Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Felicity

La primera vez que vi a Sky pensé que era una idiota egocéntrica.

Cruel.

La convivencia con ella había sido todo un calvario, desde bromas de mal gusto hasta verdaderas putadas. Lo peor era que pese a esa maldad que tanto la caracterizaba se escondía una persona inteligente, sedienta de conocimiento. Siempre me había envidiado su labia para pillar los conceptos al vuelo, incluso si estos eran muy complicados. Recuerdo lo mucho que le gustaba tomar prestados de la biblioteca libros sobre cualquier tipo de rama. En el último año del instituto la pillé en más de una ocasión leyendo tomos enormes y de pinta aburrida de conceptos matemáticos imposibles.

Ahora todo eso cobraba sentido.

Pensé en los últimos meses, cómo ella era capaz de explicarme conceptos de mi propia carrera que ni yo misma entendía pese a haber atendido a la explicación de los profesores; en lo capaz que era de liderar el grupo de los mega empollones; en el taller de robótica y el robot que estaba programando para el concurso Proyectos creativos para un futuro mejor; en lo bien que parecía dársele todo.

Superdotada. ¿Sky era superdotada?

Mi reacción fue impredecible. Me eché a reír. Mi risa era aguda, histérica. Se me escaparon un par de lágrimas de los lagrimales y me empezó a doler el abdomen por las carcajadas incontrolables. Fue tanto el ímpetu que mi cuerpo se dobló hacia delante, incontrolable.

Logan me miraba con el ceño fruncido, serio. No se estaba riendo, ni siquiera había un leve rastro de sonrisa.

Tuve que tomar una serie de bocanadas para poder calmarme, las manos aún temblándome.

—¿Qué dices? —articulé en cuanto conseguí tomar el control de mi cuerpo.

—Sky es una chica de Altas Capacidades —repitió, impertérrito.

El pulso me empezó a latir en los oídos. Seguía conmocionada por esa revelación, congelada. ¿Cómo era posible?

—¿Cómo estás tan seguro? —cuestioné.

La sorpresa se reflejó en sus rasgos marcados.

—¿Tú no lo sabías?

Negué con la cabeza. Sentí una opresión en el pecho, el estómago revuelto. Todo me estaba pareciendo muy surrealista, como una broma de mal gusto. Sky, mi hermana. ¿Podía ser cierto?

—No me ha dicho nada y eso que nos lo contamos todo.

Se llevó la mano al mentón y permaneció en silencio unos segundos. Mientras, a mi alrededor todo daba vueltas y más vueltas.

—Puede que no lo sepa. —Chasqueó los dedos—. Sí, tiene todo el sentido del mundo.

Detuve el cauce de sus pensamientos antes de que se saliera de control.

—Espera, ¿cómo estás tan seguro de que mi hermana es superdotada? ¿Y si solo es inteligente y ya?

Se le apagó la mirada, sus ojos llenos de unos nubarrones de tristeza que avecinaban tormenta.

—Mi hermano era igualito a ella. Mi familia no supo verlo hasta que fue demasiado tarde. Yo... —Carraspeó—.... No sabía que no teníais ni idea. Sky es muy inteligente, aprende con rapidez, es inquieta, curiosa, cada día hace algo nuevo y casi todo se le da bien.

Desde que la había conocido había mostrado muchos rasgos de inteligencia, desde el ser la primera de la clase hasta tener la capacidad de estar en tantos talleres simultáneamente. Como Adam siempre decía, no había nada que no pudiera hacer.

—Mi hermano se aburría en clase y era el típico chaval que pasaba desapercibido. Le encantaba leer toda clase de libros, era muy movido, siempre estaba haciendo cosas... —Una lágrima se deslizó por sus mejillas, solitaria—. Lo quería mucho.

Un nudo me oprimió la garganta al escuchar su voz teñida de tristeza. Le di un beso en la palma de la mano.

—¿Qué le pasó?

—Desde niños habíamos sido uña y carne. Le diagnosticaron Altas Capacidades a los dieciocho años y fue de casualidad. Él repitió un año porque interrumpía la clase constantemente y no prestaba atención.

»No fue muy popular. —Rió amargamente—. Debe de ser algo de familia, digo yo. La cosa es que cuando empezó la universidad, fue un bicho raro. Se metió en biotecnología y también era el mejor de su clase. Todos sus compañeros fueron unos cabrones con él. No sabes el acoso que sufrió en la universidad.

—Suena horrible. Siento que tuviera que pasar por eso. Nadie se merece que lo traten como una basura. ¿Estudió aquí?

Logan negó con la cabeza.

—Fue a Harvard. Mis padres querían que fuera a una buena universidad y la Ivy League lo quería a él. ¿Quién no lo querría con la mente tan brillante que tenía? De pequeño construyó una radio utilizando la basura de un desguace, a los doce me regaló un coche teledirigido que él mismo había construido solo porque lo quería por mi cumpleaños y papá y mamá no podían permitírselo.

Sorbió por la nariz. Le pasé una mano por la espalda, como diciéndole que estaba ahí para él. Porque no me iría si no me echaba de su lado, ya no huiría ni escondería mis sentimientos.

—No tienes que contármelo si no quieres.

Agarró una de mis manos y me dio un fuerte apretón.

—Quiero hacerlo. Necesito contártelo. Yo... lo hecho mucho de menos.

Torcí el gesto, no muy segura de querer saber la historia completa. Aun así, le pregunté con la voz temblorosa:

—¿Qué le pasó?

Tomó una profunda bocanada de aire.

—George era el tío más guay que conocía. Él me animaba a que me comiera el mundo. ¿Sabes?, fue  quien me sugirió que escribiera en Wattpad y a quien se le ocurrió la idea de Mr. Encantador. Decía que a través de la escritura podría conectar con los demás, más cuando Lynn repitió curso y me quedé completamente solo. Fue mi primer lector beta, el que me ayudó a crear mi primera historia.

Tragó saliva, como si lo que estuviera a punto de decir a continuación le rompiera por dentro.

»Lo mataron una noche de verano. Unos compañeros de la uni, los chicos que se creían los más guays, le tendieron una emboscada en una fiesta. Había un chico en la facultad que le molaba y, según me contó Giselle, la amiga de mi hermano, Lukas, su crush, parecía querer enrollarse con él. Se fueron a una zona más privada y, allí, debieron de besarse, aunque pronto esa fantasía que se había montado se rompió en mil pedazos cuando su grupito de amigos populares salió de entre los matorrales con sus móviles en las manos.

Sollozó.

»Los muy idiotas lo grabaron todo: cómo lo empujaron, cómo lo señalaron. "¡Maricón!", gritaron. Le escupieron en la cara y le dieron una paliza que terminó en una puñalada en el estómago. Él... no sobrevivió. Mi hermano murió por culpa de unos tíos que no podían aceptarlo tal cual era.

»Puede que por eso tenga miedo de mostrarme como soy, porque me acojona que me pase lo mismo. Ser quien soy no debería ser malo y no debería avergonzarnos la persona que vemos al otro lado del espejo.

«En un mundo perfecto, nadie aparentaría ser quien no es para agradar a los demás. En un mundo perfecto, mi hermano seguiría vivo.

No supe qué decir cuando se quedó callado, llorando en silencio; lo único que se me ocurrió hacer fue abrazarlo. ¡Qué atrocidades había vivido cuando apenas era un chaval! Yo no podía imaginar mi vida sin Sky. Era la hermana que mi madre no pudo darme y que la vida me había regalado.

El hipido lastimado de Logan me partió en dos.

—Dejé la natación profesional cuando me enteré de lo que había ocurrido. Mi madre no quiso decírmelo hasta que terminaron las competiciones nacionales. Me habría gustado haberle dedicado a George mi victoria. Fue mi fan número uno desde que comencé. Ya nada tenía sentido sin él.

Lo miré boquiabierta ante el dato nuevo que había revelado sobre sí mismo.

—No tenía ni idea de que hicieras natación.

Una sonrisa triste curvó sus labios, aunque no llegó a sus pupilas esmeraldas.

—¿Te crees que este cuerpazo me lo ha dado la naturaleza por magia divina? —Se señaló. Sacó bíceps y puso morritos.

Le di un manotazo.

—No me hagas reír. Yo... lo siento mucho, Logan. No tenía ni idea. Ahora me siento la persona más horrible del mundo por querer obligarte a que des la cara como Mr. Encantador.

Unió nuestras manos, ambas miradas conectadas. Se limpió una lágrima con la manga de la chaqueta de cuero. Había una pequeña sonrisa ahí donde antes una mueca de tristeza ocupaba el lugar.

—George es mi modelo a seguir. Ojalá se sienta orgulloso de la persona en la que me he convertido, esté donde esté.

Jugueteé con sus dedos.

—Lo está, no me cabe duda de que ahora mismo estará sonriendo. —Extendí una mano hacia el cielo, ya oscuro. Señalé una estrella en el firmamento—. Allí, ¿no lo ves? Eres igualito a él, aunque diría que tu hermano es mucho más guapo.

Lo escuché reír. Jamás olvidaré su expresión: los ojos clavados en la estrella más brillante, una chispa fulgurante en sus pupilas. Las hebras suaves del cabello le caían sobre la chaqueta mientras observaba aquel pequeño astro que le señalaba. Una sonrisa curvaba sus labios, una lágrima descendió lentamente por su mejilla.

—Sí, lo veo.

Me observó, el hoyuelo en el pómulo izquierdo a plena vista.

—George estaría muy orgulloso de ti.

—Le habrías caído bien.

—Y él a mí.

—¿Cómo lo sabes?

Sonreí, muy segura de las palabras que iba a decir a continuación.

—Porque te brillan tanto los ojos cuando hablas de él que ya me ha conquistado. Me habría gustado aliarnos solo para sacarte de tus casillas, para avergonzarte. Seguro que él te habría arrastrado a la WattCon con un tirón de orejas.

Rió.

—¿Él? Hacía años que me habría obligado a salir de mi cascarón. George siempre le veía el lado bueno a las cosas.

Me colgué de su cuello y le di un ligero beso en los labios, apenas un roce.

—Era un buen tipo, como su hermano pequeño.

Logan me pegó a su cuerpo y, juntos, vimos las estrellas. Me contó anécdotas sobre él y sobre George, como la vez en la que se escaparon de casa para jugar al fútbol por la noche en un parque que había al lado de su casa y su madre los pilló y los mandó de vuelta a casa de una patada; y yo le conté pequeñas historias y travesuras que hice de pequeña o no tan de pequeña y cómo Sky y yo nos conocimos.

La historia de Logan me había marcado tanto que cuando regresé a casa, lo primero que hice fue llamar a mi hermana para decirle cuánto la quería. No veía un mundo en el que ella no estuviera conmigo, en el que no volviera a ser mi confidente nunca más.

Sky era, ante todo, mi mejor amiga.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro