La biblioteca siempre habían sido mi rincón seguro. Desde pequeña iba a una que estaba a cinco minutos de casa para leer, para esconderme del mundo real, para fingir que mi vida no era tan miserable. Los libros fueron mi salvavidas.

Cada historia era una nueva aventura en la que descubrir nuevos continentes y lugares inexplorados. Podía ser la protagonista de la misma o meterme en la piel del villano.

Cuando lo conocí, creí que él no era para mí, que estaba condenada a estar sola. Deja que te cuente cómo me enamoré perdidamente de él, porque esta historia está llena de luces y sombras, de una chica que no creía en finales felices.

La primera vez que lo vi, empecé a creer en los cuentos de hadas.