Capítulo 25
✎ Logan ✎
Siete palabras.
Veintiocho letras que lo cambiaban todo.
Cuando los labios de Sky emitieron aquella declaración, quise que la tierra me tragara o que me fulminara un rayo, lo que fuera más efectivo. ¿Cómo se había enterado? ¿Me conocía acaso?
Por supuesto que ha oído hablar de Mr. Encantador, melón. Es la hermana de tu crush. Se lo cuentan todo, ¿qué te piensas?
Pero eso no explicaba que hubiese descubierto mi secreto más oscuro. Siempre había sido muy cuidadoso, desde programar los post del blog hasta actualizar los capítulos encerrado en el baño. Me daba miedo lo intuitiva que podía llegar a ser esa mujer y lo parecida que era a George.
Se había instalado un silencio espeso sobre nosotros que nadie se atrevía a romper. Felicity me miraba como si fuera la primera vez que me veía y Garret tenía los ojos tan abiertos que parecía que iban a salírsele de las órbitas. Mientras, Sky había pasado del estado de flipada al de victoriosa, esa sonrisa pilla curvando sus labios. Fue ella la que rompió el silencio.
—¡Tío, eres tú! Eres Mr. Encantador —chilló.
La sangré se me agolpó en los oídos y un sudor frío me recorrió el cuerpo entero. Las paredes blancas parecieron moverse, achicando cada vez más el espacio. Era el fin del anonimato y aún no me sentía preparado, menos para que mis amigos supieran que escribía ese tipo de contenido.
—Pero, ¿qué dices? ¿A qué viene eso? —Felicity no terminaba de creérselo.
Su hermana le enseñó su teléfono ampliando aún más el gesto.
—Mr. Encantador ha subido una nueva reseña.
La morenita se cruzó de brazos y combó una ceja.
—¿Y?
—Mira qué libro ha reseñado. Qué casualidad que sea justo el que acabamos de leer, ¿no crees? —Se quedó callada durante al menos un minuto entero que se me hizo eterno mientras leía lo que ponía en la pantalla, hasta se le escapó una carcajada que me puso los pelos de punta y todo. Cuando sus ojos se clavaron en los míos, supe que estaba perdido—. Me encanta que seas tan obvio. «El retelling perfecto sí existe». Eso mismo dijiste el día que comentamos el libro.
Había subestimado a Sky.
El corazón me iba a mil por hora, un sabor amargo en la boca del estómago. Sentía que me habían pillado con las manos en la masa, en medio de una travesura. Me aterraba lo que pudiera pasar a continuación, las consecuencias de haber mantenido a Mr. Encantador en secreto todo ese tiempo. ¿Qué dirían de mí? ¿Les habría decepcionado la imagen que había creado de él?
Tragué saliva y, al final, tras una exhalación, lo admití en voz alta.
—Está bien. Soy Mr. Encantador. Yo...
Pero no pude añadir nada más porque Drew entró en el aula con esa felicidad que lo caracterizaba. Pese a toda la tensión que se respiraba allí dentro, logró que me sintiera un poco más tranquilo.
Hasta que me obligó a trabajar junto a Felicity.
Me estuvo mirando como si no me reconociera. No, no no. No quería que lo que habíamos vivido cambiara. No quería que dejara de verme como el Logan de siempre.
—Liz, ¿estás enfadada conmigo?
—Felicity —me corrigió, seca.
Genial. No estaba enfadada, estaba furiosa.
—Yo... puedo explicarlo —susurré en voz baja.
Puso los ojos en blanco.
—Me vale madre.
Solté un suspiro apenas imperceptible.
—Espérame a la salida. Tenemos mucho de qué hablar. Te prometo que te lo contaré todo.
❀ ❀ ❀
Estaba muy nervioso y, en el fondo, una parte de mí temía que me dejara plantado. Mi sorpresa fue épica cuando la vi acompañada de Sky y Garret. Tragué saliva.
Sabía que en algún momento iba a tener que salir del anonimato, pero no pensaba que sería tan pronto. Me estaba arrepintiendo de la última reseña que había subido al blog. ¿Quién iba a decirme que mis tres compañeros de taller seguían el perfil de Mr. Encantador? Que sí, era un blog súper famoso y, ahora que lo pensaba en retrospectiva, tenía mucho sentido que lo conocieran si amaban la lectura tanto como yo. Sin embargo, no podía evitar que mi corazón bombeara a un ritmo descomunal ni que me sudaran las manos.
Estaba acojonodo.
No va a pasar nada, intenté darme ánimos mentales. Ellos no van a verte de otra forma. Sí, eres muy conocido en redes y, sí, tus novelas en Wattpad tienen millones de visitas, pero ¿y qué? Son tus amigos.
Me aterraba que ahora que sabían la verdad, solo quisieran a Mr. Encantador.
Cuando salieron del aula y me vieron, los tres se detuvieron en medio del pasillo. Fue ahí cuando se instaló un silencio asfixiante y lo peor de todo es que no supe qué decir para romperlo. Me daba tanto miedo comentar algo inapropiado que preferí callarme.
Hasta que no pude soportarlo más.
Me temblaban las manos y tenía las piernas como gelatina, y lo único que quería hacer era esconderme.
¿No estás exagerando un poco?
Me aclaré la garganta.
—¿Os importa que hablemos en otro lugar? Podemos ir a la cafetería de Zoe. Invito yo.
Ninguno dijo nada, simplemente comenzaron a caminar hacia el exterior. El local estaba a tan solo diez minutos de allí y era más pequeña que la cafetería que teníamos en el campus, pero la prefería mil veces por su ambiente cálido y por el trato tan afable de su dueña. No era tan conocida como el Starbucks que había en esa misma calle y, por ello, no tenía tanta clientela. Mejor para los clientes habituales.
Volvió a ponerse la cosa tensa cuando nos sentamos a una mesa, ya con nuestras bebidas en las manos. No fui yo quien cortó el silencio, no pude; tenía el cuerpo paralizado. Felicity me miró con mil dudas reflejadas en los ojos, aunque también había un leve rastro de admiración.
—¿En serio eres Mr. Encantador? —preguntó con un hilo de voz.
Le di un sorbo al café bien cargado que había pedido. Para afrontar una situación así necesitaba toda la cafeína del universo.
—Yo... —Carraspeé—. Sí, soy yo.
Las pupilas azules de Sky no se habían apartado de mí en ningún momento, en sus labios se había dibujado una gran sonrisa. Lo que pasó a continuación no lo vi venir. Se puso a dar saltitos y a agitar las manos.
—¡Eres tú! No sabes las ganas que tenía de saber quién estaba detrás de mi blog literario favorito. Que sepas que fuiste mi salvavidas en el instituto. No fui la mejor compañía de nadie.
Me quedé boquiabierto. ¿Sky? ¿Una antisocial? ¿Me había perdido algo? Que yo supiera, esa rubita era muy popular en el campus, y no me extrañaba. Con esa sonrisa radiante y gentil, el pelazo lleno de ondas y todo el carisma que rezumaba, era una de las reinas de la universidad, junto a Felicity. No podía imaginármela de otro modo. Era imposible.
—¿Cómo? —boqueé como un pez.
La chica suspiró.
—Es una larga historia. Hasta hace unos años me comportaba como una auténtica gilipollas y alejaba de mí a toda la gente que quería estar conmigo. Nada grave. Al final pude encontrarme a mí misma. La persona que ves ahora es quien soy en realidad.
Felicity reaccionó por fin. Con los ojos puestos sobre ella, habló con una sonrisa triste y un brillo apagado en las pupilas.
—Siento haber sido una cabrona. Debiste de haber pensado lo peor de mí. Fui una niñata. Yo... ya sabes lo mucho que te quiero. —Sky y ella se abrazaron y a mí se me enterneció el corazón.
—Me encanta que nos llevemos tan bien.
Se quedaron así, unidas la una a la otra. Amaba y al mismo tiempo envidiaba la relación tan estrecha que tenían. Me recordaban mucho a George y a mí. Siempre habíamos sido muy unidos. Cuando murió, no volví a ser el mismo de siempre.
Parecía que la conversación se había aligerado, pero cuando Garret hizo un comentario, provocó que las chicas volvieran a prestarme atención.
—Así que Mr. Encantador, ¿eh? —Sonrió, la mar de contento—. Tío, soy súper fan tuyo.
—Nosotras también. —Felicity se sonrojó hasta la raíz y me dio tal gusto que me prometí a mí mismo que quería provocarle más reacciones así—. Tus historias son muy adictivas y el blog es una completa pasada. No sabes las ganas que tengo de preguntarte sobre el siguiente capítulo de Como estrellas en el firmamento. Necesito con urgencia que Josh y Danielle se declaren de una puta vez y se coman la boca. Si de por mí dependiera, él ya le habría estampado contra una pared y le habría dado bien duro otra vez. Josh está bien loco por ella.
Garret, Sky y yo nos reímos del comentario. Sonreí para mis adentros. Era una lástima que no supiera que en realidad era ella quien lo besaría a él en unos dos o tres capítulos y quien tomaría las riendas cuando la cosa se pusiera muy caliente.
Sky me señaló con un dedo acusador.
—Uy, ¿por qué esa sonrisilla no augura nada bueno?
—¡Ni se te ocurra matar a Josh! —casi chilló Felicity, histérica—. Te lo prohibo. Es mi crush literario favorito por excelencia.
No pude evitar reírme, pero en seguida me detuve al ver las miraditas suplicantes de los demás.
Chasqueé la lengua.
—Bueno, si tantas ganas tenéis de saber qué va a pasar, ¿qué os parece si sois mis lectores betas? Hasta ahora el único feedback que he recibido ha sido el de mis compañeras de piso. ¿Queréis leer en exclusiva los capítulos finales de Como estrellas en el firmamento? Os aviso que aún estoy escribiendo el epílogo. Os podría mandar todo lo que tengo hasta ahora.
A Felicity parecía que iba a darle algo. Se abanicó con ambas manos.
—¿Lo dices en serio? Dime que esto no es un sueño ni una broma pesada.
Se me dibujó una sonrisa tímida en los labios.
—Créeme, jamás jugaría así con las ilusiones de los demás.
—Quiero. —Garret estaba igual de entusiasmado.
Y, así, nos sumergimos en una conversación sobre Wattpad, nuestras novelas favoritas y los autores a los que admirábamos. Ni en un millón de años me habría imaginado que el momento en el que mis amigos descubrieran quién era iba a ser tan épico y emocionante.
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