CAPÍTULO 14
Estaba en una maldita nube, jamás pensé agradecer que mi novio me fuese infiel, las cosas con Cesar eran muchísimo mejor, me sentía muchísimo más plena, de hecho, me sentía tan bien que no quería guardar ningún rencor con nadie, solo quería disfrutar de esto que estaba surgiendo junto a Cesar. No podía evitar sonreír al recordar a Cesar en plan celoso, me tomo de la cintra y me beso frente a Simón, no entendía aquella inseguridad, yo no pretendía por ningún modo volver con mi ex, que intente que las cosas estén tranquilas, no significa que seamos amigos, solo quiero dejarlo pasar y olvidarme de lo ocurrido.
Desperté de un pequeño descanso y Cesar estaba en la cama observándome, debo haber dormido unos 15 minutos, porque el día seguía soleado. Me acomodo para poder besarle.
Su teléfono suena y se levanta de la cama y baja hacia el primer piso, mientras me comienzo a vestir, veo a Cesar con mala cara, algo paso en esa llamada.
—¿Paso algo? — pregunto preocupada.
—Tengo que volver a España. — dijo mientras sentía que mi corazón se derrumbaba con escuchar esas palabras, se suponía que esto estaba comenzando no terminado.
—Pensaba que aún no terminabas tus cosas aquí en Chile.
— Aún no las termino, pero necesito ir a España a pasar un tiempo y volveré cuando lo encuentre pertinente
—Si vas a volver, ¿quiere decir que puedo esperarte hasta que regreses?
Él no responde, veo cierta tristeza en sus ojos, y no puedo evitar pensar que se siente mal por irse, si debe irse lo entiendo, pero yo puedo esperarlo, lo nuestro estaba comenzando e íbamos perfecto, el sube a mi habitación y lo sigo esperando su respuesta, me siento en la cama al ver como se viste, y le miro con tristeza, si no responde supongo que esa es su respuesta, esto era lo que teníamos, sexo ocasional mientras él estaba en el país, y yo lo sabía.
—Pequeña, no necesito que me esperes, — se acerca a mí, y me toca el rostro de forma cariñosa— no sé cuánto tiempo decida quedarme en Madrid.
—Puedo esperarte hasta que decidas volver, tampoco es que busque tener algo con alguien más... —
—No. — dijo tajantemente, interrumpiendo lo que quería decir — el trato era que lo pasábamos bien, y estas semanas han sido geniales, y ahora que me debo ir, tu vida debe volver a la normalidad.
Siento como los ojos se me humedecen, y lo observo mientras se alista para marcharse se despide con un dulce beso en mis labios y se marcha. Quizás yo no quiero nada con nadie más, de hecho, si no fuese por él, dudo que en este momento estuviese con alguien. Pero quizás él en Madrid si quiera buscar a una mujer para tener lo mismo que tenía conmigo, sexo sin compromiso.
Siento las lágrimas caer por mi rostro. ¿cómo pude ser tan tonta de enamorarme tan rápido? Siento que mi corazón lo han roto antes de que este estuviera completo.
Me asomo por la ventana y veo el auto de Cesar salir sin que mire atrás, siento como me derrumbo de nuevo y decido dormir, a la mañana siguiente decido llamar a mis amigas, no estoy dispuesta a derrumbarme por un hombre, ¡no de nuevo! Me dice mi subconsciente.
Cuando llegan mis amigas, les cuento que Cesar ha vuelto a España, ellas me consuelan y me dicen que jamás pensaron que me enamoraría de él, si lo hubiesen sabido jamás me hubiesen alentado a estar con él. Se que es mi culpa no debí ilusionarme, pero veía como me miraba, sé que no me lo imaginaba, aquella forma de tomarme, de besarme. Fui una estúpida, siempre me dijo que volvería a España, pero jamás pensé que fuera tan pronto.
Decidimos pasar el día viendo películas y luego salir de fiesta con mis amigas, me arreglo con un pantalón corto blanco y una polera de tirantes negra, Cesar quería que siguiera con mi vida. Y eso haría.
Llegamos a la casa de uno de mis compañeros de universidad, su casa es impresionante grande, y un jardín espectacular, en donde están todos mis compañeros de carrera, algunos bebiendo y otros bailando, incluso hay personas que son de años más arriba que nosotros, entre ellos se encuentra Simón, se acerca y mis amigas lo miran con mala cara, luego de que les dijera que me dejaran a solas con él para poder conversar todo lo ocurrido, decidimos quedar sin ningún título, no éramos amigos, pero tampoco enemigos, según él estaba arrepentido, pero yo no tenía ganas de entrar en aquel tema. Solo seguiríamos hablando, de cierto modo nos habíamos criado juntos, y fue mi primer amor, me suplico que por un error no nos alejáramos, a lo cual decidí darle una oportunidad, dejando claro que no volvería con él en plan novios, porque estaba con Cesar, aunque eso no fuese del todo real.
Me saco a bailar, bailamos como nunca, hace mucho que no salíamos, preferíamos quedarnos en casa viendo películas y acurrucados después de hacer el amor, quizás esto era lo que me hacía falta, comportarme como alguien de mi edad, siempre estuve tan preocupada de mis estudios y Simón que deje mi vida de lado, no salía, no bailaba, y muchísimo menos veía a nadie de mi alrededor, a menos que fuese plan de estudios.
Sigamos bailando de Luis Fonsi, retumba en aquella casa, y bailamos muy a gusto.
"Esto no se acaba, esto no termina
Aunque prendan las luces Que siga,
que siga, que siga Yo no sé, no sé (baby, no sé)
Si te gusta, nos quedamo' otro rato (no-o, oh-oh)
Y si tú quieres seguir después (seguimos después)
Le damo' hasta que te quites los zapatos-
Pa' que sigamos bailando
Pa' que sigamos bailando
Si es a poca luz es mucho mejor
Todo lo que hagamos en lo oscuro produce mucho calor
(¡sumba Yandel!)
Que esto no se acaba, esto no termina
Hoy salgo de rumba, rompo la rutina
No pierdo tiempo, todo se olvida
Cuando..."
Mientras la canción suena bailo muy apegada a él, el hecho de que le afecte mi cercanía mejora mi humor. Bailamos toda la canción y luego nos sentamos y nos tomamos algo juntos, él se bebe un vaso de cerveza y yo una coca- cola, dado que no me gusta beber, bailo con más personas, dejando claro que, si paso tiempo con él, no es por nada más que cortesía. Vuelvo a mi sitio exhausta y él se acomoda a mi lado.
Pasamos bastante tiempo conversando, le comento que Cesar se ha marchado a España y me abraza sin que se lo pida, me siento incomoda por lo que decido alejarle y seguir con nuestra conversación, le pregunto por Regina y su cara sonriente desaparece.
—¿Porque quieres hablar de eso?
—Solo quiero saber que es de ella, no la he visto después de aquella discusión que me dejo claro que te habías estado con ella porque yo no era suficiente. — me mira con tristeza, y yo sonreí no lo decía en ese plan.
—Lo que paso con ella no tiene nada que ver con lo que te dijo, ella de verdad me buscaba, un día borracho caí, y ...
—No necesito que me expliques Simón, lo nuestro termino, y la verdad no necesito saber detalles.
—Es solo que no quiero que pienses que aquello es cierto, yo fui un estúpido, te perdí — dice lastimero.
—Quizás no estábamos destinados a estar juntos, comenzamos lo nuestro siendo muy jóvenes, supongo que nada dura toda la vida.
—¿Estas enamorada de él? — pregunto mirándome directamente.
—No es algo que me apetezca habla con mi ex— su mirada fue fría y solo miro hacia el costado — ¿entonces Regina está bien?, ni siquiera la he visto en la universidad.
—¿Tus amigas no te han contado? — vuelve a mirarme, pero ahora dejando una clara distancia, la cual no me molesta.
—¿contarme qué?
— quizás deberías hablar con ellas primero.
—Vamos Simón, ya lanzaste la piedra, ahora no escondas la mano.
—Tus amigas la amenazaron — dice sonriendo, y no entiendo a qué va.
— ¿Como que la amenazaron? —pregunte sorprendida
—Le dijeron que no se acercara a ti, que se cambie de sede en la Universidad, porque si se titulaba aquí, ellas se encargarían de que no consiga empleo.
Me quede muy sorprendida, no creo que mis amigas pudieran hacerle eso a Regina, ella no se merecía que la amenazaran así, nadie se lo merecía. No quiero sentirme culpable porque ella se tuviese que marchar de Valdivia, por lo que ocurrió con Simón, no la apoyo y tampoco es que entienda lo que me hizo, pero no pretendo cargar con algo como aquello.
Me dirijo hacia mis amigas y les pregunto directamente.
— ¿Saben algo de Regina? — ambas se miraron de manera cómplice, y no sabían que decir
—La verdad es que Andrea y yo...— empieza María
—La amenazamos para que se fuera de Valdivia y no se acercara a ti. — dijo rápidamente Andrea.
— ¿¡Qué hicieron que!?
—No queríamos que te hiciera más daño, y tú sabes que mi padre es muy amigo del administrador del hospital de Valdivia, y la amenace con eso. — dijo Andrea.
— Chicas... nadie se me merece que la amenacen así por un error.
—Amiga ¿en serio crees que es fue un error, y que solo ocurrió una vez?
— No lo sé. Prefiero no pensar en ello, pero quiero que le quiten esa amenaza, si ella prefiere quedarse donde esta que se quede, pero ella es quien debe decidir eso, no ustedes.
—No puedo creer que los perdones tan rápido Isa, te hicieron mucho daño. Si no fuera porque Cesar estaba ahí, estoy segura de que seguirías llorando en tu casa por lo que te hicieron esos dos. — atacó André, defendiendo su postura.
–Puede que sí. Pero estaba ahí, y a pesar de que ahora se marchó me alegro de que estuviera a mi lado en esos momentos —
— Venga no te pongas triste, ven vamos a beber algo.
Me sirven un ron con Coca-Cola y me lo bebo rápidamente, me sirvo otro y mis amigas me dicen que beba más lento, pero necesito olvidar la pena de Cesar se halla marchado.
Se acerca Simón para sacarme a bailar nuevamente, cuando intento ponerme de pie, noto que el piso se mueve sobre mis pies, y noto que, con solo dos vasos de trago, ya estoy mareada, cuando entramos a bailar con Simón suena la canción de Farruko y Pedro capo llamada calma.
"Tu mano en mi mano
De todo escapamos
Juntos ver el sol caer
Vamos Pa' la playa Pa' curarte el alma
Cierra la pantalla Abre la medalla
Todo el mar caribe
Viendo tu cintura Tú le coqueteas, Tú eres busca bulla"
Cuando termina la canción Simón intenta besarme y me alejo.
— ¿Qué haces? — dije exaltada.
—Solo intento recuperar lo que teníamos, ya no está Cesar, tampoco esta Regina... yo pensé que podíamos intentarlo de nuevo y hacer como que nunca paso nada.
—¡pensaste mal! — grite enojada y siento que los tragos hablan por mí. — Mira Simón no sé si en algún momento pueda hacer como que no pasó nada... yo te perdone por el hecho de que me suplicaste que te perdone, y por el hecho de habernos criado juntos, pero dudo que en algún momento te perdone lo que me hiciste con Regina... creo que fue una mala idea volver acercarnos.
— Pensaba que me extrañabas.
—No... no sé si te extraño... pero yo estoy con Cesar, aunque el este en España...—finalice la conversación y me aleje de él, no sé si son los tragos los que hablaban por mí, pero me di cuenta de que en realidad nunca los perdonare, intento que las cosas nunca terminen mal, pero creo que esta va a ser la excepción.
Mis amigas me llevan a casa, dado que no quieren que me vaya sola en taxi, dicen que es peligroso que viaje borracha y sola en un taxi, pienso en todo lo ocurrido, mi vida se volvió un caos en semanas, primero mi novio con mi mejor amiga, yo acostándome con un desconocido como si eso fuese un gran plan, peor que eso, me acuesto con alguien en plan "solo sexo" y termino enamorada, como si mi vida no hubiese estado suficientemente revuelta como para yo enamorarme de alguien que sabía que se marcharía, que más encima siempre fue claro diciéndome que no se quedaría aquí por mí, y ahora estaba borracha estirada en mi cama y pensando en que está haciendo el, quizás en la cama con otra, quizás alguien gimiendo su nombre y durmiendo en sus brazos como yo esta mañana.
—💜—
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro