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Capítulo 40

Felicity

Lo primero que hizo Logan al verme fue sostenerme entre sus brazos y girar sobre sí mismo, feliz. De lo más profundo de su ser brotó una carcajada que fue el preludio de la buena noticia que tenía.

—¡Quieren publicarme! —exclamó, con lágrimas en los ojos. Una sensación cálida se me instaló en el pecho al ver esa sonrisa radiante bailar en sus labios.

Lo apreté contra mí en cuanto pisé el suelo de nuevo.

—¡No mames, es genial! ¡Felicidades!

Se abanicó con las manos.

—¡No me lo creo! ¡No me lo creo! ¡No me lo creo!

Me contó todo con pelos y señales, desde la propuesta que le habían hecho y el plan que tenían para que Índigo, su novela más popular en Wattpad, fuera todo un éxito.

Le despeiné solo para molestarlo.

—Tienes talento y ya era hora que una editorial grande te quisiera en su bando.

Me dio un pequeño beso, dulce y perfecto que me dejó con ganas de más.

—¡Estoy tan feliz!

Reí ante esa energía desbordante. Normalmente era yo la que andaba de un lado para el otro.

De repente, dio una vuelta sobre sí mismo, observado el lugar. Allí solo estaba la carpa de la que había salido y un par de stands. Las chicas que estaban en ellos parecían estar muertas de aburrimiento porque a esa hora no había casi nadie fuera de las salas destinadas a los talleres o charlas.

—¿Dónde están los demás? —preguntó al percatarse de que estaba yo sola ahí.

Me encogí de hombros.

—Garret ha ido a una charla sobre construcción de mundos y los ñoños se han ido a investigar el recinto. —Coloqué los brazos en torno a él y me puse de puntillas para susurrar contra su boca—. Tenía muchas ganas de que nos quedáramos un ratito a solas antes de la charla que vas a dar.

Sonrió y con ese simple gesto consiguió que mi corazón se revolucionara.

—Yo también me estaba muriendo por tenerte para mí solo.

Lo envolví entre mis brazos y lo besé con todas las ganas que tenía de él. Logan me pegó contra sí mismo y giró el cuerpo de tal manera que mi espalda chocó contra la pared. ¡Qué rápido aprendía mi chico tímido!

Un par de chavalitas pasaron corriendo por nuestro lado.

—Me muero por ir a la charla de las cuatro. ¡Quiero conocer por fin a mi amado Mr. Encantador! ¿Crees que me firmará un autógrafo? —le preguntaba la una a la otra.

—Seguro que es monísimo.

—¡Va a ser un día histórico para Wattpad!

Enterré la cara en su pecho y aspiré su aroma masculino. Cuando salí de mi escondite favorito, hice un puchero.

—Va a ser una lástima que cuando reveles tu identidad súper secreta, ya no vayas a poder tener estos momentos de intimidad.

Me dio un apretón en el hombro.

—Soy el mismo Logan de siempre. Nada ha cambiado.

Chasqueé la lengua.

—Solo que tendrás a miles de fans a tus pies y apenas podré tocarte.

Me dio un beso en los nudillos.

—Tú siempre serás mi lectora favorita, la fan de la que me he enamorado. Porque tengo muy claro que lo que siento es amor. Te quiero mucho, Felicity.

Recosté la cabeza en él.

—Yo también te quiero, mi sexy escritor.

Nos quedamos unos instantes así, en silencio, hasta que él sacó el teléfono móvil. Con una risita tímida, le pregunté:

—¿Qué haces?

—Quiero inmortalizar el momento. Hoy es un día muy especial y necesito tener una foto nuestra que nos lo recuerde.

Nos sacamos un montón de selfies juntos en poses distintas: sacando la lengua, haciendo muecas, sonriendo, besándonos... Me pareció un momento precioso robado del destino.

❀   ❀   ❀

El auditorio donde Logan —y otras dos autoras— iba a dar la charla estaba a rebosar de gente. Había toda clase de lectores allí reunidos —con el pelo de colores brillantes, peinados extravagantes, piercings, tatuajes, altos, bajos...—, expectantes. Incluso creí ver un par de pancartas que decían: «¡Te amo, Mr. Encantador!».

Era una locura. No cabía ni un solo alfiler. Tuvimos mucha suerte de que, al ser sus acompañantes, nos dejaran sentarnos en primera fila. Hacía ya diez minutos que me había despedido de mi escritor caliente con un beso y muchas palabras de ánimo; el pobre temblaba como un flan.

Confiaba en él. Estaba completamente segura de que lo bordaría.

Sky me dio un manotazo. Esgrimía su sonrisa más confiada.

—Es genial que Logan nos haya podido poner en la zona VIP —comentó, maravillada.

—Bendito sea tu novio —se le unió Garret.

—Grítalo más fuerte, creo que en China aún no se han enterado —repliqué con un nudo de nervios. Porque sí, también estaba ansiosa por lo que estaba a punto de pasar.

Le di un buen repaso a la estancia en la que estábamos. Los asientos mullidos eran muy cómodos. El escenario quedaba de frente, una gran pantalla mostraba el nombre de la charla y el logo de Wattpad. Había un sofá enorme de color aguamarina y un sillón solitario para la persona que dirigiera la charla. Un poco más adelante había una mesa con unas botellas de agua y unos micros.

Estaba todo listo para resolver el misterio de Mr. Encantador.

De repente, un chico un par de años mayor que yo apareció en el escenario y toda la muchedumbre que había se calló de golpe. La expectación era palpable.

—Buenas tardes y gracias a todos por venir a esta pequeña charla a la que hemos titulado «Wattpad: un lugar para darte a conocer». Contaremos con tres de los autores que lo están rompiendo en la plataforma. ¡Dadles una fuerte bienvenida a Evil Morgana, Timkerbelle y Mr. Encantador! —bramó, un rizo alborotado le cayó sobre la frente.

Las dos primeras autoras salieron al escenario entre un mar de aplauso y lucieron una gran sonrisa. La primera chica que salió al escenario tenía una larga melena rubia peinada cuidadosamente tras una diadema de color negro. Llevaba una americana negra, una blusa blanca y un pantalón oscuro. La que la seguía, nuestra nueva amiga Laura, vestía más informal: unos vaqueros y una camisa azul celeste que desentonaba con su pelo rosa fosforito,

No había ni rastro de Logan. Me temí lo peor.

El presentador, al verlas a ellas dos solas, tomó las riendas de la situación. Nos lanzó una miradita cómplice.

—Vaya, me temo que Mr. Encantador es un poco tímido. ¿Por qué no le animamos con un fuerte aplauso y un clamo ruidoso?

Todo el público empezó a gritar su nombre. Fue una completa pasada. Nunca antes había sido tan consciente del efecto Logan hasta ahora, del poder de su fandom, los Encantados.

—¡Mr. Encantador, te quiero!

—¡Eres mi escritor favorito!

—¡Amo lo que escribes!

—¡Arriba Encantados!

Me sumé al jolgorio, divertida. Estaba claro que había mucha gente que quería conocerlo de una vez.

Vamos, Logan, sal ahí y rómpelo, pedí en silencio.

Para cuando me planteaba ir a buscarlo, me sorprendió que entre todos los aplausos y el ruido saliera con una sonrisa tímida. Buscó a alguien con la mirada y, cuando me interceptó, le guiñé un ojo, le tiré un beso y formé un corazón con las manos.

El chico lo presentó.

—¡Con todos ustedes, Mr. Encantador!

Hubo otra ola de aplausos, gritos histéricos y muchos cuchicheos. Algo estaba claro: el miedo que tenía Logan de decepcionar era tan solo una ilusión. Había muchas chicas chillando su nombre a pleno pulmón y pancartas en alto. Por un momento parecía que estábamos en un concierto y todo.

Ese hombre que tan loca me tenía se presentó como Logan Daylight por primera vez ante el mundo y juro que jamás lo vi tan seguro de sí mismo. Con una confianza arrolladora, respondió a cada pregunta con una desempeño que me dejó boquiabierta. Se había adueñado de todo pese a las primeras palabras torpes que dijo y al leve rubor de sus mejillas.

No hay nada mejor que ser uno mismo.

Cuando la charla se acabó, se hizo muchísimas fotos con sus fans —hubo una cola tan larga que estuvo al menos dos horas— y firmó una ilustración sobre Como estrellas en el firmamento que había llevado al evento.

Cuando todo terminó, me sentía tan encantada por los últimos acontecimientos que lo arrastré hasta nuestra habitación y le hice el amor y le demostré que podía comerse el mundo si quisiera.

Porque Logan tenía una luz hermosa en su interior y si se lo proponía no iba a haber nadie que lo detuviera.

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