metimos en la ducha con agua caliente, cojo la esponja y le aplico jabón, y comienzo hacer espuma, se la paso por su linda y suave espalda, comienzo a bajar por sus muslos y bajo por sus piernas, decido hacer espuma con mis manos para poder enjabonarla por completo... Al terminar ella hace lo mismo conmigo y terminamos teniendo un exquisito sexo en la ducha, definitivamente esta fue la mejor manera de comenzar mi día.
Ella se envuelve en una toalla y llevamos goteando a su dormitorio, ella busca su ropa, y yo tomo la misma con la que llegue que ahora está seca, no me preocupaba lucir la ropa con la que llegue, me importaba estar aquí con ella, y compartir nuestra mañana juntos.
Bajamos hacia la cocina y tomamos un buen desayuno para reponer energías, después de desayunar me dirijo a casa, me cambio de ropa y me voy hacia el casino, para avisar que ya estoy de vuelta en Chile, no me apetece para nada volver a trabajar, luego de la perdida de violeta, lo único que quiero es estar con Isa metidos en una cama, para no poder pensar en cuanto extraño a mi hermana pequeña...pero debo hacerlo. No puedo olvidar aquella despedida en la mañana, nos besamos tiernamente, y le avisé que me pasare en la tarde por su casa, para que cenemos juntos, tenía muchos planes con ella.
Llegué a la empresa, informe de mi regreso a Chile, dado que nadie sabe porque decidí irme repentinamente. Pase el día en la empresa, haciendo papeles y asistiendo a miles de reuniones para informarme lo que había sucedido en el mes que estuve ausente.
Cuando volví a casa, veo un auto estacionado fuera de la casa de Isa.
Decido esperar a que se marche, no puedo reaccionar mal sin saber qué es lo que pasa, pido pizzas para que podamos comer juntos ... pero pasan las horas y el auto sigue ahí, y la comida se está enfriando.
Decido ir a ver a la casa de Isa, a pesar de que el auto aún está estacionado, toco el timbre y ella sale abrir la puerta.
— Hola ... traje la cena. — digo y le doy un tierno beso en los labios.
La noto algo extraña... y luego dice:
—Cesar, ella es mi madre. — dice mirando a una mujer joven, el pelo que le llega hasta los hombros, de color rubio, es muy guapa, ella me observa y sonríe— mamá él es Cesar mi vecino.
La miro ante aquel termino, no sé porque me molesta, de cierto modo somos vecinos, y aunque no le hemos puesto nombre a esto, es obvio que somos más que solo conocidos, al menos yo no reitero mis encuentros con nadie.
—Hola... — saludo a su madre sonriendo e intentando que Isa elimine la tensión de su cuerpo.
—Dime Li. — dice ella completando su nombre. — trajiste la cena, pasa. — dijo mirando sonriente a Isa.
Nos dirijamos hacia el comedor y nos ubicamos en la mesa, en estos momentos me alegra haber pedido dos pizzas, dado que ahora somos tres.
— Deberíamos calentar la pizza, ya llego hace más de media hora. —Isa sonríe, y saca las pizzas de la caja y las pone en el horno.
—Así que eres de España. — dice la madre de Isa, tratando de imitar mi acento.
— Si, soy de Madrid, estoy en Chile, por motivos de trabajo.
—Si... Eso lo sé, mi hija me comento de ti. — dijo y yo mire a Isa con una sonrisa. — me alegra que estuvieras con ella cuando ocurrió lo de Simón.... Isa es muy de piel... Y ella es muy sensible, me imagino como se habrá puesto al saber la traición de Simón con Regina.
—Me alegra haber estado para ella. — dije mirando como Isa se acercaba a la mesa con los platos. La ayude colocando los vasos y los cubiertos, no podía dejar de mirarla, me gustaba verla sonriendo de forma sincera, sus ojos se iluminaban, sabia por ella, que no veía a su madre muy seguido y se notaba lo mucho que se extrañaban.
Pasamos una gran noche, la madre de Isa es realmente agradable, ahora sé de dónde saco Isa todo su encanto, conversamos sobre cuando Isa era pequeña, sus travesuras, con lo que ella se avergonzaba y se sentía incomoda. Terminamos de comer y su madre se despidió, diciendo que se hospedaría en un hostal, dado que la casa de Isa solo tiene un Dormitorio.
— Me agrada tu madre. — dije mirando fijamente los ojos de Isa, y acercándome para besarla suavemente.
—Tú le agradas. — dijo abrazándome. La volví a besar, y pase mi lengua por sus labios, por fin pude besar esos labios de la forma en que deseaba desde que le di ese tierno beso en la puerta, la bese de una manera apasionada, en lo cual ella respondió inmediatamente, la aprisione contra la pared y mi cuerpo, ella comenzó acaríciame la mejilla, sabía que me quería decir algo.
—¿Que pasa pequeña? — dije con la respiración acelerada
—Mi madre aún está afuera, esperando verte salir.
—¿No sabe que estamos juntos?
—No tenemos nada formal, así que... no supe cómo explicárselo, le dije que nos estábamos conociendo. — dijo y le di un dulce beso.
—¿Quieres ser mi novia?
Vi su cara de sorpresa, y yo estaba igual de sorprendido, solo he tenido una novia formal, Anna la conocí en un mal momento de vi vida, estaba muy mal por la enfermedad de violeta, y justo me había llegado todo el dinero de mi padre, nos la pasábamos de fiesta en fiesta... duramos dos años como pareja, y un día la encontré en la cama, con otro tío, pasado un tiempo peleando la herencia de las empresas de mi padre, me enteré de que el tío con el que se estaba acostando Anna, era mi hermanastro.
Era el hijo que tenía mi padre fuera del matrimonio, luche como no pensaba hacerlo por la empresa de mi padre, para que no lograra obtener nada. Desde que ocurrió lo de Anna me jure no tener nada serio con nadie, me dedique a solo pasar buenos ratos con las mujeres, sabía que les parecía atractivo, las hacia pasar la mejor noche de sus vidas, y luego me marchaba, siempre fui claro en el tema del sexo... pero con Isa es totalmente distinto. Me da terror estar enamorado de ella, pero no puedo evitar todo lo que siento por ella.
—¿Lo dices enserio?
—¿Por qué iba a jugar con algo así? — sonreí para tranquilizarla — ¿Qué dices?, ¿Quieres ser mi novia?
—¡Si!! ... quiero ser tu novia. — dijo lanzándose a mis brazos.
— Mañana le contaremos a tu madre, así podré quedarme a pasar la noche contigo. — lo cierto es que me gusta dormir con ella a mi lado, jamás pensé que sentiría esto por ella.
—Nos vemos mañana. — le di un dulce beso en los labios y me marché.
Cuando salí de la casa, la madre de Isa se despidió desde la ventana de su coche y yo le di una sonrisa, entiendo que quiera proteger a su hija, más sabiendo que hace solo unos meses termino su relación con su novio de 5 años, pero sinceramente no me importaba dármelas de fugitivo a media noche, y cruzar de mi patio al suyo, y pasar una noche juntos a escondidas de su madre como dos adolescentes, de hecho me causaba cierto morbo, hacerla gritar mi nombre, mientras su madre pensaba que pasaba la noche sola.
De cierto modo ahora éramos novios, quería pasearme con ella y dejarle claro que ella era mía, aunque no había recibido fotos de él cerca de ella, pero él no me daba confianza, sabía lo que quería con Isa, y yo no se lo permitiría, ahora tenía que conquistar a su madre, quería que ella se sintiese segura, del actual novio de su hija, que sienta que puede confiar en mí. Que la quería, porque eso era cierto, pero necesitaba sacar aquella sensación de mi pecho, esas ganas de irme y dejarla aquí, de irme antes de que fuese demasiado tarde, porque sabía que esto era algo importante, y sabía que la dejaría destrozada cuando me marche, pero tenía aquella intensión deambulando por mi cabeza, quedarme aquí, con ella, dirigir esta empresa de forma presencial, y las otras de manera lejana, de cierto modo esta era la última empresa que me quedaba por dirigir, las otras cada una tenía su gerente.
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