CAPÍTULO 10
Entre a casa con el corazón en la mano, con mi respiración agitada y mi cuerpo excitado por aquellas nuevas sensaciones que despertaba en mí, me senté en el piso y suspiré llena de sensaciones, Dios era el mejor beso de mi vida, su boca, su lengua saboreando la mía, su sabor tan varonil, estaba tan extasiada con ese beso...
Uf... lo invite a pasar en un acto de valentía, siguiendo el consejo de mis amigas, quería pasarlo, quería entregarme sin tapujos, ante nuevas experiencias, pero él quería ser un caballero y eso me confundía, no quería mal interpretar nada de lo que dijera, quería que se mostrase sincero, que si no tenía planes conmigo, que me lo dijera, y yo podría ir y disfrutar de algo sin compromiso, tenía las ganas de hacerlo, pero también me aterraba, no conozco las reglas de una relación sin compromiso, pero estaba dispuesta averiguar lo que sea por pasar una noche con él.
Subí a mi cuarto a darme una ducha. Y me acosté.
A la mañana siguiente me dirigí a la universidad, con todas las ansias de poder contarles a mis amigas lo ocurrido.
Al entrar a nuestra primera clase. Nos sentamos de las ultimas en la sala para poder conversar de lo ocurrido, dado que les envié un mensaje hoy en la mañana diciendo que tenía que contarles algo.
Cuando llegue me esperaban con ansias por saber lo ocurrido.
Les conté desde que Simón había llegado borracho a mi casa, que me había robado un beso, tironeándome del brazo y que apareció Cesar, les detalle lo del beso de mi vida, y no lograron contener la emoción, por lo que el profesor nos hizo callar. También les mencione lo de la cena que teníamos hoy, y que necesitaba de su ayuda para poder comprar algo bonito, pensando en la opción de que esta noche ocurriera aquello tan esperado por todas, de cierto modo el sería el primer hombre después de Simón, y era un gran paso de aceptación a mi nueva vida de soltería; al menos eso decían mis amigas.
Nos dirigimos hacia el mall plaza, compré un vestido corto, pero no en exceso que es de color azul hermoso, y me encanta como se pega a mis curvas, compro unos tacones negros muy bonitos, y mis amigas me convencieron para que compre un conjunto de lencería negro, que tiene un colaless y un sostén de encaje muy bonito, luego de comprar y adquirir todo lo necesario, hasta una pequeña caja de condones, nos fuimos a casa, mis amigas decían que no nos podíamos arriesgar a que el no tuviese condones, pero sencillamente dudaba que un hombre como Cesar anduviese por la vida sin condones, en realidad hoy en día todo el mundo lleva preservativos consigo.
Mis amigas me preparan para la cena, me maquillan lo suficiente, ya que saben que no me gusta maquillarme mucho, y me dejo el pelo con un semi recogido, con unos risos que bajan por mis hombros, me encantan.
Mis amigas se despiden y yo espero impaciente que den las 9, tengo esa sensación que recorre mi pecho con ansiedad, estaba jodidamente nerviosa, no quería que nada saliera mal, quería dar este paso y necesitaba dejar de temblar, trague saliva e intente tranquilizarme.
A las 9 en punto siento el timbre de mi casa, y abro la puerta impaciente, intentando controlar el sudor de mis manos.
Sonreí y mire directamente a sus ojos, cuando él comienza el escaneo, yo hago lo mismo, lleva unos pantalones de jeans de color negro que le caen por las caderas y una polera que le marcaba sus músculos, y recuerdo cómo me apretaba a su cuerpo cuando nos besamos...
—Te ves hermosa pequeña. — dijo con una sonrisa, mientras me recorría con la mirada, lo que me erizo la piel, el apelativo quedaba perfecto para mí, él era claramente más grande que yo, mi estatura llegaba solo a sus hombros, así que sonreí ante aquella manera de llamarme.
— Gracias, tú igual te ves muy bien. —
Salimos y nos subimos a su auto un hermoso Porsche 911 carrera 4S de color gris, nunca me había fijado el gran auto que tenía, y menos me había imaginado a mi montándome en su auto.
—¿Dónde vamos? —pregunte ansiosa.
—Sorpresa. —dijo con una sonrisa, mordí mis labios y lo mire fijamente, las cosquillas por mi cuerpo se acentuaron demasiado y suspire intentando que el oxígeno saliera de mi cuerpo.
Veo que estamos en pleno centro de Valdivia y nos dirigimos al casino, entramos al estacionamiento subterráneo, y la baja de su auto y se dirige a mi puerta para abrirla y me tiende la mano para bajarme. Caminamos en dirección a la parte del restaurante, llegamos y esta vació no entiendo por qué este restaurante es uno de los mejores y casi siempre estaba lleno.
— Pedí la reserva completa. — dice como si leyera mis pensamientos o mi expresión confusa
—Ah...— logre decir, no podía expresar nada más, estaba demasiado nerviosa, él imponía demasiado, y a su lado simplemente me sentí nada, ¿tanto me había dañado Simón?, me sentía pequeña, aquella la confianza que tenía en mi estaba desapareciendo, y no quería darle ese logro, intente eliminar los malos pensamientos y sonreír.
Recordé que él era el dueño del lugar, así que claramente podía darse el lujo de cerrar el local si quería cenar a gusto.
Nos ubicamos en el centro del restaurante con una hermosa música ambiental la cual me relaja, y él tan caballeroso, abre mi silla para que pueda sentarme.
— Me he tomado la libertad de escoger la cena para los dos—dijo mientras me miraba fijamente
—Está bien. —Dije sintiéndome un poco fuera de lugar, había cerrado el restaurante para cenar conmigo, él tiene mucho dinero y yo estudio becada, no entiendo porque vive en el mismo sector que yo, dado que es obvio que puede darse los lujos que quiera, de verdad intentaba que estas nuevas inseguridades desapareciesen, pero se estaban aferrando a mi demasiado.
—¿Pasa algo pequeña? —preguntó preocupado mientras se acercaba un garzón a preguntar que queremos de beber.
Yo pido una limonada con menta y jengibre, y Cesar una copa de vino tinto con un nombre muy extraño.
—¿Dime... pasa algo? — repite aquella pregunta que intente evadir.
— No, solo me siento un poco incomoda, no era necesario que hicieras la reserva completa, es demasiado. — dije soltando lo que me incomodaba.
—Claro que no es demasiado, soy uno de los dueños, ¿recuerdas? — dijo con una sonrisa.
— Es solo que no quiero que gastes tu dinero en estas cosas
— No te preocupes por el dinero. —dijo acariciándome la mejilla
—¿Porque cenas conmigo? — pregunté y me miro extrañado
—Me debías una cena. — dijo como si no entendiera mi pregunta
— Pero podrías cenar con cualquiera ¿porque conmigo?
— ¿Porque no?... no entiendo a que va la pregunta. Eres una mujer guapísima, me atraes y me apetecía cenar contigo, y ayer te dije que no quería saltarme ningún paso, ¿Qué tiene de malo que te invitara a cenar? — preguntó con el ceño un poco fruncido.
— No tiene nada de malo. — suspire. — olvídalo — esboce una gran sonrisa al ver que traían la comida.
Empezamos a comer cuando Cesar toma un poco de comida de su plato y me la da en la boca, yo hago lo mismo y me encanta.... luego de un buen rato de conversaciones sobre cómo voy con la universidad y como él cambio su vida al enterarse que era el dueño de múltiples empresas y mucho dinero.
—Dame tu móvil, quiero hacer algo. — lo observe incrédula, pero, aun así, le entregue mi celular sin protestar.
Siento que su móvil suena, y veo que él está llamando desde mi celular, registro mi número, me tomo de la cintura, y nos toma una selfi y la guardo junto con el contacto, siento como su móvil suena nuevamente y cuando me devuelve mi teléfono veo que se ha enviado la foto.
Su brazo sigue aferrado a mi cintura y se acerca despacio a mis labios, me besa con ternura y sonríe.
—No quiero más cuestionamientos estúpidos, se porque los tienes, y no dejes que el marque tu vida, eres hermosa, y no dejare que jamás lo olvides.
Me toma de la mano. — cosa que me encanta. —y nos dirigimos a su coche, nos alejamos del restaurante en dirección a mi casa, mi corazón late desesperado, por aquella aseveración de hace unos minutos, le miro embelesada con ganas de volver a besarnos, y que aquel beso llegue mucho más lejos que aquel roce de labios de hace unos minutos.
— Me encanto cenar contigo pequeña. —
—A mi igual, gracias por decir aquello, siempre fui muy segura, pero Regina dijo algo hace unos días, que me marco muy a fondo. —
Me encogí de hombros, en un momento me llené de angustia, no sabía si quería avanzando con esto y enterarme que aquello que dijo era cierto, quizá simplemente no se satisfacer a un hombre.
—¿se puede saber que te dijo? — cuestionó.
—Preferiría no hablarlo— asintió entendiendo, me abrazo en un gesto cariñoso y se alejó para sonreírme, comenzó a acercarse a mí y me toma con una mano de la cintura para pegarme a su cuerpo y con la otra acaricio mi labio, y me pasa su lengua por mi labio inferior, primero me beso delicadamente y luego lo intensifica, siento cosquillas en mi estómago y siento como bajan en otra dirección, y siento su erección en mi vientre, y eso me excita mucho. Se separa de mis labios de forma cuidadosa
— No dejare que ninguno de ellos te marque, eres preciosa y lo que ocurrió te aseguro que no es tu culpa, el hombre que quiere ser infiel lo será, aunque delante de sus ojos tenga a la mujer de su vida.
Lo observe con el corazón en la mano, latía desbocado, le mire fijamente y el acaricio mi mejilla de manera tierna, cerré mis ojos ante la sanción y me recordé que no podía volver a enamorarme, que esto era solo un paso para alejar el pasado de mi vida.
Me recordé hasta donde me había propuesto llegar esta noche, tomé su mano y le envite a pasar a mi casa, con una clara intención.
—¿segura? — pregunta mirándome a los ojos y yo asentí — necesito que respondas con palabras, sabes lo que pasara si yo entro a tu casa, y necesito que me digas que estas seguras.
—Estoy muy segura—
Apretó su mano con mía y entramos sin soltarnos, apenas cerramos la puerta, me tomo en sus brazos y subimos hasta mi habitación, al llegar a mi cuarto comenzaron de nuevo esos besos espectaculares que hacían temblar mi mundo, me perdí en su boca y sentí como me mordía el labio mientras sus manos comenzaban a subir mi vestido y estaba muy nerviosa, me alegre de llevar la ropa interior que escogieron mis amigas, estaba nerviosa creo que temblaba más que mi primera vez, a pesar de que Simón fue muy cuidadoso, igual tenía un poco de miedo, pero debía reconocer que no quería falar en este momento, quería demostrar que podía ser suficiente, y ver el deseo en los ojos de cesar hacía que mis inseguridades desaparecieran, si podía provocar a un hombre como él, significaba que era lo suficientemente guapa y sexy para que estemos apunto de acostarnos.
—me matan las ganas de verte desnuda. — dice interrumpiendo mis pensamientos, mientras tira de mi vestido azul, y me lo quita por la cabeza en un movimiento suave lleno de expectativas, jadee por al sentir sus manos tocar mi cuerpo cuando el vestido ya estaba tirado por algún lugar de mi habitación.
Cuando solo estoy en ropa interior y aun con los tacones, siento como sus ojos recorren todo mi cuerpo y puedo ver el deseo en esos lindos ojos grises, mordí mi labio al verlo de en ese estado de excitación.
Luego de observarme, se acercó a paso firme, y comienzo a quitarse la polera, al ver su torso descubierto me dieron una incontrolables ganas de acercarme y tocarlo, me impresiona los músculos que esconde debajo de su ropa, tiene muy marcado su abdomen, lo que causa que mi respiración se corte, no es que nunca hubiese visto a un hombre sin camiseta, pero jamás un hombre como él, Simón no es que estuviera en mala forma, pero Cesar esta para comérselo.
Él sonríe de una forma seductora al ver que lo devoro con la mirada, se acerca a mí, y puedo notar con la luz que da en la ventana un lindo tatuaje que tiene en la parte baja del abdomen, son unas letras chinas, no sé qué significan, pero le quedan de maravilla.
Al llegar a mi lado me quita los tacones mientras me besa con pasión y se acomoda entre mis piernas, aun con sus pantalones puestos y yo solo en ropa interior, sus labios pasan por mi cuello, mientras desabrocha mi sostén de manera ágil y luego pasa su linda boca por mis pechos, los acaricia y los besa, luego sigue con sus besos por mi abdomen, mi ombligo y sigue bajando.... ¡No... que va a hacer!... pienso un poco asustada y por reflejo instintivo me muevo, nunca habíamos llegado tan lejos con Simón.
—Tranquila pequeña no haré nada que no te guste, te lo aseguro. — amo cuando me dice pequeña, lo mire y por una extraña razón estaba dispuesta a probar, quizás aquellas cosas busco Simón en mi ex mejor amiga, elimine los malditos recuerdos cuando gemí al sentir sus manos tocarme sobre mis braguitas de encaje.
Tomo con sus dedos los costados de mi ropa interior y lo quito suavemente, sentí su respiración sobre mi piel, abrió mis piernas para dejar un mejor acceso, jugueteo con mi entrada con uno de sus dedos, separo mis labios y poso su boca, lamio de forma dulce y no pude evitar gemir ante la sensación.
—Me encantas. —dice quitándose por fin los pantalones, y veo su erección dura contra sus bóxer Calvin Klein, ¡Oh, Dios mío! no puedo más con esta espera, siento que me derrito de calor.
— ¿Te gusta? — procesé su pregunta y asentí aun con contracciones de placer que provocaba su lengua en aquel sitio, mi respiración era irregular y estaba perdida en nuevas sensaciones — estas tan mojada y lista para mí. — se chupa los labios mientras me observa de una forma seductora.
Saca un preservativo de su pantalón y por fin quita su bóxer, observe su erección con ímpetu mientras se la acariciaba con la mano, en ese momento por mi mente paso que mi mano era la que lo rodeaba, que yo le masturbaba, y él me observaba, en un momento se enfundo con el condón y se acomodó encima de mí, jugo con mi entrada y sentí la primera embestida de su cuerpo contra el mío. Lo sentí llenándome por completo, y me sentí al borde del orgasmo por segunda vez en la noche, no sé si mi excitación estaba a tope por haber tenido su boca entre mis piernas o simplemente él lograba llevarme al borde cuando recién se había introducido en mí. Se alejo de mí, y gemí a modo de protesta, sus dedos recorrieron mi entrada y exploté sin poder evitarlo, mientras el mordí uno de mis pechos, esa combinación era mi perdición, su boca en mis pechos y sus dedos en mi vagina. Saco sus dedos de mi interior y los chupó de una forma provocadora, aun temblaba cuando me volvió a embestir, no alcance a descansar de mi primer orgasmo desgarrador cuando vino el siguiente. ¡No puede ser dos en una sola noche! al sentir como me derrito de placer grito su nombre, y el apretó mi cintura con tanto ímpetu que sé que sus manos quedaran marcadas en mi cuerpo.
Mientras nuestras respiraciones se calman el sigue sobre mí y cuando se baja se saca el condón y lo deja en lado bajo la cama.
— Ha sido increíble, no sabes cuánto soñé con esto. — eso me hace sonreír, y siento como pasa su brazo bajo mi cuello, y yo acomodo mi cabeza en su pecho. Siento su corazón latir muy fuerte, lo que me encanta y sin darme cuenta me quedo profundamente dormida en sus brazos, llena de sensaciones nuevas, y con una gran experiencia, mi mente no dio pensar en nada más, estaba demasiado cansada, y demasiado cómoda en sus brazos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro