Cesar

Son las seis de la mañana y mi móvil suena, y me saca de aquella nube en la que dormía, vi a Isa durmiendo en mis brazos y sonreí, tome mi móvil, para salir de la habitación, camine hacia el primer piso, y respondí la llamada.

—Hola madre, ¿va todo bien? —ella nunca me llama a esta hora, teniendo en cuenta que sabe la diferencia de horario entre Madrid y Chile, por lo que me pongo alerta.

—Si, todo bien, es solo que a tu hermana le bajo la nostalgia y quiere hablar contigo. Te la paso.

—Hola Churri, ¿Cuándo vuelves a casa? — se me da vuelta el corazón el escuchar esa pequeña voz, extraño mucho a mi hermana pequeña, sus pequeñas manos rodeando mi cuello cuando salta a mis brazos.

—Hola belleza, aún no se cuando vuelvo, pero podemos hacer vídeo llamadas para vernos, ¿te parece?

—¡Si! — grita feliz —Me encanta la idea, te extraño. — siento que se me humedecen los ojos y necesito colgar el teléfono, porque o si no, me subiré al primer avión de regreso a Madrid y estaré en casa sin darme cuenta. El saber que en cualquier momento puedo perderla me oprime el corazón.

—Te dejo belleza. Debo trabajar mañana y aquí son las 6 de la madrugada. Te quiero. Muchos besos para ustedes.

Cuelgo el teléfono antes de que responda o se ponga a llorar, me siento en el sofá, para que se pase la angustia que tengo de no ver a mi hermana pequeña y a mi madre todos estos días. No puedo evitar mirar en dirección a la escalera que me lleva a la habitación de Isa, me siento mal sabiendo que ella es un impedimento para yo correr y subirme a un avión, era algo que evitaba, no quiero ataduras, me hace mal pensar que estoy poniendo mi felicidad delante, a la de mi hermana pequeña, sabiendo que ella no podrá disfrutarla más adelante, porque, aunque intentara dar mi vida por ella, no puedo. Saco aquellos pensamientos de mí, y me dedico a disfrutar lo que me queda de tiempo en este país. De cierto modo ese había sido el acuerdo, disfrutar de mi estadía aquí, decido pedir desayuno a domicilio, para compartir con Isa, no quiero pasar el único tiempo que tendré con ella angustiado por lo que pasa en Madrid, aunque debo reconocer que no quiero que se acabe, me siento bien a su lado, puedo sonreír de forma sincera como solo lo logro junto a mi madre y mi hermana, me da miedo sentir cosas por ella, no quiero que nada me amarre a este País, pero no puedo sacar de mi mente a isa montada junto a mí en un avión, llevándola a conocer a mi familia.

Ella llenaba aquel vacío que dejaba mi familia, es difícil estar solo en un país, más cuando tu hermana está enferma, y se puede morir en cualquier momento, no sabría como sobrellevar si no lograse despedirme de ella.

Isa se asoma por las escaleras, con mi camiseta cubriendo su lindo cuerpo, me encanta como se ve.... ella se acerca y me besa dulcemente los labios, yo la tomo por la cintura, y la acerco a mí, no puedo conformarme con aquel simple beso, mi lenga se funde con la de ella, y no la suelto hasta que la oigo gemir, su respiración queda errática y yo quedo con una erección que necesito controlar, para no fallármela en este mismo lugar.

—Pensaba que te habías marchado de nuevo, pero al ver tu camiseta me tente y me la puse, espero que no te moleste. — dice intentando distraer la tensión de nuestros cuerpos.

—No me molesta, te queda muy sexy —dije tomándola por la cintura y subiéndola a la mesa, al no lograr de forma exitosa sacar aquella imagen de ella desnuda en esta mesa; me ubique entre sus piernas, y fue la mejor manera de comenzar la mañana, me encanta sentir esos labios carnosos bajo los míos, empecé a subir mis manos sobre sus muslos, le quite mi camiseta, y me deslumbro saber que no tenía ropa interior puesta, comencé acariciar su sexo, y ya estaba húmeda, sonreí con mi boca en su cuello, ella comenzó a jadear, entonces sin pensarlo baje mi bóxer y la penetre y ella grito mi nombre entre jadeos y una deliciosa explosión de placer, la baje lentamente de la mesa y le bese los labios, ella se marchó hacia el baño, me limpie con una toalla nova que estaba cerca, el timbre suena y sonrió al pensar que es el desayuno

Me asome a la ventana y vi que era Simón su exnovio, busque mi bóxer de manera rápida y no sé por qué, pero decidí abrir la puerta para que notara que solo venía a molestar y que ya había perdido a Isa.

— Hola. ¿Que necesitas? — dije con un semblante serio.

— Necesito a Isa. — respondió cortante, buscándola con la mirada

— Se está duchando, comprenderás que no puede atenderte...

—No vería nada nuevo. — dijo provocándome y logrando que apretara mis puños. — pero dime algo ¿Isa sabe que ayer pasaste la tarde en la cama con Fernanda?

Me quedé muy sorprendido, ¿cómo sabía que ayer estuve con esa tía?

—¿Me estas siguiendo imbécil? —dije con muy poca paciencia y esperando romperle la cara.

—Sabes, Valdivia es una ciudad muy pequeña, y resulta que Fernanda la chica que te estas cogiendo es mi hermana. Y sería una pena que Isa se entere que la engañan por segunda vez.

—¿tu hermana?

—Ayer me llamo para contarme que se está acostando con alguien y que en la cama la llamo Isa... me comento que era español, y solo me falto saber eso pera saber que se trataba de ti.

—Mira imbécil yo que tú me voy por donde llegaste porque te juro que el puñetazo que te di la vez anterior quedara como una caricia con lo que pienso hacerte si no te marchas, y de todos modos yo no engañe a nadie, lo mío con Isa comenzó anoche.

—Veo que se ha vuelto una fácil, así que ahora comienza algo contigo y deja que te la folles.

—Quizás lo aprendió del exnovio, que se follaba a la mejor amiga— su sonrisa desapareció — ni siquiera sé qué haces aquí, es obvio que ella no pretende volver contigo.

—¿Lo dices porque se acuesta contigo?, aunque te arda, ella sigue enamorada de mí. —

—¿Sí?, pues no te menciono en ningún momento anoche mientras me la follaba, de hecho, solo dijo mi nombre. —

—Disfrútala mientras puedas, mira que mi hermana se lleva muy bien con Isa y yo creo que en cualquier minuto conversan sobre ti y se darán cuenta que eres el mismo. — el muy imbécil se marcha con una sonrisa en su cara, odio estas ciudades tan pequeñas, todo el mundo se conoce—

¿Cómo carajo no se me ocurrió, que podían conocerse? ¡Joder! Necesito hablar de esto con Isa. Tocan la puerta de nuevo y abro con la intención de dar un puñetazo al primero que se me cruce. Pero era el desayuno que había solicitado, lo recibí y lo puse sobre la mesa.

Cuando Isa llego el desayuno ya estaba servido, ella me comento lo que tenía planeado hacer hoy en la universidad, comió rápidamente y se marchó con sus amigas, no tuve tiempo de hablar con ella sobre el tema, debía frenar a Simón, está empezando a gustarme lo que tengo con Isa, y no permitiré que ese cabrón lo arruine.

Paso mi día inmerso en cosas de la empresa, pero al primer tiempo que tengo salgo en dirección hacia la universidad San Sebastián, y me estaciono fuera de la entrada principal, al ver salir a Simón, pongo en marcha el coche y le adelanto, me bajo y lo encaro:

— Hola —dice—¿supongo que ya hablaste con Isa?

—Mira decidí hacerte caso, voy a disfrutar lo que tengo con ella, así que no se te ocurra comentar nada de lo que sabes porque te juro que tendrás que operarte para poder volver a tener un rostro. —Dije con un semblante muy serio.

— ¿Me estas amenazando? — dijo entre risas

—Mira, eres más inteligente de lo que pensé, entendiste el mensaje. — dije sarcástico y su cara elimino la sonrisa.

Me dirigí a mi auto y fui a la casa de Fernanda, si es necesario le pagaría para que cerrara la boca, pero necesito estar seguro de que no hable con Isa sobre esto.

Luego de una larga charla con ella, aceptó no hablar con Isa sobre el tema por una suma de dinero considerable, lo único que me queda esperar, es que cumpla su palabra.

Me encaminó hacia la empresa, realizo los papeles que necesito para esta semana, y la tarde pasa rápidamente, sumergido entre miles de papeles, ni para almorzar me dio tiempo, recuerdo que Isa me dijo a qué hora salía de la Universidad, decido ir a buscarla.

Al llegar a la universidad veo a Isa hablando con Simón y no puedo evitar aquella sensación que se plantó en mi pecho, necesito saber que hablan, endurezco mis puños con ganas de partirla la cara, solo el pensar que pueden estar hablando de Fernanda...

Sin pensarlo me dirijo hacia ellos y abrazo a Isa por la cintura, nunca había hecho esto de marcar territorio, normalmente no me importa si las chicas con las que me acuesto estén con otros tíos, pero con Isa es diferente, más si se trata de este gilipollas.

—Hola pequeña. — la saludo y le doy un dulce beso en los labios, y luego miro a Simón sonriente.

—Tengo que irme. — me dijo dirigiendo una mirada hacia donde estaba yo. —me alegra que podamos hablar de nuevo Isa. Te quiero. — se aleja de nosotros y escucho como ríe cuando se acerca a su grupo de amigos.

Miro a Isabel y le digo:

—A que va eso de me alegra que podamos hablar...

—Solo hemos aclarado algunas cosas, o tenemos por qué llevarnos mal, yo ahora estoy contigo y no me gusta guardar resentimientos con las personas, menos con Simón.

—¿no es necesario llevarse mal?, se cogía a tu mejor amiga mientras estaba contigo Isa, ¿en serio quieres ser su amiga?, Y ese te quiero ... ¿era necesario?

— Cesar... ¿Estas celoso?

— Claro que no princesa... Solo me molesta su presencia, y también me molesta que seas tan ingenua, es obvio lo que pretende acercándose.

—Lo que pretenda o no, es cosa de él, y si te preocupa que le dé una nueva oportunidad, eso jamás pasara.

No me preocupa que le dé una oportunidad, me preocupa que sepa cosas por terceras personas, pero tampoco se cómo plantear esto, tampoco es que le fuese infiel, pero joder, me acosté con alguien el mismo día que empecé a acostarme con ella, y supongo que o es algo lindo de saber.

— ¿Que te apetece hacer hoy? — dije intentando buscar una forma de hablar con ella.

—Lo que tú quieras está bien.

—Si es lo que yo quiera podemos irnos a casa y desnudarnos. — dije con una sonrisa, pensando en disfrutar lo que más puede de ella, y claramente olvidando aquella conversación pendiente.

Ella sonríe pícaramente y acepta, llegamos a la casa, ella va hacia su casa mientras yo dejo el auto en mi estacionamiento. Cuando toco la puerta ella abre y esta solo es ropa interior.

—Uf... te vez guapísima... y muy sexy— digo sintiendo como aumenta la presión en mi entrepierna.

La tome de las caderas y sus piernas quedan por mi cintura, cierro la puerta y nos dirigimos hacia su cuarto y follamos dos veces, ella se encuentra exhausta y duerme un rato sobre mi pecho. Me acomodo a su lado disfrutando del calor que genera su cuerpo desnudo, intento descansar con ella, pero no puedo.

No puedo dejar de pensar de que estaban hablando ella y Simón, no me parece buena la idea de que vuelvan hacer amigos, en cualquier momento le puede hablar de su hermana con la intención de que se junten y hablen de mí. Doy por hecho que hoy no hablaron sobre Fernanda, ya que dudo que estuviera acostada a mi lado si de eso se tratara. Me relajo y la observo mientras duerme en mi pecho.

Sabía que tenía que salir de esto antes que me explote en la cara, pero aquella parte de mí, que me recordaba que no teníamos nada, me decía que me callase y disfrutara del buen sexo que teníamos, pero aquella parte de mí que disfruta tener su cuerpo desnudo a mi lado me decía que cuando despierte debía tener una conversación sincera con ella, pero no quería echar a perder esto por aquella conversación.

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