Capítulo 37
✎ Logan ✎
La WattCon estaba a la vuelta de la esquina. Mañana sería el mayor evento de la plataforma y yo estaba invitado como ponente. Iba a exponerme ante todos como Mr. Encantador, iba a salir del anonimato y eso me tenía acojonado.
Me iba a dar algo.
Las paredes de papel pintado de la habitación parecían querer engullirme, los cuadros feos se estaban riendo en mi cara. Tenía calor, mucho calor.
—No creo que pueda hacerlo. Voy a vomitar —lloriqueé. Notaba el latido acelerado de mi corazón en los oídos.
Felicity, sentada sobre la única cama del cuartucho del hotel, puso los ojos en blanco. La colcha era horrorosa, de un color amarillo mostaza que no pegaba nada con el color azul oscuro de las paredes.
—No seas exagerado, Logan. Va a ir genial —intentó animarme con esa sonrisa dulce que tenía.
Me crucé de brazos para que no viera lo mucho que me temblaban las manos.
—¿Y si meto la pata delante de todos? Seguro que me caigo en cuanto digan mi nombre. Si es que no sé para qué me he apuntado. Seré tonto.
—Logan...
—¡Qué mal, qué mal, qué mal!
—¡Logan! ¿Puedes dejar de dar vueltas como un león enjaulado? Vas a hacer un agujero en el suelo.
Me detuve en medio de la habitación de hotel que compartíamos. Era lo único que podíamos permitirnos, un espacio minúsculo con una decoración nada favorecedora. Wattpad me había invitado a la WattCon, sí, pero no me había pagado ni el viaje ni la estancia. Así que nos las habíamos tenido que apañar.
Resoplé.
—No puedo evitarlo. ¡Estoy tan nervioso!
Me dejé caer en la cama gigantesca que teníamos que compartir, junto a ella. Se veía tan serena y tan segura de sí misma. Ojalá tuviera una cuarta parte de su confianza.
—Deja de ser tan dramas. Sky, Adam, Garret y yo vamos a ir contigo, vamos a animarte y vas a ser el escritor que más fotos se va a sacar con sus fans. No veas el revuelo que hay en los grupos sobre tus novelas. Sé que al menos setenta chicas van a ir por ti. —Hizo un puchero de lo más mono—. Solo espero que no me reemplaces tan rápido cuando Mr. Encantador deje de ser un secreto.
Le di un beso en la mejilla.
—Imposible. Fuiste mi crush en la uni. Eres irreemplazable.
—Aw, eres tan lindo —murmuró. Me dio un beso en la punta de la nariz y me atrajo hacia ella, sus dedos toqueteaban mi cuerpo, maravillados—. ¡Qué ganas tengo de que empiece la WattCon mañana! Va a ser increíble. ¡Qué emoción!
Hice una mueca.
—No me lo recuerdes —suspiré.
Mi teléfono móvil vibró y, al desbloquearlo, leí el mensaje de mi amiga Evil Morgana.
«Acabo de llegar al hotel. Estoy lista para conocer a tus amigos, lobezno.»
Sonreí mientras le mostraba el mensaje a Felicity.
—Ya tengo todo planeado para la sorpresa que le vamos a dar a Sky hoy. ¿Tienes el libro?
Ella señaló la maleta.
—No veas lo que me ha costado que no se lo comprara. Decía que quería ir ella misma a la librería a por él. He tenido que escribirle a Lynn para que escondiera todos los ejemplares.
Le pasé una mano por cara con aire distraído. Me moría de ganas por ver lo que nos depararía esa pequeña aventura improvisada que habíamos organizado casi a última hora.
—Evil Morgana estará en la cafetería de enfrente en menos de diez minutos. Tenemos que llevarla como sea.
Felicity se frotó las manos, una chispa perversa en sus ojos. Me encantaba verla tan enérgica, tan vibrante.
—Yo me encargo. Puedo llegar a ser muy insistente.
—¿No me digas?
Me sacó la lengua.
—Rey, es parte de mi personalidad.
Le di un beso suave en los labios.
—Me encanta cómo eres.
Me enredó los dedos en el pelo, un gesto que amaba que hiciera.
—Y a mí me fascinas tú. ¿Vamos? No quiero que la cumpleañera llegue tarde.
Chasqueé la lengua.
—Su cumpleaños no es hasta mañana.
Le restó importancia con la mano.
—¿A quién le importa?
Con una carcajada, la apreté contra mí y dejé que me hiciera olvidar mis miedos con el simple roce de sus labios en mi piel.
❀ ❀ ❀
—Vosotros dos tramáis algo.
Ni siquiera habíamos salido al exterior y Sky ya tenía el mecanismo de su cabeza en pleno movimiento. Adam y Garret nos seguían unos pasos por detrás. Nos hospedábamos en un hotel a diez minutos del que el equipo de Wattpad había reservado para el gran día de mañana. Sky y Adam compartían una habitación que estaba a tres puertas de distancia de la que a Felicity y a mí nos habían asignado, y Garret se había pillado una para él solo al otro lado del pasillo. Era el primer viaje en grupo que hacíamos. Me daba mucha pena que Lynn no hubiese podido venir, pero tenía que cuidar de los mellizos.
—Ya habrá otra ocasión —me había dicho con una mirada apenada. Le dolía perderse este tipo de eventos, más si tenían que ver conmigo. Por suerte, podría verlo en directo por streaming.
Me vibró el teléfono móvil. Era mi amiga escritora.
«Ya estoy en la cafetería. Por si acaso, soy la chica de vestido color vino y pelo rosa.»
Sonreí. Le enseñé el mensaje a Felicity en un momento de despiste de Sky, quien miraba a su alrededor no muy convencida.
—Esto me huele a chamusquina.
—¿Puedes dejar de buscarle los tres pies al gato? Vamos a tomar algo —replicó Felicity un tanto mosqueada.
La entendía. Tenía muchas ganas de sorprender a su hermana. ¿Qué mejor manera que presentándole a una de sus autoras favoritas?
La observé con detenimiento. Mi chica tenía los hombros tensos, se retorcía constantemente los dedos y se mordisqueaba el labio inferior con aire distraído. Noté su respiración agitada cuando le dejé un beso casto en el cuello.
Le di un golpecito en el brazo.
—Eh, todo va a salir bien. Laura es una chica fantástica.
Arrugó el morro.
—No es eso. Yo... también estoy nerviosa. Me encanta cómo escribe. Me impone muchísimo quedar con autores como si fuésemos colegas. Me cae muy bien, pero me asusta que fuera de la pantalla no sea tan fantástica como me la he imaginado.
—En persona es mil veces mejor. Confía en mí, te va a caer genial. —Me detuve al verla en la distancia. La saludé a lo lejos—. Oh, mira, ahí está.
—¿Se puede saber a quién saludas? Ni que conocieras... —empezó a hablar Sky en cuanto vio mis movimientos frenéticos, pero se calló de golpe. Comenzó a abanicarse con las manos—. ¡No! ¡Me muero! ¿Esa de ahí no es Evil Morgana? ¡Me va a dar algo!
Garret estaba igual de ilusionado o más. Y es que ni él ni la rubia sabían nada. Era nuestro pequeño secreto. Adam se había encargado de entretenerla y de convencerla de salir a tomar unas copas, solo que habíamos omitido un pequeño detalle. Garret había sido mucho más fácil de manipular.
Sky y Garret se pusieron a chillar metidos en un modo fangirl que me sacó una gran carcajada.
—¡AAAHHH! Soy súper fan de ella —exclamó el chico.
Felicity y yo nos volvimos para explicárselo todo.
—Como sé que te encantan las novelas de Evil Morgana, Logan ha preparado un pequeño encuentro con ella. Yo también estoy fangirleando mucho, pero intento controlarme porque no quiero arruinar el plan.
Le tomó de las manos a Sky.
»Sé que mañana es tu cumpleaños, pero quiero darte mi regalo hoy. —Señaló la bolsa de tela que llevaba.
—¿Qué tiene que ver ella con esto? —inquirió.
Señalé la tote bag.
—¿Por qué no lo abres?
Felicity le tendió el regalo y Sky, como una niña pequeña, destrozó el envoltorio brillante con un ansia infantil. Se llevó una mano a la boca.
—¡Te amo! Lo quiero desde que salió.
Su hermana esbozó una sonrisa dulce.
—¿Ahora lo entiendes todo?
La rubia nos señaló.
—¡Lo habéis planeado todo! ¡Sois los mejores!
—Tía, yo estoy flipando, igual que tú. Estos cabrones no me habían dicho nada tampoco —se le unió Garret.
—Eso es porque queríamos que fuera una sorpresa. Sé que te encanta Evil Morgana, así que, bueno, aquí la tenéis. Tinkerbelle no se ha unido a nosotros porque su vuelo no llega hasta la madrugada.
La rubia me señaló, pero su mirada estaba puesta en Felicity.
—Si no te casas con él, lo haré yo.
Adam refunfuñó.
—¡Sí, claro! Los dos sabemos que no puedes vivir sin mí.
Sky chascó la lengua, con el mentón bien arriba.
—Ponme a prueba.
Felicity no perdió oportunidad de rodearme con sus brazos desde atrás.
—¡Ni se te ocurra robarme al chulo, pendeja!
Todo el grupo se rió.
Al ver que nos habíamos detenido en medio de la calle, Evil Morgana se levantó de la silla —se había sentado junto a la ventana, por eso nos había visto— y se acercó a nosotros. Blandía esa sonrisa deslumbrante que tenía. Me dio un fuerte abrazo en cuanto me interceptó.
—Pero mira quién está aquí. Si es mi pequeño lobezno —me saludó.
Le di un manotazo.
—Oh, sabes que odio ese dichoso mote.
—Te aguantas. X-Men es de mis películas favoritas.
Reí.
Se la presenté a mis amigos y, pese que al principio parecía que a Felicity y a Garret les iba a dar un ataque, luego todo se relajó. Sky supo mantener la calma y en seguida hizo migas con Laura.
La noche empezó con las chicas y Garret haciéndose fotos con ella y una pequeña firma improvisada, y derivó en unas copas y en una salida a una discoteca. Me lo pasé genial, bebí y bailé con Felicity, quien tras haberse tomado un par de copas había sacado a pasear a su yo borracho, ese que, a pesar de lo incómodo que me puso la primera vez, me había encantado conocer.
El viaje no había hecho más que comenzar y ya me encontraba ansioso por exprimir cada segundo al máximo.
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