A medida que avanza el embarazo, me siento peor. Creo que Cesar ni me mira. Se que debo verme horrible, debo tener unas ojeras... me cuesta mucho dormir con esta barriga.

Se que le pedí ir lento, pero esta distancia me está matando.
No me mal interpreten él siempre está ahí, pero no de la manera en que deseó.
Necesito sentir su piel, saber que me quiere y me desea tanto como antes.
Hoy me puse un pantalón corto de esos con los que uno hace deporte y un crop top.

Bueno ahora todo me queda como un crop top por el embarazo.
Se que Cesar está por llegar a casa, dado que siempre llega a la misma hora.
Pongo la canción de Ariana Grande "Dangerous woman", primero porque me encanta la canción y segundo porque es muy sensual.
Mientras escucho la canción preparo algo para comer.

Cuando siento llegar el auto de Cesar comienzo a bailar de una manera muy sexy y provocativa, finjo que no lo veo, pero sé que me observa.
Él se acerca y me toma por la cintura y me gira para quedar frente a él.
Yo le sonrió y él se agacha para dejar un dulce beso en mi barriga.

— Veo que estás de buen humor.

Yo no digo nada y me dedico a bailar de manera sensual.
Después de unos cuantos movimientos, puedo notar su erección sobre mi ropa cuando comienzo a rozar mi cuerpo junto al suyo.
Él me toma de las caderas y me voltea para quedar frente a frente.

— Pequeña no juegues... con fuego ... prometí ir despacio. Pero me muero por volver a sentirte dentro mío.

—Quizás quiero quemarme. — digo mordiendo su oreja.
suelta un leve gemido, lo que me alienta a seguir dejando besos por su cuello.

—Si sigues haciendo eso... no podré detenerme... quiero hacerte el amor toda la noche... así que deberías parar. — dijo la última frase con un gemido.

Yo seguí con el baile, y comencé a desabotonar su camisa, y aflojar su corbata.
Mis manos bajaron por su abdomen marcado, me acerqué a su oído y susurré:

— Quiero que me hagas el amor toda la noche... necesito sentir que me deseas.

Fue lo único que faltaba para que el me tomara por la cintura e hiciera que lo rodearan con mis piernas.

Él camina conmigo rodeado por mis  piernas, y me guía hacia nuestro cuarto, aquél cuarto que compartimos desde hace meses.

Me deja sobre la cama y me observa, titubea por unos segundos y pregunta.

—Esto, ¿no le hace daño al bebe?

—Claro que no.

Suelta un suspiro, como si estuviese reteniendo aire por horas, comienza a desvestirse y puedo ver su cuerpo, queda solo en bóxer y se acomoda sobre mi cuerpo, mi barriga le dificulta estar cerca, pero le las arregla para besarme mientras comienza a desvestirme.

En el momento en que saca mi Crop top, nota que no llevo brasier y sonríe.

Besa cada pezón logrando que la electricidad recorra mi cuerpo, siento miles de sensaciones, que extrañaba.

Da un mordisco lento, pero a la vez fuerte, siento que me corro solo con estas leves caricias, la abstinencia y mi libido hormonal, no son el mejor acompañamiento.

Elimina mis pantalones cortos, y quita mis bragas, se detiene a observarme, no, a venerarme, se deleita observando mi cuerpo, y eso elimina mis inseguridades.

Sus dedos llegan a mi centro y me llenan, con su pulgar acaricia mi clítoris, y sin poder detenerme la deliciosa sensación estallo en un bendito orgasmo, siento la cama humedecerse, y respiro extasiada.

Quita su bóxer y me deja ver en plenitud aquella parte de su cuerpo que tanto extrañaba. Lamo mis labios y el niega con la cabeza.

—Esto durara poco, ha pasado mucho tiempo, y muero de ganas. — yo asiento y abro mis piernas invitándolo a que deje tanto tramite y se hunda en mí.

Comienza introduciéndose de a poco, y el calor y la electricidad vuelve a mi cuerpo, me muevo junto con él, y él me detiene.

Respiro y dejo que el guie su propio placer, siempre ha sabido como complacerme, y no dudo de sus capacidades ahora.

Se mueve meticulosamente, tratando de retardar lo inevitable, sin poder aguantar más, aumenta su movimiento y me lleva al cielo.

Respiro de forma agitada y me besa mientras se derrama en mi interior.

No se mueve de su posición, queda sobre mi un par de minutos, con la mitad de su peso sobre la cama.

Respira sobre mi piel, y me encanta esa sensación.

Se acomoda a mi lado y me besa el cuello, mientras acaricia mi abdomen.

—pensé que querías ir lento.

—lento pero seguro, no a paso tortuga. — él sonríe y me besa. — ¿quieres bajar a comer?

—preferiría quedarme aquí en la cama contigo. — me abraza.

—me alegro, yo prefiero lo mismo.

***

Todo avanza perfecto, y como dicen nada es tan perfecto...

Solo queda disfrutar de este momento en el que podemos anhelar mi estado de embarazo y del gran hombre que tengo a mi lado.

Hemos hecho planes para poder viajar a España en navidad, tenemos todo encima ya que solo quedan dos semanas para la fecha, Cesar no se complica, porque dice que podemos viajar en el avión privado de la empresa, pero la verdad tengo muchos nervios.

Cesar se ha encargado de preguntar si  viajar embaraza es seguro para mi y para el bebé, dice que podemos estar allá un mes completo, que quiere enseñarme lugares hermosos de Madrid.

Su casa, y cuáles eran sus pasatiempos antes de tener que llevar la empresa de su padre.

Por otro lado, la madre de Cesar lo más que desea es vernos allá, ese fin de semana que pasó aquí, fue un avance en nuestra relación con Cesar, nunca estuvimos del todo mal, pero logramos sentir ese pequeño calor del hogar que estamos formando.

***

Ha llegado el día, nuestras maletas están listas y los nervios me envuelven, jamás he volado, y hacerlo por primera ves en un avión  privado me aterra.

— vamos Isa, todo saldrá bien, hemos chequeado que el avión esté en perfectas condiciones.

Yo asiento y subo lentamente, el avíon  es pequeño, pero se ve grande, ya que solo tiene 4 asientos, un minibar y una pequeña mesa.

Las horas de vuelo son muchas, son casi 14 horas.

Cesar trata de relajarme, ponemos una película en un tele que desciende desde el techo del avión.

Una azafata se encarga de traernos comida, o lo que le solicitemos durante el viaje.

Aún no entiendo cómo este pequeño avión tiene de todo.

Dash está un poco traviesos, no deja de moverse y eso logra que mis mareos aumenten, mi ginecóloga  Mariéla, la esposa del Dr Soto, me entregó unas pastillas para los mareos, ya que así dijo que sería más ameno el viaje.

Después de las primeras horas de viaje, mis oídos se tapan y es muy molesto, Cesar me explica que  es normal debido a la altura que consigue el avión, y que la presión cambia.

Yo asiento mientras lo escucho de forma casi inaudible.

El se acomoda a mi lado, y me acaricia la espalda y el pelo, para ayudarme a dormir.

Durmiendo el vuelvo pasa mas rápido, creo que dormí unas 4 horas y cesar dice que llevamos la mitad del vuelo listo.

Es decir que solo faltan 6 horas.

Tomó el mando de la televisión y busco las series que están guardadas.

Me decido por ver the resident, una serie de médicos, me encantan estas serie, Cesar se acomoda con su cabeza en mis piernas mientras yo acarició su cabello.

Me encanta verlo así descansando sobre mi regazo.

Cesar sigue durmiendo y me urge ir al baño, ya le vi las 3 temporadas de la serie y Cesar despierta por una patada de Dash.

Supongo que a él también me molestan mis ganas de ir al baño.

Cesar despierta y deja un beso en mi panza.

— ¿donde está el baño?

— le diré a la azafata que te acompañe.

Toca uno de los timbres y la azafata llega.

Me voy por un pequeño pasillo y llego por fin al baño.

Me relajo y cuando me estoy dirijiendo de nuevo donde esta Cesar hay una pequeña turbulencia.

Ya no me asustó, ya que cuando nos subimos al avión, el me explicó que era completamente normal.

Por fin después de 13 horas de viaje, llegamos a un aeropuerto privado.

Me bajó y veo el paisaje oresioso, se ve una zona de áreas verdes y el cielo azul está iluminado por un  radiante sol.

Cesar me explico que viajamos a una hora estratégica, para poder llegar a la mejor hora del día a Madrid.

— bienvenida a mi país mi ñiña.

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