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Epílogo



Islas Remolino, veinte meses después...

La Copa Remolino era el torneo más importante para los entrenadores de Pokémon de Agua. Quizás fuese muy especializado comparado con la Liga Pokémon tradicional, pero eso no lo hacía menos emocionante, especialmente ya que a diferencia de esa última, solamente ocurría cada tres años. Para cualquier entrenador que aspirase a ser Maestro de Pokémon de Agua, ganarlo era un paso importante y prácticamente un requisito implícito.

En la final del torneo de ese año, sin embargo, para Misty estaba en juego otra cosa mucho más importante que el trofeo del ganador (una copa de cristal que se agregó como premio adicional en años posteriores), el pendiente de Agua Mística o el título de Pokémon Alfa-Omega en sí con todo lo que este llevaba. Siendo quién era su oponente en la final, sus razones para vencerlo iban mucho, mucho más allá de la competitividad en sí.

Chris estaba bastante diferente a como ella lo recordaba. Su nariz había sanado desde el puñetazo que ella le dio, aunque seguía algo torcida, lo cual arruinaba un poco su otrora perfecta imagen vista de perfil. Ya no sonreía como antes, ocultándose bajo su máscara de niño bonito, sino que ahora mostraba abiertamente su verdadera cara, repleta de arrogancia y complejo de superioridad en la mirada.

Para darle crédito, Misty tuvo que reconocer que en lo que a habilidades se refería, Chris había mejorado notablemente desde su último encuentro. Ella no lo había enfrentado directamente en el torneo pasado, pero el que llegara a las semifinales era un crédito a su habilidad. Se notaba que en esos dos años no se había dormido en los laureles, y el resultado del encuentro hasta ese momento era prueba de ello.

En el primer asalto, pese a la desventaja por tipos, Starmie logró vencer al Crawdaunt de Chris con dificultad, para luego caer casi de un solo golpe a manos de su Seismitoad, que se pasó el combate prácticamente aguantando los embates hasta que finalmente le dio con un ataque de Desarme tan fuerte a la gema que la fracturó y le causó un daño crítico. La resistencia de este adversario la había obligado a sacar su artillería pesada más pronto de lo que pensó, teniendo que usar a Gyarados e incluso Mega Evolucionarlo solo para poder competir de igual a igual e infligirle daño.

Pero ahora tras muchas dificultades, estaba a punto de acabar con él.

- ¡Gyarados, usa Huracán ahora!

- ¡ROAAAAAAAAARRR! – La serpiente marina rugió con fuerza, y un remolino de viento se formó a su alrededor, succionando gran parte del agua y a Seismitoad, para elevarlo por los aires.

- ¡Termínalo con Híperrayo! – exclamó apuntando hacia él.

Dicho y hecho, mientras Seismitoad seguía indefenso dando vueltas en el aire gracias al Huracán de Gyarados, este comenzó a cargar energía naranja en sus fauces, y el poderoso rayo salió disparado hacia su oponente. Hubo una gran explosión de fuegos artificiales en el aire, y segundos después Seismitoad se precipitó hacia la arena nuevamente, cayendo al agua con un gran salpicón.

Segundos más tarde, salió a la superficie flotando panza arriba, inmóvil. Había quedado fuera de combate.

- ¡Seismitoad ya no puede continuar! – declaró el réferi. – ¡Gyarados es el ganador!

- ¡Esto es increíble, damas y caballeros! – anunció el comentarista a viva voz en medio de los vítores del público, mientras el ícono de Seismitoad se oscurecía. – ¡Con esto Misty se pone a solo una victoria de coronarse como nuestra campeona por segunda vez consecutiva! ¡Hasta ahora su Mega Gyarados ha resultado invicto en todos sus encuentros! ¿Tendrá Chris algo que esté a su altura?

Desde su lado, Chris regresó a su Seismitoad sin decir ni una palabra, y sonrió para sí mismo. Misty reconoció la mirada: quería decir que estaba a punto de sacar un arma secreta. Bueno, fuera lo que fuese, ella estaba lista para ello.

- Bien jugado, Misty. Pero con el siguiente, mi victoria estará asegurada. ¡Ve! – gritó mientras arrojaba una Bola de Buceo hacia la arena.

- ¡Quanid!

Misty dio un respingo. El Pokémon que había salido tenía aspecto de una araña de patas largas y delgadas, y con una burbuja de agua que parecía un casco de buceo como en las caricaturas. La pelirroja retrocedió ligeramente: era un Araquanid, una especie nativa de la región de Alola, y de tipo dual Agua/Insecto. Un Pokémon que desde que supo su existencia, le causaba sentimientos conflictivos, por representar la dualidad de los Pokémon que más amaba y temía al mismo tiempo.

El hecho de que además era por lo menos cuatro veces más grande de lo que ella recordaba haber visto a uno de ellos (el que tenía Lana era apenas lo bastante grande para montarse en su espalda), tampoco ayudaba mucho.

- ¿Te gusta? – le escuchó decir a Chris sarcásticamente. – Esta es mi arma secreta. No fue fácil capturar a este Araquanid Tótem, pero bien que valió la pena. Yo que tú me despediría del título.

- Hace falta más que eso para asustarme, Chris. – replicó ella, sin dejarse intimidar, ya repuesta del shock inicial.

Aunque técnicamente tuviese una ventaja de tipo contra Mega Gyarados, eso no valdría de nada si su nivel de poder no la respaldaba. Gyarados había mantenido una racha invicta todo el torneo, y ella no iba a dejar que terminara tan fácilmente.

- ¡Gyarados contra Araquanid! ¡Comiencen! – exclamó el réferi alzando las banderas.

- ¡Gyarados, mándalo a volar usando Huracán!

- ¡Araquanid, Protección!

Gyarados intentó sacar por los aires a la araña igual como lo hizo con su adversario anterior. Sin embargo, la araña se plantó en una de las plataformas y se cubrió con un domo de energía translúcida de color verde. Así, ni el remolino que se formó ni el agua que arrastró con él le hicieron nada, y una vez que se disipó, seguía igual donde estaba.

- Bien, eso no resultó. – dijo Misty. – ¿Qué te parece otro Híperrayo, Gyarados?

El Pokémon de Agua estuvo feliz de obedecer y preparó de nuevo su ataque más fuerte. Chris por su parte, sonrió malignamente y le indicó a Araquanid lo que tenía que hacer en respuesta.

- ¡Red Pegajosa, directo a la cabeza!

- ¡Quad, quad, quad! – La araña alzó la cara y desde su boca disparó en sucesión rápida tres bolas de una masa pegajosa hacia la serpiente marina.

Dado que el Híperrayo tardaba un par de segundos en cargarse, estas le pegaron y terminaron envolviéndole toda la cara. A raíz de tener la energía del Híperrayo ya acumulada, no tuvo más remedio que soltarla, pero a raíz de no poder ver el objetivo, este salió desviado hacia un lado de Araquanid, golpeando uno de los pilares de su lado del campo. El lado positivo fue que la explosión de energía reventó la masa pegajosa que le cubría la cara y con eso pudo volver a ver su entorno.

Misty a distancia pudo ver que Chris estaba sonriendo con satisfacción. Pero no podía dejarse descontrolar. Estaba muy cerca de ganar y de ninguna manera se dejaría perder frente a él.

- ¡Araquanid, usa Escaldar! – ordenó Chris.

La araña disparó un chorro de alta presión de agua hirviendo hacia Gyarados que se inclinó hacia un lado para esquivarlo. Misty inmediatamente replicó ordenándole a Gyarados usar una Hidrobomba, la cual dio en el blanco, pero al cesar el chorro vio con horror que Araquanid brillaba con un halo de color azul, y no hizo más que sacudirse un poco el exceso.

- No, ¿no me digas que...? – preguntó Misty, señalando a Araquanid.

- ¿Sorprendida? – dijo Chris sonriendo mientras se cruzaba de brazos. – La mayoría de Araquanids tienen la habilidad Burbuja de Agua, pero este tiene la de Absorción de Agua. Es muy útil en estos torneos, donde la mayoría de los ataques van a ser obviamente de tipo Agua. Y claro, está el campo mismo.

Misty apretó los puños y gruñó. Hasta ahora no habían podido conectarle ningún golpe sólido, pero no había necesidad de alarmarse. Gyarados tenía más movimientos en su arsenal después de todo.

- ¡Red Pegajosa otra vez! – ordenó Chris.

- ¡Lanzallamas! – contraatacó Misty.

Araquanid volvió a disparar las masas pegajosas, esta vez mucho más grandes. Gyarados las contrarrestó lanzando un chorro de llamas. El ataque tuvo éxito ya que rápidamente las calcinó y logró alcanzar a Araquanid para al menos hacerle algo de daño. Eso resultó alentador, aunque la araña no reaccionó mucho contra el fuego por obvias razones.

Por lo que sabía los Pokémon Tótem en Alola no solo eran más grandes en tamaño, también eran proporcionalmente más fuertes que sus congéneres normales. Gyarados aún tenía fuerzas para pelear, aunque la victoria era incierta sabiendo que no estaba a su máxima capacidad. No sabía de lo que podría ser capaz Araquanid, y no le quedaba más que irlo averiguando sobre la marcha.

Misty sopesó sus opciones. Hidrobomba y Danza de Lluvia de poco le servirían en ese momento, y por lo que podía ver, tenía contramedidas bien preparadas para sus ataques de Híperrayo, Lanzallamas y Huracán. ¿Debería arriesgarse con un ataque físico?

- ¡Gyarados, Cabezazo!

Gyarados rugió mientras se enrollaba hacia atrás como resorte para luego lanzarse con la cabeza al frente. Ni Araquanid ni Chris parecieron preocupados por esto, y la araña simplemente saltó fuera del camino haciendo que Gyarados se diera contra la plataforma, para luego aterrizar en su espalda. Chris inmediatamente chasqueó los dedos y dio su orden:

- Chupavidas.

- ¡Quad! – Araquanid chasqueó sus quijadas las hundió detrás de Gyarados. Los dos Pokémon empezaron a resplandecer con una luz verdosa mientras la energía de la serpiente marina era succionada por la araña, y las marcas de quemaduras que le habían quedado tras el Lanzallamas comenzaban a desvanecerse.

- ¡Gyarados, sacúdetelo de encima, rápido! – gritó la pelirroja, casi desesperada.

Gyarados comenzó a agitarse violentamente, tratando de quitarse a Araquanid de la espalda, pero este no se soltaba. La araña seguía chupándole su energía, y la serpiente marina terminó tratando de estrellarse contra los pilares para ver si se soltaba o le hacía algún daño. Araquanid se anticipó y finalmente lo dejó ir, pero ese ataque de Chupavidas había hecho su trabajo.

- ¡Usa tu combo de Telaraña y Red Pegajosa por toda la arena!

- ¡Ara!

Araquanid disparó un chorro de hilo pegajoso hacia el cielo arriba de Gyarados, materializándose en forma de una telaraña gigantesca que le cayó encima como una red de captura Luego comenzó a lanzar más chorros de hilo entremezclado con masa para enredarlos entre Gyarados y los pilares, hasta crear una enorme maraña de hilos por todos lados por el cual apenas si se podía ver por dónde se encontraba Gyarados.

- ¿Y qué se supone que intentas lograr con eso? – preguntó Misty. – ¡Gyarados, quema toda esa maraña con Lanzallamas!

Gyarados obedeció, pero él y Misty no se percataron de que Chris sonrió en cuanto lo hicieron. Comenzó a disparar el Lanzallamas, pero algo que no se anticiparon pasó, y el torrente de fuego se propagó por todos los hilos rápidamente, no solo los que estaban tendidos entre los pilares y Gyarados, sino entre los que estaban pegados a él con la Telaraña que lanzó al inicio de esa maniobra. Fue allí que Misty se dio cuenta del verdadero objetivo de esa maniobra.

- ¡Gyarados, sumérgete en el agua! – gritó.

Al no estar ya más atado a los pilares, Gyarados rápidamente se zambulló en el agua, haciendo que se levantara algo de vapor al apagarse las llamas. Anticipándose a lo que intentaban, Chris le ordenó a Araquanid hacer lo propio y perseguirlo, atacándolo con Escaldar por abajo. El agua de la arena comenzó a hervir, obligando a Gyarados a volver a salir a la superficie al no aguantar el calor, y la serpiente empezó a retorcerse violentamente, mientras Araquanid volvía a emerger para posarse en una de las plataformas.

- ¡Gyarados! – gritó Misty.

- ¡Envuélvelo otra vez con Red Pegajosa, más fuerte! – ordenó Chris.

Araquanid comenzó a escupir más bolas de masa pegajosa, cubriendo a Gyarados por todo el cuerpo, ascendiendo gradualmente hasta llegar a su cabeza, concentrándose aquí particularmente hasta hacer una masa tan gigantesca que parecía un casco de astronauta hecho a su medida. Misty apretó los puños; Gyarados estaba en serios aprietos, pero solo tenía una alternativa para soltarse de eso.

- ¡Lanzallamas, tienes que soltarte! – gritó.

Gyarados rugió y sopló las llamas para quitarse de encima la masa de telaraña, y vio como Chris y Araquanid se burlaban de ellos. Eso hizo enfurecer a la serpiente marina, que estaba temblando con evidentes ganas de tragarse tanto a la araña como a su entrenador.

- ¿Eso es lo mejor que tienen? – dijo Chris. – Esperábamos mucho más de ustedes.

- ¡Te enseñaré lo que tenemos! – gritó Misty. – ¡Híperrayo con toda tu fuerza!

Gyarados comenzó a cargar de nuevo la energía para su ataque más potente. Chris y Araquanid se quedaron estáticos, esperando. Finalmente la serpiente disparó el torrente de energía naranja hacia su enemigo, que parecía listo para recibirlo en pleno. Sin embargo, dos palabras de su entrenador en el último segundo sellaron su destino.

- ¡Barrera Espejo!

Misty se quedó paralizada al oír eso, pero ya era demasiado tarde para cancelar el ataque. Araquanid mantuvo su posición y una capa de energía reflectora lo cubrió para amortiguarle el daño. La energía del Híperrayo se acumuló frente a él, antes de salir redirigida de vuelta. Misty apenas alcanzó a registrar la expresión de horror en Gyarados antes que su propio ataque lo golpeara con el doble de fuerza.

El impacto estampó a Gyarados contra uno de los pilares, inclusive agrietándolo ligeramente, y un segundo más tarde se desplomó sobre el agua levantando un gran salpicón. Se quedó flotando por un rato, y a los pocos segundos, su Mega Evolución se disipó, retornando a su forma base.

- ¡Gyarados ya no puede continuar! ¡El ganador es Araquanid! – declaró el réferi.

- ¡Increíble, damas y caballeros! – exclamó el comentarista. – ¡La racha invicta del Gyarados de Misty ha llegado a su fin! ¡Eso deja a la campeona actual y al retador a condiciones iguales, con un solo Pokémon cada uno! ¡Qué gran combate!

- Regresa, Gyarados. – dijo levantando la Pokébola. – Gracias por tu esfuerzo, ahora toma un descanso.

Misty consideró a su oponente, que todavía le sonreía con arrogancia. De verdad lo detestaba, detestaba todo de él: su expresión, su actitud, y obvia y especialmente ese complejo de superioridad que tenía. No necesitaba ser una psíquica que leía las mentes para saber lo que estaba pensando: ya se asumía ganador simplemente por haber derrotado a Gyarados, que era su Pokémon más fuerte. De hecho, por cómo había transcurrido ese asalto, era más que obvio que ese Araquanid había sido atrapado y entrenado específicamente para contrarrestar a Gyarados, incluso con su Mega Evolución.

- Bien jugado, Chris. Fuiste muy inteligente en tu elección de un arma secreta para enfrentarme. – dijo la pelirroja.

- Gracias, me halagas. – replicó él sarcásticamente, pasándose el dedo por la nariz. – ¿Por qué no mejor te das por vencida ahora y así te ahorras la humillación? Odiaría que hubiera resentimientos entre nosotros cuando te venza.

- No, muchas gracias. – dijo Misty, guardando la Pokébola de Gyarados, y sacando la siguiente. – Admito que tu Araquanid es muy rudo, pero no eres el único que vino con un arma secreta. ¡Veamos qué te parece esto! ¡Ve!

Sin decir más nada, arrojó la Pokébola al campo, y esta se abrió en el aire. El destello se materializó en un Pokémon de Agua que no había utilizado en todo el torneo, y que la mayoría de sus conocidos ni siquiera sabían que tenía en primer lugar.

- ¡Gre... NINJA!

La reacción colectiva del público fue idéntica a la aparición del Araquanid de Chris, y por razones similares. Después de todo, aunque no eran desconocidos, era muy raro ver especies de Pokémon no nativas de Kanto y Johto, y en menor medida de Hoenn o Sinnoh. Unova, Kalos y Alola estaban mucho más lejos, así que uno nativo de esas regiones era un gran espectáculo. La rana azul hizo un aterrizaje de tres puntos sobre uno de los pilares, y luego se irguió, adoptando la postura estándar de los ninjas.

- ¿Un Greninja? – exclamó Chris. – ¿De dónde diablos lo sacaste?

- Amigos que han ido a Kalos. – dijo Misty, echando una fugaz mirada hacia la caja VIP de las tribunas. Por fortuna Chris no lo notó. – Veamos si puedes con él ahora.

- ¡Greninja contra Araquanid, empieza el asalto final! – dijo el réferi. – ¡Comiencen!

- ¡Araquanid, dispárale Red Pegajosa! – exclamó Chris.

- ¡Doble Equipo! – contraatacó Misty.

Contrastando totalmente con Gyarados, que era un oponente de gran tamaño y super fuerte, Greninja era mucho más pequeño y veloz. Inmediatamente inició el encuentro, la rana saltó fuera del pilar e hizo aparecer una multitud de clones suyos por toda la arena. Los disparos de Red Pegajosa terminaron alcanzando a los clones, pero el verdadero se movía entre ellos tan rápido que era prácticamente imposible de detectar con la mirada. Misty sonrió complacida al notar que el cejo de Chris empezaba a fruncirse a medida que los ataques fallaban en encontrarlo.

- ¡Ahora, As Aéreo!

Los clones se disiparon al instante, y el verdadero Greninja apareció encima de Araquanid, lanzándose con una doble patada directo a la espalda. Araquanid soltó un chillido ahogado y prácticamente se hundió en la plataforma donde estaba parado. Usando el mismo impulso volvió a saltar y con un giro acrobático aterrizó encima de otra de las plataformas.

- ¿Qué te parece? – dijo Misty. – ¡Otra vez, usa Doble Equipo!

- Tch, primer golpe de suerte. – replicó Chris. – ¡Araquanid, cubre todo el campo con Telaraña!

Chasqueando sus mandíbulas, la araña disparó un chorro de hilo disperso al cielo para tejer una enorme red y crear una cúpula sobre todo el campo. Obviamente, abarcando toda el área, por más que intentara ocultarse en medio de clones, al caer la red atraparía también al verdadero.

Asumiendo claro, que cayera encima de él para empezar. Y Misty no tenía ninguna intención de permitir que eso sucediera.

- ¡Greninja, usa Corte y destruye esa Telaraña! – ordenó.

- ¡Ninja!

Greninja alargó un brazo y proyectó de este una larga hoja de luz blanca. Acto seguido saltó hacia la red que comenzaba a caer encima del campo y con una serie de movimientos rápidos, esta quedó reducida a jirones en cuestión de segundos. Aprovechándose del shock que se apoderó de los rostros tanto de Araquanid como de Chris, Misty decidió presionar el ataque.

- ¡A la carga! – exclamó señalando al frente.

Greninja aterrizó en una plataforma cercana y empezó a correr (sí, a correr) sobre el agua a gran velocidad de frente contra Araquanid, todavía con la espada del Corte en la mano. Araquanid estaba tan estupefacto que no pudo ni reaccionar y para cuando se dio cuenta, un destello blanco lo atravesó haciéndolo caer de espaldas al agua.

Tras el salpicón, Greninja comenzó a hacer saltos triangulados entre los dos pilares que rodeaban la plataforma hasta que llegó arriba y se montó en uno de ellos esperando su siguiente orden, y con los ojos bien abiertos a la espera de que Araquanid volviera a salir. La araña emergió como medio minuto después, y no se veía nada contenta.

- Solo un par de golpes de suerte. – dijo Chris. – ¡Esa rana flacucha nunca será rival para nosotros! ¡Araquanid, usa tu hilo y súbete al otro pilar!

La araña obedeció, y lanzó un chorro de hilo hacia el pilar contiguo, y luego lo retrajo para subirse en él, poniéndose al mismo nivel que Greninja. Los dos se miraron fijamente uno al otro y esperaron sus siguientes órdenes.

- Vamos a intentar algo nuevo. ¡Como lo practicamos, Greninja, Shuriken de Agua! – ordenó Misty. Greninja al instante alzó la mano y comenzó a generar una estrella de cuatro puntas de agua hasta alcanzar un tamaño más o menos considerable.

- ¿Qué es eso? – exclamó Chris. – Pero qué tonta, ¿es que ya se te olvidó cuál es la habilidad de Araquanid?

- Oh, no se me ha olvidado. – dijo Misty, una vez que la shuriken se hizo casi tan grande como el propio Greninja.

La chica chasqueó los dedos y la rana saltó al aire, dando un giro para arrojar el proyectil. Chris sonrió de lado, pensando que se habían vuelto locos, hasta que a medio camino la chica dio su siguiente orden.

- ¡Ahora, Rayo de Hielo!

Para sorpresa de Chris, Greninja se bajó su lengua/bufanda y abriendo la boca disparó un rayo congelante hacia la shuriken. El efecto fue gradual visualmente: la estrella se empezó a tornar de azul oscuro a un tono más azul blanquecino, y a la vez se tornó más rígida al hacerse sólida.

Los ojos de Chris se ensancharon al comprender lo que eso significaba. El propio Araquanid se veía sorprendido, y solo reaccionó cuando Chris finalmente salió de su estupor y le dijo qué hacer.

- ¡Protección! – le gritó en un arranque de desesperación.

En el último segundo, Araquanid levantó el domo de energía. La Shuriken de Hielo chocó contra él y se hizo añicos, pero quedó en evidencia que de haber impactado ese ataque habría hecho bastante daño. Y fue entonces que Chris entendió lo que hacían.

- Ya veo... así sorteas la habilidad de Araquanid. – murmuró, genuinamente impresionado.

Después de todo era Absorción de Agua, no Absorción de Hielo. E incluso tomando en cuenta tipos o habilidades, un golpe de un proyectil sólido girando a esa velocidad dolería mucho más que de uno líquido, aparte que no podía reflejarlo usando Barrera Espejo al no ser un ataque de energía. Tuvo que admitirlo, esa "rana flacucha" estaba resultando un enemigo verdaderamente formidable, aunque debió imaginárselo viniendo de Misty.

Entretanto, al otro lado, Misty empezaba de nuevo a sonreír. En efecto, el Araquanid de Chris era muy fuerte, y estaba bien entrenado pensando en derrotar a Gyarados al poder soportar sus ataques o tener contramedidas para ellos. Pero eso tenía un precio: al estar pensado para enfrentarse a un oponente mucho más grande y fuerte, evidentemente no tenía la misma ventaja contra uno veloz y pequeño, capaz de usar tácticas de golpear y correr de manera tan efectiva.

Lo que Greninja carecía en la durabilidad de Gyarados lo compensaba con gran capacidad de evasión para evitar recibir el daño en vez de recibirlo, y sus ataques también eran capaces de infligir bastante a sus enemigos. Encima, Araquanid evidentemente estaba mejor entrenado para atrapar y hacer ataques de largo alcance, a excepción de Chupavidas, lo que lo dejaba vulnerable contra un oponente que se especializaba en combate cercano.

- ¡Araquanid, salta por el campo y dispara Red Pegajosa a todo lo que veas! – exclamó Chris.

- ¡Quad, quad, quad, quad!

La araña comenzó a brincar de plataforma en plataforma y hacia los pilares alrededor de toda la arena, intentando cubrirlos de masa pegajosa. Misty al principio no entendió lo que estaba haciendo, pero se mantuvo en alerta, hasta que finalmente Araquanid empezó a dispararle al propio Greninja, intentando atraparlo con ellas.

- ¡Esquívalo! – gritó Misty.

Greninja saltó hábilmente y evitó el ataque inicial. Chris le ordenó a Araquanid seguir disparando, pero continuaba fallando. Greninja era demasiado ágil y era un blanco mucho más pequeño que Gyarados, de modo que enfocarlo era mucho más difícil.

O así fue, hasta que por evitar una ráfaga de proyectiles pegajosos, accidentalmente aterrizó en una de las plataformas que antes estaban cubiertas de la masa, y terminó pisándola.

- ¡Greninja, no! – gritó Misty.

- ¡Ya lo tenemos! – exclamó Chris triunfante. – ¡Quémalo con Escaldar!

Araquanid, que también aterrizó en otra plataforma pegajosa, pero a diferencia de Greninja no tenía el problema con pisar su propio fluido pegajoso, disparó el chorro de agua hirviendo hacia la rana indefensa, que todavía luchaba por despegar el pie.

- ¡Protégete con Shuriken de Agua! – exclamó Misty.

De nuevo Greninja generó una shuriken, pero esta vez en vez de lanzarla o congelarla, simplemente se la puso enfrente y comenzó a girarla tan rápido como podía, intentando repeler el agua caliente. Salpicones de algunas gotas le cayeron encima, pero más allá de eso no logró alcanzarlo, para desconcierto de Chris.

- Maldición, ¿dónde aprende a hacer esas cosas? – masculló entre dientes. – De acuerdo, si así es como quieres jugar. ¡Araquanid, usa Chupavidas y acaba con él!

La araña chasqueó sus mandíbulas y se lanzó para morder a la rana, que todavía seguía sin poder despegarse. No había forma de que lo pudiera esquivar. Ese ataque sería devastador contra el tipo secundario Oscuro de la rana, y lo único que tenía que hacer era chuparle la energía hasta que cayera para no volver a levantarse.

- ¡Greninja, ya sabes qué hacer! – gritó Misty.

- ¡Es inútil! ¡Este será su fin! – declaró Chris, justo cuando Araquanid estaba por hincarle sus colmillos. El combate y el torneo serían suyos con ese ataque...

*¡POOF!*

Y entonces, en cuanto le mordió el cuello, la rana desapareció en un estallido de humo, dejando atrás una especie de muñeco desinflado suyo que se desvaneció a los pocos segundos. Chris y Araquanid apenas tuvieron un par de segundos para asimilar lo que pasó, solo para que en otro estallido Greninja reapareciera encima de él, con el pie brillándole con la energía del As Aéreo y conectándole una brutal patada hacha en toda la cabeza.

- ¡¿Qué diablos?! – gritó Chris.

- Substituto. – explicó Misty simplemente. – Otro truco que practicamos: cuando va a recibir un ataque que sabe que no podrá evitar, Substituto y un contraataque de inmediato.

- Diablos. – masculló el peliazul. Una táctica sencilla, pero efectiva, aunque había que ser hábil para ejecutarla bien, ya que consumía parte de la salud del Pokémon para crear el señuelo.

- Ya este combate se alargó demasiado. – declaró Misty firmemente. – ¡Greninja, Doble Equipo y Corte, sin piedad!

- ¡Protección! – exclamó Chris ya desesperado.

Mientras Greninja se multiplicaba por todas partes, Araquanid levantó su barrera protectora en preparación. Acto seguido, Greninja y todos sus clones sacaron sus espadas de energía y se lanzaron a atacar en masa. Los múltiples Greninjas se deshacían al impactar contra la barrera, mientras el verdadero rodeaba entre ellos y se lanzaba desde cualquier ángulo que pudiera encontrar, golpeando la Protección repetidamente.

- Un poco más, solo un poco más. – dijo Misty, manteniendo la vista fija en Araquanid. Solo tenía que esperar el momento apropiado...

Y dicho momento llegó cuando una grieta apareció encima del domo protector. Misty supo que esa era la abertura que estaban esperando.

- ¡Greninja, atácalo por encima! – gritó la pelirroja.

- ¡Ninja!

Los clones de Greninja restantes fueron reabsorbidos por el original, que saltó para colocarse encima de Araquanid. De inmediato invirtió el agarre de su espada y la apuntó hacia abajo mientras dejaba que la gravedad hiciera lo demás.

La espada se incrustó en la grieta del domo, y este inmediatamente se fragmentó, para consternación de Chris y Araquanid. La araña no pudo reaccionar a tiempo, pues al estar concentrándose en mantener su barrera protectora no podía moverse ni tampoco atacar, y lo único que pudo hacer fue ver con los ojos llenos de horror como la rana se preparaba para su ataque.

- ¡Grenin... JA, JA, JA, JA, JA, JA!

Lo que siguió fue una ráfaga de Cortes que fueron tan rápidos que nadie pudo contarlos, terminando con un brutal tajo diagonal desde abajo que tiró a la araña fuera del pilar. Esta cayó en la plataforma central, rodó y después cayó al agua. Greninja saltó hacia abajo y aterrizó sobre una de las plataformas secundarias.

- ¿Eso fue todo? – preguntó Misty, aunque en realidad no lo creía totalmente.

Y con toda certeza, al cabo de unos segundos, Araquanid volvió a subir a la superficie. Estaba gravemente lastimado, pero no tanto como debería haberlo estado después de aquella paliza. Misty se mordió el labio algo irritada, pero no tardó en deducir lo que pasaba.

- La Absorción de Agua. – murmuró Misty. – En este campo tiene una fuente de curación prácticamente ilimitada, aunque tarde más para curarse que con un ataque. Si no fuera por eso ya tal vez habríamos ganado.

Misty apretó ligeramente los puños. Si el duelo se convertía en una batalla de resistencia Greninja terminaría perdiendo a la larga. La única opción que le quedaba era tratar de conectar un golpe tan fuerte que Araquanid no pudiera volver a levantarse.

La pelirroja miró de nuevo hacia la cabina VIP, buscando a alguien en específico. A pesar de lo lejos que estaba, sabía perfectamente dónde estaba Ash. Las miradas de ambos se cruzaron momentáneamente. No había necesidad de cruzar palabras para transmitir el mensaje: Ash supo lo que ella quiso preguntarle con solo verla, y con un solo movimiento de la cabeza, él le envió su respuesta.

- "Hazlo, tú puedes."

- ¡Greninja, este será nuestro último ataque! ¿Estás listo? – preguntó Misty, volviendo a enfocar la vista en la arena y alargando la mano. – ¡Máximo poder!

- ¡Ninja! – asintió la rana, asumiendo la postura ninja estándar.

Instantáneamente, un velo de agua cubrió a la rana, echando chispas de pseudo-electricidad azules. Al disiparse, el aspecto de Greninja había cambiado, tomando un tono de azul ligeramente más claro, unas protuberancias negras con raya roja a ambos lados de la cabeza y en su espalda apareció una shuriken de agua colocada de forma que evocaba el aspecto de unas alas. Inmediatamente, todos los presentes, incluidos especialmente Chris y Araquanid, se quedaron boquiabiertos ante este suceso.

- Eso es... – dijo sin aliento el peliazul.

- ¡Solo tenemos un tiro, Greninja! ¡Shuriken de Hielo con todo lo que tengas! – exclamó Misty, tomando ventaja del estupor de todos.

Greninja primero alzó una mano para crear una Shuriken de Agua gigantesca. Una vez que esta alcanzó un buen tamaño, alzó la otra mano para ayudar a estabilizarla y mantenerla donde estaba. Hecho esto, dio un paso al frente y bajando las manos bruscamente la arrojó.

- ¡NIN... JAAAAAAAAAAAAA!

La shuriken salió disparada como una sierra giratoria. Apenas la dejó ir, Greninja hinchó las mejillas, y sopló otro Rayo de Hielo con más potencia que el anterior para congelarla lo más rápido que pudo. La shuriken, ahora solidificada, siguió imparable su camino hacia el estupefacto Araquanid, que al igual que su entrenador se quedó totalmente en blanco por lo que acababa de suceder como para reaccionar.

La estrella ninja impactó de lleno, y los fragmentos de hielo volaron por todas partes, algunos cayendo en el agua, y otros fueron hacia las tribunas, donde los espectadores trataron de atrapar algunos o esquivarlos. Pero la tensión reinó por un largo momento, pues nadie sabía lo que había pasado.

Cuando el humo se disipó, vieron el resultado. Greninja jadeaba de rodillas, de regreso en su forma base, y Araquanid quedó tendido panza arriba sobre su plataforma, con las patas desparramadas, e inmóvil. Greninja le echó una última mirada a su adversario antes de erguirse y hacer una pequeña reverencia como respeto a su adversario.

- ¡A-Araquanid ya no puede continuar! – declaró el réferi, que también se dejó llevar por la emoción por un momento. – ¡Greninja es el ganador, y la vencedora del encuentro y de todo el torneo de la Copa Remolino es Misty Waterflower de Ciudad Cerulean!

- ¡Eso es todo! ¡Qué gran final, damas y caballeros! ¡Con un espectacular regreso y un ataque devastador, Misty logra derrotar a Chris y se mantiene como campeona de la Copa Remolino por tres años más! ¡Démosle todos un gran aplauso!

Proclamado ganador, Greninja alzó su puño en alto, y Misty le gritó "¡Bien hecho!". Los vítores inmediatamente estallaron por todo el estadio, pero Misty no les prestó atención. En ese momento, ella solo tenía ojos para una persona. Para el joven con el Pikachu en la caja VIP, que le sonreía y le mostraba una V de la victoria. Ella le respondió de igual forma, agregando además un guiño de su ojo.

Luego se volteó a ver a su oponente, que había caído de rodillas, y se quedó con la quijada colgando sin poder pronunciar una palabra. Su sonrisa inmediatamente se amplió, mientras una sensación de victoria entremezclada con catarsis la recorría de pies a cabeza. Haberlo vencido aquí, humillarlo enfrente de tanta gente había sido mucho mejor que cualquier puñetazo o bofetada que hubieran podido darle Ash o ella.

Esa había sido la mejor forma de retribución por lo que le hizo.

Más tarde, en la ceremonia de clausura...

Con todos los participantes como testigos, la competencia de la Copa Remolino concluía con la entrega de premios a la ganadora. Maya, la sacerdotisa portadora del Espíritu del Mar, se aproximó para colocarle a Misty el pendiente de Agua Mística alrededor del cuello como una medalla, y posteriormente le entregó el trofeo de cristal. Ya tenía uno de ellos en casa, pero había suficiente espacio para uno o dos más.

- Eres una digna heroína de los mares, Misty. – dijo la sacerdotisa. – Espero que nos honres con tu presencia en nuestra próxima competencia.

- Pueden contar con ello. – aseguró la pelirroja.

Misty volteó a ver detrás de ella, donde los oficiales de la competencia, y Ash, que se le permitió estar allí como acompañante por petición de ella, comenzaron a aplaudirla, uniéndose pronto la ovación de toda la gente que vino a competir o ver este emocionante torneo.

- ¡Fuera de mi camino!

- ¡Oye, está prohibido pasar! ¡Alto, seguridad!

De pronto empezó a escucharse un alboroto y gritos, seguidos de unos pasos apresurados por las escaleras hacia el palco de los ganadores. Todo mundo se puso en alerta, y a los pocos segundos pudieron ver quién era el responsable. De hecho, a Misty no le tomó más de un segundo reconocer la voz, incluso antes que apareciera.

- ¿Chris? ¿Qué haces aquí tú? – preguntó desconcertada.

- ¡Este duelo no cuenta! – gritó Chris furibundo, señalando a la pelirroja. – ¡Hiciste trampa! ¡La copa me pertenece a mí por derecho!

- Pero qué mal perdedor. – se oyó gritar a Ash. Misty notó por la esquina del ojo que el moreno estuvo a punto de abalanzarse sobre él, pero ella lo detuvo levantando una mano por instinto. Si iba a soltarse una escena, no podía permitir que él diera el primer golpe de ninguna manera.

- No puedes estar aquí. – dijo Maya con voz severa, y luego se dirigió a los oficiales. – Llamen a seguridad de inmediato.

- Esperen. – la detuvo Misty. – Primero escuchemos lo que tiene que decir, presiento que esto va a ser divertido.

Misty caminó lentamente hacia Chris. Pese a los pésimos recuerdos que le traía verlo de tan cerca y lo mucho que le repugnaba su cercanía, haberlo vencido en ese torneo le ayudó a enterrar los últimos vestigios del dolor que sufrió por su engaño. Ya solo le quedaba darle la estocada final para cerrar ese capítulo de su vida de una vez y para siempre.

- A ver, ¿en qué te basas para decir que hice trampa? – preguntó la pelirroja, aunque una parte de ella ya tenía una idea de lo que iba a decir.

- Las reglas de la Copa Remolino dicen que solo se permite utilizar a tus propios Pokémon en la competencia. Usar los Pokémon de otra persona está prohibido. – señaló Chris como si fuera lo más obvio.

- Sí, eso todo mundo lo sabe. – dijo Misty. – ¿Pero qué tiene que ver conmigo?

- ¡No quieras pasarte de lista! – gritó indignado, luego dirigiéndosele a Maya y a los oficiales de la competencia. – ¡Y ustedes también deberían saberlo! ¡El Greninja que usó en la final no le pertenece! – Señaló luego a Ash. – ¡De hecho, le pertenece a ese idiota de allí, y que me trague un Gyarados si estoy mintiendo, porque saben que es verdad! ¡Por lo tanto, el duelo de la final no debe contar y exijo que la descalifiquen ahora!

Hubo una oleada de gritos colectivos de toda la gente presente, que se había quedado pasmada ante la acusación. Los únicos en no inmutarse fueron Misty y Ash, quienes obviamente tenían sus conciencias tranquilas, y Maya, que mantenía su semblante relajado aunque había dejado de sonreír.

Misty sin embargo, simplemente soltó una risita divertida. – Sabes, Chris, de verdad pensaba que no podías caer más bajo, pero te felicito, me probaste que estaba equivocada. Aunque te doy puntos por recurrir a esto, de todas las cosas.

- No juegues conmigo, "sirenita". – le dijo, y a Misty no se le escapó el veneno con el que iba cargada la última palabra. – Tú me mostraste los videos de tu amiguito, y ambos sabemos que no hay ningún otro Greninja que tenga la capacidad de transformarse de ese modo para incrementar su poder.

- Te recuerdo que dije que es el único caso que SE CONOCE actualmente. – dijo Misty. – Por lo que sabemos podría haber otros ocultos que nadie ha descubierto. Pero sí, lo reconozco, el Greninja que utilicé contra ti es el mismo que viste en esos videos.

- ¡Ja! ¿Ya lo ven? ¡Lo admite!

- Sin embargo... – La chica lo interrumpió antes que pudiera seguir celebrando su triunfo. – De ninguna manera iba a participar con un Pokémon que rompiera las reglas. Esta competencia es muy importante para mí como para hacer algo así, y creo que Ash podrá explicarte mejor los detalles, ¿Ash?

El moreno, ya más calmado al ver que ella tenía el control de la situación se le acercó lentamente y se puso a su lado. Dicho eso, podía ver que se mantenía atento en caso de que Chris intentara algo contra cualquiera de los dos, y eso la ayudó a sentirse segura.

- Efectivamente, ese Greninja "técnicamente" me pertenece a mí. – admitió Ash. – Pero hay una explicación muy simple de que Misty lo tenga ahora. Verás, Misty me habló de su programa de entrenamiento especializado para Pokémon de Agua. A cambio, yo podría darle un poco de mi entrenamiento en el Coliseo de Batallas a uno de los suyos. Obviamente era solo un arreglo temporal, pero hasta entonces...

- ¿Q-qué? – tartamudeó Chris, mientras todo el color abandonaba su cara.

- Así es, Chris. – dijo Misty. – Hicimos un intercambio de Pokémon, así de simple. Por supuesto, nadie excepto nosotros lo sabíamos, y Ash me dijo que, solo por esta vez, si quería tenerlo como reserva para la Copa Remolino, podía hacerlo.

- ¡¿Pero entonces a cuál Pokémon intercambiaste por ese?! – exclamó Chris indignado y deseoso de saber. – ¡Usaste a todos tus principales durante la competencia!

- Bueno... – Misty miró a Ash, y como si le dieran la señal, una de las Pokébolas que el chico llevaba en el cinturón se abrió sola. Para sorpresa de todos, menos claro de Ash y Misty, salió cierto muy conocido y querido patito rechoncho amarillo.

- ¿Psy... duck?

- Jaja, tú lo has dicho, Psyduck. – dijo Ash, antes de luego volverse hacia Chris, que seguía boquiabierto a tal punto, que Pikachu sacó el teléfono holográfico del bolsillo de Ash y decidió capturarlo en una foto. – Y bien, creo que con esto quedan aclaradas tus dudas, así que no tienes nada para respaldar tus acusaciones. – Se tronó los nudillos. – ¿Así que, te irás por las buenas, o esto tendrá que ponerse feo?

- ¡Me las van a...! – Chris trató de abalanzarse sobre Ash, pero por fortuna fue detenido por dos oficiales que lo sujetaron. Ash entretanto se había colocado instintivamente frente a Misty para protegerla, y Pikachu echaba chispas en caso de que tuviera que darle un choque. – ¡Suéltenme, suéltenme les digo!

- Creo que ya escuchamos lo suficiente. – declaró Maya. – En vista de que no hay ningún argumento que invalide el triunfo de Misty, ya no tienes nada que hacer en este lugar. Escóltenlo fuera, esta actitud no es digna de un competidor de la Copa Remolino.

- ¡Suéltenme, suéltenme! ¡¿No saben quién soy?! ¡Mi padre se enterará de esto, les juro que lo van a lamentar!

Los gritos de Chris siguieron oyéndose aún después que los oficiales lo arrastraron por la escalera a la fuerza. Ash y Misty simplemente se rieron; Chris solamente había logrado que su humillación fuese todavía peor, y luego de ese pequeño espectáculo, seguro le valdría quedar vetado de volver a participar en la Copa Remolino de por vida.

- Ahora, superado este... contratiempo, oficialmente declaro concluida esta edición de la Copa Remolino. Gracias a todos por participar. Que el Espíritu de los Mares los acompañe a todos, y nos veremos dentro de tres años.

La mujer levantó el cetro para irradiar el poder de la gema, y la gente soltó una última gran ovación. Sin duda, esa sería una edición de la Copa Remolino que quedaría para la historia.

Al atardecer, recorriendo el mar...

Concluida la Copa Remolino, podrían haber tomado el ferry expreso hasta la siguiente isla, pero Ash insistió en que tomaran la "ruta panorámica". La razón de ello, se encontraron con un viejo amigo: la escuela liderada por el Lapras de Ash se encontraba en ese momento en su período de migración por Johto, y amablemente ofrecieron darles el aventón hasta la siguiente isla, por los viejos tiempos.

- Esta es la mejor forma de viajar por mar. – dijo Misty, reclinándose suavemente sobre el cuello de Lapras. – Relajante, tranquila, y no hay que pagar ni un centavo.

- Y lo mejor es que podemos hacerlo con buenos amigos. – dijo Ash. – Fuera de eso, veo que lograste que Greninja haga su transformación incluso sin mi ayuda. Tu entrenamiento dio sus frutos.

- No logré mucho realmente. – dijo Misty con modestia. – Sin tu ayuda no puede mantenerla por más de treinta segundos, así que lo mejor que podemos hacer es canalizar todo el poder en uno o dos movimientos. Ese fue un ataque a todo o nada.

- Suena casi como un Movimiento-Z. – dijo Ash.

- Ahora que lo pienso, me pregunto si Lana me habría prestado su Anillo-Z y su cristal. ¿Crees que podríamos haber usado un Hidro Vórtice juntos Greninja y yo?

- ¡Ni de broma! – dijo Ash, haciendo que la pelirroja se sorprendiera y le echara una mirada asesina, por lo que procedió a explicarse. – Me refiero a que con ese poder, podrías haber sacado toda el agua del estadio, o algo peor. Todo mundo habría terminado empapado.

- ¿Eso es un cumplido, o un insulto? – inquirió ella. Ash simplemente se encogió de hombros y se negó a responderle, prefiriendo cambiar el tema.

- Sabes, en la isla donde vamos hay un buen sitio donde ir a pescar. Creo que te gustará cuando lleguemos.

- ¿En serio? – preguntó ella. – Vaya, eso es oportuno. Con eso tendremos oportunidad de probar estos.

Misty se metió la mano al bolsillo de su chaqueta, y extrajo un par de mini-figuritas. Ash rápidamente se percató que una de ellas era una versión actualizada del anzuelo Mini-Misty, un poco más estilizada que la original pero con el mismo atuendo. La otra, para su sorpresa, era un Mini-Ash, y claramente había sido diseñado basado en él cuando comenzó su viaje por primera vez. Ash lo sostuvo por un momento, y tras examinarlo detenidamente, le echó una mirada curiosa a Misty.

- ¿Es idea mía, o el mío se ve más pequeño que el tuyo? – preguntó.

- En ese entonces tú eras más bajito que yo. – le recordó ella. – Si no te gusta puedes devolvérmelo.

- No, no, está bien así. – dijo él, guardándolo. – Lo conservaré, gracias.

Los dos se quedaron en silencio por un buen rato, y Misty aprovechó de disfrutar de la agradable brisa marina. Hacía mucho tiempo que extrañaba navegar sobre la espalda de Lapras. Recuerdos de sus viajes por las Islas Naranja y de las muchas aventuras que tuvieron juntos. Aunque en ese entonces eran tres: Ash, ella y Tracey (y cuatro si contaban a Pikachu). Pero en ese momento, estar sola con Ash le hizo apreciar mejor otros detalles de esa manera de viajar.

- El atardecer sobre el mar. – dijo Misty. – Hace tanto tiempo que no lo veía, casi había olvidado lo hermoso que era.

- También muy romántico, ¿verdad? – dijo Ash. La chica levantó una ceja divertida y curiosa. – ¿Qué? No me digas que no lo es.

- Claro que sí, es solo que... ¿tú hablando de cosas románticas? – dijo Misty.

- Brock dijo que lo sería. – Ash desvió la mirada, ruborizándose levemente y jugando con sus pulgares.

Con esas palabras, Misty por fin entendió el verdadero propósito de volver en Lapras en vez de tomar el ferry. Cierto, acababa de confesar que había sido una idea de Brock, pero merecía crédito por ponerla en práctica.

- Entonces, ¿tú querías ver esto conmigo? – inquirió ella. El tono rojo en el rostro de Ash se hizo más intenso, delatándolo. – Si eso era lo que querías me lo hubieras dicho desde el principio.

- No sabía si ibas a aceptar. Por eso le pedí a Lapras que me apoyara.

Misty rodó los ojos y suspiró. Podía haber madurado mucho en los últimos años, pero aún seguía siendo algo lento para algunas cosas. Dicho eso, por lo menos se estaba esforzando más, y genuinamente trataba de dejar detrás su condición de inexperto en asuntos del corazón. Y eso ella lo apreciaba enormemente. Lo único que le faltaba era un poco más de confianza en sí mismo, era lo que Misty creía.

Y hablando de asuntos del corazón...

- Ash... ya casi han pasado dos años desde... eso. – dijo Misty, diciendo la última palabra con una mueca de asco. – Después de hoy, ya ha pasado lo suficiente para terminar de zanjar ese asunto. Y creo que es hora de que hablemos al respecto.

- Me leíste la mente. – dijo Ash. – Y bien, ¿qué haremos ahora?

Misty se tomó un momento para respirar profundo y ordenar sus pensamientos. Había mucho que quería decir, y a pesar de todo el tiempo transcurrido, seguía sin estar segura de cuál sería la mejor forma de hacerlo. Cuando se trataba de sus sentimientos más profundos hacia Ash, no era muy buena para expresarlos, al menos no para lo que deseaba en su relación.

- Ash... has sido mi mejor amigo por casi toda mi vida. – le dijo. – Pero estos últimos dos años me hicieron darme cuenta de que incluso así, había tanto que no conocía. Aprendí una valiosa lección, que todos guardamos muchos secretos, y que en realidad nunca se termina de conocer a las personas.

- Para bien o para mal. – asintió él. Obviamente eso aplicaba a ambos lados, refiriéndose a él mismo y a Chris.

- Cuando conocí a Chris, creí que podría olvidar mis sentimientos hacia ti. Pero me di cuenta que en el fondo nunca se fueron. – dijo Misty. – Quizás me sentía tan dolida por tu rechazo que por eso intenté buscar una relación con alguien que era lo más cercano posible a ti, y sin tener tus defectos. Y ese fue mi error.

»Me di cuenta que me gustaba todo de ti, inclusive algunos de tus defectos. Está bien que has dejado atrás algunos más que otros, y que se pueden corregir, pero igual siguen siendo parte de ti. Y siempre ha sido así.

Misty se detuvo por un momento para ordenar otra vez sus pensamientos. Ya había sido un alivio haber dicho todo eso en primer lugar, y fue como si una cadena que le oprimía el pecho se hubiese soltado de golpe. Fue una sensación realmente liberadora.

- Así que te lo preguntaré ahora. Ash Ketchum... ¿qué es lo que piensas de mí? ¿Qué es lo que sientes por mí?

Ash sonrió y desvió la mirada momentáneamente, pero de inmediato tomó aplomo y comenzó a decir su parte.

- En cuanto a lo que pienso... pienso que eres la chica más increíble que he conocido. Una entrenadora talentosa, aventurera y con quien nunca se tiene un momento de aburrimiento. Lo creas o no, realmente me sentí muy triste cuando nos separamos por primera vez, ¿sabes?

Misty le sonrió enternecida. Ella sabía que así era; aunque intentó disimularlo vio que él estuvo a punto de llorar cuando ella y Brock se fueron cada quién por su lado y él se iba a Pueblo Paleta. No quiso arruinar el momento burlándose de él y por eso no le había dicho nada.

- En cuanto a lo que siento por ti... si te soy sincero tampoco estoy totalmente seguro. Mis sentimientos aun están aquí, solo que hay algo diferente en ellos que no sé cómo explicar. – dijo Ash. – Pero si algo sé, es que quiero que seas tú la que me ayude a descubrirlo. Que me enseñes lo que significa de verdad amar a alguien. Que me enseñes cómo puedo hacerte feliz.

Ash la tomó suavemente de las manos y la miró con determinación a los ojos. – Misty... no sé realmente si esto que siento por ti es el mismo amor que sentí en ese entonces, pero incluso si no lo fuera... quiero que llegue a serlo, de verdad.

Silencio reinó entre los dos jóvenes, que terminaron perdiéndose en los ojos del otro. Únicamente se oía el suave ruido de los Lapras que cortaban suavemente las olas, y cada vez el sol se hundía más en el horizonte, empezando a asomarse ya las primeras estrellas de la noche. Solo ellos dos sabían en ese momento lo que estaba ocurriendo entre ambos, pero no necesitaban decirse más nada.

Excepto tal vez...

- Pikapika. – dijo Pikachu de repente, jalándoles a ambos las mangas de sus chaquetas. Los dos voltearon a ver al ratón eléctrico, y antes de preguntarle qué le pasaba, este les dio su respuesta. – Pikapi, Pikachupi, chuuuuuuuu.

Los dos entrenadores y amigos de la infancia observaron cómo Pikachu puntualizaba el "chuuuuuuuu" frunciendo la boca ligeramente y juntando sus patas delanteras en una posición que sugería algo bastante obvio.

- Oye, ¿acaso está diciendo...?

- Sí, eso dice. – respondió Ash. – Creo que quiere que "sellemos el trato" de una vez.

- Pika. – asintió el ratón.

La pelirroja se rio. Bueno, después de todo lo que habían pasado, parecía lo más justo ahora. Sin más que decirse, Misty cerró los ojos y se preparó, haciéndole notar que quería que él fuese quien lo iniciara. Ash cogió aplomo y se le acercó lentamente hasta que los labios se rozaron suavemente. Misty se estremeció por un momento, pero al ver que Ash no se decidía a completarlo (evidentemente temía hacerlo mal por los nervios) finalmente terminó por acercarse ella misma mientras lo sujetaba suavemente por detrás del cuello.

Después del inicio, sin embargo, rápidamente el moreno se relajó y se dejó llevar por ella. Para alguien con tan poca experiencia, Misty tuvo que admitir que no lo hizo tan mal. El sol terminó por ocultarse en el horizonte, y los últimos rayos de sol del día enmarcaron las siluetas de los dos amigos de la infancia ahora convertidos en amantes, simbolizando el ocaso de esa etapa de amistad en su vida. El sol del próximo día nacería como el amanecer de una nueva etapa, de amor entre los dos.

Misty no sabía qué le depararía el futuro en esa nueva etapa, pero una cosa era segura. Sin importar cuanto tiempo pasara, y sin importar cuando siguieran creciendo y madurando, las cosas no tenían que ser tan diferentes entre ellos. La amistad que tenían no desaparecería, solo evolucionaría en algo diferente, algo que tendrían que descubrir juntos.

Y descubrir esos nuevos sentimientos sería una gran y emocionante aventura.

FIN.

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