✎ Logan ✎

—Logy, ¿estás bien? Tremendo morete tenés.

Apreté los labios al verme en el espejo del pasillo a la mañana siguiente. Me latía un poco el ojo derecho, pero nada que no pudiera soportar. Eso sí, tenía una gran aureola de color púrpura en torno a él.

—¿Qué te ha pasado? ¿A quién tenemos que castrar? —se le unió Itzi.

Me senté junto a ellas en el sofá. Había dormido como un tronco hasta pasado el mediodía, así que me iba a saltar el desayuno. Total, no tenía nada de hambre.

—James ha pasado. Estaba molestando a Felicity.

Ambas formaron corazones con las manos.

—Oh, qué mono —canturrearon—. Logan ha rescatado a su princesa.

—Más bien ella me ha rescatado a mí. El gilipollas me ha pegado un buen puñetazo, aunque ha merecido la pena. Tenía muchas ganas de decirle lo que pienso de él. Menos mal que Felicity sabía cómo curarme o si no se me habría terminado la fiesta demasiado pronto.

Ahora tenía dos pares de ojos sobre mí, indiscretos.

—¡No me digas que habéis subido de nivel y que os habéis declarado! —chilló la latina.

Vale, Tammy estaba en modo romántica. Debía pararle los pies si no quería que se montara su propia serie de televisión de veinte temporadas como mínimo.

—Solo hemos hablado. Me ha ayudado con el tema del ojo. Es una buena chica. No entiendo por qué anda con gente tan hipócrita como James.

Itzi se encogió de hombros.

—Quién la entiende.

—Sois muy complicadas —resoplé. Me pasé las manos por el pelo.

Tammy hizo un ruidito con la garganta.

—Anda que los hombres. Menos mal que prefiero a las tías. Son más fáciles de complacer que los chicos y hablo de mi experiencia como hetero.

—Si solo saliste con un tío, neska.

La rubia miró a la morena.

—Y me bastó para determinar mis gustos.

Sonreí de lado.

—Hablando de ligues... ¿Cómo os fue anoche? Os perdí de vista en nada.

Itzi nos dedicó una sonrisita dulce.

—Yo me encontré con Jim y ya sabéis lo mucho que me pone ese hombre.

Tammy fingió una arcada.

—Sí, os vi a los dos restregándoos como animales en celo.

Itzi puso los ojos en blanco. Mientras, yo solté una gran carcajada.

—Pues anda que tú con la chica de pelo azul... Bien que le comías la boca, laztana.

Tammy esbozó una sonrisa coqueta. Se echó el pelo rubio hacia atrás.

—En realidad, ella me estaba devorando a mí. No voy a negar que Ann besa muy bien. Me pregunto si será capaz de complacerme más allá. Me encanta que me toquen mientras me besan.

Me tapé la cara con las manos.

—No necesitamos tanta información, Tam.

Se rió con maldad. Las dos se me pegaron como lapas, sus cabezas apoyadas en mis hombros.

—Anoche me lo pasé genial —comentó la morena—. No sabéis cuánto necesitaba salir a bailar.

—Ann me ha dado su número. Igual quedo con ella —admitió la otra muy bajito.

Ambos la miramos. Se mordía el labio, indecisa. Un mechón de pelo se le había escapado de la coleta y le tapaba la cara.

—Si lo pasaste bien anoche, ¿por qué no hacerlo? ¿Quién no te dice que sea la chica de tu vida?

Soltó una risita nerviosa. Se rascó el hombro.

—Ya sabes que no creo en esas cosas. El amor es complicado.

Itziar y ella chocaron puños.

—Amén, hermana.

Agarré el primer cojín que encontré y me lo puse en el regazo.

—No estoy de acuerdo. Creo que solo tienes que encontrar a esa personita especial que te haga querer vivir la vida con intensidad. Que haga tu mundo girar.

—Wow, Logy, ahora entiendo por qué eres el escritor de novela romántica más popular de las redes.

Sonreí.

Cuando me uní a Wattpad, no esperaba que todo se saliera de madre. El blog se hizo muy popular en tiempo récord y mi cuenta en Wattpad fue creciendo gracias a la promoción constante, los clubs de lectura y mis amigos virtuales —porque conocía a muchos autores buenísimos de todos los lugares del mundo—. ¿Quién iba a decirle al Logan adolescente que en unos años sería la nueva sensación de Internet?

Sin embargo, todo ello era un secreto. Nadie sabía quién estaba tras la cuenta de Mr. Encantador, tan solo mi gente de confianza. Me costó mucho contárselo a ese par. Temía que no me vieran con los mismo ojos, que pensaran que era un friki; en su lugar, se crearon una cuenta en la plataforma y se convirtieron en mis fieles lectoras hasta el punto de amenazarme en persona si mataba a su personaje favorito.

Suerte que me gustara ir por libre y que esas dos preciosidades no me intimidaran.

Itzi me miró, suplicante.

—Necesito que Josh le diga de una vez a Danielle que está loco por ella —suplicó.

—A mí me da mucho miedo que todo esté yendo demasiado bien entre ellos. Se va a ir todo al carajo, ya te digo yo.

—Yo creo que nos hará sufrir con algo gordo para después juntarlos en un final perfecto—puntualizó Itzi—. Aunque no descarto que meta otra escena de sexo duro.

Tammy me lanzó una miradita pícara.

—¿Quién iba a decirme que con esa carita de niño bueno sería capaz de escribir ese tipo de novelas? Imposible. No le pegaba escribir: "Gigi se me pegó al cuerpo, su boca muy cerca de la mía. Se restregó contra mi gran erección. Necesitaba con urgencia arrancarle las bragas, si no iba a estallar". Nos tenías engañadas.

Le tiré el cojín con una carcajada.

Qué pena que las apariencias engañen. Puede que pareciera ser un buen chico, un santo, pero amaba escribir novelas juveniles cargadas de tensión sexual y escenas de buen sexo. ¿Quién lo hubiese dicho? Pero en mi defensa diré que escribía las historias que me gustaría leer y puede que esa fuera una de las claves que me habían llevado tan lejos.

Itzi soltó una risita traviesa.

—Jo, ahora quiero saber cómo continua.

Si yo mismo tuviera que escribir una historia así... Pero, ¿qué...? Como movido por un rayo, saqué  mi teléfono para anotar la idea que se me había ocurrido. En el futuro ya compraría un cuaderno para detallarla mejor, como buen escritor mapa que era.

—Gracias, chicas, por darme una genial premisa para una futura historia.

Ambas resoplaron.

—¡Nos tienes que dar créditos!

—Y tiene que haber mucho sexo.

—Del duro.

—Y del lento, mutil.

—Quiero que ella sea una empoderada, que estoy harta de que todas las protagonistas de la literatura romántica sean unas sumisas.

La latina y la española chocaron puños.

—Que ella lo rescate a él.

Apunté con una carcajada todo lo que soltaba aquel dúo.

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Mr. Encantador, tienes más de mil notificaciones.

Cuando llegué a la biblioteca para pulir un par de trabajos que debía entregar a finales de la semana siguiente, vi que mi teléfono estaba lleno de los globitos de comunicaciones. Metido en uno de esos cubículos de madera blanca, tecleé mi contraseña y me metí primero en el blog. La reseña que había programado se había subido exitosamente y ya contaba con un montón de comentarios.

@PiliYMili: A mí tampoco me ha gustado. No es el mejor libro de la autora.

@AliceWang: ¡Es mi libro favorito! ¿Cómo puede no haberte gustado?

@FanDeMiMisma: ¡Se tenía que decir y se dijo!

@TikTakBum: Pues para mí tu libro es una mierda. Que no sepas apreciar una obra de arte no es culpa nuestra. Antes de opinar, aprende a escribir.

Suspiré.

La vida de una persona activa en redes sociales estaba llena de comentarios positivos, pero no solo hay que ver solo la parte romántica, la de color rosa, porque también había mucho hate. La experiencia me había enseñado que no a todo el mundo le iba a gustar mi contenido y, con el tiempo, había aprendido a aceptarlo y a dejarme llevar. Ya no me afectaban tanto los comentarios negativos.

El capítulo que había subido a Wattpad en el descanso del mediodía tenía diez mil visualizaciones y más de tres mil comentarios. Era una locura. Como estrellas en el firmamento se había viralizado de la noche a la mañana, y no me preguntéis cómo porque ni yo mismo entendía nada.

Me reí con un par de comentarios del tipo "Repítetelo hasta que te lo creas" o "Este no ha caído, se ha lanzado sin paracaídas ni seguro de vida" cuando Josh hablaba sobre Danielle como un enamorado. Si tan solo supieran que en dos capítulos todo se iba a ir al traste...

Amazing Girl ya había comentado.

@AmazingGirl: OMG OMG OMG. Estos dos aparte de darse como cajón que no cierra están colados el uno por el otro. #JoshDateCuenta #DanielleReina.

Sonreí. Nunca defraudaba.

Justo unos segundos después, alguien se sentó a mi lado y, sin querer, se le cayeron los libros al suelo. Maldijo en español.

—¡Lo siento! No sé qué me pasa que ando súper despistada.

Me quedé boqueando como un pez. No podía ser.

De todas las sillas libres que había en la biblioteca Felicity se había sentado en la que había junto a mí.

Cuando la ayudé a recoger uno de los libros, me di cuenta de que estaba leyendo una de las últimas novedades juveniles que había en el mercado, uno que había podido leer en primicia antes de que saliera de cara al público. Le había puesto post it de colores en las tonalidades de azul a juego con la portada.

—Oh, Logan, qué casualidad verte —susurró en ese tono tan entusiasta que tanto la caracterizaba.

—Ho... Hola —tartamudeé. Me di un bofetón mental. ¿En serio era incapaz de hablar con ella? ¿Por qué en la fiesta fue diferente?

Porque no podías dejar que James se saliera con la suya.

¿Habría podido hablar con ella en la fiesta si no lo hubiese impedido?

Lejos de mi debate mental, señaló el libro.

—Me está gustando muchísimo. Me encanta que no sea el típico romance juvenil tóxico, que ya estoy harta. Tienes que leerlo, es buenísimo. ¿Te gusta leer? Aunque si estás en el club de lectura es porque debe de gustarte mucho —soltó sin apenas parar para respirar—. Tu ojo tiene mejor pinta.

¿Cómo lo hacía? ¿Podía ser tan fácil ser tan abierto?

—Yo... Sí, ya está mejor. Te... Tenías razón. —Me aclaré la garganta—. Y sí, me... gusta leer.

Me tocó el hombro con la mano que tenía más cerca y ese simple contacto me aceleró el pulso e hizo que un calor humillante se me subiera a las mejillas. Aparté la mirada lo más rápido que pude,  avergonzado, pero estoy seguro de que se habría dado cuenta de lo nervioso que me había puesto.

Aun así, Felicity continuó hablando.

—¿Cuál es tu género favorito?

—Yo... Humm...

—Ya siento ser una intensa, pero no siempre tengo la oportunidad de hablar de libros con un chico. O bien prefieren la música o los deportes.

Tomé una profunda bocanada de aire.

—No eres... una intensa. Yo también me emociono cuando hablo de lo que me gusta.

Torció el gesto en una mueca adorable. Todo en ella era jodidamente sexy.

—Mi hermana Sky no dice lo mismo. Cree que mi amor por los personajes ficticios no me va a llevar a ninguna parte.

—Menuda jilipollez. No hay nada mejor que una buena novela y si tiene una historia de amor y mucho drama, mejor.

Un brillo se apoderó de esos ojos verde azulados. Me señaló con el dedo.

—¡Eres de los míos! No me lo puedo creer. Míralo, si parecías un ingenuo y todo.

Reí. ¿Por qué de repente se me hacía tan fácil hablar con ella?

—Eso es lo mejor de todo, que nada es lo que parece. Me ves como el chico bueno de las típicas novelas, pero debajo hay mucho más.

Felicity me dedicó una sonrisa de dientes perlados, brillante como el sol.

—Ay, Logan, creo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.