Cesar

violeta en multimedia (Hermana de Cesar)

Isa duerme durante 15 minutos, en los cuales le observe cada centímetro de su piel, sus labios, como respiraba bajo mi piel y el calor de su cuerpo frente al mío. Cuando despertó de su siesta se acomodó y me beso los labios, quería hacerla mía nuevamente, no lograba saciarme de ella, pero comenzó a sonar mi móvil, en la pantalla veo que es mi madre y que ya tenía dos llamadas perdidas, estaba tan concentrado mirando a Isa mientras dormía que no me di cuenta, esto no puede ser nada bueno, mi madre nunca me llama más de una vez si no es importante. Me dirigí al primer piso para contestar.

—Hola madre ¿pasa algo?

—Es tu hermana —habla entre lágrimas, sentí mi corazón destrozarse

—¿Qué pasa con Violeta mamá?

—Está muy mal necesito que te vengas a Madrid.

Corte el móvil desesperado, necesitaba respirar ante esta noticia debía despedirme de Isa, la noticia de que mi hermana está mal me afecto mucho.

Sentí mis ojos húmedos, y me reprimí este dolor.

Respiré un par de veces para calmarme.

—¿Pasa algo?

—Tengo que volver a España. — dije sin rodeos y vi como sus ojos se humedecían por las lágrimas.

—Pensaba que aún no terminabas tus cosas aquí en Chile.

—Aún no las termino, pero necesito ir a España a pasar un tiempo y volveré cuando lo encuentre prudente. — no le puedo contar lo que pasa con mi hermana, nadie sabe lo que ocurre con ella, solo los amigos más cercanos de la familia, pero esta malditas ganas de decirle que se monte conmigo en aquel avión me agobiaban, pero no podía ser así de egoísta, ella tenía su vida aquí, su carrera, y no tenía el derecho a plantarme delante de ella y decirle que deje todo por esta sensación que se formaba en mi pecho al estar cerca de ella.

—Si vas a volver... ¿quiere decir que puedo esperarte hasta que regreses?

No respondo, quiero decirle que sí, que me espere, que no deje a el idiota de su ex novio acercarse, que quiero que sea solo mía, quiero decirle que soy tan egoísta como para pedirle que se monte en aquel avión conmigo, pero por miedo a decir a decir todo lo que siento arranco, la dejo sola, me dirijo hacia su habitación y comienzo a vestirme, ella solo me observa, pero debo decirle algo, algo sensato, no aquello que sale de mi corazón.

—Pequeña, no necesito que me esperes, no sé cuánto tiempo decida quedarme en Madrid.

—Puedo esperarte hasta que decidas volver...

—No. —eleve mi voz — el trato era que la pasábamos bien, y estas semanas han sido geniales, y ahora que me debo ir, tu vida debe volver a la normalidad. —necesito que este bien cuando yo no esté en Chile, me duele más de lo quiero reconocer el hecho de marcharme, más cuando la vi hoy muy amiga de Simón, quiero que siga su vida, que conozca más personas, pero no a Simón.

Me despido con un dulce beso en los labios y me marcho.
Al salir siento un dolor en mi corazón, sé que es por el hecho de dejarla, pero prefiero pensar que es por el hecho de que mi hermana está mal, y yo estoy tan lejos de ella, jamás me perdonaría si le pasa algo y yo no estoy a su lado.

Llegue a mi casa, llame al piloto que me había traído desde España, para que me esperara en el aeropuerto, ni siquiera hice una maleta, cojo las llaves de mi carro y me fui donde me esperaba el avión particular, sabía que sería el vuelo más largo de mi vida, serias unas largas 13 horas, llegaría a las 12 del día en horario de Madrid. ¡Maldita sea!, yo debería estar en Madrid con ellas y no estar haciendo estos papeles.

Pero mi madre se empeñó en que debía arreglar estas cosas, aunque al venir a Chile conocí a Isa, la primera mujer que no podía sacar de mi cabeza.

Basta, deja de pensar en ella.

¡No puedo creer que la extrañe! si no llevo tanto tiempo estando con ella, apenas y fueron un par de semanas.

El piloto que me llevara me avisa que el avión está listo para despegar. Antes de subir al avión, Craig ante la tentación de llamar a un detective que vigile a Isa necesito saber que está bien y que no se quedara en casa una semana como cuando ocurrió lo de Simón.

Al llegar a Madrid recibo las primeras fotos de ella, abriéndole la puerta a sus amigas, me alegra saber que se refugia en ellas, dado que la última vez se quedó encerrada en su casa toda la semana.

Al llegar a la Clínica Santa Elena de Madrid, me dirijo al piso que se encuentra la habitación de mi hermana, y veo a mi madre apoyada sobre la cama en la que está mi hermana pequeña, no puedo hacer más que abrazarla, el ver a mi hermana de 10 años acostada con un respirador y muy delgada... no puedo hacer más que llorar, jamás he llorado; No desde que mi padre se marchó y yo era un niño, cuando mi madre decidió reformar su vida y nació mi hermana fue lo mejor que pudo pasar.

yo adoro a esa niña, creció junto a mi... Y cuando tenía 5 años, comenzó con un dolor de huesos, tenía hematomas por todo el cuerpo, de un momento a otro dejo de comer y decidimos llevarla a una clínica y después de varios exámenes la diagnosticaron con Leucemia Linfoblástica Aguda, mi mundo se derrumbó, 3 años después nos enteramos que mi padre había muerto yo solo tenía 19 años y había quedado una gran herencia a mi nombre, yo nunca quise aceptar su dinero, estuvimos mucho tiempo sin su ayuda y me molesto que decidiera dejarme todos sus bienes, con el dinero que me dejo lo gaste en fiestas. Estuve como 3 meses en juicio, dado que él tenía un hijo no reconocido de mi edad, lo que me hace pensar que por ese motivo se separaron mis padres, el peleaba la herencia que yo había recibido, y las acciones de las empresas que me había dejado mi padre.

Mi madre nunca hablo del tema de su divorcio, no tengo recuerdos con el jugando a nada, en realidad no tengo ningún recuerdo de él, cuando tenía como 8 años, busque una foto suya por Internet, y salía que era un empresario muy famoso que se había expandido por varios países, empezó en Madrid, se movió a Chile, y hacia Argentina.

Después de lo que vi, decidí nunca volver a pensar en él, siempre pensé que nos cambió por el dinero que ofrecían las empresas fuera de Madrid.

Estuve con mi madre todo el día, y mi hermana aun no despertaba, llego el doctor y me acerque rápidamente a él.

—Hola Cesar, me alegra que estés aquí. — sonrió triste.

—Que le pasa a Violeta... Jamás la había visto tan delgada Roger. — dije un poco exasperado.

—Cesar la enfermedad de violeta está muy avanzada, y no sé cuánto tiempo dure así... —Dijo con los ojos con lágrimas, yo sé que Roger le tiene mucho aprecio, desde que ella enfermo él ha sido su médico y mi amigo.

—Por favor no me digas eso... Es mi hermana pequeña. — digo entre lágrimas derrumbándome.

—Amigo tú sabes que lo lamento tanto como tú, yo quiero mucho a Violeta. Te recomiendo que te quedes en Madrid para que puedas pasar sus últimos días junto a ella.

Mi corazón se derrumba y siento a mi madre por detrás que me abraza.

Decido ir a casa a cambiarme de ropa, tomo el auto que está afuera esperando, desde que mi hermana está en la clínica decidí contratar un chófer para que mi madre pudiera venir a visitar a Violeta cuando quiera.

Saludo a Alex quien es el chófer, mientras vamos de camino a casa, me llegan más fotos del investigador, veo a Isa bailando con Simón muy pegados, lo cual me hierve la sangre. Se que yo le pedí que siguiera con su vida, pero jamás pensé que lo hiciera tan rápido. ¡que me pasa con esta chica! No logro entender que tiene para que no pueda dejar de pensar en ella.

Me miento descaradamente, se lo que me pasa con ella, pero no puedo priorizar mi vida, no ahora. Sigo mirando las fotos y está bebiendo, veo que se marcha con sus amigas, y mi angustia disminuye, me alegra saber que no pasará la noche con él.

Para asegurarme de que todo está en orden, aprovecho de llamar a Andrea, hablamos de muchas cosas, pero no de mis razones de estar de regreso en España, me regañó por huir, pero al final de la conversación se despidió con un amable te quiero.

Aún me cuesta creer esta gran amistad qué tengo con ella, es una gran persona y le tengo mucho aprecio.

Llego a casa, me ducho y me cambio de ropa, y me vuelvo al hospital en mi coche, y le aviso a Alex que vuelva a la clínica, para que esté preparado por si mi madre lo necesita.

Al llegar al hospital me fumo un cigarrillo, veo el espléndido sol que hay en Madrid y me imagino a Isa con esos pantalones cortos que me encantan.

Saco el móvil que ocupaba en Chile, activo el Roa Ming y empieza a sonar el móvil, veo que tengo mensajes de Isa y mi corazón empieza latir muy fuerte, escucho un mensaje de voz

— Te extraño ¿cuándo vuelves?, tu pequeña un beso. —habla apenas juntando las palabras.

¿Estaba borracha? Ella me dijo que no bebía no entiendo porque había bebido en esa fiesta... espero que no fuera por mí.

Decido llamar al investigador y le pregunto el estado en que llego a su casa, y me confirma que llego borracha, pero que sus amigas entraron y la dejaron en casa.

Eso me tranquiliza, y decido subir a ver a mi hermana, ella esta despierta y me abraza, no quiero abrazarla fuerte, dado que sé que ante cualquier contacto su cuerpecito se llena de hematomas.

— Hola churri. —me dije intentando hacer una sonrisa, que no le sale por las pocas fuerzas que tiene.

—Hola belleza, ¿cómo te sientes?

—Mucho mejor... me alegra que estés junto a mí y a mami, te extrañábamos.

—Yo igual las extrañaba, por eso vine a visitarlas.

—¿Cuánto te quedas?

—Hasta que te mejores. — dije intentando no llorar.

—Entonces no podrás irte...— dijo con los ojos con lágrimas, Violeta es muy inteligente, sabe que está enferma y que en algún momento se ira de nuestro lado.

—No digas eso belleza... Tu estarás conmigo siempre.

—Lo sé, estaré en sus corazones, mamá ya me lo explico. —dijo mirándome a los ojos.

Llega Roger y nos dice que necesita descansar, su cuerpo está muy maltratado por la enfermedad. Salimos al pasillo de la clínica.

Converso con él, me pregunta lo que me preocupa, y no puedo evitar contarle de aquella castaña que esta ahora lejos de mí, el maldito sonríe al verme pensando en ella, lo golpeo, quiero despejar mi mente por un momento, conversamos de su vida, él, tan mujeriego como yo, me invito a un club, pasar un buen momento con cualquier mujer dispuesta, pero sinceramente no me apetecía, quería a una en específico, y aunque quisiera no la tendría.

Así pasaron dos semanas, la podíamos visitar un rato y luego debíamos estar en la sala de espera, nos turnábamos para ir a dormir, y comíamos en la clínica, para que cualquier cosa que pasara estemos aquí.

Isa seguía enviando mensajes de audio, lo que alegraba mi día, el poder escuchar su voz, pero igual me ponía triste, se por el investigador que ha salido de fiesta cada noche, que hay noches que no ha vuelto a casa y eso me pone de mal humor.

Pero sé que es mi culpa, le pedí que me olvidara y, y es lo que está haciendo.

Me mando un audio que me alegro mucho el día... venía con una canción de Aitana.

"Hoy he dejado mi teléfono para no llamarte

Para no llamarte, para no llamarte

Hoy he dejado mi teléfono para no llamarte

Para no llamarte, para así olvidarte"

Aquello me causo mucha gracia, el saber que yo conozco a la cantante, me causaba una grata sensación, ella vive en Barcelona y nos conocimos en un evento que tuve que asistir por una de las empresas que tenía mi padre en esa ciudad, el evento era para darme la bienvenida como sustituto de mi padre, ella era una gran persona, era menor que yo, muy simpática y encantadora.

Me gustaba saber que aún no se olvidaba de mí y que trataba de dejar su teléfono con la intención de no llamarme, lo que hacía de todas formas cuando llegaba de sus fiestas.

El investigador me comento que en una fiesta tuvo que intervenir por que un hombre intento propasarse con ella, aprovechándose de que estaba borracha.

Con aquella información mi mundo se desestabilizo, quería llamarla, decirle que yo tampoco me olvidaba de ella, que si quería podía esperarme, que iría por ella en cuanto pudiera, que la extrañaba, que la necesitaba conmigo viviendo esta maldita tortura, pero me controle, no podía, ella no se lo merecía, merecía conocer alguien nuevo, alguien con quien las cosas fueran enserio, que se tomara su tiempo, que lo conociera su madre, que se comprometieran, que se cazaran, que fueses felices, aunque se llevase mi vida por delante.

Paso un mes desde que volví a Madrid, y mi hermana pequeña falleció, todo mi mundo se derrumbó igual que el de mi madre, después del entierro mi madre decidió viajar fuera de España, lo cual le concedí, le compré unos pasajes a Miami y yo sin remedio decidí regresar a Chile, necesitaba ver a Isa, necesitaba verla, la quería, aunque no lo reconociera, y aunque todavía ocupase la excusa de aquellos papeles que me faltaban hacer. Estaba enamorado, y me sentía estúpido por ocultarlo, pero si no lo decía, no existía, aunque dolía de igual modo.

Todo el viaje pensé en mi hermana pequeña, en sus últimos momentos, sonriendo, estaba destrozado y necesitaba despejarme.

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